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El caso de la BBC, ¿último golpe mediático?

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  "Hubo un millón de personas en las calles de Londres, protestando en contra de la guerra y, como alguien alguna vez dijo, cuando Gran Bretaña está dividida, la BBC es atacada; y yo pienso que nosotros hemos sido colectivamente atacados, y yo individualmente también lo fui, de algún modo" Greg Dyke Ex director general de la BBC  

El escándalo de la guerra en Iraq ha sido fuente nutricia  de otros escándalos, tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña, principales potencias de Occidente que protagonizaron la aventura belicista con el objetivo de controlar la riqueza petrolífera de ese país árabe..

La principal justificación dada por los gobiernos de la Casa Blanca y Downing Street para la guerra, la existencia de armas de destrucción masiva en manos del gobierno de Saddam Hussein, no ha podido ser demostrada  ni por George Bush ni por Tony Blair, y ambos han quedado como grandes mentirosos ante la opinión pública de sus respectivos países y del mundo.

Ahora, en la campaña electoral de Estados Unidos, tal hecho se ha convertido en uno de los principales argumentos de los candidatos demócratas contra la actual administración norteamericana. Hace unos días la controversia ganó en intensificación cuando David Kay,  jefe del equipo de inspectores estadounidenses que rastreó durante 9 meses el territorio iraquí,  declaró que había concluido que Saddam Hussein nunca tuvo armas de destrucción masiva, y que se utilizó información errónea o falseada para justificar la guerra.

Londres está sacudido, aun desde mucho antes, por el escándalo a partir de que otro David, éste de apellido Kelly, entonces asesor principal en armamentos del gobierno británico, reveló a un periodista de la BBC que se había exagerado el riesgo real del arsenal militar de Iraq. Poco tiempo después de estas revelaciones, David Kelly apareció muerto y la versión oficial fue de que se suicidó.

Ahora, el escándalo vuelve a resurgir cuando el juez británico John Hutton dictaminó  que la información ofrecida por la BBC era "infundada"; que David Kelly no respetó los procedimientos de la administración pública al entrevistarse con un periodista y que no es suficiente que un medio informe lo que dice una fuente con autoridad, sino que debe demostrar que es verdad. Por supuesto, el largo informe del juez exonera al primer ministro Tony Blair y a su gobierno por su participación en la aventura iraquí.

El fallo del juez centra su blanco en la corporación BBC, una empresa periodística con 24 mil  empleados, de ellos unos dos mil periodistas, que tiene una fachada de independencia editorial y financiera, aunque es conocido que su junta de gobernadores -doce, en total- es designada por el gobierno de Londres y que, además, parte de sus recursos financieros salen de los 180 dólares que anualmente paga cada hogar británico que tenga un televisor. El resto lo aportan la Chancillería y otras esferas del gobierno británico.  Según el juez, "el sistema no ha funcionado. Los gobernadores han fracaso en regular la corporación de manera adecuada".

Lo cierto es que, tras el dictamen del juez Hutton, presentaron sus renuncias, lo que fue aceptado por la Junta de Gobernadores de la BBC,  el director general, Greg Dyke; el presidente de la junta de gobernadores, Gavyn Davies, y el periodista Andrew Gilligan. El periódico The Guardian comentó que "los gobernadores perdieron los nervios y cedieron a una intensa presión política". Y el Daily Mirror afirmó que existen demandas del gobierno para que rueden otras cabezas.

Los trabajadores de la BBC han reaccionado en contra del informe Hutton y de las presiones políticas que han obligado a las mencionadas renuncias. Han participado en distintas manifestaciones públicas y publicaron como anuncio pagado una página en el diario "The Sun Daily Telegraph" defendiendo el status de funcionamiento de la BBC que ha regido durante más de 80 años.

Todo hace indicar  que hay fuerzas dentro del actual gobierno de Londres que están tratando de modificar el status de la BBC. La propia BBC en una información en su servicio digital ha escrito: "Actualmente el gobierno está revisando el sistema y cuestionándose si existe una mejor manera de financiar y supervisar el trabajo de la BBC"-. No quieren desaparecer a la BBC ni mucho menos sepultarla, pues ha sido en su larga vida un instrumento útil de la propaganda de Albión, dentro y fuera de Gran Bretaña. Personalmente creo que la crisis existente  ha sido provocada por las fuerzas guerreristas y aventureras, las mismas que utilizaron el engaño para enviar tropas a Iraq, y que han podido comprobar la existencia de rendijas en ese medios de comunicación oficial que impiden la permanencia eterna de la mentira y la desinformación..

¿Estamos acaso en  Gran Bretaña en presencia de un golpe de control mediático de nuevo tipo cuando se habla de que el gobierno actual de ese país está estudiando "la mejor manera de financiar y supervisar el trabajo de la BBC"?

Debemos seguir muy atentamente el curso de este nuevo escándalo. Sus implicaciones   podrían tener un mayor alcance dentro del periodismo británico.. Cuando veas las barbas de tu vecino arder, como dice el refrán, pon las tuyas en remojo

Para los promotores de guerras de conquista de territorios es una condición sine qua non  el control absoluto de los medios de comunicación. Es la única manera que tienen para impedir que crímenes, arbitrariedades y suciedades salgan a la superficie. 

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Juan Marrero

Juan Marrero

Periodista cubano, vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba