La crisis cubano mexicana: Enlace indestructible
Lisandro Otero, Premio Nacional de Literatura
La conferencia de prensa del Canciller cubano Felipe Pérez Roque fue una cátedra política. La expectativa con que fueron recibidas sus palabras era evidente en las calles de México. Televisores, en centros comerciales, difundían la imagen del dirigente cubano y los peatones se detenían en grupos a escucharlo. Las estaciones de radio transmitían el acto escuchado en autos, hogares y oficinas. Con inteligencia, cordura, lúcido raciocinio y sólida argumentación Pérez Roque respondió a la crisis desatada por las acciones del gobierno del Presidente Fox.
En primer lugar desmintió que los funcionarios del partido cubano hayan efectuado maniobras clandestinas que pusieran en peligro la estabilidad nacional, como fue sugerido por el Secretario de Gobernación Creel. Sus vínculos con personalidades mexicanas responden a prácticas internacionales, legalmente establecidas: los intercambios de criterios entre partidos y con figuras notables del escenario nacional. No existió ningún secreto culpable en las entrevistas que sostuvieron. Muchos dirigentes políticos mexicanos han visitado Cuba y viceversa, práctica común y normal en todos los países.
En segundo lugar estableció claramente que no ha existido jamás ninguna intención agresiva, irrespetuosa ni de interferencia en los asuntos internos mexicanos de las autoridades cubanas. Parte de la argumentación del foxismo para quebrantar las relaciones estuvo basada en la presunción de que hubo ingerencia, cuando ninguna de las actividades del gobierno cubano permiten asumirlo así. Por el contrario Pérez Roque reafirmó el respeto, el afecto y la devoción entusiasta del pueblo cubano hacia el mexicano, cimentada en muchos años de armoniosas relaciones.
Un tercer aspecto a destacar fue la inclinación a superar el incidente, el tendido de manos generoso, la disposición a dialogar y restablecer el intercambio cuando se restituya el respeto debido a la amistad entre las naciones, gesto que fue correspondido por el Secretario Derbez en su sucinta declaración emitida en la noche del miércoles. Una vez realizadas las necesarias enmiendas y razonamientos estas dos afirmaciones permiten presumir que una normalización de relaciones pueda efectuarse tan pronto se restablezca la confianza y la estimación.
Fue evidente que la precipitación de las acciones del gobierno foxista fue motivada por algún arrebato de cólera en las altas esferas que no fue suficientemente frenado. Hubo precipitación irreflexiva, impulso insuficientemente meditado, en la decisión de expulsar al embajador cubano y retirar a la embajadora mexicana en La Habana. Luego hubo un desbordamiento de excitación con declaraciones caóticas, precipitadas y con evidente falta de coordinación de algunos dirigentes y políticos del foxismo que posiblemente trataban de ganar la benevolencia de las cumbres secundando el furor olímpico.
Es lamentable que los lazos entre dos países de tan antigua y sólida amistad puedan ponerse en entredicho por las acciones de un presunto delincuente acusado de dolo y serias transgresiones de la legalidad. A las imputaciones del presumible malhechor Ahumada, de haber recibido maltratos y torturas, se respondió con un video en el cual afirma lo contrario, realzando la calidad de su retención policiaca que incluyó hasta cuidados de alimentación.
En el fondo de esta inquietud están las elecciones presidenciales del 2006: la lucha de contendientes, el intento de desmeritar a algunos y apreciar a otros. Hay lodo en el fondo del estanque que algunos se complacen en revolver para enturbiar las aguas. El pueblo mexicano es de una fina sensibilidad política. Sabe olfatear muy bien quién lo engaña y quién lo sirve. Existe una sensatez natural en el mexicano que no permite que le den gato por liebre y rechaza a quienes traten de disfrazarle la realidad. En esta polémica -lo demuestran las encuestas--, no ha querido aceptar la salida fácil de la supuesta intromisión cubana. La verdad es la mejor arma en las diferencias de criterios y quien actúa con mayor altura moral, limpieza de propósitos y honorable rectitud suele ganar a la opinión pública que más temprano que tarde sabe separar el grano de la paja.
gotli2002@yahoo.com
Haga un comentario