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De la mentira y de la guerra

Por: Max Lesnik
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  Max Lesnick  

Se puede morir de muchas cosas. Pero en política la mentira, el engaño premeditado, es la enfermedad terminal más fulminante. De eso, por decir mentiras, a solo unas horas de las elecciones generales en España, fue que murió ayer domingo el gobierno de derecha encabezado por José María Aznar.

 Aunque para el record  quien cargó con la derrota fue el candidato del Partido Popular Mariano Rajoy, para todo el mundo está bien claro que el verdadero derrotado fue Aznar.   Y fue Aznar porque él llevó a España a una guerra montado en una mentira- la que le dijo Bush sobre las armas de destrucción masiva en Irak- y por no decir la verdad, cuando la sabía, que el criminal atentado terrorista en el tren de Madrid había sido obra de la banda extremista de Al Qaeda y no una acción de la ETA como se empeño en afirmar la jefatura del Partido Popular. El pueblo español no le perdonó el engaño y le pasó la cuenta en las urnas.

A decir verdad la victoria de los Socialistas encabezados por  José Luis  Rodriguez  Zapatero, mas que una victoria de su Partido, fue un triunfo del pueblo español que desde los primeros disparos en Irak estaba  en las calles demostrando su oposición a la guerra,  a una guerra que no contaba con el respaldo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Era "la guerra de Bush", como decían en España. Había  un sentimiento generalizado  contrario a la invasión de Irak  en todo el país, que según las encuestas, tenía la oposición abierta del 90  % de los españoles.

 Aznar llevó a España a una aventura militar que no era suya y el pueblo español le pasó la cuenta. Y lo peor fue lo de las últimas horas antes de las elecciones. Ocultar la verdad sobre el atentado criminal que  había costado 200 víctimas inocentes, era añadir un insulto a la estupidez. Las repercusiones internacionales de esta derrota de la derecha española  están a la vista.

 .Por  una parte reafirma el criterio generalizado en toda Europa den que la guerra en Irak fue un grave error, un disparate absurdo impuesto al mundo por la administración Bush basado en una falsedad, la existencia de armas de destrucción masivas en manos de Saddam Hussein. Por otra parte las consecuencias de este acontecimiento electoral en España sin lugar a dudas que influirá en la opinión pública norteamericana con respecto a la política  exterior seguida por la presente administración.

 Si España retira sus tropas de Irak - porque ese es el mandato del pueblo español en las urnas-  como ha prometido el líder de los Socialistas españoles, ¿ cómo va a convencer el Presidente Bush a los electores norteamericanos que su política de guerra es la correcta cuando sus aliados piensan lo contrario? No sería aventurado afirmar que a  Tony Blair le pudiera ocurrir lo mismo que a Aznar  en las elecciones inglesas convocadas para el mes de Junio.

El rechazo a la derecha española  en las elecciones de ayer domingo constituye una evidente  lección política  que hay que  tener en cuenta.  Que de una guerra impuesta  a un pueblo por la  sola voluntad  de sus gobernantes, combinada con el engaño y la mentira, no producen mas que derrotas. Lo de España no fue una victoria de las izquierdas. Fue el triunfo de la inteligencia y la sensatez. ¡Así de simple, Como tenía que ser!

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Max Lesnik

Max Lesnik

Periodista cubano residente en Miami. Es el director de un programa en Radio Miami.