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Un hombre partido en cuatro

Por: Marcos Paz Sablón
Publicado en: Aula todoterreno
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Juan Tomás Roig realizó la proeza de estudiar cuatro carreras en Universidad de La Habana de forma simultánea. Estudió en la Facultad de Artes y Letras y en lo que es hoy la Facultad de Biología, donde residía la cátedra de Medicina de la Universidad de La Habana.

Después de haberse graduado de bachiller en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y cursar una especialidad en Inglés en la Universidad de Harvard, Roig ejerció el magisterio por varios años en su natal Pinar del Rio, antes de decidirse a seguir estudiando, lo que lo llevó a La Habana, donde en 1910 se doctoró en Farmacia y Perito Agrónomo.

En 1912 lo haría en Ciencias Físico-Químicas y en Ciencias Naturales. Esta última con una tesis de grado sobre las cactáceas en Cuba, que le valió un gran mérito científico entre sus colegas y que sería uno de sus  primeros aportes a la Sociedad Cubana de Historia Natural “Felipe Poey”.

Roig pasó muchas dificultades para estudiar, asegura Armando Rangel Rivero, jefe del grupo antropológico de la Facultad de Biología y experto en el científico. “Dado que era un ‘guajirito’ tímido y mal vestido, sin ningún ‘padrino’ que pudiera apoyarlo, se vio solo y en un medio hostil donde tuvo que vencer grandes obstáculos, lo que él consideraba su único gran mérito”, afirmó.

Se vio obligado a residir donde pudiera, y en su Facultad imperaba el gansterismo y la violencia. Muchos de los estudiantes acudían a la escuela con cuchillos, lo cual lo ponía en peligro a la hora de entablar alguna discusión. Siempre se enfrentó a estas actitudes, por lo cual tuvo encontronazos fuertes y llegó a ser expedientado disciplinariamente.

Ni siquiera después de graduarse pudo tener reposo. Cuando en 1935, después de la caída de Machado, intentara ocupar un cargo de profesor en la Universidad, se vio obstaculizado incluso por sus más grandes amigos, que consideraron falta de respeto que intentara zafarse del frío ambiente academicista para divulgar su obra.

Así, el más grande sabio de la botánica en Cuba nunca pudo impartir sus conocimientos en un aula y fue  atacado públicamente por la prensa por atreverse a protestar contra la decisión del tribunal que lo privó de su sueño. Roig guardaría esta mala experiencia durante toda su vida y al triunfo de la Revolución llegó a decir que la más grande obra de esta había sido limpiar la Universidad.

A pesar de esto, Roig nunca se desvinculó de la docencia. En 1917 obtuvo por oposición la Cátedra de Cosmología, Biología e Historia Natural en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río. En 1940 fue designado jefe de la Sección de Investigaciones del Departamento de Química, cargo que desempeñó junto con la explicación de la Cátedra de Botánica de la Escuela Forestal.

Su nombre está ligado de forma indisoluble a la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas, en la actualidad sede del Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical Alejandro de Humboldt (INIFAT).

Se han publicado 1 comentarios



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  • Félix dijo:

    excelente reseña de Roig para conocer someramente su vasta obra. Gracias

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Marcos Paz Sablón

Estudiante de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

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