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Fusilamiento de los estudiantes de medicina: El guardián de la inocencia

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Gracias a Fermín Valdés Domínguez se conservó un fragmento del muro donde fusilaron a los estudiantes. Foto: Archivo.

“El sol lucía en el cielo cuando sacó en sus brazos, de la fosa, los huesos venerados: ¡jamás cesará de caer el sol sobre el sublime vengador sin ira!”

José Martí

Una, dos, tres veces la pala rompe la tierra húmeda. Es un sonido común para quienes conocen los terrenos de San Antonio Chiquito, el lugar fuera de los muros del Cementerio de Colón destinado a sepultar a los mendigos o a los fusilados. Durante años allí han ido a parar los más pobres, los solitarios, los infames para el régimen español. Allí están los que nadie quiere.

Sin embargo, ahora no hay ningún enterramiento. Esta vez la pala abre la tierra no para ayudar al olvido, sino para rescatar el recuerdo. Es una búsqueda, un acto de amor.

De pie hay un hombre. Sus ojos están fijos en el suelo roto delante de él, la boca cerrada, el corazón galopante. A veces él mismo escarba con sus manos. Lleva sobre sí una batalla de 16 años, una causa que marcó su pasado y ahora no se le va del presente; no lo hará tampoco en el futuro. Le llegó cuando apenas había cumplido la mayoría de edad. Más bien se la impusieron a fuerza de injusticia y dolor.

Es 9 de marzo de 1887 y Fermín Valdés Domínguez está a punto de saldar una deuda.

***

En España Fermín Valdés (sentado) se reencontró con Martí. Foto: Archivo.

“Quien tenga corazón no puede olvidar nunca la tarde del 27 de noviembre”, ha escrito en un folleto nacido en España en 1873, solo dos años después del crimen. Terminarlo le costó revivir lamentos para convertirlos en palabras. Le valió el pesar de la memoria, el peor de todos. Ni siquiera eso lo detuvo. Moja la pluma y alisa el papel: “los dolores inmensos no se pueden pintar”.

Aun así no ha dejado de intentarlo. En 1872 ya hizo circular en Madrid una hoja para remover las conciencias. “Y bien hicieron en sepultarlos en la tierra sin término y sin límites —dice—. Solo ella es digna de recibir cuerpos que la energía hacía nobles”. Pero los ocho estudiantes siguen perdidos en algún sitio de San Antonio Chiquito, y él padece el destierro. Aun la justicia no llega hasta ellos. Fermín la busca, escribe, lucha.

Cada texto suyo, cada carta, cada recorte de periódico fue un arma no solo para demostrar la inocencia de sus compañeros fusilados, sino también la brutalidad de quienes propiciaron ese castigo.

Los Voluntarios de La Habana —señala mientras relata la historia— pero no olvida el oportunismo del Gobernador Político de Cuba, la cobardía de un profesor o el temor de quienes formaron dos Consejos de Guerra para juzgar un falso acto de profanación de tumbas.

En España concluyó sus estudios de medicina, se reencontró con Martí, participó en actividades de las logias masónicas, habló de política, pero siempre quedaba algo imperturbable. La tarde del 27 de noviembre, la incertidumbre, el terror, la voluntad de no dejar morir la historia de ocho jóvenes desgraciados.

“Momentos fueron aquellos terribles para nosotros; aquella galera era nuestra capilla —dice como si otra vez tuviera el miedo sobre él—. Aquella ansiedad, que no era mayor que la de toda la noche y la de todo el día, duró una hora. Todo indicaba que iba a consumarse el crimen, pues la capilla de la cárcel esperaba ya a las víctimas; una compañía de Voluntarios la custodiaba, y aun no sabíamos quién había de morir”.

Las imágenes le llegan como punzadas. Cuando salieron hacia el paredón Alonso Álvarez de la Campa, el niño de 16 años que solo arrancó una flor, iba al frente de la comitiva. Estuvieron apenas media hora en la capilla del presidio. Se confesaron y escribieron pequeñas notas de despedida. Fermín los ve pasar junto a los barrotes guiados hacia la muerte.

De pronto los tambores, luego el silencio. Él no lo sabía, pero afuera colocan a los jóvenes de dos en dos, con los ojos vendados, las manos atadas y de espaldas al pelotón de fusilamiento. “Excepto dos —contaría luego el jefe del pelotón— los demás entraron en el cuadro con bastante serenidad”. Preparen, apunten, ¡fuego! Cuatro veces se escucharon las descargas.

***

Monumento ubicado en el Cementerio de Colón que recuerda la fosa anónima donde estuvieron los estudiantes. Foto: Cubarte.

Bajo la tierra que Fermín mira con devoción hay ocho cadáveres, pero todavía no aparecen. El día anterior excavaron en dos sitios y no los hallaron. Ahora lo hacen en otro, acompañados por familiares, amigos y médicos forenses. Mientras la pala sigue agrandando el agujero, Fermín otra vez imagina los momentos finales y repasa las notas de despedida de sus compañeros.

“Mamá, papá, Luis, Victoria, familia, Donata, mis hermanos: adiós” —escribió Ángel Laborde desde la capilla de la prisión—. Luego solo hay dos oraciones: “Muero inocente. Me he confesado”.

El texto de Anacleto Bermúdez es ligeramente más largo. Además del adiós, pide a los suyos que se ocupen de Lola, su enamorada. Luego de otros detalles pone su nombre y la fecha en el pequeño papel, se detiene y relee todo. Algo le falta. Entonces vuelve a escribir una especie de postdata: “Lola, acuérdate de mí, tu Anacleto”.

Fermín insiste en ir más profundo. Cavar…cavar, como si él mismo estuviera ahondando en sus memorias para revivir los días de miseria. Tener los restos delante no será sencillo. La humedad de la tierra, el tiempo transcurrido, no serán indulgentes con aquellos cuerpos. Los plomos españoles destruyeron huesos, cráneos. De la ropa apenas quedarán girones. Sin embargo, no hay descanso.

Como si buscara energía, otra vez repasa en su mente las últimas letras, tan inocentes como sus dueños. Como el niño que era, en su despedida Alonso le pide a su madre que lo excuse “de todo lo malo que te he hecho”, mientras Eladio hace un ruego que ahora, de pie junto al hoyo que contiene los ocho esqueletos, le retumba a Fermín como un mandato: “mira si mi cadáver puede ser recogido”.

***

Los estudiantes sobrevivientes trabajaron en las Canteras de San Lázaro. Foto: Archivo.

Es 12 de mayo de 1872 y más de 30 sombras arrastran grilletes en medio de varias filas de presos. Están allí desde la misma noche del 27 de noviembre de 1871, cuando nada más terminar la ejecución de los ocho jóvenes los Voluntarios llegaron hasta la celda dispuestos a hacer cumplir las condenas entre seis meses y seis años de cárcel que le impusieron a los sobrevivientes.

Los primeros 50 días sufrieron en las Canteras de San Lázaro, con la cabeza rapada, grilletes en las piernas y sus nombres opacados por el número que lucían en los uniformes de presos. “Trabajar sin descanso —escribe Fermín—, sufrir el palo para salvar la vida: esta es la vida sombría de la Cantera”. Los salvaron el rechazo que despertó la injusticia en otras naciones, las gestiones familiares, los escritos en los periódicos, la presión de los Cónsules.

Luego de casi dos meses algunos van a trabajar a la Quinta de los Molinos; otros a los talleres del presidio. A inicios de mayo llegó el indulto, pero los Voluntarios aun no olvidaban y prometieron arrastrar al primero que vieran libre. Entonces surgió el plan del Capitán General de la Isla: sacarlos de madrugada junto a los presos comunes para evitar sospechas, llevarlos al muelle y embarcarlos hacia cualquier lugar fuera de Cuba.

La fragata Zaragoza les sirvió de refugio. Solo allí les quitaron las cadenas y les devolvieron sus ropas de estudiantes. Desde allí miraron las costas de Cuba y se fueron al exilio. Fermín no volvería hasta cuatro años después.

Tras el regreso ejerció como médico, publicó sus investigaciones, colaboró con periódicos, se mantuvo vinculado a la política, pero no olvidó la redención de los estudiantes. La oportunidad la encontró a inicios de 1887 cuando llegó a Cuba Fernando de Castañón, el hijo del periodista español enterrado en el Cementerio de Espada y cuya tumba fue supuestamente profanada por los ocho jóvenes.

“No en nombre de los que como yo sobrevivimos a los sucesos del 27 de noviembre de 1871 —le escribe Fermín al descendiente de Gonzalo de Castañón—, sino en memoria de mis compañeros muertos, vengo a suplicarle que tenga la bondad de darme una carta en donde conste que ha encontrado Ud. sano el cristal y sana la lápida que cubre el nicho de su señor padre, desmintiendo este hecho el estigma de profanadores que llevó a la muerte a niños inocentes”.

La contestación del muchacho no dejó dudas: el sepulcro estaba intacto.

***

Algunas de las reliquias que aun se conservan de los estudiantes. Foto: Alma Máter.

El hoyo ya es tan profundo que fácilmente cabe un hombre de pie. Fermín lo sabe porque está dentro del agujero, emocionado, expectante. Siente el frío de la tierra, la humedad bajo sus pies, contra sus manos. Ya está cerca, pero aun no lo sabe. De pronto, el milagro cuando ya pocos creían en él.

Los primeros restos aparecen luego de excavar dos metros y medio, una profundidad demasiado extraña para enterrar unos cuerpos en aquel lugar. Hasta en eso tomaron venganza los Voluntarios, como si quisieran que los estudiantes no florecieran jamás.

Son cuatro esqueletos ubicados de norte a sur. Debajo de ellos hay otros cuatro, esta vez acomodados de sur a norte. Hay una moneda, varios botones, están las 16 suelas de zapatos, algunas hebillas. Uno de ellos tiene cerca una de las herramientas que utilizaban para sus clases de disección. En otro sobresale el plomo que le quitó la vida. Y en medio de todo, un molar, un colmillo, un mechón de pelo que resistió el paso del tiempo.

Uno a uno Fermín los levanta y los coloca en una caja de plomo. En el lugar no había una cruz, ni otra señal sobre el sepulcro de los muchachos, pero tras descansar en el panteón de la familia Álvarez de la Campa muy pronto irán a un hermoso mausoleo. La deuda está saldada.

Solo entonces Fermín toma una pluma y un pedazo de papel. Hay tierra bajo sus uñas, en sus ropas, el sudor le sala los labios, el cansancio tensa sus brazos. Sin embargo, no puede callar: “De rodillas sobre la tumba de mis hermanos muertos, escribo en la tierra que los guarda, este elocuente epitafio: ¡Inocentes!”.

Vea además:

Sucesos del 27 de Noviembre: Cuatro historias contra el odio (+ Video)

Se han publicado 34 comentarios



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  • Ernesto Díaz dijo:

    Especialmente impactante y hermoso este artículo que nos cuenta lo único realmente justo de todo lo relacionado con la infamia del Fusilamiento de los Estudiantes de Medicina:el gigantesco esfuerzo de Fermín Valdés Domínguez por reparar el daño y hacer justicia con los asesinados.Gloria eterna a todos ellos!!!

  • VENTURA CARBALLIDO PUPO dijo:

    "De rodillas sobre la tumba de mis hermanos muertos escribo en la tierra que los guarda este epitafio: ¡Inocentes!": Fermín Valdés Domínguez Cuba jamás olvidará este abominable hecho. Hoy se llenaran las calles de estudiantes para rendir tributo a esos inocentes que fueron vilmente fusilados. que es como decir asesenados

  • guajiro 100% dijo:

    Prohibido olvidar y recomiendo a las nuevas generaciones muchos muchos casos pero como este de los inocentes 8 estudiantes de medicina ninguno , por solo odio y mencionó un caso más que por odio se perpetró el atentado a la nave cubana en barbados y solo por odio al verdadero cubano eso es lo que quieren pues el duelo está echado
    Patria o muerte
    No más inocentes

  • martha dijo:

    Hermoso relato, la historia es ciertamente conocida por todos los cubanos, pero con esta narración he vuelto a sentir una emoción increible, como cuando vi la película Inocencia, pareciera que yo la estaba viviendo.

  • Jorge dijo:

    ASESINOS! Lo siento como si hubiera sido hoy, estos miserables fueron de la misma estirpe de a los que hoy le hacen el juego los de patria y vida, son la misma calaña, mentirosos, manipuladores, asesinos, odiadores del pueblo de Martí y Fidel, no engañan a nadie, solo a un grupo de lacras e ilusos que quieren borrar la historia y otro grupo pequeño de jóvenes confundidos en su búsqueda de lo prohibido a las grandes multitudes en los países que ellos creen de ensueño, estos 8 muchachos asesinados vilmente se han visto multiplicados por cientos de miles de cubanos llevando salud y amor a todos los rincones del planeta mientras que los nuevos voluntarios ahora al servicio de otro imperio intentan asesinar la Revolución sin ningún resultado, no acaban de entender que NO PASARÁN,
    Patria y vida no PATRIA o MUERTE VENCEREMOS!!

  • Aurora dijo:

    Conmovedor. Muestra de que la Historia puede y debe ser reiterada con nuevos matices.

  • Maritza B dijo:

    Triste, estremesedora, pero cierta. Que bien contada, me emosiono, lloro. No olvidarnos nunca de esta fecha y de lo q se le hizo ese dia a nuestros jovenes aun niños Retransmitir mil y mil veces y mil veces mas el filme para que lo vean todos, por favor. Fui con mi hija y mi nieto de 11 años al cine, la tenemos en casa y comentamos juntos. Gracias

  • Roberto dijo:

    Coño, se me salido las lágrimas ante tanta ira por el crimen tan horrible cometido por el imperio español en nuestra Patria
    Prohibido Olvidar

    • Os dijo:

      no fue el "imperio español" lea la historia, fueron los voluntarios de La Habana... este crimen dividió a los mismos españoles... allí el español Capdevila defendía a costa de amenazas a su propia vida a los inocentes estudiantes, Estévanez rompía su sable en la acera del Louvre y el capitán de ejército español Santa Olalla es sacado de Cuba por su férrea oposición al crimen... los voluntarios intimidan y machacan a cualquiera que les cuestiona su sed de sangre... muchos españoles también se oponen al crimen pero las autoridades son incapaces de enfrentar a los voluntarios, eran tiempos de blanco o negro, desde 3 años antes se había iniciado la guerra del 68.

  • Ely dijo:

    Excelente y emotivo artículo, la historia no olvida.

  • Eliseo Plasencia Durán dijo:

    Lindo relato, y así quieren que olvidemos la historia, de eso jamás, es es parte de la cultura, del por qué hoy estamos aferrados a defender esta Revolución Socialista, la única que se acuerda de los más pobres, humildes, que no abandona a nadie, lucha por la igualdad, justicia, soberanía; los españoles deben saberlo bien. Emotivo acto-desfile de los estudiantes hoy, muy bien, eso debemos retomarlo, las calles son nuestras, hay innumerable motivaciones para aprovechar estas oportunidades, bien por los estudiantes, eso SI ES MARCHA, ESA SI ES CONSTITUCIONAL.

  • Yoandy dijo:

    Excelente artículo.... de lo mejor que he leído en cubadebate

  • Geo dijo:

    Que bien la contó, al estilo Eusebio Leal, pero que bien!!! me emocionó, muy triste verdad, lo mejor que he leido acerca de ellos. FELICIDADES, BUEN ARTICULO CARAMBA..!!!

  • Francisca dijo:

    Que orgullo siento al ver como nuestra juventud revolucionaria apoya a nuestra Revoluciòn.
    Nuestros enemigos querian ver al pueblo en las calles de Cuba.Ahi lo tienen.Que sean capaces de publicar estas imàgenes para que vean al pueblo cubano respaldar a Nuestra Revoluciòn.
    CUBA VIVE Y VIVIRA SIEMPRE
    GLORIA A NUESTROS MARTIRES
    PATRIA O MUERTE
    Gracias

  • Zoe Maria dijo:

    Siempre cada año recuerdo esta fecha con dolor y pena.
    No al odio, No a la maldad, me han sacado las lágrimas este bello escrito muy bien redactado, quien no se conmueva no tiene humanidad

  • Rafael peña Rodrìguez dijo:

    Vil y horrendo crimen ,abuso y no se cuantos adjetivos se pudieran seguir escribiendo y para mi quedarà impune como tantas otras cosas perpetradas por el gobierno Colonial de España , que ahora sigue haciendo daño a nuestro Paìs desde la Union Europea , no le bastò todo lo que nos hizo.muy bella reflexiòn de Yunier.

    • Mrian dijo:

      Lo hizo el Cuerpo de voluntarios de la Habana, ejemplo que sirve hoy para ilustrar como a través del tiempo ha habido cubanos que por dinero han hecho de todo para caer en gracia a gobiernos foráneos. Emocionante artículo. Prohibido olvidar.

  • Enrique desdin villa dijo:

    Muy bueno el artículo de cubadebate acerca de los 150 años del fusilamiento injusto de los ocho estudiantes de.medicina

  • Arturo Díaz dijo:

    El hecho más abominable del colonialismo español. EPD tanta inocencia junta.

  • Intransigente dijo:

    Que Bárbaros.... No olvidar que el Cuerpo de Voluntarios estaba integrado por cubanos y si indagan más en esta historia encontrarán que fueron ellos los que presionaron y presionaron hasta lograr que 8 fueran fusilados. Digo esto que a nadie se le olvide que a través de la Historia de la Revolución Cubana los peores enemigos han sido los propios cubanos.

    • ppg dijo:

      Entre los Voluntarios algún cubano habría- quiero decir, nacido en Cuba- pero la inmensa mayoría eran oriundos de la península y de otras posesiones españolas.

  • Pedro dijo:

    Fidel es el sordado de las ideas aunque este muerto

  • elotropo dijo:

    Fué, es y será (porque no creo que en Cuba se repita tamaña barbarie), a mi juicio, el crimen más horrendo, perpetrado por la Colonia en este hemisferio, en la historia de humanidad hasta hoy. Fué premeditado, fueron niños, estudiaban medicina y fueron tan inocentes como lo puede ser un recién nacido acusado de robo con fuerza. Martí, lo sufrió tanto que los inmortalizó como "Cadaveres amados los que un día, ensueño fuisteis de la patria mía".
    Solo pido a mi pueblo, que no sean olvidados jamás.

    • Manuell dijo:

      En serio, los Campos de concentracion, de Valeriano, la exterminacion de la poblacion aborigen, la esclavitud, las minas del Peru, el machetazo a Panchito Gomez. Los fusilamientos en el Alto Peru.

  • Profe dijo:

    Prohibido olvidar que a esos inocentes los asesinó el odio de otros cubanos, voluntarios al servicio de España. Prohibido olvidar que a otro niño inocente, Manuel Ascunce, y a otros como él, los asesinó el odio de otros cubanos.

  • Marrero dijo:

    Excelente articulo, pone de manifiesto una vez mas la desfachatez y el tremendamente injusto y brutal asesinato que se cometio con estos jovenes, han pasado 150 años y resulta indignante y repudiable ese hecho. La pelicula de Alejandro Gil nos lo cuenta con apego a lo que realmente ocurrio. Gloria eterna a esos ocho jovenes y a Fermin Valdes por el prolongado esfuerzo y consagracion que dedico hasta encontrar sus restos.

  • Sol naciente dijo:

    Impactante artículo...muy emotivo. A mi me parecía estar junto a Fermín Valdés... logró arrancarme lágrimas a 150 años de los sucesos y es q la injusticia de los enemigos y traidores no tienen fecha de vencimiento. Gloria eterna a los 8 estudiantes de medicina!!! #NiOlvidadosNiMuertos

  • Laura dijo:

    Un artículo realmente impresionante que hace remover todos los sentimientos patrios y de justicia en mí. Más como este hay que transmitir a los jóvenes de hoy, desde todas las plataformas posibles, que sepan cuántos han tenido que sufrir con sus propias vidas el odio y el poder de las clases dominantes. No más injusticias! Amor y respeto a nuestros caídos.

  • VENTURA CARBALLIDO PUPO dijo:

    Sobre el crimen cometido por la metrópolis española y sus voluntarios, evocamos al aposto de la patria nuestro José Martí ‘’ “El sol lucía en el cielo cuando sacó en sus brazos, de la fosa, los huesos venerados: ¡jamás cesará de caer el sol sobre el sublime vengador sin ira!”’
    Y esta noble frase leyenda: "De rodillas sobre la tumba de mis hermanos muertos escribo en la tierra que los guarda este epitafio: ¡Inocentes!": Fermín Valdés Domínguez

  • Jesus Antonio dijo:

    Una historia q eriza para el q la escucha ya sea una o varias veces más como yo, a quien no se le despierte aun mas ese sentimiento de justicia y de anticolonialismo, en ese momento el colonialismo español no supo en si que barbaridad cometieron producto de la cobardia y el odio de muchos que este suceso lamentable de la historia cubana nunca sea olvidada !!!!!!!

  • luis dijo:

    Esto hay que hacercelo llegar a los jovenes cubanos de hoy, no hay nada más importante para salvar la revolución que los jóvenes conozcan la historia que han vivido las generaciones anteriores para lograr lo alcanzado, gloria eterna a nuestros heroes y martires. VIVA LA REVOLUCIÓN CUBANA.

  • Angel dijo:

    Conmovedor articulo. La historia jamas los olvidara y nuestro pueblo mucho menos. Gloria eterna a nuestros jóvenes asesinados y los que aun defienden hasta con sus dientes nuestra patria amada.

  • Sterling dijo:

    Muchacho que belleza de artículo,estoy dolida y orgullosa de nuestro Fermín. Has narrado un hecho triste y duro de la historia de forma magistral. ¡Gloria eterna a las estudiantes de medicina!

  • Ernesto Dalmau dijo:

    ¡Que horror! Y así hay quien quiere hacer que un pueblo olvide su historia. Los que desde Europa diseñan modelos para este pueblo, deben primero revisar nuestra historia y así nos comprenderán mejor.

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Yunier Javier Sifonte Díaz

Yunier Javier Sifonte Díaz

Graduado de Periodismo en la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en el año 2016. Periodista de Telecubanacán. Colaborador de Cubadebate. En Twitter: @yunier_sifonte

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