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Birán

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A Leidy y a los trabajadores de la Casa Museo de Birán.

Era un Lada. Yo no tenía ni idea de lo que era un Lada hasta que llegué a Cuba. Como no tenía ni idea de tantas otras cosas que tuve que conocer aquí, porque en mi cultura occidental me habían sido negadas; no me habían dado acceso.

Me estaba acercando al lugar donde llevaba queriendo venir hace años por un camino de tierra, en un coche viejo y ruso. No sabía si era real o imaginario. Muchas emociones estaban teniendo lugar dentro de mi.

Lo cierto es que estaba llegando a Birán.

Y la verdad es que he pensado bastante escribir sobre este hecho, aunque no tengo mucho que decir, y al mismo tiempo podría escribir horas sobre la experiencia que viví en ese trozo de naturaleza al Oriente de Cuba.

Cuando yo me siento frente al ordenador y escribo, lo hago con los sentimientos; con el corazón. No soy una periodista que haga análisis de datos. Lo mío nunca fue la academia a la hora de reflexionar. Al menos hasta el momento. Yo escribo con lo que tengo dentro. A la gente hay que transmitirle y siempre supe que junto al conocimiento, los sentimientos son la mejor herramienta.

Estando en la universidad tuve la oportunidad de entrar en un departamento de investigación para poder quedarme posteriormente quién sabe si trabajando en el mismo. Pero no pude seguir. Necesitaba vivir. Viajar. Conocer el mundo. Visitar países. Salir de Sevilla.

Y salí al mundo.

Y aquí estoy; aquí elegí y aquí elijo estar.

Y de nuevo repito: llegué a Birán. Había leído tanto. Me habían contado tanto. Había imaginado, había pensado, había soñado. Y ese momento estaba ya ahí, delante de mí.

Recuerdo cada segundo del camino de llegada. Los agujeros del camino y los caballos que nos acompañaban por la carretera. Muchos iban montados por niños. Se respiraba humildad.

Allí nos estaba esperando Leidy. Ella es del mismo pueblo, y es descendiente de los trabajadores que antaño trabajaban con la familia en la casa. Trabaja de museóloga y es la única experiencia laboral que ha tenido. Comenzó a trabajar en noviembre de 2004. Diecinueve años yendo todos los días a la comunidad que Don Ángel levantó con sus manos.

Leidy nos enseña todo. Comienza por el panteón familiar donde guardan reposo los padres de Fidel y algunos de sus hermanos. Todo en mármol blanco y resplandeciente. Y luego nos da entrada al resto de la casa. A la escuelita, a los bohíos donde vivían los haitianos que trabajaban, a las habitaciones, a la cocina.

En mi imaginación estaba Fidel con sus hermanos corriendo y jugando.

Leidy me interrumpe en estas imágenes que no paraban en mi mente para contarme que a veces cuando Doña Lina los llamaba para comer, los niños ya habían comido con los trabajadores haitianos. Vivían realmente en comunidad, con respeto y con igualdad.

En este lugar, que tiene forma en lo físico y en la mística de paraíso, Ángel Castro Argiz creó una sociedad justa. Y no faltaba de nada. No hacía falta salir porque allí les llegaba todo. Tenían su propia oficina de Correos y hasta un hotel, ya que la carretera nacional de Cuba de la época atravesaba la comunidad y el padre de Fidel pensó ya en esto, por si tenían que quedarse pasajeros.

Que Don Ángel era un visionario no cabe duda. Él sabía hacer dinero en beneficio del colectivo en cada oportunidad que veía.

Estoy convencida firmemente que Fidel imaginó una Cuba justa y solidaria como lo era la comunidad de su infancia en la que creció. Porque su padre, sin saberlo, era un socialista de corazón y principios.

En la casa de la familia Castro Ruz en Birán respiré lo que en aquellos años ellos respiraban. Al menos así lo sentí el 5 de mayo de 2023. La pureza del aire que está en esos árboles. Esa brisa fresca que sopla es difícil de encontrar. La casa y su alrededor es un proyecto majestuoso.

Vuelven de nuevo a mi imaginación Fidel y Raúl de niños corriendo intrépidos entre la hierba, sus risas, su aprendizaje de un mundo más justo desde la cuna, el ser privilegiados pero crecer junto a niños y niñas de trabajadores y campesinos.

Ángel Castro los trataba como jamás habían sido tratados. Les dio la dignidad que esta vida injusta te arrebata cuando naces. Y eso a un hijo, a dos de ellos en concreto, no les dejó indiferentes.

Es más, aún habiendo sido educados para siendo adultos defender los intereses de la familia (en el caso de Fidel como abogado), él supo que sus intereses estaban mucho más allá que los de la familia.

Su hermano Raúl igual.

Los intereses de ambos hermanos eran los de un país. Los de un pueblo, los de un continente. Los de los humildes para los humildes.

Quién le iba a decir a Don Ángel y a Doña Lina que en su casa, que en Birán, con su trabajo honrado y sus valores, habían traído al mundo a dos de los hombres más grandes de todos los tiempos. Símbolos de lucha, paz y libertad.

Se han publicado 16 comentarios



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  • alo dijo:

    Bella crónica Ana, es increíble como ya dominas todo de nuestro país, que también es tuyo. Si pudiera t compraba una casita para que vivieras aquí por más tiempo a nuestro lado, ja ja ja. Reconforta mucho la opinión de alguien de fuera (aunque ya eres nuestra). Éxitos y que sigas en conociendo cada día más a Cuba, bella cubana-española.

  • Pèrez dijo:

    Felicidades Ana por ser una más que defiendes a capa y espada (Sin miedos) nuestra noble causa socialista. He visto muchas de tus publicaciones en las redes defendiendo a Cuba y realmente tu valor y corage para enfrentarte a los que odian y ademas por ser joven y no cubana, nos maravilla. Muy buen artículo sobre Biran. Felicidades

  • Miguel Angel dijo:

    Ana, hermana, muchas muchas gracias. Como has podido llegar hasta el corazon y el alma de los buenos cubanos si desde que naciste solo leiste en la prensa cosas malas de Cuba y lo lógico sería que fueras una más del ejercito de zombies manipulados detestadores de Cuba? Como puedes estar aquí si desde que amaneces las redes te invaden con comentarios de mentirosos y mal intencionados como los que dicen que en Cuba no hay gasolina de los mismos que han hecho todo para que no llegue ni una gota de gasolina ni de comida ni de medicina ni de luz para que mi madre viejita y enferma muera pronto en el mayor sufrimiento posible y yo entonces en vez de culparlos a ellos culpe a otros?
    Tu dignidad, tu ejemplo, tu compañía, tu valentía, tu lucidez, tu sensibilidad, tu solidaridad son de las cosas que también nos mantienen vivos a pesar del ejercito de odiadores sepultureros que quieren enterrar a un pueblo, a su pueblo, y para ello no dudan en venderle su alma al diablo por 3 centavos.

    Gracias Ana, hermana querida.
    Mi casa pobre sencilla cubana es también tu casa, tú aunque no lo sabes, hace tiempo ya eres parte de mi familia, o si lo sabes?
    Un abrazote muy fuerte.
    Miguel Ángel

  • Alicia Aurora dijo:

    Gracias Ana, por tu amor a nuestra Patria, a Fidel, a la justicia! Hoy temprano revise cubadebate, como cada mañana hago, soy medico formada por la Revolución, eterna amante y defensora de la obra inmensa de la Revolucion cubana y leer tu bella crónica me lleno de recuerdos, de patriotismo, de compromiso, hoy cumplo mision internacionalista en Mexico, de donde salio Fidel comandando al Yate Granma! Nuestro eterno Caguairan! Una vez más gracias Ana, tu crónica me ha llegado al corazón!

  • Lena dijo:

    Interesante artículo. Bellas imágenes. Sorprendente ese pedacito de Cuba.Tuve la oportunidad de visitarlo en dos ocasiones. Conmovedora historia. Es una agradable e inolvidable experiencia.
    Gracias Ana. Un abrazo cubano.

  • Nopin' dijo:

    Ana. Si conoces la obra de Fidel sabrás que lo vivido en la finca de su padre fue una de las motivaciones que tuvo para pensar la Revolución. Dicho textualmente por él, su papá no pagaba a sus trabajadores con dinero sino con vales. Estos eran sólo eran canjeables en los comercios propiedad de don Angel. Fidel citaba esta práctica laboral como ejemplo de explotación en los campos cubanos. Birán fue una de las primeras fincas cubanas en ser expropiadas. Hallo muy preocupante que se edulcore la visión de Fidel sobre Birán y la figura de se padre, cuando al alcance de la mano sobran fuentes, la primera de ellas el testimonio del propio Fidel, que desacreditan esta idealizacion.

  • Luis dijo:

    Este artículo, con todo respeto, parece más una idolatría religiosa que una reseña de un viaje. No creo que sea realmente la forma en que se deba recordar a un líder comunista.

  • FSA dijo:

    Hace unos años visité Birán y ese lugar es mágico. De todos los lugares de Cuba que he visitado ha sido el que más me ha conmovido.
    En sentido general el lugar con sus edificaciones y áreas verdes es acogedor, uno se da cuenta que se hizo con amor. Tener la posibilidad de ver lugares específicos como el cuarto donde dormían Fidel, Raúl y Ramón o el pupitre donde se sentaban Fidel y Raúl en la escuelita en que se impartían varios grados a la vez y escuchar anécdotas, etc, te hace volar la imaginación y sentirlos de carne y hueso, así como escuchar relatos sobre Ángel o Lina, te hacen ver que parte de lo que fueron y son se lo deben a sus padres y su infancia en Birán.
    Recuerdo que antes de marcharme tomé una pequeña piedra del lugar porque sentí la necesidad de llevar conmigo algo que me acompañara hasta el final de mi camino, porque de alguna manera estoy atado espiritualmente al lugar donde nacieron y dieron sus primeros pasos en este mundo los dos hombres que este pueblo parió en el siglo XX para mostrarnos el camino de cómo hacer un mundo mejor.
    De corazón puedo decir que he sentido a Fidel y Raúl como padres y por tanto venero el lugar donde nacieron.
    Gracias Ana. Te queremos.

  • Alberto Garcia dijo:

    Estimada Ana Hurtado: he leído aquí comentarios sobre su trabajo sobre Biran. Debo decirle que respeto mucho sus intenciones de recordar la tierra donde nació Fidel, lugar sagrado para los revolucionarios cubanos y evidentemente tambien para usted nacida en España. Gracias Ana. Reciba un fuerte abrazo.

  • Rodolfo Curbelo Acevedo dijo:

    Es lo hermoso, cierto y conmovedor que he leído en mucho tiempo

  • R3 dijo:

    Hermosa cronica, Ana.

  • Faustino Fonseca Perea dijo:

    Gracias Ana por llegar hasta Holguín, hasta Birán, ese es para los buenos cubanos, un sitio sagrado. Me gusta tu modo de escribir y describir las cosas que ves, aquellas con las que te encuentras, leyéndote volví a Birán, a mi siempre me invade la sensación de que cada vez que lo visito, es como la primera ocasión.
    Es Birán un lugar de encanto ciertamente y estar allí es aprender, es saber de la vida de una familia y de hombres de la talla de Fidel y Raúl, que ardieron en ansias de hacer el bien, e hicieron un bien inmenso por Cuba.

    Le esperamos de nuevo por estos lares.

  • Nivia Sánchez Rojas dijo:

    Felicidades Anita linda y sentidas palabras sobre un sitio insignia de nuestra provincia y nuestra historia. Fue un placer tenerte esos días en Holguín.

  • Nancy Cable Ruz dijo:

    Gracias, Fidel Castro Ruz por entregar tu vida a una Cuba más justa. Vivirás en mis recuerdos, cómo mismo siguen latentes cada día vivido en nuestro Biran amado.

  • Nancy Cable Ruz dijo:

    Gracias Ana. Vuelve siempre Cuba respeta
    tu valentía.

  • d dijo:

    Me encanto la reseña de su viaje!!!

Se han publicado 16 comentarios



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Ana Hurtado

Ana Hurtado

Periodista española, documentalista y comunicadora en redes sociales.

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