Imprimir
Inicio »Opinión  »

Los norteamericanos se quieren ir de Iraq

| +

En Estados Unidos cada norteamericano pensante tiene una alacena para recopilar sus descontentos y solo le quita el candado cuando la corriente dominante -main stream- ha cambiado su tendencia a favor de su insatisfacción. Eso mismo hacen los medios de comunicación. De repente, en Norteamérica se ha descubierto y publicado lo que estaba vigente en los boletines oficiales y se estaba cumpliendo en la práctica política y judicial. La Us Patriot, (Acta Patriótica), que menoscababa la seguridad jurídica del sistema legal norteamericano, se ha estado aplicando, como no podía ser de otra manera.

Los servicios de inteligencia utilizan "cárceles secretas", practican la tortura y manejan para sus interrogatorios países en los que todo el mundo sabe que las garantías jurídicas de los detenidos, sencillamente no existen. Todo eso lleva años ocurriendo, pero es ahora cuando el espíritu democrático norteamericano se ha despertado para percatarse de tanto desafuero. Es el cansancio del fracaso lo que ha activado los sensores de la dignidad.

Es verdad que ya pasan de dos mil los soldados norteamericanos muertos en Irak y quince mil han resultado heridos de diversa consideración. Nada comparable a Vietnam, pero también es verdad que los ejércitos modernos de los países súper desarrollados están preparados para matar, pero no han aprendido a conformarse con morir. Ahora las bajas, su impacto psicológico, se multiplica porque los riesgos que corren los ejércitos poderosos son mucho menores; los muertos se reservan para el enemigo, que lucha con métodos rudimentarios frente a las armas y las defensas más sofisticadas.

¿Qué está pasando en Estados Unidos para que Stansfield Turner, director de la CIA con el presidente Carter, llame a Cheney el "vicepresidente de la tortura" y para que el Congreso Norteamericano halla celebrado recientemente uno de los más agrios debates de los últimos años, en el que la retirada de tropas de Irak es ya una posibilidad que se baraja sin ningún pudor?

Las mentiras que motivaron la guerra, las falsas promesas sobre la rapidez de la victoria y la falta de perspectivas de un final razonable, han catapultado todo el desprestigio que la administración de George W. Bush almacena en los cuatro puntos cardinales. Lo que en principio se planteó como una guerra contra el terrorismo ha resultado ser el mayor semillero para reclutar suicidas y la estabilidad de Irak es una quimera en un universo en el que las fuerzas invasoras apenas se atreven a salir de sus cuarteles. El país está sin control y sin esperanza.

La solución no parece al alcance de la mano. Los enfrentamientos entre comunidades se han exacerbado y la Constitución es papel mojado sin un estado fuerte que la pueda soportar. La trampa está servida. Si las fuerzas de ocupación se quedan, la inestabilidad creciente por el terrorismo que no cesa hace que la mayoría de los ciudadanos iraquíes quieran que los norteamericanos y los ingleses se vayan cuanto antes. Pero si los ejércitos extranjeros salen, la incapacidad de las fuerzas de seguridad de Irak garantiza que la guerra civil explote con mayor claridad que la que ahora existe larvada.

Solo un control internacional legítimo y respetado puede conducir un proceso de transición razonable. Pero Estados Unidos no está dispuesto a ceder el mando de las operaciones a la ONU. Tampoco está en disposición de tener credibilidad, enmarañado en un universo de torturas y de falta de respeto a los más elementales derechos humanos que ha sembrado el odio hacia ellos y, en parte, hacia todos los países occidentales en un firmamento islámico que se siente humillado por la prepotencia con la que la Administración Bush ha gestionado la crisis que nació en .el atentado de las Torres Gemelas.

Lo que se vislumbra es lo peor. El cansancio de la sociedad norteamericana presionando sobre las fechas de las elecciones legislativas de 2006 que precipiten una salida sin control. No es la primera vez que Estados Unidos abandona un país en medio del caos creado por ellos mismos. Esa es la foto que todos tenemos en la memoria de Vietnam y Camboya. Helicópteros norteamericanos desalando a su personal diplomático dejando detrás el caos y la destrucción.

Haga un comentario



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Carlos Carnicero

Carlos Carnicero

Periodista español.