Imprimir
Inicio »Noticias  »

La derecha emprende ofensiva para quebrar al “socialista” Obama

En este artículo: Barack Obama, Estados Unidos
| 3

La Jornada, México

Barack Obama. Foto: AP

Barack Obama. Foto: AP

Con la advertencia de que el presidente Barack Obama urde un complot “socialista”, sectores sociales de la derecha y políticos conservadores han desatado una ofensiva para intentar derrotar las iniciativas de reforma del primer presidente afroestadunidense, al combinar racismo y antisemitismo con un frío cálculo político para “quebrar” esta presidencia.

El tema no importa; puede ser la reforma de salud, la educación pública, la inmigración, el estímulo económico, Honduras o cualquier otra iniciativa de este aún nuevo gobierno: el Partido Republicano se niega a colaborar (con excepciones de muy pocos legisladores moderados) con el presidente, mientras la derecha social, animada por voces cada vez más extremistas de comentaristas, reverendos y políticos ultraconservadores, se manifiesta contra todo lo propuesto por Obama.

Hoy el presidente dirigió un mensaje a los estudiantes del país con motivo del inicio del año escolar, cuyo mensaje era simplemente “trabajen duro” y “superen los desafíos” al buscar la excelencia académica. Desde que se anunció el discurso, hace unos días, se movilizaron no pocas agrupaciones de padres de familia en diversos puntos del país expresando alarma de que éste era un intento por “indoctrinar” a sus hijos.

Rechazo al mensaje del presidente a estudiantes

“Yo no quiero que nuestras escuelas sean entregadas a un movimiento socialista”, declaró un padre en Texas, reportó el New York Times. Tal fue la respuesta contra el mensaje, que en varios distritos escolares se suspendieron planes de que estudiantes escucharan el discurso del presidente en vivo, como se había propuesto.

El presidente estatal del Partido Republicano en Florida se declaró “pasmado de que se utilicen dólares de los contribuyentes para difundir la ideología socialista del presidente Obama”. Los sitios de Internet y programas de radio de la ultraderecha nutrieron todo esto, unos provocando llamadas de padres preocupados a funcionarios escolares, y otros insistiendo en que sus hijos no asistirán a clases hoy si eran obligados a escuchar el discurso del presidente.

Estas expresiones se multiplican e intensifican en torno al tema de la reforma del sistema de salud en este país, la pieza central de las propuestas políticas del nuevo gobierno. La estrategia de los republicanos conservadores se reveló en comentarios del senador Jim DeMint en una teleconferencia de estrategia con sus colegas y activistas conservadores a mediados de julio, cuando declaró: “si logramos parar a Obama en esto (la reforma de salud), eso será su Waterloo. Lo quebrará”.

O sea, el punto no es el debate en sí sobre una reforma, sino la estrategia para “quebrar” el gobierno de Obama.

La derecha ha proyectado la propuesta como otra medida “socialista” de Obama, y ha intentado generar una “resistencia” para defender la “libertad”. En cientos de foros organizados por legisladores en sus distritos para escuchar la voz ciudadana, la derecha ha logrado imponer un discurso que llega a niveles histéricos y absurdos a través de sus bases. A tal extremo ha llegado que en múltiples instancias se han presentado ciudadanos que dependen del Medicare, el eficiente sistema gubernamental de seguro médico para los ancianos, para denunciar a todo volumen la “intervención” del gobierno en el sector salud.

En ciertos lugares han aparecido ciudadanos armados en los mítines contra las iniciativas de Obama. En agosto, una docena de hombres con rifles AR-15 y pistolas Beretta de 9 milímetros se presentaron entre manifestantes contra Obama, afuera de donde ofrecía un discurso el presidente en Arizona, reportó Los Angeles Times. Ese mismo mes, en un foro sobre la reforma de salud encabezado por un representante demócrata, un hombre acudió con una pancarta en la que se leía “Muerte a Obama”.

Un reverendo bautista en Arizona está bajo investigación del Servicio Secreto porque hace un par de semanas declaró a sus fieles que oraba por la muerte del presidente. El reverendo Steven Anderson agregó, en comentarios a una televisora local: “me gustaría ver que Obama muriera de causas naturales. No quiero que sea un mártir. No necesitamos otro día feriado. Me gustaría verlo morir, como Ted Kennedy, de cáncer del cerebro”. Otro reverendo, Wiley Drake, en Buena Park, California también informó que hace “oraciones” por la muerte de Obama.

Mientras tanto, legisladores y otros políticos conservadores no sólo no han denunciado este tipo de cosas, sino que las nutren, con declaraciones como las del senador Richard Shelby de que Obama “obviamente” desea convertir en país socialista a Estados Unidos.

La derecha, tan debilitada después del desastre del gobierno de George W. Bush, está logrando trabar, si no es que descarrilar, al nuevo gobierno. Como se perfilaba, los llamados “grupos de odio” están floreciendo en el país con la llegada al poder de Obama. El Southern Poverty Law Center (SPLC), especializado en monitorear a la extrema derecha, advierte que han aparecido por lo menos otros 50 grupos de odio desde la llegada de Obama a la Casa Blanca, y se han multiplicado las amenazas contra él en los sitios de Internet y otros medios de estas agrupaciones.

Cuando James Von Brunn entró disparando al Museo del Holocausto en Washington, en junio pasado, y mató a un guardia, todo indicaba que se trataba de las acciones de un loco. Resulta que Von Brunn es un supremacista blanco y antisemita que pensaba que Hitler no había matado suficientes judíos. En su automóvil se descubrieron apuntes donde repetía que Obama había sido creado por los judíos para tomar el poder contra los blancos y cristianos.

Un loco, sí, pero nutrido por un movimiento ultraderechista que se proyecta a través de medios masivos, y que se expresa desde el nivel local hasta la cúpula y que día con día promueve y da legitimidad a estas ideas.

Tal vez los actos de violencia de integrantes de grupos de odio más sangrientos de los últimos años han sido los realizados por activistas extremistas antiaborto, que han asesinado a varios médicos (incluso a George Tiller, abatido en una iglesia en junio), enfermeras y otros en clínicas que practican legrados. Por otro lado están los innumerables actos de violencia, incluso asesinato, de latinos, sobre todo inmigrantes latinoamericanos.

Nuevos informes, como el del Leadership Conference on Civil Rights Education Fund, reportan que la combinación de la crisis económica y la ola anti inmigrante han contribuido al incremento de los crímenes de odio, los cuales llegan a unos 7 mil 500 por año (los reportados), o sea, uno casi cada hora.

Así, por un lado reaparecen y se fortalecen las “milicias” ciudadanas, los “vigilantes” antimigrantes como los Minutemen, y los cristianos fundamentalistas, y por otro políticos de perfil nacional que buscan “quebrar” el gobierno, con acusaciones constantes de que es “socialista” y hasta de que, en asuntos internacionales, está de lado de los Castro y los Chávez, como en torno a Honduras.

El potencial de violencia en torno a esto preocupa a especialistas y las propias autoridades locales y federales, y se reporta extraoficialmente de un incremento en amenazas de muerte y complots contra el presidente.

Algunos recuerdan que el peor acto terrorista en este país antes del 11 de septiembre fue realizado contra el edificio del gobierno federal en la ciudad de Oklahoma por el veterano de guerra Timothy McVeigh y sus compañeros, todos ligados a estos movimientos ultraderechistas.

“Creo que el presidente en efecto ha detonado temores entre un número bastante grande de personas blancas aquí, de que de alguna manera está perdiendo a su país, que ha perdido la batalla. Que de alguna manera les ha quitado la nación que sus antepasados cristianos blancos crearon”, dijo recientemente Mark Potok, uno de los directores de SPLC, a ABC News.

Se han publicado 3 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • María Hernández dijo:

    Que problema el que tiene Obama, ya que la derecha-ultra derecha y los repúblicanos no lo dejarán gobernar, porque esta gente no quiere el bien para las grandes mayorías, solo les interesan sus intereses. A este hombre, le ha preocupado saber que miles y miles de personas no tienen un plan de salud y los que existen son onerosos, es un delito pedirle a la juventud que trabajen duro y superen los desafíos, ignorando que esa gran nación se fundó con grandes desafíos y por la tenacidad de los pilgreens. Ojalá Obama no le tenga miedo ni al pentágono, ni a la CIA, porque esos son los grandes cómplices de los grupos de poder. Y si querer lo mejor para un país es ser socialista, pues bienvenido sea todo cambio.

  • FEDOR D. CASTILLO dijo:

    LA DERECHA RECALCITRANTE DE FASCISTAS, Y FASINEROSOS DE ESTADOS UNIDOS ESTA PREPARANDO EL CAMINO, PARA LLEVAR EL ODIO DE LOS NORTEAMERICANOS HACIA EL PRESIDENTE BARAK OBAMA. QUIEN SIMPLEMENTE ESTA INTENTANDO HACER UNA REFORMA EN LA SALUD PUBLICA PARA QUE MAS DE CINCUENTA MILLONES DE CIUDADANOS DE ESE PAIS, TENGAN UNA ATENCION MEDICA ADECUADA. ESTA CAMPAÑA ESTA DIRIGIDA POR LAS MAFIAS DE LAS COMPAÑIAS DE SEGUROS, QUE NO QUIEREN QUE LE TOQUEN SUS PRIVILEGIOS. NO SE LO QUE PUEDA PASAR PERO, LA DERECHA JUNTO CON LA ULTRADERECHA AMERICANA, SON CAPACES DE LLEGAR AL MAGNICIDIO CONTRA EL PRESIDENTE BARACK OBAMA. ESTO PASA EN LA DEMOCRACIA MAS PERFECTA DEL PLANETA, SEGUN LOS DEFENSORES DE ESTE SISTEMA TAN INJUSTO.

  • DARDO RIBAS dijo:

    LAS CARTAS ESTÁN ECHADAS PARA Mr. OBAMA.

    Las medias tintas en sus políticas internacionales
    y sociales, crean las plataformas para su crepúsculo

    Obama se está equivocando y lo va a pagar caro si no modifica el rumbo. Vacilaciones evidentes en su política exterior, sumadas a reformas insustanciales, parecen haber liberado al genio que estaba recluido en la lámpara, esperando, paciente, sus errores y contradicciones.

    Y el “genio”, en este caso, es maléfico y no deja un centímetro de ventaja.

    Por si fuera poco, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, tiene mayor protagonismo que el Presidente y en direcciones hacia la derecha.

    Mr. Obama no se decide y afronta su mandato en un torbellino de actitudes que no satisfacen a nadie y menos a la salvaje reacción norteamericana.

    Vencidos en las elecciones que ungieron al candidato negro del Partido Demócrata, se habían retirado a posiciones de zorruna retaguardia. Pero el nuevo Presidente les ha facilitado el regreso a los primeros planos de las demandas y las amenazas.

    El enemigo de Obama no son los gobiernos progresistas de varios países de Centro y Sudámerica. Él está durmiendo con su sepulturero en los EEUU. No identifica, por lo visto, a sus contrincantes verdaderos; no logra avizorar que si no se brinda generoso a la América Latina y a los trabajadores y pobres de su propio país, está en peligro cierto de derrumbarse, dejándole el camino absolutamente desbrozado a lo peor de la política norteamericana.

    No es en base a concesiones a estos sectores -y que muestran su debilidad profunda-, que va a salir de este atolladero y del peligro que le rodea en aquella sociedad donde los grupos violentos, nazófilos, brutales, tienen cobertura absoluta hasta en los mismos “servicios” secretos del Estado.

    Sólo una actitud de firmeza, de valor heroico, puede ayudarle en estas contingencias. Y ese valor es el que le otorgará el apoyo de millones en todo el mundo.

    Si Obama libera a los luchadores antiterroristas cubanos, prisioneros de un sistema jurídico perverso y cómplice, lograría la simpatía de toda América.

    Si Obama termina en lo inmediato con la sangría en Afganistán y en Iraq, se convertiría casi en un revolucionario, al menos, en medidas que aflojarían las tensiones guerreras y los peligros en esa región del mundo.

    Si Obama le cierra la canilla de apoyo político y aprovisionamiento militar de alta sofisticación y frena la ofensiva del sionismo genocida, también tendrá a su favor al mundo, que vería con absoluta devoción semejante y valiente actitud.

    Si Obama logra acorralar a las sectas de fanáticos de ultraderecha en su propio país, el mismo pueblo norteamericano le apoyaría con simpatía.

    Si Obama deja de agredir política y económicamente a Latinoamérica y finiquita su adhesión a tiranuelos fascistoides como Uribe y a fantoches como Oscar Arias, también daría un paso gigantesco para apaciguar cualquier intento guerrerista en Sudamérica, para lo cual, por supuesto, debería ordenar YA el NO emplazamiento de bases militares en Colombia o en cualquier otro lugar de éste u otro continente.

    Si Obama concluye el ominoso bloqueo a Cuba, encontraría en la isla de la libertad una enorme mano amiga. Para eso, primero, debe encerrar a los verdaderos terroristas que en La Florida se pasean impunemente y desde allí planifican actos criminales, desprestigiando constantemente a los Estados Unidos. La medida del fin del bloqueo debe ir, necesariamente, acompañada de la prisión inmediata y efectiva a los Posada Carrilles y toda la pandilla terrorista de Miami.

    Si Obama ofrece al mundo un armisticio nuclear y propone el desmantelamiento mundial del arsenal nuclear, la Humanidad entera aclamará su gesto pacificador.

    Si Obama “pone en caja” a las multinacionales yanquis que están pudriendo el planeta con su ataque despiadado a la ecología, persiguiendo ganancias a costa de la salud generalizada de los pueblos y los organismos vivos de cualquier especie, daría otro paso al apoyo universal.

    Se podrían mencionar otras medidas: indemnizaciones a los pueblos masacrados en Iraq, reconocimiento de las tropelías cometidas por la CIA y otros organismos terroristas y profunda investigación de sus actividades para dar paso a procesos y condenas.

    Esto provocaría una ola de confianza inmensa hacia un estadista que, realmente, puede cambiar el curso del mundo en una dirección humanística y progresista. Su lugar en la historia grande sería ineluctable.

    Claro, si hace eso, será acusado de “comunista” y esos grupos de salvajes legalizados en los EEUU intentarían, de inmediato, el magnicidio.

    No le cabe alternativa. O pasa a la historia como el hombre que -dirigiendo en lo formal al país más poderoso de la historia-, transformó un Estado criminal en un ejemplo de civilización o queda atado como otro pelele más que, en los hechos, sigue convalidando las miserias del imperio.

Se han publicado 3 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

David Brooks

David Brooks

Periodista mexicano, corresponsal del diario La Jornada en los Estados Unidos.

Vea también