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En Cuba las mujeres mandan

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"Las mujeres sostienen la mitad del cielo", reza un proverbio chino. En Cuba, realmente, a juzgar por los numeritos, las mujeres sostienen ya prácticamente el cielo completo.

Si a finales de la década de los años 50 del pasado siglo las cubanas representaban sólo un 12 por ciento de la fuerza laboral del país, en la actualidad alcanzan, sólo por citar un ejemplo,  el 44,7 por ciento de las personas ocupadas en la economía estatal.
A finales de los noventa, esta revista, en una investigación acerca del acceso de las mujeres a los cargos de dirección, afirmaba: "Los índices de representación femenina en los puestos de dirección sitúan a las cubanas a la cabeza de América Latina, sin embargo el trayecto hacia el poder aún es largo."

Entonces había en la isla tres mujeres ministras -que se mantienen hoy en sus puestos- y simbolizaban la llegada de las cubanas a los niveles más altos de la dirección del país.

  El trayecto se ha ido acortando. Con el nombramiento, a fines de octubre de 2003, de una mujer al frente del Ministerio de la Industria Ligera, la Isla sumó seis mujeres en esos cargos, en las esferas -nada complacientes, por cierto- de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Comercio Interior, Finanzas y Precios, Inversión Extranjera y Colaboración Económica y Auditoría y Control.

Las cubanas representan hoy, además, alrededor del 61 por ciento de los fiscales del país, el 36 por ciento de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y están al frente de 48 centros de investigación científica.

Además, tres de ellas son también primeras secretarias del Partido en Pinar del Río, Cienfuegos y el municipio especial de la Isla de la Juventud.

Datos oficiales de agosto de 2003 arrojan que en Cuba, el 33,5 por ciento de los puestos dirigentes tienen nombres femeninos. La cifra sobrepasa la meta del 30 por ciento fijado en la Cumbre Mundial de la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, y que aún permanece incumplida por la inmensa mayoría de las naciones.

Con todo, el trecho no ha terminado. Alcanzar altos cargos representa haber tenido resultados relevantes en el ámbito profesional y político, pero también una dedicación a tiempo completo que muchas mujeres, con todo y su talento o capacidad, no pueden asumir por obra y gracia, entre otras razones, de la carga domésticas, el cuidado de la familia y la falta de apoyo de sus compañeros. 

La tradición machista signa aún muchos hogares. Sectores como la Educación y la Salud Pública, también llevan su parte y aunque en ellos la presencia femenina es decisiva y supera el 70 por ciento, aún no se ve igual representación en los cargos de dirección.
No obstante; ministras, parlamentarias, jefas, presidentas, directivas, gerentas, bancarias, coronelas y generalas están ahí. Caminan por las calles del archipiélago junto a sus congéneres y lo asumen con la mayor naturalidad. Llegar les debe haber costado lo suyo, pero ya casi nadie les discute el mérito.

Ya no está muy claro quién lleva los pantalones en esta zona del Caribe y la frase, repetida durante años para simbolizar poder y varón, está pasando de moda. En su sentido más literal, las mujeres hace bastante rato que abusan de la llevada y traída prenda. En el figurado, basta mirar alrededor y sacar las cuentas.

 

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Dixie Edith

Dixie Edith

Periodista cubana y profesora del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), de la Universidad de La Habana.
En Twitter @Dixiedith