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A mí la inquisición me hubiera achicharrado (I)

Publicado en: NosOtros
En este artículo: Antropología, Cuba, Cultura, Religión, Yoruba
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Religión YorubaEntrevista con el santero Remberto

RMLG: Los relatos míticos que usted me ha contado -sobre el origen del mundo, por ejemplo-, ¿deben ser entendidos de forma alegórica o directa?

Remberto: Pienso que son alegorías.

RMLG: O sea, la gallina con que bajó Ochanlá no existió realmente.

Remberto: No creo. Nadie tiene evidencia de que haya existido en realidad.

RMLG: ¿Es un símbolo?

Remberto: Un símbolo.

RMLG: ¿Y qué piensa de la teoría de la evolución? ¿Debemos considerar que los seres vivos fueron creados en la misma forma en que los vemos ahora, o son el resultado de una evolución?

Remberto: Darwin lanza varias hipótesis muy interesantes, habla de la incandescencia de la tierra, de una nebulosa, de precipitaciones; asegura que la vida surge en el mar, donde van apareciendo las diferentes especies animales a partir de seres unicelulares, hasta que, ya en la tierra, el proceso se corona con la transformación del mono en hombre (no de cualquier tipo de mono, por cierto). Hay determinada similitud con las representaciones yorubas sobre las que hemos hablado; aunque no hay que exagerar esto.

RMLG: ¿Sería posible encontrar una verdad única?

Remberto: No la veo venir por ningún lado. En realidad, sobre ese asunto no se sabe virtualmente nada. Hay unas pocas evidencias, no más.

RMLG: ¿Podríamos decir que, en su pensamiento, la ciencia y la religión son dos esferas aisladas?

Remberto: Quizá tengan algunos puntos de contacto, pero no están unificadas.

RMLG: ¿Usted tiene fe en la ciencia?

Remberto: Con toda seguridad. La ciencia ha jugado un papel insustituible en la historia de la humanidad, en el desarrollo de la civilización. Y lo seguirá jugando.

RMLG: ¿Algún día habrá que establecer una verdad única?

Remberto: Pero, ¿cómo? Es muy difícil. Piensa los milenios que tiene ya el hombre sobre la tierra, y no ha llegado a nada, a casi nada.

RMLG: ¿Existe algún puente en su pensamiento entre la ciencia y la religión?

Remberto: La ciencia es creada por una parte de la humanidad; en tanto el saber religioso se concentra en otra. Rara vez se han sintetizado ambos saberes en las mismas personas. Tienen que existir puentes; de hecho existen puntos de contacto, pero sólo puntos.

RMLG: Mi pregunta se refiere a usted, a su pensamiento, a su forma de ver las cosas.

Remberto: En mí ambas maneras de ver y pensar están ahí, una al lado de la otra, sin pelearse ni abrazarse. Yo nunca he experimentado un conflicto por ello. Y conste que soy un lector insaciable de ambos tipos de literatura; además de buen conversador y buen escucha.

RMLG: ¿Por qué considera usted que ha habido tantos encontronazos entre la religión y la ciencia?

Remberto: Los encontronazos son siempre entre los hombres. La respuesta a esa pregunta no la vas a obtener si la buscas en cuestiones conceptuales o de fe. Se trata de una cuestión de intereses de los seres humanos, de apetitos económicos, ansias de poder, posiciones sociales y valores. Ahí entra a jugar hasta la envidia, los rencores, el resentimiento. El hombre se ha creado a sí mismo y, a la vez, se destruye día a día.

RMLG: ¿Qué piensa de la Inquisición?

Remberto: Es un ejemplo de lo anterior. Hace poco estuve leyendo un libro de Umberto Eco, El nombre de la rosa, en el que el tema del fanatismo y las herejías se maneja de una forma muy inteligente; vale la pena leerlo. La Inquisición fue una gran falla, un extravío histórico, no de la religión católica como tal (decir eso sería superficial e injusto con los católicos, quienes merecen respeto), sino de los seres humanos que en aquella época actuaban un su nombre y se investían de los poderes terrenales que confería su autoridad. Eran individuos con jerarquía y poder en busca de más poder y más jerarquía. Lo mismo suele pasar con los ideales políticos: en nombre de los más altos valores de la humanidad, se han cometido las mayores atrocidades. No es un credo u otro lo que genera la barbarie; es la desigualdad y los intereses egoístas de los hombres. En la Biblia de los católicos se dice que amarás a Dios sobre todas las cosas y que se debe hacer el bien a toda la humanidad. ¿Cómo hacer compatible eso con el hecho de quemar vivas a personas por supuestas herejías? ¡Herejes ni herejes!

RMLG: A usted lo hubieran cocinado de lo lindo...

Remberto: Me hubieran achicharrado.

(Continuará)

Se han publicado 36 comentarios



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  • Carlos Valdés Sarmiento dijo:

    Como dijó Alberto Cortes:

    En nombre de mi Dios soy asesino,
    embustero, fanatico y tirano
    desafiando las leyes del destino,
    tengo sangre de siglos en las manos.

    Más, tambien en su nombre soy la rienda,
    que consigue domar a tanto potro,
    sería sin un orden la merienda
    de comernos los unos a los otros.

    ... en fin
    Más allá de ideologías
    más allá, de lo sabio o lo profano
    soy parte del espacio:
    SOY, LA VIDA
    por el hecho de ser:
    UN SER HUMANO.

  • Aparicio dijo:

    Entre Alexei y Amatista, escojo... a Obatalá.

  • Jochila dijo:

    Oye pero me dijeron que los artículos salian los jueves y ya entré aquí por la quinta vez y no veo el nuevo.
    Se están relajando la autora y los amigos editores también...
    Miren que conectarse en este pais no es cosa fácil.

  • remberto dijo:

    Que conste que soy un tocayo. No Remberto el Santero. Pero quiero felicitar a mi tocayo por sus respuestas tan inteligentes a un tema de tanto interés para muchos cubanos. Y por supuesto, a la entrevistadora.

    Remberto el informático

  • Rogney Piedra dijo:

    Remberto -como todos nosotros- es un hijo de su tiempo. Su respuesta de que las deidades y mitos “son alegorías”, no es más que un fácil escape; pues, si esa entrevista se hubiera realizado hace tan sólo 100 años, la respuesta hubiera sido muy diferente. Y esto entra en clara contradicción con “Piensa los milenios que tiene ya el hombre sobre la tierra, y no ha llegado a nada, a casi nada.”. ¡“casi nada”! Acaso, este señor está insinuando que el cristianismo del siglo XV es el mismo que el actual, con respecto al tema que nos ocupa. Y que los cristianos, santeros, etc. de ahora son iguales a los de entonces. Él mismo y sus “alegorías” son un ejemplo de los estragos y cambios –por no decir revoluciones- que se han producido en las religiones, en gran medida, producto a los avances de la ciencia.
    Lo anteriormente dicho, resulta obvio. Ante la evidencia y peso lógico-teórico de la teoría de evolución –por poner un mero ejemplo-, la religión no ha tenido más que adaptarse, pues ella sabe muy bien que ante sus fieles –religiosos-, debe existir cierto margen de credibilidad –en el misterio- de sus dogmas. Por eso es que, por decretos papales, la Iglesia ha dado su aprobación a la teoría de la evolución, el heliocentrismo, entre otros no menos importantes descubrimientos. Así, la religión tiene que adaptarse con cada nuevo paso importante de la ciencia a la época; no sin resistirse y oponerse inicialmente a éstos, porque uno de sus caracteres esenciales es el dogma, y ¿qué será del dogma si cambia constantemente?
    Cierto es que nunca habrá una unificación; pues, la ciencia y la religión son esencialmente opuestas. La esencia de la religión es el misterio –y su permanencia-. La esencia de la ciencia es la verdad –su búsqueda y descubrimiento-. La ciencia es por su naturaleza, pues, opuesta a la religión, en ella nada –o casi nada- es absoluto, sino que cambia, crece, se construye, evoluciona. La religión se resiste a todo cambio, y todas ellas nos hablan de morales, dogmas y concepciones eternas. Y como ellas (ciencia y religión), frecuente, tratan de las mismas cosas, de los mismos temas (origen del mundo, origen del hombre, continuidad o discontinuidad de la vida después de la muerte, del espíritu o cuerpo pensante, etc.) ¡¿Cómo no puede haber choques entre estas dos expresiones de la humanidad?! Considerando lo dicho: ¡bastante pocos se han dado!
    Y; si se han dado “pocos” choques directos entre la religión y la ciencia, entre los religiosos y los científicos; es precisamente porque muchos científicos han sido religiosos –esto es, creyentes-, y, al menos, han tratado de no chocar directamente con la religión, conciliando sus descubrimientos con los dogmas. Parece que Remberto, a pesar de ser un “lector insaciable”, no conoce a figuras como Pascal, Galileo, Descartes, Newton, Leibniz, Maxwell y –entre muchísimos otros, entre la mayoría de ellos- hasta el propio Darwin, que en toda su vida nunca dejó de creer en Dios, y si en algún momento se apartó de la Iglesia fue de la institución y sus dogmas, no de la fe en el Dios que “inició” la vida. Así que, el artificioso argumento de que “Rara vez se han sintetizado ambos saberes en las mismas personas” queda destrozado y en ridículo. Tal “argumento” no es otra cosa que otro escape a la cuestión y su esencia: la religión y la ciencia son opuestas por naturaleza, como demostré en el anterior párrafo.
    El propio Remberto, con su forzada “similitud” entre las concepciones dogmáticas yorubas y la teoría de la evolución, es un ejemplo fehaciente de lo que he dicho acerca de la adaptación de la religión a la época mediante la conciliación de sus dogmas con los avances científicos.
    Sobre de que si los choques y la Inquisición “se trata de una cuestión de intereses de los seres humanos, de apetitos económicos, ansias de poder, posiciones sociales y valores” y de que “eran individuos con jerarquía y poder en busca de más poder y más jerarquía”, felicito a Remberto por haber descubierto el principal móvil y propósito de toda religión –o mejor dicho, de toda institución religiosa-. Pero esa respuesta también evade por completo el centro de la diana en esta cuestión. El que lea tal respuesta, pensará que los inquisidores eran unos descarados y malvados envidiosos que quemaban a la gente para beneficiarse económica-políticamente sabiendo muy bien que sus víctimas no eran herejes. ¡Infantil caricatura! Pues, yo le diré que los inquisidores, al menos la gran mayoría de ellos, sí creían con toda convicción que lo que estaban haciendo era servir a Dios en la mejor de las formas posibles. Es de tontos juzgar con carácter de universalidad la moral de una época. No sólo los inquisidores, sino también los plebeyos, nobles, en fin todo el mundo, excepto los juzgados de herejes y los directamente relacionados con éstos, veían las torturas y las ejecuciones como un bien. Así, en las ejecuciones públicas de brujas y herejes, era la masa presente la que se burlaba, la que lanzaba comida, piedras y excrementos, la que maldecía y la que le daba gracias a Dios por que se hiciera “justicia” y se “purificara” el alma de los herejes con el fuego.
    Así que, de lo que se trata no es de los intereses y actitudes vergonzosas de la Iglesia, que en realidad provenían del alto clero; sino, de la mentalidad de una época dominada por el fanatismo al dogma religioso. Precisamente, la ciencia y el desarrollo técnico han sido, junto con las revoluciones sociales, los ángeles que nos han liberado de tal era.

    PD: Fino, lo único que has demostrado en tus comentarios es que no sabes nada sobre los Derechos Humanos, sobre lo que es una “falta de respeto”, sobre lo que es una crítica, y especialmente que no sabes nada de biología ni de la teoría de la evolución.

  • Rogney Piedra dijo:

    Otra cosa que me gustaría añadir: esta área de debate, si no me equivoco, está destinada a la antropología, y ustedes se han dedicado a debatir sobre la existencia de Dios, la teoría de la evolución y otros asuntos filosófico-científicos. Cosa que, aunque demuestra la fuerza de estos temas y el entusiasmo que siempre provocan, no es muy apropiada que digamos. Quiero decir: se han salido del tema.
    Sería bueno, pues, encontrar otro espacio, si no lo hay aquí en otro foro para hablar abiertamente sobre estas materias que, al menos a mí, me parecen más apasionantes. Además, algunas personas han demostrado un verdadero desconocimiento en estas materias. Todo lo que hacen es "buscar información", "informarse", nunca piensan por sí mismos.
    Aunque, ahora que me fijo en las fechas de los posts, no me parece que este debate siga muy activo.
    PD: En el post -o comentario- anterior, tuve algunos errores gramaticales; al parecer aquí no se puede editar el post una vez se publica –no lo sabía-. Les pido disculpas. Ah! y una mera curiosidad, Galileo sí fue pintor.

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Rosa María de Lahaye Guerra

Rosa María de Lahaye Guerra

Es doctora en Ciencias Filosóficas y antropóloga cubana. Actualmente es profesora de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana. Tiene varios libros publicados, entre ellos "Yemayá a través de sus mitos", en coautoría con Rubén Zardoya.

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