Cubadebate

Oliver Reese. Foto: https://www.deutschlandfunkkultur.de.

Oliver Reese: 

Nació en 1964 en Schloss Neuhaus cerca de Paderborn. Ya como estudiante, estaba entusiasmado con el teatro, precisamente por el Westphalian Kammerspiele, el teatro de su ciudad natal.

Estudió Literatura Alemana Moderna, Estudios de Teatro y Literatura Comparada en Munich y trabajó como asistente de dirección en el Münchner Kammerspiele y en el Schauspielhaus Düsseldorf .

En 1991 se mudó al Teatro Ulm como Jefe de Dramaturgia.

De 2009 a 2017, dirigió el Schauspiel Frankfurt y llevó la carga de trabajo a un nivel récord con un repertorio que se movió hábilmente entre la antigüedad y el último drama contemporáneo.

Después de una temporada de ocho años en el Schauspiel Frankfurt, Oliver Reese se convertió en director artístico del Berliner Ensemble con la temporada 2017-18, regresando a Berlín, donde ha actuado durante 15 años.

Defiende las obras de Bertolt Brecht  y tiene un claro compromiso con el drama contemporáneo con vistas a los problemas urgentes de nuestro tiempo y la necesidad de discutir temas sociales en el escenario.

"Además de un conjunto sólido, una tradición importante del BE siempre ha sido un repertorio con autores contemporáneos, que es la tradición en la que me gustaría recrear este teatro, especialmente en su período altamente dramático", comentó Reese.

Oliver Reese es miembro de la Academia Alemana de Artes Escénicas.

Michael Thalheimer. Foto: Opera Online.

Michael Thalheimer: 

Thalheimer estudió de 1985 a 1989 en la escuela de teatro Berner, que hoy está integrada en la Universidad de las Artes de Berna. Como actor estuvo involucrado en muchos teatros de habla alemana, incluidos Berna, Maguncia, Bremerhaven y Chemnitz.

En 1997 presentó su primera producción en el Teatro Chemnitz: "Fernando Arrabal: El arquitecto y el emperador de Asiria".

En 2005, Thalheimer debutó como director de ópera con Katja Kabanova de Leoš Janáček en la Ópera Estatal de Berlín. En diciembre del mismo año, la Ópera de Basilea interpretó el Rigoletto de Verdi, aclamado por el público y la prensa.

Especialmente en el Teatro Thalia de Hamburgo, Thalheimer se ganó una excelente reputación como director de teatro con producciones de Kabale und Liebe de Schiller, Liebelei de Schnitzler y otros clásicos, que pueden reducir incluso los materiales más difíciles a su contenido básico y transportarlos emocional y mentalmente.

Como perfeccionista, Thalheimer concede gran importancia a las expresiones faciales y los gestos de sus artistas, que a veces llenan fases de un minuto y sin palabras, y luego son reemplazados por cuentos textuales recitados intermitentemente relatados en staccato.

Después de muchos años exitosos en el Teatro Thalia de Hamburgo, Thalheimer cambió su trabajo cada vez más al Teatro Alemán en Berlín. Después de lograr su mayor éxito en años con sus dos producciones aclamadas por la crítica de Fausto I y Fausto II de Goethe, en 2006 se le ofreció el puesto de Director Sénior, que aceptó.

Su puesta en escena de la obra Inocencia de Dea Loher fue objeto de una acción de protesta en la primavera de 2012.

Celdrán, director de Argos Teatro, “busca materiales que superen los estereotipos de cómo somos los cubanos en el teatro”. Foto: Cubarte.

Con camisa azul y sonriendo entró Carlos Celdrán en el evento teórico “Concepto, técnica y dirección” desarrollado en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), como parte de la décimo octava edición del Festival de Teatro de La Habana.

Su obra “Misterios y pequeñas piezas” fue puesta en escena el viernes pasado en función única dentro del Festival. Pero su papel en el certamen va más allá. Director y fundador de “Argos Teatro” desde 1997, Celdrán nació para dirigir una escena y produce teatro incluso hablando.

“Cuando hablamos de dirección, explica el dramaturgo cubano, la primera palabra que situaría sería transparencia. Transparencia porque en la medida en que fui definiendo mi línea de trabajo, sentí que debía despojarme de todo el artificio teatral y todo el barroquismo que rodea al trabajo del actor para encontrar el fondo del impulso del actor”.

En ese intento por despojarse de las máscaras: “entrar por el ojo del actor a la raíz del personaje donde nace la verdad en escena”, Celdrán crea, dirige y diseña la banda sonora de “Misterios y pequeñas piezas”.

La obra, estrenada con anterioridad y repuesta en el festival, cuenta la historia de un director de teatro desequilibrado, su siquiatra y tres estudiantes a quienes da clases en la casa. Entre odios y miedos, traiciones y contactos, transcurre la pieza, en la cual Celdrán lucha por la realidad por encima de la representación.

“Argos Teatro” mantiene temporadas anuales con obras como “La Tríada”, “Aire Frío”, “Fíchenla si pueden” y “10 Millones”. En estas piezas Celdrán “busca materiales que superen los estereotipos de cómo somos los cubanos en el teatro”.

“¿Qué cubano queremos ver en escena? ¿Qué cubano somos en los medios televisivos dramáticos en el cine cubano? Cuántos estereotipos, cuánto trazo grande y burdo representado una y otra vez que uno siente que no es uno de verdad”.

Quizás Celdrán piensa cuando dirige en su tía, quien lo llevó por primera vez al teatro y se mantiene hoy como fiel público en sus funciones. Pero dirige para Cuba, al “complejizar y transgredir el estereotipo que somos o que nos hemos inventado que somos”.

“Misterios y pequeñas piezas” trae a la audiencia cubana la historia de un joven que lucha por su lugar en el oficio. Foto: Facebook Argos Teatro.

Por ello, “Misterios y pequeñas piezas” trae a la audiencia cubana la historia de un joven que lucha por su lugar en el oficio que escogió para vivir y que puede salvarlo y atraparlo en sus demonios. Una obra sobre la relación con los maestros y sobre el peso que dejan en nosotros. Un homenaje al teatro, que, a fin de cuentas, solo busca entender quiénes somos y cómo hacer para entendernos.

¿Quién sabe si Celdrán es aun ese joven que busca entenderse? ¿Ese niño que con 11 años ya iba solo al teatro? Lo que sí sabemos es que el teatro es para él,  “un espacio donde se desmonta la mentira” y, su director, “el que persiste en el tiempo, una forma de vida”.

Foto: Lieberenz/Ullstein.

La reconocida agrupación alemana Berliner Ensemble, fundada en 1949 por el poeta y dramaturgo Bertolt Brecht, actuará en Cuba por primera vez, en el marco del XVIII Festival de Teatro de La Habana (FTH), con cita en esta capital hasta el 27 de octubre venidero.

La obra El círculo de tiza caucasiano, que ocupará las noches de este viernes y del sábado, en el Teatro Martí, marcará el debut escénico del destacado conjunto en la mayor de las Antillas, que reverencia el legado de su genial fundador, a través de la representación de obras suyas por grupos cubanos y con la institución de su nombre en uno de los más importantes centros culturales de La Habana.

Según expresara Omar Valiño, director curatorial del FTH, en el boletín informativo del evento, la visita del Berliner es noticia y lo será por largo tiempo, es un suceso cultural que hará historia.

La puesta llegará al coliseo de las 100 puertas bajo la dirección artística de Michel Tallheimer y general Oliver Reese, a las siete de la noche en ambas funciones, para las cuales se encuentran a la venta las entradas desde este martes en la taquilla del teatro.

El Berliner Ensemble tiene su sede y escenario permanentes desde 1954, en el Theater am Schiffbauerdamm, en la capital alemana.

La primera pieza montada por la agrupación al cambiar de locación fue precisamente esta con que llegan Cuba y en la que, para la solución de un conflicto, se reinventa salomónicamente el círculo de tiza.

Cuando Brecht la estrenó en los años ´50 del pasado siglo, la obra resultó polémica dentro y fuera de Alemania, pero la misma lo consolidó como un enorme creador teatral, una referencia ineludible del teatro, y si se atiende bien al texto, sigue siendo agudo hoy, refiere Valiño en el documento.

La versión de esta puesta en escena que presentará el Berliner, se estrenó
en septiembre de 2017, y atiende, al igual que el texto original de Brecht, a conflictos que giran en torno a la propiedad y su derecho, como un acercamiento a los derechos de sangre y familia.

Con el fin de librar las barreras del idioma, serán utilizados subtítulos durante las funciones, para que el público de habla hispana pueda disfrutar del todo la presentación de esta compañía que celebra sus 70 años de fundada.