Cubadebate

Fidel Castro es un impenitente y esa es la única coincidencia que tengo con sus detractores.

Obstinado porque se propuso y lleva adelante ¡ de que manera !, una Revolución Socialista en las mismas trompas del imperio más inhumano, cruel y poderoso que se haya desarrollado jamás sobre esto que alguien llamo el planeta azul.

Terco porque jamás le ha hecho un guiño cómplice a los todopoderosos vecinos del Norte, y los lleva a ritmo de conga  santiaguera y malicia intramontana cada vez que tratan de ¨ enmarañarlo ¨ en algo, o pasarle ¨ gato por liebre ¨.

Persistente porque sigue soñando en que es posible que cualquier niño o niña vayan a la escuela, que no haya analfabetismo, que todos puedan ser asistidos por igual en un centro de salud, practicar deporte, tener acceso libre y gratuito a las universidades, centros politécnicos, a la cultura.

Derecho pleno no solo al trabajo, sino al estable beneficio de la seguridad social, a elegir sin acciones circenses ni demagógicas, a quienes los representen en el gobierno.

Pertinaz porque sigue creyendo en lo perfectible del hombre y de su obra.

Terco porque apenas dejó hablar a M. Gorvachov cuando vino a La Habana a tratar de inocularle  aquella receta para ¨ corregir ¨ el rumbo del Socialismo.

Tampoco a otros que le han visitado  ¡ y aún se atreven ! a cruzar los mares con la misión de convencerlo para que dé un timonazo a la Revolución que ha costado tantas vidas y sacrificios al pueblo cubano.

Empedernido porque no entiende de victorias parciales; Maffo y Santo Domingo en la Sierra Maestra, las esteras de los tanques impregnadas en sal y arena en Girón, Quifangongo, Cuito Cuanavale, los desiertos etíopes lo confirman.

Porfiado porque de verdad se cree recién llegado a La Habana al frente de la Caravana de la Libertad.

Recalcitrante porque como el Quijote con su rocinante, solo para algunas cosas se deshace momentáneamente de su verde olivo.

Fidel es un impenitente, tienen razón.