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Nadie imagina los peligros de las zonas rojas

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Foto: Sailys Uria / Facebook.

Luis Manuel, el enfermero de la Sala B, había apagado la luz temprano. La jornada había transcurrido tranquila, y le había dejado unos minutos para decirme que es de Granma pero que el amor lo trajo hasta aquí. No obstante, el cansancio ya lo había vencido y dejaba reposar sus piernas junto a la mesa donde los médicos y enfermeras organizan el trabajo.

Justo a las 12:16 minutos de la madrugada, un grito . Una voz desesperada al fondo del pasillo pedía “¡Un médico, un médico!”.

Desde mi cama vi correr a Luis Manuel. Al momento corrieron todos, “Anneris llama a Danay, corre”, escuché a alguien gritar tan fuerte que supongo estaban del otro lado de la sala y se escuchó perfectamente en el cubículo 3 del Policlínico Orlando Santana, en Mariel; el tono era de imperativo y urgente.

Prendieron las luces. Una, otra. Todo el pasillo.

Anneris corrió como quien busca la salvación de su alma, pero no era precisamente la de ella la que intentaba salvar.

Eran las 12:19. Por el pasillo se escuchaba una camilla rodando. Gente corriendo, médicos que pedían cosas que no puedo ni soy capaz de repetir.
En la mañana había escuchado a Francis, una enfermera que guarda un amor enorme hacia los pacientes, solicitar varios medicamentos por si una urgencia se daba. ¡Por Dios, cuánta razón!

Foto: Sailys Uria / Facebook.

12:24. Vi pasar a Danay. Venía uniformada como siempre. Entró al cuarto. Se puso los guantes. Sus pies no sé cuánta velocidad podían alcanzar cuando la vi por el cristal de la puerta.

A las 12:30 AM ya el pasillo estaba más tranquilo. Y escuché a alguien pedir esparadrapo. El nudo en mi garganta no se quitaba, y yo, que solo había visto ese corretaje en series de televisión no pude aguantarme las lágrimas de nervios por quien ni siquiera conozco.

A las 12:46 la camilla volvió a rodar. Menos rápido. Vi pasar a una de las doctoras con más calma. El mal momento había pasado o la situación estaba controlada. Al menos eso me dije a mi cabeza que no paraba de pensar en el desasosiego que aquello me había provocado.

A la 1:12 otra voz. “Seño, seño, código rojo”. De nuevo las luces, de nuevo las velocidades, de nuevo el sonido de la camilla que te recuerda la urgencia; de nuevo Anneris, Francis y Luis Manuel corren, buscan cosas y una de esas escucho “¿dónde está el glucómetro?”. Hay más médicos, enfermeras y enfermeros pero no sé sus nombres. Llegan hasta mis puerta y alguien dice “no, es en el segundo cuarto”.

Esta noche no sé si lloré de miedo, de incertidumbre, de ver pasar todo eso delante de mí y ni siquiera poder brindar mi mano, o de entender por qué a ellos les dicen valientes. Lo son.

Unos minutos más tarde el teléfono sonaba sin parar. Iluso, quién puede atender ahora- reflexiono-. Nadie se imagina los peligros de las zonas rojas. Nadie sabe realmente qué pasa aquí dentro hasta que lo vive. Nadie imagina el estrés ni el compromiso escondido detrás de los límites que marcan las zonas de riesgo. Tampoco algunos alcanzan a imaginar el amor que vive allí, porque al final, ir ahí a salvar la vida de un desconocido no es otra cosa que un sublime acto de amor y heroísmo.

Foto: Sailys Uria / Facebook.

(Tomado del perfil en Facebook de la autora)

Se han publicado 15 comentarios



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  • Blessed By Christ dijo:

    Que el Señor, Creador del Universo, bendiga a nuestro país y a estos médicos, que día a día corren los riesgos que no imaginamos, por cumplir su misión. Saludos y shalom(PAZ)!

  • ana dijo:

    Asi mismo el valor y sacrificio de todo el personal de la salud es incalculable y como todavia hay personas que no lo sienten y siguen haciendo de las suyas sin cuidadrse ni cuidarlos

  • Nelvis dijo:

    Sinceramente leyendo este articulo no pude contener mis lagrimas, bendiciones para esos medicos, y que todos salgan bien de esta pesadilla horrible, cuidate Saylis. Un abrazo para esos medicos.

  • asa dijo:

    Sin palabras solo salen lágrimas de mus ojos ...Dios tenga misericordia de todo el personal q se enfrenta día a día a esta batalla bendiciones

  • mercedes e zaldivar s dijo:

    A las personas que aún no creen en el riesgo, y que aun no le ha tocado o a un ser querido, este tema es muy complicado y triste porque tiene que ver con un Ser que desea vivir y sentir bienestar mental , estar con su familia, etc; el que es sensible y quiere al ser humano sea cual sea su condición, lo entrega todo a cambio d nada, pero es muy
    importante que se le valore, respete o estar de su
    lado. Con disciplina y autocuidado los apoyamos, aun con la vacuna.
    Mi Agradecimiento y Respeto a estos "Héroes" sinceramente por su Esfuerzo y Valentia que bien lo merecen.
    Cuba Salva!

  • ed dijo:

    Realmente conmovedora historia se me aguaron los ojos, vivan los medicos y todos aquellos que sin serlo se brindan a apoyar en las zonas rojas.

  • monchy dijo:

    Que dolor en el alma me ha dado esta terrible noticia solos los que pasan por esta zona son los que saben y conocen lo que se vive allí dentro, solo resta pedirle al señor dios todo poderoso rey del universo que tome el control y que la misericordia y la bendición de él sea con nosotros. y que le de sabiduría y entendimiento a estos valerosos y aguerridos médicos, protegelos con tu bendito manto.

  • Ani dijo:

    Gracias a todos los médicos, enfermeros y a todo el personal de la zona roja. Muy bonito este testimonio.

  • ileana dijo:

    Vivan los médicos, enfermeros y todos aquellos que luchan, curan y salvan vidas! Valientes, héroes y heroínas anónimos

  • marely dijo:

    eso si es patria y vida la valentia de esos medicos salvando vida con un bloqueo cerrando todos los caminos para ahogarnos y subsistimos y seguiremos subsustiendo porque somos invensibles porque somos humanos somos luchadores fuerza cuba

  • Nirmalia Mezquia Morales dijo:

    Que Dios los Ampare y tenga misericordia de ellos

  • Julio Mustelier Perdomo dijo:

    Muy buen articulo. Es una forma sencilla de reconocer el esfuerzo de muchas personas anonimas que salvan vidas cada dia. Dios los proteja a todos. Esto leveanta la moral de nuestros medicos.

  • Wilma Torres Manzo dijo:

    Cuánto altruismo, cuánto amor, responsabilidad, desinterés, humanismo. Muchos lo reconocen, pero no se sabe bien, solo el que lo vive en carne propia puede dar fe de tan hermoso acto.

  • sin Palabras dijo:

    Un aplauso interminable es poco, para todo ese personal que vive día a día en la zona roja, que Dios y nuestra señora La Virgen de la Caridad, nos proteja y ayuden a nuestro personal de la salud en esos dificiles momentos que estamos viviendo.
    Por favor: ! Cuiden a los bebes, niños, adolescentes, jóvenes, embarazadas, ancianos,! en fin a todos los vulnerables, que son los motivos de esos momentos de desesperación en la zona Roja,
    Cuidemos a nuestros familiares con enfermedades y padecimientos crónicos, CUIDEMONOS TODOS, para poder vencer esta pandemia y llegar a inmunizarnos con una de nuestras 5 vacunas. ! YO ME VACUNO!!!

  • Libardo Reyes Palomo dijo:

    Valor, amor, sacrificio, voluntad, pasión a su profesión altruismo, solidaridad y sobre todas las cosas convicciones e ideales inigualables verdaderos profesionales de la medicina y de la paz verdaderos valientes ponen sus vidas en riesgo y salvan a quien lo necesite sin conocerlo si importar clase raza, condicón economica ni religión solo por el hecho de ser heroícos médidcos cubanos que sacrifican el tiempo de su familia para dar el paso adelante ante esta adversidad siempre lo han y siempre lo harán, médicos forjados bajo esta revolución y dignos herederos de los ideales de Fidel y de este pueblo que los quiere, los estima, los comprende y los apoya ánimos a nuestros héroes pronto pasarará todo y solo quedará el recuerdo, el dolor por los fallecidos pero el orgullo de haber hecho lo que les tocó bien, de ganarse el respeto, la admiración y el cariño de Cuba y el mundo porque son veraderos titanes y portadores de la vida y que vivan por siempre y para siempre nuestros heroícos médicos,enfermeras, técnicos y en general el personal de salud y sigan adelante que Cuba y su pueblo os contemplan ORGULLOSOS y que vivan nuestros valientes y heróicos médicos

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