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Bochorno

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  El jonronero Barry Bonds, uno de los probables implicados en el escándalo TGH  

El deporte mundial abochorna. No son pocos los casos en que lejos de hacer brillar campeones, encumbra a timadores. Numerosos deportistas están dispuestos a todo para llegar al estrellato y acumular jugosos premios y contratos de publicidad.

El dopaje se ha convertido en la fórmula macabra para el éxito. Los atletas de los países pobres recurren a la cafeína, la efedrina o anabolizantes baratos para sus propósitos. Los competidores de las naciones ricas llenan sus cuerpos de sofisticadas sustancias estimulantes desarrolladas en los más avanzados laboratorios.

En la misma media en que el COI refuerza la lucha contra el doping y los laboratorios son capaces de detectar cada vez un mayor número de sustancias, otros laboratorios, que lucran con la dignidad del deporte, elaboran nuevas y más potentes fórmulas estimulantes. Una lucha constante entre la limpieza y la trampa.

Una reciente encuesta realizada en Europa señala que siete de cada diez ciudadanos de ese continente expresó su preocupación por el incremento de los casos de dopaje en el deporte. También mostraron alarma por la excesiva incidencia en el ámbito deportivo del dinero(58 por ciento), la corrupción (44 por ciento) y la violencia (41 por ciento).

Escándalo TGH

El escándalo mundial desatado por el descubrimiento reciente de una probable red de dopaje con una nueva sustancia denominada TGH, producida por un laboratorio norteamericano, ha vuelto a poner en duda la limpieza del deporte universal del más alto nivel, acosado cíclicamente por "destapes" de dopajes.

Desde el caso Ben Jonson no han parado de sorprendernos las funestas revelaciones. En los últimos años el ámbito deportivo se conmocionó con los positivos a la Eritropoyetina (EPO) en deportes de grandes esfuerzos físicos como el ciclismo, el esquí, el atletismo y la natación. Después apareció en las grandes carreras ciclísticas el Aranesp, varias veces más potente y más barato que el EPO. También se conoce del uso por los deportistas de la Hormona de Crecimiento Humano (HGH), una potente sustancia estimulante cuyos análisis de detección aún no están disponibles en los laboratorios antidoping.

Este verano la noticia fue el dopaje por Modafinil  de la doble campeona mundial de la velocidad en el atletismo, Kelly  White. Ahora la "vedette" es la Tetrahidrogestrinona (TGH), un esteroide sintético que estimula la potencia muscular, incrementa la fuerza y permite mejorar la calidad del entrenamiento. Se administra en gotas sobre la lengua y sólo es detectable durante la primera semana tras su utilización, pero su efecto dura meses.

Los productores del TGH le aseguraron a sus atletas que la sustancia era indetectable en los controles antidopajes y se conoce que uno de ellos retribuyó al laboratorio con 10 mil dólares, después de obtener una importante victoria ayudado por el anabólico.

Lo cierto es que hasta hace muy poco el TGH pasaba desapercibido en los exámenes antidoping. Sólo una investigación fiscal abierta  a los Laboratorios californianos BALCO, productor de la sustancia, y una jeringuilla con sangre hecha llegar subrepticiamente a la Agencia Antidopaje norteamericana por un entrenador anónimo, pudieron abrir la caja de Pandora.

"Esta es una conspiración donde están involucrados químicos, entrenadores y ciertos atletas que usaron una sustancia concebida para no ser detectada, dijo a la prensa Terry Madden, jefe de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA). "Se trata de un esteroide muy sofisticado creado por científicos muy sofisticados. Los atletas que lo utilizaron estaban muy seguros de que nada saldría mal".

Los tramposos

Numerosos mitos se han venido abajo en los últimos tiempos. Primero fue la revelación de Carl Lewis, el "superdotado" con 9 oros olímpicos, quien fue detectado dopado reiteradamente por las autoridades deportivas norteamericanas, pero nunca fue sancionado; asimismo ocurrió con otros 114 deportistas estadounidenses, entre ellos 19 medallistas olímpicos, como el actual campeón mundial de los 400 metros planos en el atletismo, quien fue sorprendido dopado antes de los Juegos de Sydney, sin que recibiera sanción alguna.

En el verano vivimos el escándalo White, cuando la doble campeona de la velocidad en los Mundiales de Atletismo de París dio positivo al Modafinil, un medicamento poco utilizado como estimulante hasta entonces. Desde entonces ya se conocen otros 6 deportistas que han dado positivo a esta sustancia.

El descubrimiento del TGH ha venido a ponerle la tapa al pomo. Los Laboratorios BALCO habían creado una tenebrosa red de dopaje para grandes estrellas, en la que se han descubierto los casos positivos del británico Dwain Chambers (campeón europeo de 100 metros planos) y los norteamericanos Regina Jacobs (fondo), Kevin Toth (bala), John MacEven (martillo) y un cuarto competidor aun no identificado.

La pasada semana se revelaba el positivo de cuatro jugadores del equipo Oakland Raiders de fútbol americano, entre ellos el reconocido Hill Romanowski.
Asociados al escándalo (aunque sin imputaciones concretas) están varias superestrellas del deporte estadounidense como los bólidos Marion Jones y Tim Mongotmery, los peloteros Barry Bonds y Jason Giambi y el boxeador Sugar Shane Moseley. Cerca de 100 deportistas aparecen vinculados a las investigaciones.

El caso TGH ha generado un oscuro nubarrón sobre la credibilidad y pureza del deporte norteamericano.

Las "bondades" del profesionalismo

El cáncer del dopaje en el deporte mundial va muy asociado al creciente profesionalismo y la comercialización.

En busca del espectáculo y los dividendos, las llamadas ligas profesionales estadounidenses (béisbol, futbol americano, baloncesto y hockey sobre hielo) no combaten el doping en sus filas. Tampoco lo hace suficientemente el atletismo, deporte de privilegio en Estados Unidos.

Es vox populi el alto nivel de dopaje que hay en la "gran carpa" del béisbol norteamericano. El legendario jonronero Mark McGuire admitió alguna vez que se inyectaba sustancias para mejorar su rendimiento y aumentar se poder. Unos análisis de muestra tomados a los peloteros en la finalizada campaña arrojaron 87 casos positivos. Ello llevó al Comisionado de las Grandes Ligas Bud Selig a señalar en un comunicado oficial: "…está claro que se da un consumo generalizado de esteroides dentro del béisbol".

Buscando no desprestigiar el negocio, para la próxima  campaña las Grandes Ligas comenzarán a realizar exámenes antidoping, aunque las sanciones que aplicaran a los atletas no parecen muy efectivas. Para quienes den positivo por primera vez se les recetará tratamientos y charlas educativas. Quienes reincidan recibirán una suspensión por 15 días o 10 mil dólares de multa.

El fútbol americano, tras diez años de negociaciones, recién suscribió un acuerdo con el Laboratorio Antidoping de Los Angeles para intentar "cerrar el paso" a los esteroides anabolizantes. Las medidas para los dopados son una bicoca: 4 partidos suspendidos para los detectados en primera ocasión y 6 partidos para los reincidentes.

La NBA se ha pronunciado también por perseguir a los consumidores de TGH, pero no ha dado aún pasos prácticos en ese sentido. La Liga de Hockey sobre Hielo, mientras tanto, sigue sin controlar a sus jugadores.

Decisiones y Desvaríos

Las fuertes sospechas sobre el movimiento deportivo mundial levantadas por el descubrimiento de la trama TGH ha llevado a varias Federaciones Internacionales a proponer hacer exámenes retroactivos a las muestras tomadas en sus últimos grandes eventos. La IAAF está revisando los 400 exámenes doping del Mundial de Atletismo de París y ya se conoce que algunos casos han dado positivo al TGH. El Presidente de la IAAF Lamine Diack dijo recientemente en Berlín que "Ahora estamos bien equipados para sancionar no sólo a los atletas que hacen trampa sino a todos los que los rodean que también son culpables".

La FINA hará lo mismo con los 312 exámenes del Mundial de Deportes Acuáticos; la Federación Internacional de Tenis resolvió el pasado 15 de noviembre volver a analizar los controles antidoping realizados en el US Open y en las semifinales de la Copa Davis y el COI decidirá próximamente si analizar las muestras que se conservan de los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City 2002 para saber si el TGH ya se usaba desde entonces.

Sin embargo, la todopoderosa FIFA, cuyas sanciones al doping son bastante benévolas, ha decidido no aplicar ninguna prueba retroactiva para encontrar TGH.

De otra parte, los Fiscales que investigan el escándalo de dopaje y otras ilegalidades de los Laboratorios BALCO han decidido otorgar inmunidad a los deportistas involucrados en el caso para que declaren. Eso significaría que ningún testimonio hecho ante el jurado podrá ser usado para inculparlos posteriormente.

Asimismo, en un sorpresiva declaración, la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), que hace unos días puso al TGH en su lista de sustancia prohibidas, acaba de declarar que es necesario revisar la decisión de aplicar en todos los deportes una sanción  de 2 años de suspensión a quienes sean detectados dopados en su primera ocasión. Se habla de mayor flexibilidad, decisiones individualizadas, etc. Ya se anuncia la posiblidad de sólo suspender por un año al británico Dwain Chambers , cuya prueba B acaba de reafirmar su doping con TGH.

Tan ambivalente posición poco ayudará a cortar de raíz el mal. No se sabe si estos vaivenes provienen de presiones que buscan no afectar al deporte norteamericano, en pleno quiebre moral, o si se intenta salvar el espectáculo de los Juegos Olímpicos de Atenas a costa de la honestidad de los resultados.

El Presidente del COI había expresado a principios de mes en Londres que "No hay lugar en los Juegos para aquellos que hacen trampas, y eso está muy claro".

Cuba, desde los principios que animan su movimiento deportivo, tiene su acreditado laboratorio listo para controlar al nuevo enemigo: el TGH

 

 

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Randy Alonso Falcón

Randy Alonso Falcón

Periodista cubano, Director General de IDEAS Multimedios y del portal web Cubadebate, el sitio Fidel Soldado de las Ideas y del programa de la Televisión Cubana "Mesa Redonda". Dirigió otras publicaciones cubanas como Somos Jóvenes, Alma Mater y Juventud Técnica. Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez en TV en 2018. Ha ganado diversos premios en el Concurso Nacional de Periodismo 26 de Julio. En Twitter: @RandyAlonsoFalc