De las montañas a la Teleclases y a los grupos del Whatsapp
- Entrevista a Mariana Venero Domínguez, maestra voluntaria.
Hacer o contar historias es un arte, casi un don, diría yo. Para mí ha sido una quimera, de esas que el tiempo carga como culpa. Pero resulta que este abril, se antoja caprichosamente esclavo y lo único que nos estanca es justamente lo que nunca nos alcanzaba, el tiempo.
Así que, tal vez, sea éste un excelente momento para compensar las deudas propias y las que el tiempo me endosó. Sobre todo porque, para escribir, lícitamente lo que más se necesita es lo que ahora nos sobra y que mal planificado resulta que tampoco nos alcanza, a pesar de las horas de retiro de la vida social. Sí, porque “confinamiento” no describe lo que siento, por eso le digo así….retiro, que es casi espiritual.
Y es que son días aciagos, el planeta para sanarse nos enfermó a nosotros, y entonces algunos aprovechan a sus familias con deliciosos arrumacos, otros juegan a la suerte peregrina desafiando la muerte en filas infinitas por la sobrevivencia, pero para otros el tiempo es su joya más preciada, porque lo viven casi en marcha atrás. Y dicho así tan crudo, puede lastimar pero, es real, este pandémico suceso ha sorprendido a nuestro país con una población bastante envejecida, que mira esta realidad con ojos que han visto el paso a otro milenio, por eso lógicamente su preocupación trasciende los marcos del parte actualizado de una pandemia mundial que la historia registrará como COVID19.
Y en ellos pienso, en padres y abuelos, algunos a veces tan solos. Por eso decidí dedicar un ratico de mi tiempo a quienes me necesitan. Entre quienes cuento a varias de mis amigas, de esas con una juventud hermosa acumulada que siguen, desde sus memorias, latiendo dentro y regalando la mejor de sus sonrisas.
Entonces llevaba días pensando en Mariana, sí, con ése nombre que recuerda tantas rebeldías, Mariana Venero Domínguez, una simpática amiga peculiar que nos regala nuestra profesión. Hay días así, en que ciertas personas acuden a la mente como si reclamaran atención. Así que decidí averiguar por qué estaba pensando en Mariana?
Preparaba algunas de mis clases pendientes, si porque esta pandemia tiene fue desaparecer un día, y para ése día y ése tiempo es que seguimos “aquí batallando”, como decimos los cubanos. Y en uno de esos respiros de contenido, decidí llamarla. Primero la sorpresa y luego la alegría, después la emoria , sí porque Mariana siempre tiene anécdotas y recuerdos a flor de labios, como quien lee un libro. Y así conocí parte de sus vivencias y entonces descubrí la razón de mis pensamientos, por esas cosas extrañas de la vida.
Con esa magia de sus casi 80 años, como acostumbra ella entre carcajadas, me cuenta que siempre quiso ser actriz pero su abuela no la dejó, y entonces fue maestra “durante los tres años que me pidió Fidel en la Sierra “, me dice y “luego me hice periodista editora”.
Poco a poco fue revelando sus recuerdos, de un valor hermoso
en estos tiempos. Ya verán por qué. Resulta que mi amiga Mariana, estuvo en aquel grupo de Maestros Voluntarios que respondieron al llamado de Fidel, por estos mismos días de abril pero en los años 60. Y estaba ella pensando en
eso, cuando la llamé.
Apenas tenía 20 años y sin pensarlo dos veces, luego de aquel llamado se presentó. Fidel desde el Canal 2 de la televisión, a las 8:00 pm, informaba al pueblo cubano sobre los asuntos de interés nacional que se debatían entonces, y “como a las 11 de la noche” , me cuenta Mariana, anunció la convocatoria para cubrir las plazas de 1000 maestros voluntarios rurales. Era el 22 de abril de 1960, y al día siguiente el Periódico Revolución publicaba el discurso de la comparecencia:
“El Dr. Fidel Castro anunció anoche la convocatoria para cubrir las plazas de 1000 maestros rurales, dispuestos a convivir con los campesinos en las montañas, bajo la única condición de: Tener cursado el tercer año de los estudios del Bachillerato, Comercio o la Escuela Normal. El sueldo será de $100.00. Los que aprueben los cursillos de superación magisterial recibirán mayor haber. Aclarando que durante los 3 primeros meses no percibirán emolumento alguno. Inicialmente se alojarán en la Escuela Militar de la Mina del Frío, en la Sierra
Maestra. El Gobierno les construirá la casa donde han de vivir la escuela donde presten servicios. Inscripciones: Oficinas del Departamento de Asistencia Cultural, Técnica y Material al campesinado en el edificio del INRA (Rancho Boyeros y General Suárez, en la Plaza Cívica) o en Tele Mundo, edificio Ambar Motors, La Rampa, Vedado, Habana.”
Mariana no era la única, cuando llegó ya había otro grupo inscribiéndose, eran tiempos necesarios y de urgencia revolucionaria cuyo mayor reclamo era para los jóvenes. “Había terminado mi carrera de bachillerato y me había hecho normalista, tenía todavía 20 años. Me presenté en la oficina del INRA -Instituto Nacional de Reforma Agraria- , como orientó Fidel, para inscribirse. Yo vivía en Santiago de Cuba. Allí me inscribieron y me dijeron que esperara el telegrama”.
El 9 de mayo de 1960 partía para la Sierra, desde la estación central ferroviaria de La Habana, el primer Contingente con 5 Campamentos: Minas del Frío (Central), El Roble, La Magdalena, El Meriño y Los Cocos. La idea era preparar maestros que pudieran adaptarse y soportar la vida en las montañas, porque no existían maestros suficientes y era preciso llegar hasta los lugares más apartados del país a impartir clases debajo de un árbol o dentro de alguna casa, porque lo importante era garantizar el maestro.
“En la Ciudad Camilo Cienfuegos, en Yara, nos habían dado las mochilas con todo lo que necesitábamos para subir a la Sierra, y lo primero fue comenzar a subir aquellas lomas, recuerdo una llamada La Vela, que era una loma interminable, íbamos cargados con las mochilas y los maletines que nos habían dado nuestros padres, imagínate empezamos a botar cosas en el camino. Después subimos otra loma que se llamaba La Candela, y llegamos a Minas del Frío. Allí había estado el campamento rebelde, fuimos los primeros civiles que pisamos Minas del frío, que estaba comandada por rebeldes. Allí había barracas, yo llegué y me tiré al piso muerta de cansancio y alguien me dijo: Compañera qué le pasa? Y quién era? El Comandante Pinares, alguien inolvidable para
mi”.
Como parte del entrenamiento escalaron varias lomas “ subimos una que se llamaba Sacalengua, imagínate así estaba esa loma, y otra que se llamaba Te cogí cansao (risas) y luego llegamos al Pico Turquino, que lo subimos dos veces. Estas prácticas curtieron el carácter de quienes desafiaban sus propias posibilidades, en aras de cumplir con la palabra empeñada ante las nuevas metas de la joven revolución triunfante. Me cuenta Mariana como si reviviera esos días, que luego los repartieron en los diferentes campamentos, tenían entre 16 y 22 años.
“Lo más maravilloso fue cuando llegamos al Pico Real y encontrarnos con Martí, con aquel busto puesto allí por Celia Sánchez y Gilma Madera, la escultora. Allí cantamos el himno, mi Campamento era El Roble y fue el primero en llegar, estaba al frente la compañera ya fallecida Mercedes Marqueti, allí estaba también Magalys García Moré, que después resultó una gran periodista, fue una de nuestra jefas también”.
Mientras Mariana me cuenta de aquellos tiempos, vuelvo la mirada a mi buró, desde donde tranquilamente envío las clases a mis estudiantes, sin subir más montañas que las del tiempo y las conexiones a internet, y me siento hija de los esfuerzos de aquellos jóvenes más cargados de esperanzas que de mochilas y pertenencias personales, con todas sus esperanzas en aprender a ser maestros, pero sobre todo, cumplir con Fidel y la revolución.
“Para mí fue una experiencia maravillosa, y eso que no había barracas, lo que habían eran palos y hamacas colgadas, dormíamos a la intemperie, en las noches bajaba una nube fría que le decíamos el Y-4 que nos bañaba en la madrugada, muchos no resistieron, y se rajaron, como decíamos nosotros en aquel momento. A las 6 daban el de pie. Los hombres iban para las Minas del Frío a buscar suministros, otro grupo se quedaba en la cocina y las mujeres nos íbamos a recibir clases con un grupo de maestros que nos daban instrucciones, y otras íbamos al río a lavar las ropas nuestras y de los compañeros” .
Minas del Frío fue imborrable para aquella generación por lo aprendido, pero también por los compañeros que no lograron concluir su meta por accidentes en el río o por enfermedades, entre los maestros voluntarios que iban a buscar suministros desde Minas, hasta el Campamento más alejado de todos, estaba Conrado Benítez García, que pertenecía al Campamento “El Meriño” del primer Contingente. Un recuerdo doloroso que trascendió para la memoria histórica, por su asesinato a manos de los esbirros de El Escambray, en la madrugada del 5 al 6 de enero, un año después, en 1961.
Y estuvieron allí hasta el 25 de agosto del propio año en que regresaron a La Habana. La graduación fue en el entonces Teatro Auditórium (hoy Amadeo Roldán) el 29 de agosto de 1960. Según los datos de la época se graduaron unos 1 400 jóvenes.
“Allí Fidel nos entregó el Certificado de Maestros Voluntarios y luego nos dieron las ubicaciones en cada provincia”.
Casi 25 minutos de remembranzas preciosas e inesperadas me regaló Mariana y ya estábamos casi terminando cuando me insistió en un recuerdo muy importante para ella: “Déjame darte un detalle, allí me enamoré y me casé, yo era de Santiago y me casé con un maestro de la Habana, para que nos ubicaran juntos . Y me fui para una escuelita que se llamaba Cuevitas arriba, y para poder subir me montaron en un mulo que se llamaba Madrid, y en el mulo me fui para la escuelita”.
Aquellos jóvenes maestros fueron ubicados en diferentes provincias y municipios del país, Fidel había convocado a 1000 jóvenes, pero se graduaron 1400. Un año después se formaron las Brigadas de Alfabetizadores, con las que se logró erradicar el analfabetismo en el país. Luego las Brigadas Frank País, a las que siguieron las Makarenko.
Ya me iba a despedir y por esos caprichos de la memoria, mi amiga ntusiasmada me vuelve a detener : “…hay una anécdota muy graciosa, veníamos de regreso un día del Pico Turquino, un grupo, y una campesina nos había regalado un poquito de café, y estábamos muertos de hambre porque nos lo habíamos comido todo, entonces venía el compañero Pedro Juan Rodríguez, que luego que presidente del Instituto del Libro, Marilú, mi esposo, Rosita, Pedro Ross, que fue el Secretario general de la CTC, y teníamos el azúcar y el café, pero no teníamos cómo colarlo. Entonces pasamos por al lado de un río y entonces Pedro Juan se quitó una media y la lavó y dijo aquí vamos a colar el café. (risas) Y ahí mismo lo colamos y ha sido el mejor café que me he tomado en mi vida” (risas) Así fue mi tarde con mi amiga Mariana, desde el otro lado de
teléfono. Ahora sé por qué la tenía tan presente, eran loslatidos de la historia, eran avisos de las memorias recónditas de tantos y tantas que en aquellas lomas se consagraron para que pudiéramos los jóvenes de hoy , soportar los tiempos consagrados de una espera incierta por culpa de una pandemia, desde la tranquilidad de nuestras casas, detrás de una pantalla tratando de que no se apague la eterna luz de la enseñanza, desde las montañas a las Teleclases y de ahí hasta los grupos del Whats app.
Nota: Mariana Venero Domínguez : fundadora de la Editorial Oriente siempre se ha desempeñado como editora, en la Editorial Pueblo y Educación , Editorial Orbe, Editorial Ciencias Sociales, en la Editorial del INDER, y ahora ya jubilada en la Revista digital En
Vivo del ICRT.
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Buenas tarde ... escribo aquí mi inquietud ya q intento abrir el cubaeduca para plantear mi inquietud y no logro abrir esa página por cobertura de dato al parecer en mi zona de residencia .... la teleclase de la semana pasada de ciencias naturales culminó con la unidad 4 Las plantas con flores y hoy debía iniciar la unidad 5 El hombre pero al inicio de la clase se da por dado el contenido desde la página 119 hasta la 128 con estudio individual orientado en clase anterior la cual busque y busque en cubaeduca y está la misma clase en la cual culmina la unidad 4 .....hoy comienza la clase directo a Que es la digestion??? Por favor revisar teleclases de hoy de ciencias naturales .... quizas sea error mío pero al revisar la clase de ciencias correspondiente a la semana 3 , q es la semana pasada en cubaeduca es la misma en la q culmina la unidad 4 y esta q es la semana 4 q comprende desde el día 20 al 24 empieza dando por dado contenido no estudiado ni explicado en teleclases .....
Que linda y emocionante historia. Aunque no conozco la sierra en mi mente iba reviviendo los pasajes que vivió Mariana a medida que iba leyendo. Gracias por este artículo. Mariana, un verdadero ejemplo de consagración y valentía como lo sería la otra Mariana...
Preciosa historia de vida de ese hermoso pueblo cubano!! Saldrán adelante, bien ganado se lo tienen!! Gracias por la publicación que nos permite valorar todo vuestro esfuerzo.
Abrazos desde la Patria Grande
Cuanta historia ilustrativa y bella de como la juventud siempre ha sido y serà la arcilla fundamental de la sociedad y la revolución.
Desde tan temprano la educación estuvo en la mira de nuestro Comandante en Jefe.
Gracias por tan lindo testimonio.
Ha veces la falta de consciencia nos hace ser invisibles ante la gravedad de lo que hoy vivimos ante el covid19 muchas personas que conscientemente actúan de manera negativa ante esta situación de salud no nos damos cuenta que muchos médicos ofrecen sus vidas para esta lucha que no es por mi es mi familia mis hijos mis amigos personas que quiero que amo a quien debo cuidar llamo a la reflexión quédese en casa proteja a todo aquel que le rodea sus seres queridos
Soy maestro Makarenko, posterior a Mariana, Ingresé a San Lorenzo con 11 años, a nosotros nos tocó la práctica en La Habana becados en Tarará. Mariana me ha hecho recordar muchas vivencias de Minas del Frío. ¿Ella recordará el Y-7? y qué se le decía al que se caía? (Porque era fango contra fango). Saludos para todos los Makarenkos. Todavía me mantengo en Educación y muy al tanto de las teleclases.