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Falleció Orlando Contreras Castro, Premio Nacional de Periodismo

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orlando_contrerasEn la mañana de este lunes, tras prolongada enfermedad, falleció en La Habana el destacado periodista Orlando Contreras Castro, quien recibió en 1999 el Premio Nacional de Periodismo José Martí.

Contreras, nacido en Santiago de Chile en 1937, radicó en Cuba desde principios del triunfo de la Revolución.

Trabajó en Verde Olivo, en 1960, y se desempeñó como corresponsal de la agencia Prensa Latina en Chile durante los años del gobierno de la Unidad Popular.

Trabajó en Radio Rebelde y en la televisión cubana donde tuvo espacios de comentarios de temas nacionales e internacionales. Perteneció al equipo del programa televisivo Hoy Mismo. Su espacio Palabra con filo, dentro de Haciendo Radio, en Radio Rebelde, mereció un alto reconocimiento de la audiencia nacional.

Dio cobertura a importantes acontecimientos fuera de Cuba, incluyendo viajes del presidente Fidel Castro a varios países y las cumbres del Movimiento de Países No Alineados, tema sobre el cual fue un verdadero especialista.

Fue profesor y conferencista en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí y en otras instituciones académicas del país.

Entre otros reconocimientos y distinciones recibió la Félix Elmuza, de la Upec, y Por la Cultura Nacional, otorgada por el Ministerio de Cultura.

La Presidencia de la Upec hace llegar a sus familiares, entre ellos a su viuda, la compañera Elizabeth, el más sentido mensaje de condolencia por tan sensible pérdida.

Cubadebate comparte una entrevista que le realizara al destacado periodista el colega Manuel Alejandro Hernández Barrios en septiembre de 2009:

Orlando Contreras: Ser periodista nace del alma

“El periodista ha de saber, desde la nube hasta el microbio”. José Martí

Son los periodistas los que con entrega total a la profesión y una amplia responsabilidad expresan a través de su pluma la noticia, participan como reporteros de guerra o hacen la crítica mediante un comentario, pero no todos logran obtener el Premio Nacional José Martí, aunque su labor periodística sea meritoria y tengan elevado prestigio.

Orlando Contreras Castro, excelente comunicador, se enorgullece de haberlo merecido en 1999. También, ostenta la Distinción Félix Elmuza y fue invitado de honor al Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en 2008.

En su casa, rodeado de libros, revistas, la prensa en general, me recibe con familiaridad e intuyo una conversación amena con este chileno que nació el 25 de enero de 1937 y llegó a Cuba en 1959. Por demás, se graduó de la carrera de Letras de la Universidad de La Habana.

Desde muy joven ejerció el Periodismo.

-¿Cómo se inició en los medios?

-Tenía unos 14 años cuando comencé, fue en Chile, mi país natal. Las radioemisoras no eran muy buenas, pero uno se pagaba el espacio y le permitían realizar un programita. Duró poco, la economía no daba para mucho, entonces decidí marcharme, fui a Perú. Viajé en un barco italiano llamado Antoniotto zo di mare. Con 16 ó 17 años, por casualidad y por percibir cómo introducirme en los espacios comunicativos, me hice periodista.

-¿Cómo lo logró?

-Llevaba un estilo de vida bohemio y trabajaba en una librería, eso me permitió el vínculo con mucha gente, conversaba con uruguayos, argentinos, peruanos, disfrutaba mucho hablar con las personas; ganaba en experiencia y conocía mejor la vida, lo sentía una necesidad.

Un amigo periodista me dijo que la gaceta La Tribuna se volvería a editar. Él ofrecía sus servicios a un diario de la Alianza Popular Revolucionaria Americana.

La Tribuna tuvo durante un tiempo un arraigo popular bastante grande y a mi amigo le reofrecieron ser jefe de la página hípica, sección dedicada a todo lo relacionado con caballos, y me dice: “Tú eres un muchacho inteligente, necesitas dinero, podrías perfectamente trabajar conmigo”. Decidido, acepté la propuesta.

-¿Cuál fue su labor periodística en la redacción?

-Al inicio sentía temor. Cuando llegué me hicieron una entrevista, preguntaron si conocía a alguien vinculado con los medios informativos. Dije sí rápidamente. En ese momento recordé a Solano, excelente reportero, muy escuchado por aquel tiempo en Chile, pero en realidad, no había cruzado ni una palabra con él. Me preguntaron dónde se encontraba, respondí que debía estar en Chile, lo suponía porque conocía de su labor por allá.

Me comentaron que estaba allí en ese momento y me invitaron a saludarlo. Tembloroso llegué hasta él, y le dije: -“¡Señor Solano, qué bueno verlo nuevamente!”, y le di un fuerte abrazo. Inmediatamente, me respondió: “Fíjate huevón que eres patudo”. Solo yo conocía el significado de ese comentario, él se dio cuenta de mi estratagema para meter fuerza y apoyó mi apretón. Desde ese día se convirtió en mi padrino y una verdadera fuente de enseñanza constante.

Cuando me inicié en el mundo laboral lo hice con una pasión muy grande. Estaba aprendiendo de todo. Un día, el editor de las noticias internacionales faltó y me pusieron a cubrir la sección para comprobar si podía hacerlo. Parecía fácil, leía los titulares y seleccionaba los cables, pero me percaté que no podía jugar con la información, la elección debía ser la correcta. Allí aprendí tipografía y diagramación también.

-¿Qué motivo le hizo venir a Cuba?

-Cuando tenía 15 años y estando en Chile, recuerdo que Salvador Allende se presentó por primera vez a la presidencia. A veces, después de clases, me pasaba hasta las tres de la madrugada pegando propagandas a favor de él.

Desde que salí de Chile, e inspirado en mi tío Mario Contreras, neurocirujano de profesión, miembro del Partido Conservador, y torturado con 69 años, aprendí a no ser dogmático ni sectario.

Realicé muchísimas acciones revolucionarias; estas me fueron motivando hasta decidir incorporarme al Movimiento 26 de Julio (M-26-7). Estando en Perú, específicamente en Lima, me vinculé a este grupo con entrega total. Una vez llegado el glorioso triunfo de la Revolución Cubana, tan esperado por nosotros, los de izquierda, nos mandaron a buscar en un avión C-46. Así llegué a Cuba.

-¿Comienza a estudiar inmediatamente o a trabajar?

-Primero empecé a trabajar en la revista Verde Olivo, en el año 1960, pero rápidamente decidí estudiar una carrera universitaria; dirigía aproximadamente a unos 40 redactores y no tenía ningún título en ese momento.

También pertenecí al equipo del programa televisivo Hoy Mismo y he dado cobertura a importantes acontecimientos fuera de Cuba, incluyendo viajes del Comandante Fidel Castro.

Actualmente laboro en la sección Hablando Claro, del programa Haciendo Radio, emisora Radio Rebelde, dedicándome al comentario. Lo recreo con un lenguaje coloquial y el público lo espera cotidianamente; analizo en ellos los equilibrios dentro de la sociedad.

-¿Por qué escogió graduarse de Filología y no Periodismo, profesión que ejercía desde su adolescencia?

-Es cierto, decidí estudiar Filología en la Facultad de Letras. Existían profesores brillantes, de vasta experiencia, lo que los validaba como auténticos maestros, pero la escuela de Periodismo necesitaba de programas teóricos más sólidos. No existía la actual Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), no es hasta julio de 1963 que surge. El cambio en los medios se avecinaba, un nuevo periodismo nacía y era necesario adquirir otros conocimientos.

Estaba convencido que debía estudiar Letras. La calidad del claustro, el alto nivel de contenido y el peso teórico de la carrera hicieron posible el desarrollo posterior de mi profesión como reportero.

-¿Recuerda a algunos de los profesores que le impartieron clases?

-Por la Universidad de La Habana han pasado varias generaciones de profesores y tuve la suerte de tener algunos como Camila Henríquez Ureña, familia de grandes intelectuales dominicanos, era una mujer excepcional. Julio Cortázar, escritor argentino, nos impartía algunas conferencias. También impresionaban los temas abordados por la poetisa Mirta Aguirre.

-¿Considera el periodismo una profesión o un arte?

-La combinación de ambas. En esta profesión se debe ser lo más creativo e imaginativo posible, eso forma parte de la maestría con que la pluma corre. Hay viejas técnicas del periodismo que aprendí hace tiempo, por ejemplo, esa cuestión de los yanquis de qué, cuándo, dónde, quién, cómo y por qué, funciona. Hoy existen variedades de estilo.

El corresponsal es un trabajador intelectual, un profesional que requiere de oficio y de preparación constante, aunque a veces se cometen errores. El periodismo es síntesis y presencia.

Napoleón, artífice de la guerra, consideraba la prensa como algo importante. Dondequiera que llegaba implantaba una publicación. Ese genio militar realizaba periódicos en todas partes; para él, en primer lugar, tenían la misión de informar, por supuesto, desde su punto de vista.

-¿Qué cualidades cree que debe tener un periodista?

-Debe ser intrépido, ágil, una persona de reflejos rápidos, con un buen sistema nervioso capaz de permitirle captar la información vertiginosamente y dar seguimiento a la noticia. Debe escribir de una manera amena, no como un ladrillo en la nuca. Aprender a dar matices, no ser plano.

El conocimiento insaciable es otra de sus características para poder discutir y convencer, de manera que su participación como reportero sea responsable y creíble; un detective diario, observar siempre lo que ocurre a su alrededor.

Además, estudiar las biografías de los personajes, saber de historia. La lectura es fundamental, por ejemplo, entre mis escritores preferidos está César Vallejo.

En esta profesión se corren riesgos, pero la clave es no destruirse moralmente. Conocer a la gente, sacarle información, saber recoger lo esencial, tener independencia en los trabajos planeados. No se debe esperar a que le digan ve para allá; hay que adelantarse y decir ya fui, ese un mérito. Es una persona proveedora de información, un cuestionador. Darse a conocer y lograr el respeto de la gente son otras de sus cualidades, los compromisos éticos los maximizan. Nace del alma esta labor, para ella hay que tener madera y espíritu.

-¿Considera la crítica sana y necesaria?

-La crítica, si se hace con responsabilidad, es necesaria. Debemos contribuir con ella a mejorar la sociedad. Un periodismo sin crítica no sirve. Reprochar dificultades no significa que ahora digamos: vamos a acabar con esto o aquello.

La prensa ayuda a la reflexión, orientación y educación de una nación. Uno puede equivocarse en su opinión, a los ángeles y arcángeles que están en el cielo no les ocurre.

-En los últimos años se realiza un periodismo diferente en Cuba. ¿Cuál es su opinión en relación con ello?

-Es cierto, hemos observado cambios sustanciales en este sentido. El comentarista nacional e internacional ha transformado el estilo a la hora de dar la noticia, el lenguaje utilizado es más abierto y se ha comenzado a profundizar en los temas más interesantes para la población cubana, aunque no todo lo deseado, la gente siempre espera más.

Hoy se ponen en manos de los informadores los recursos tecnológicos de última generación para no dejar escapar la novedad. En las distintas provincias del país hay déficit de corresponsales, el incremento de ellos ayudará al desarrollo del nuevo periodismo cubano diseñado para llegar a ser local. Creo que la asunción de lo local lo hará más universal.

(Con información de Cubaperiodistas.cu)

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  • Vicente Feliú dijo:

    Era un gran amigo. No tengo cómo hacerle llegar mis condolencias a su compañera, por lo que les rogaría se las hicieran llegar por mí.
    Abrazos.
    Vicente Feliú

    • Elizabeth Díaz González dijo:

      Muchas gracias a todos los que han escrito sobre Orlando en páginas web, prensa plana y prensa radial y televisiva, en este último caso solo Julio Acanda. Reconforta ver cómo era querido y respetado como periodista y persona.
      Gracias, la familia y su esposa,
      Elizabeth Díaz

  • Elizabeth Díaz González dijo:

    Vicente, gracias, amigo. Sé que lo querías.
    Un abrazo,
    Elizabeth

  • Elizabeth Díaz González dijo:

    Gracias a todos los que han escrito o hablado sobre Orlando en la prensa escrita, radial, televisiva (en este caso solo Julio Acanda en Canal Habana) o páginas web. Reconforta saber que era querido y respetado como periodista y persona. Gracias a todos,
    la familia y su esposa Elizabeth Díaz

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