Imprimir
Inicio »Opinión, Deportes  »

Bartolo Portuondo, el padre de Omara (Final)

| 7 |

Bartolo Portuondo_1Según el Real Diccionario de la Academia Española (DRAE), Portuondo es un apellido de la nobleza, oriundo de Vizcaya, cuyo significado en euskera, perteneciente o relativo a la lengua vasca, quiere decir "junto al puerto".

La familia parece haberse radicado en la zona oriental del país, específicamente en Santiago de Cuba. Según la misma publicación, con el tiempo las descendencias también se irían a países como México, España, Estados Unidos, Panamá, y otros. Veamos:

Don Bernardo José Portuondo y Bravo y su mujer Doña María Gabriela Rizo y Zebedes, con la que casó el 7 de noviembre de 1747, fundaron la iglesia de la Santísima Trinidad, de Santiago de Cuba. Don José Joaquín Portuondo y Rizo, hijo de los anteriores y Alcalde de dicha ciudad, ostentó el título de Conde de Santa Inés, por Real despacho de 23 de diciembre de 1819. Y a su hermano, Don Bartolomé Portuondo y Rizo, el de Marqués de las Delicias de Tempú, por otro Real despacho de 9 de marzo de 1832.[1]

Arturo José Portuondo Illas, quien había quedado a cargo del libro-documento original con el nombramiento de los citados títulos nobiliarios, donde se describe la genealogía familiar, con firma y cuño aprobatorio del rey Fernando VII, decidió entregarlo al Museo de La Habana, en la década del setenta del siglo XX, donde se conserva para evitar su deterioro.

En cambio, Bartolomé Portuondo Alfaro, a quien llamarían Bartolo y llevaría por nombre el del Marqués de las Delicias, no pudo tener un origen más humilde y traumático, dada la furtiva relación de un descendiente de tal linaje, con una negra de la servidumbre. El padre, militar de carrera por más seña, tuvo el valor de darle el apellido.

Bartolo, cuando se unió en matrimonio con Esperanza Peláez, de origen asturiano, blanca y aristócrata, a quien había conocido desde la niñez, ya era un destacado jugador de cuadro, receptor y jardinero, que bateaba y tiraba a la derecha. Nació el 24 de agosto de 1894, en el barrio de Cayo Hueso, La Habana (otras fuentes lo ubican en 1893) y el 26 de mayo de 1981 falleció viudo, en su ciudad natal, al cuidado de Omara.

En su larga existencia no solo acumuló una fructífera carrera beisbolera, pues se acercó al mundo de la cultura, con una capacidad para la música que heredarían sus hijas; también Iván, el varón, quien no la ejerció:

Otro caso de un beisbolista con amistades en el mundo de la música, y cuyo linaje triunfó en el difícil arte de la canción, es el infielder de los equipos Habana y Almendares en las décadas de 1910 y 1920, Bartolo Portuondo, célebre por su bateo oportuno y velocidad en las bases. Como nos lo confirma su hija, la inmarcesible Omara Portuondo.[2]

Participó en nueve temporadas de la Liga Profesional Cubana y en dos torneos independientes. En 1915-1916, con el San Francisco (.349), 1917, con el White Sox (.158), 1918-1919, con el Cuban Stars (.317), 1919-1920, con el Almendares (.287), 1920-1921 (.224), 1922-1923 (.262), 1923-1924, con el Habana (.305), 1923-1924, con el Habana del torneo independiente (.267), 1925-1926, con el Almendares (.363), 1926-1927, con el Cuba (sin datos) y 1926-1927, con el Marianao del torneo independiente (.284). Total incompleto: en 861 veces al bate, conectó 243 hits, para average de .282, con 118 anotadas, 20 dobles, 6 triples, 1 jonrón y 41 bases robadas.

En 1919 se produjo la visita a La Habana de los Pittsburgh Pirates, equipo de las Grandes Ligas, para efectuar dieciséis partidos contra Habana y Almendares. Hubo división de honores y Portuondo, quien resultaría entre los más destacados, acumuló un average de .323.

En la serie 1919-1920, estuvo con el Almendares, que resultaría campeón y fue líder en bases robadas (10). Quedó tercero en anotadas (16) y en hits conectados (29). Asimismo, anotó la carrera del triunfo en el juego decisivo del play off; cuando había bateado un triple y resultó impulsado por hit del estelar Cristóbal Torriente.

En la temporada 1920-1921, los organizadores de la Liga Profesional Cubana decidieron incorporarle el equipo norteamericano Bacharach Giants, que había dejado una bonita huella en la anterior Serie Americana. Ante ese equipo, Bartolo defendería la antesala del Almendares los días 9 (3-0), 12 (6-3), 18 (4-1) y 25 de diciembre de 1920 (3-0).

El 4 de noviembre de 1920 ocupó la antesala del Almendares, contra los New York Giants, que tenían en sus filas al gran Babe Ruth, invitado por el empresario Abel Linares, quien había ofrecido un precio astronómico por la presencia del Bambino en varios partidos. El juego de marras, entre otros, se celebró en el Almendares Park II y terminó con score de 11 x 4. Allí resultaría héroe el zurdo Cristóbal Torriente, con cuatro hits, incluidos tres cuadrangulares. Portuondo bateó un sencillo en dos turnos oficiales, recibió un pelotazo y anotó cuatro de las once carreras de su equipo.

Fue célebre por el bateo oportuno y la velocidad de las piernas. En 1919-1920 lideró las bases robadas (10). El 22 de diciembre de 1918, jugando para el Cuban Stars de la Liga Profesional Cubana, había implantado un récord absoluto en bases robadas en un desafío, junto a Bienvenido Pata Jorobá Jiménez, quien estafó 8 bases y Bartolo 5, para un total no igualado (13).

Ese año también sería líder en veces al bate (57), con el White Sox de aquel circuito, empatado con Tomás Romañach, del Orientals. Pronto se convertiría en uno de los jugadores más populares, junto a Merito Acosta, Joseíto Rodríguez, Cristóbal Torriente, y otros.

Entre 1916 y 1927 estuvo en las Ligas Independientes de Color, o Ligas Negras norteamericanas, donde desarrolló una buena carrera con los siguientes equipos: Cuban Stars East (1916, 1923-1927), Cuban Stars West (1917-1918), All Nations (1919) y Kansas City Monarchs (1920-1922).

Según James A. Riley:

El veterano tercera base de Alejandro Pompez con los Cuban Stars, de la Eastern Colored League, como segundo bate conectó para .209 y .247 en 1924 y 1925 respectivamente. Fue un jugador muy rápido, excelente en las bases y de aceptables promedios. Venía jugando a las órdenes de Alejandro Pompez desde 1916, con los New York Cuban Stars, de las pre Ligas Negras, donde se desempeñaba en los jardines y la segunda base.[3]

Defendió la tercera almohadilla, como primer bate, el 16 de septiembre de 1920, donde conectó de 4-2, más 1 anotada, con el Kansas City Monarchs, bajo las órdenes de José de la Caridad Méndez, quien se impuso a los Cuban Stars (2 x 1), en el primer campeonato oficial de las Ligas Independientes de Color, o Ligas Negras norteamericanas.

Sus totales en ese circuito, según Seamheads.com. Negro Leagues Database: en 289 desafíos y 1 123 veces al bate, conectó 297 hits, para average de .265, con 41 dobles, 12 triples, 183 anotadas, 184 impulsadas, 59 bases robadas, 94 bases por bolas recibidas y slugging de .300.

Bartolo fue un hombre dispuesto a prestar ayuda a los jóvenes; entre ellos el mismísimo Martín Dihigo, quien así se expresó en 1923, en una de sus primeras presentaciones en público:

Al finalizar la temporada, Pelayo Chacón me habló para que fuera a jugar con los Cuban Stars, en la Liga Independiente (Negra), que él dirigía; éramos un conjunto integrado por 15 atletas. Tuve que pedir permiso a mi familia, porque aún era menor de edad; me embarqué y comencé a aprender mucho más. Si agradecido le estoy a Mike González, no se lo estoy menos a Pelayo Chacón y a Bartolo Portuondo, en los cuales encontré dos verdaderos amigos; siempre estuvieron dispuestos a darme los mejores consejos y hacerme ver lo que más me convenía para llegar a obtener la victoria como jugador de béisbol.[4]

En 1920 había participado en la Serie All Nations-Cuban Stars, previa al inicio de la temporada americana, jugando con los segundos.

Otros desarrollaron brillantes carreras en los circuitos independientes, como el jugador de cuadro del Almendares Bartolo Portuondo, que luego, tras la creación de la Liga Nacional Negra en 1920, tuvo una actuación estelar con los Kansas City Monarchs. Allí fue compañero de equipo de Méndez, quien con el tiempo llegaría a ser manager de ese trabuco beisbolero.[5]

Ese mismo año, el 6 de septiembre de 1920, en una entrevista al Diario La Prensa, de La Habana, El Diamante Negro hizo la siguiente referencia:

Actualmente soy manager del Kansas City Monarchs, en el que juegan otros tres players cubanos: Bartolo Portuondo, que lo está haciendo maravillosamente; Arumiz[6] y Vicente Rodríguez, el Loco.[7]

Bartolo había jugado la antesala del Almendares, contra el Bacharach, a las órdenes de Méndez, a quien defendió desde su posición en varias ocasiones. Contra ese equipo de norteamericanos en la Isla, no alcanzó un alto promedio, pero bateó con oportunidad.

Más adelante, en la campaña 1923-1924, ahora con los Rojos del Habana, se invirtieron los papeles, pues tuvo que enfrentar a Méndez, quien lanzó para el poderoso Santa Clara, y a Portuondo no le fue bien a la ofensiva.

El 26 de diciembre de 1925, en el Almendares Park II, volvieron a verse las caras los amigos; ahora Méndez por el Habana y Bartolo por el Almendares, como segundo bate y defendiendo la intermedia. Le conectó  de 5-1, anotó 1 carrera y participó en un double play.

La campaña 1926-1927 fue atípica, ya que hubo dos torneos profesionales; fracasó el tradicional, con Habana, Almendares, Cienfuegos (por 1ra. ocasión) y el Cuba, donde había sido incluido Bartolo, a las órdenes de Pelayo Chacón. Sería Adolfo Luque el encargado de organizar un torneo paralelo, reconocido como Campeonato Triangular, que tuvo mayor éxito, donde se desempeñaron los siguientes equipos: Alacranes, del propio Luque, Havana Red Sox, de Joseíto Rodríguez y el Marianao, con Pelayo Chacón al frente. Bartolo Portuondo, íntimo amigo y compañero de Pelayo, no lo pensó dos veces y se fue con este último conjunto.

Fue así como enfrentó, nada más y nada menos, que al big leaguer Adolfo Luque, el 31 de octubre de 1926, en el Estadio Caribe, a quien le conectó de 5-1, con 3 carreras anotadas.

El 26 de enero de 1927, también con el Marianao vs Alacranes, en la instalación anteriormente señalada, tendría una de sus últimas actuaciones, de nuevo ante su amigo Méndez, y no pudo conectarle bien en cinco oportunidades al plato; anotó una carrera.

Así transcurriría la vida deportiva de Bartolomé Portuondo, un jugador promedio, cuya labor no está considerada entre los estelares, pero en grado alguno puede ser soslayada.

Nuestro hombre, a pesar de las contradicciones sociales y persecuciones entre familias por los desencantos del ancestral racismo, abrazó la felicidad de su inseparable Esperanza y los tres hijos: Omara, Iván y Haideé. Mucho habría que aprender en la entereza de aquella familia, convertida en sui géneris por la gracia, o la desgracia, de la enraizada discriminación.

Mucho más feliz habría sido Bartolo, si la vida le hubiera permitido compartir con Omara toda la gloria de una inmarcesible carrera. Él la apoyó como nadie y la llenó de consejos con su innata capacidad para la música. Acompañó a sus hijas en diferentes escenarios, sin poder evitar la añoranza de la pareja y las implacables huellas del tiempo.

En una carrera para no olvidar, Omara Portuondo Peláez ha recorrido espacios de primer nivel, pasando por el Loquibambia Swing del pianista Frank Emilio en 1947, después con la orquesta Anacaona. En 1950 integró el cuerpo de baile de las Mulatas de Fuego, en Tropicana; puede verse en la película Tintán en La Habana, junto a Rosita Fornés. En 1951 se incorporó al cuarteto de Orlando de la Rosa, donde recorrió varios países, hasta que en 1953 las hermanas Portuondo se unirían a Elena Burke y Moraima Secada en el fabuloso cuarteto Las D’Aida, a las órdenes de Aida Diestro. En 1961 Haideé decidió partir hacia el exterior, y Omara elevaría su carrera a la cumbre.

Es una de las figuras más representativas de la cancionística popular cubana, cultivadora del feeling ha integrado múltiples agrupaciones de reconocida fama y distinto formato instrumental. La novia del feeling ― como la tildó el locutor Manolo Ortega ― con sus cualidades musicales excepcionales ha marcado con sello propio sus disímiles interpretaciones de arraigo popular.[8]

Su trabajo como solista la ha llevado a los escenarios del mundo, con una voz inconfundible:

La segunda voz de Omara no es muy común, hilvana un “contrapunto” que no es clásico, no es el que hace cualquier cantante... claro, para que esto ocurra hay que tener muy bien controlado el oído armónico, ser capaz de escuchar todas las notas que conforman un acorde, de ir imaginado cuál es el que viene, porque, el problema de un “contrapunto” es el saber de dónde sale y hacia dónde va, todo esto tiene una determinada lógica, y es muy importante a la hora de la “improvisación”, por eso, tocante a esto, ¡es estupenda![9]

En 1996 daría un paso importantísimo en su carrera, al vincularse con el proyecto Buena Vista Social Club, que la lanzaría a recorrer el mundo. En el 2001 fue nominada al Premio Grammy Latino por Buena Vista Social Club presenta a Omara Portuondo, en la categoría de mejor álbum de música tropical. Y finalmente, en el 2009 recibió el preciado galardón como Mejor Álbum Tropical Contemporáneo, con el disco Gracias, un compendio de melodias tradicionales, boleros y jazz.

A lo largo de su carrera ha compartido los escenarios con figuras tan destacadas como Silvio Rodríguez, Elena Burke, Joan Manuel Serrat, Lucho Gatica, Juan Formell y tantísimos otros en disímiles plazas y países.

No alcanzaría este espacio para destacar la obra de Omara. Ahora, como para enriquecer una carrera prodigiosa, el jueves 15 de octubre de 2015 actuó en la Casa Blanca, donde fueron recibidos por el presidente Barack Obama.

Bartolo y Omara, padre e hija, enriquecen el espectro cultural cubano, desde las respectivas trincheras que se ayudaron a conformar. La voz inconfundible se une a unas piernas bendecidas para recorrer las almohadillas y crecen, día a día, en el corazón de todos los cubanos.

Síntesis de la labor de Bartolomé Portuondo:

Liga Profesional Cubana:

VB        H       AVE       CA         2B        3B         HR         BR

861

243

.282

1188

20

6

1

41

 

Récords:

-Conectó cuatro temporadas sobre los .300.

-En 1919-1920 lideró las bases robadas (10). Además, resultó tercero en anotadas (16) y en hits conectados (29).

-El 22 de diciembre de 1918, implantó un récord absoluto en bases robadas en un desafío, en unión de Bienvenido Pata Jorobá Jiménez, quien estafó 8 bases y Bartolo 5 (13).

-En 1918 había sido líder en veces al bate (57), empatado con Tomás Romañach.

(Con documentación de Omara Portuondo, Jorge Figueredo, Guías del Béisbol Profesional Cubano, Félix Julio Alfonso López, Seamheads.com. Negro Leagues Database, Baseball-Reference.com; Negro League Baseball Players, Norberto Codina, Wikipedia, la Enciclopedia Libre, Wikipedia, the free enciclopedia, José Luis Estrada Betancourt, Roberto González Echevarría, Ángel Torres, Severo Nieto, Alfredo Santana, James D. Cockroft, Peter Bjarkman, Michael M. Oleksak, Eladio Secades, Andrés Pascual, Miguel Ángel Masjuán, René Molina, Jess Losada, Jorge Alfonso, Eddy Martin, Edel Casas, y otras fuentes).

[1] Wikipedia, la Enciclopedia Libre, 2015.

[2] Félix Julio Alfonso López: Música y béisbol. Revista Música Cubana 1/2008, p. 42.

[3] James A. Riley: Biographical Encyclopedia of the Negro Baseball Leagues. Carroll & Graf Publishers, Inc. New York, USA, 1994, p. 636.

[4] Alfredo L. Santana Alonso: El inmortal del béisbol, Martín Dihigo. Editorial Científico-Técnica. La Habana, 2007, pp. 19-20.

[5] Roberto González Echevarría: La gloria de Cuba. Historia del béisbol en la isla. Editorial Colibrí. Madrid, España, 1999, p. 257.

[6] J. Arumiz: Jugó para el Bacharach, de la Liga Profesional Cubana, en la temporada 1920-1921.

[7] Alfredo L. Santana Alonso: Un astro del montículo. El Diamante Negro. Editorial Científico-Técnica. La Habana, 2009, p. 182.

[8] Tomado de Ecured, 2015.

[9] Rey Montesinos: Ecured, 2015.

Portuondo_Bartolo

La joven Omara.

La joven Omara.

La diva Omara.

La diva Omara.

 

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Robert dijo:

    Exelente crónica, muy interesante, nos devela muchos aspectos de la vida de Omara y sus padres, historia bellísima donde tuvieron que superar las barreras de color que desgraciadamente en nuestra Cuba de hoy todavia enfrentamos ese problema.Espero que publiquen otras cronicas de grandes personalidades de la musica cubana como la REINA ETERNA de la SALSA la gran Celia CRUZ.

  • Papo dijo:

    Sin duda, Bartolomé Portuondo, tiene que ser un Padre Estrella para la PRECIOSA chiquilla desde sus años mozos hasta el presente. Públicamente fué una estrella en las lides del deporte; y su hija, tiene que haber estado orgullosa siempre.
    No todo el mundo tiene la suerte de tener un Papá famoso. Hoy, la hija preciosa de su mamá y su papá, elevó el "average" ESTELAR de la familia.
    Donde quiera que estén: Esperanza Peláez y Bartolomé Portuondo, juntos en la energía que produce el pensamiento, ahí, estarán felices de la cría que echaron al mundo y dándole gracias a Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, por este magnífico y no corto reportaje de la Vida Real.
    Omara..... Gracias a la vida que nos ha dado tanto..... a pesar de las piedras del camino.
    Suerte.....

  • Corona dijo:

    Me encantan estas crónicas (por asi llamarlas) de Juan A Marinez de Osaba. Nos remonta a épocas donde brillaron muchos estelares que ni sabía que existian (De Martin Dihigo y Cristóbal Torriente si he leido um poco).

    Gracias, Juan A Marinez de Osaba, por esta recolección de historias. Todas muy interessantes.

  • EL ZURDO dijo:

    QUE BIEN MI AMIGO, TE HAS CONVERTIDO EN UN PROFESIONAL CRONISTA. SALUDOS...TU AMIGO EL ZURDO DE PINAR

  • JC dijo:

    Muchas gracias por este gran escrito. Excelente!!!

  • Henry dijo:

    Excelente articulo de Martínez de Osaba.
    Gracias por enseñarme algo nuevo

  • milagros dijo:

    Que bueno que siempre hay alquien que cuenta historias y cronicas de personajes reales para que las nuevas generaciones conozcan de la cuba de ayer y los prejuicios raciales pero sobre todo ,del amor que se tenian muchas parejas ,que eran capaz de sacrificarse y desafiar los prejuicios sociales.Felicidades a la diva Omara que siga con su sello propio y enriqueciendo el Feeling.

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

Vea también