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El manual de alfabetizadora de mi madre

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Mi madre se llama María, fue alfabetizadora- como tantas y tantos jóvenes de la época. Yo no había nacido en aquel 1961 pero desde que tengo recuerdos veo en casa dos libretas que han ido envejeciendo con el tiempo hasta convertirse en un tesoro que he heredado, tal vez por aquello de que soy la periodista de la familia.

Mi madre ha contado muchas veces esas historias. Fue alfabetizadora popular, en un batey campesino de Artemisa –de donde somos. Siempre me ha causado emoción ver su manual y la libreta de uno de sus alfabetizados, que ella ha conservado con tanto celo no por afición al archivo sino porque ahí está también el secreto de su vida.

He ojeado mucho la libreta en cuya portada –ya descolorida por el tiempo- está una foto llena de rostros, la bandera cubana y el ¡Venceremos! que ocupa todo el tramo superior del Manual; y tres pensamientos en la contraportada que me encantan: dos de Martí y uno de Fidel. Y por dentro, las palabras, las frases a completar… y la letra insegura del alumno, con trazo de comienzo.

La otra libreta es la de Luis Collazo Ruiz, el alumno de mi madre. Él era campesino, tenía unos sesenta años y solo sabía de la tierra y de la miseria que le rodeó siempre. Cuando abro su libreta –con algunas hojas sueltas- me detengo en su letra, en su esfuerzo para escribir una y otra vez su nombre y una firma que recién estrenaba. Mi padre me cuenta que cuando después de la alfabetización Luis Collazo fue al banco y se disponían a tomarle sus huellas dactilares como firma, él se viró erguido y dijo: “No! ¡Ya yo sé escribir! ¡Ya no tengo cascos!!!”

La libreta de Luis Collazo va contando sus progresos, en la medida que iba aprendiendo el alfabeto; y las repeticiones de papá, pipa, palo, pico, pala… hasta llegar a oraciones completas: “Los campesinos trabajan en la cooperativa”. ¡Las últimas palabras de su libreta son su nombre y apellidos!... Cuando muchos años después me tocó filmar como reportera de la televisión la Campaña de alfabetización de la Venezuela de Chávez, comprendí lo que significaba escribir nuestro propio nombre. Nunca había visto analfabetos y ese suceso, que tuve el privilegio de vivir, me devolvió el reencuentro con la historia de mi madre.

Mi madre hoy tiene Alzheimer. Entonces se le confunden los recuerdos, pero entre los tres, mi madre, mi padre y yo, vamos reconstruyéndolos de a poco para no olvidar; y en mis manos están su diploma de alfabetizadora, su medalla, la libreta de Luis Collazo y el Manual. Aunque mi madre hoy tiene Alzheimer, en mis manos ella me ha dejado la Patria.

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Portada del Manual.

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Se han publicado 66 comentarios



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  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    Crónica: Triste encuentro con Manuel y Pedro

    CRONICA… ARGOS: OCTUBRE 14 DE 2011…

    xMarcos Jesús Concepción Albalat*.

    Es bien conocido que uno de los primeros compromisos del Gobierno Revolucionario cubano cuando triunfó la Revolución en Enero de 1959, fue la de erradicar el analfabetismo en Cuba…

    En el año 1961 el Gobierno Revolucionario cubano promulgó la Ley ‘Campaña Nacional de Alfabetización’ en la cual involucró a los jóvenes de la nación, y por supuesto, como joven revolucionario, no podía dejar de participar… Fui alfabetizador en esta hermosa campaña conocida como ‘Ejército de Alfabetizadores Brigadas Conrado Benítez’…

    La preparación de la Campaña Nacional de Alfabetización fue en el año 1960, promulgándose la Ley en 1961 y finalizando el 22 de Diciembre del mismo año, con un gigantesco desfile en la Plaza de Revolución en La Habana, donde cientos de miles de alfabetizadores participamos, unos con lápices y otros con cuadernos que sobresalían nuestra estatura… En una sola voz, en pleno desfile ante la tribuna presidida por Fidel, cantábamos nuestro himno,

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    - …’Somos las brigadas Conrado Benítez,
    - somos la vanguardia de la Revolución,
    - con el libro en alto cumplimos una meta,
    - llevar a toda Cuba la Alfabetización’,
    - Por llanos y montañas el brigadista va,
    - Cumpliendo con la Patria y luchando por la paz,
    - Abajo el imperialismo, arriba la libertad,
    - Llevamos con orgullo la luz de la verdad’…
    - etc., etc…

    Vestidos con el uniforme de alfabetizador y en perfecta formación por bloques, con enorme alegría y satisfacción del deber cumplido, Fidel declaró ante más de un millón de cubanos en la Plaza de la Revolución, ‘Territorio Libre de Analfabetismo’ a la Nación cubana… El año 1961 se proclamó como ‘Año de la Educación’…

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    La Campaña Nacional de Alfabetización estuvo coordinada y controlada desde una estructura organizativa de dirección única, la Comisión Nacional de Alfabetización y Educación Fundamental, creada en marzo de 1959... La Comisión incluía una Sección Técnica, cuya función fue la organización del trabajo pedagógico y la formación de los alfabetizadores, así como la realización de labores estadísticas...

    Raudo y veloz me incorporé a las Brigadas de Alfabetización, en ese entonces vivía con mis padres en el pueblito de Fomento, desde donde me trasladaron en ómnibus al campamento Granma ubicado en la Playa de Varadero, Matanzas… En este campamento nos prepararon y nos proporcionaron los cuadernos de instrucción del programa para alfabetizar en corto tiempo a todo cubano que no supiera leer y escribir, además, el uniforme reglamentario de la Brigada con sus botas de campaña y la boina… La mochila con cantimplora, manta, ropa interior, aseo personal, y una lámpara (Coleman) de petróleo que luego se convirtió en el símbolo de las Brigadas… No hubo un rincón en la Isla de Cuba en que no haya estado un alfabetizador… La misión estaba planteada y a ellas acudimos sin un mínimo de reparo, sabiendo que nos esperaban tiempos difíciles, muchos de nosotros tuvimos que vivir en la casa de los campesinos y en unidades militares… Ya les cuento…

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    Los resultados de este hermoso proyecto, fueron alentadores para el proceso en que se enfrascó la nación cubana con sus nuevos retos… no se podía perder tiempo porque el país, en ese entonces, estaba siendo acosado por tierra, mar y aire, por la contrarrevolución cubana que desde Miami, apoyados por la CIA, lograron ciertos objetivos, que un día la historia tendrá que reconocerlos como crímenes de lesa humanidad, comparados únicamente con los que practicaron los nazis en Europa…

    No olvidemos que el territorio nacional cubano ha sido el único en Occidente en ser sometido a una cruenta guerra bacteriológica por parte de Estados Unidos, donde se afectó el ganado vacuno y la caña de azúcar, prácticamente desaparecieron de los campos cubanos, incluso, parte de la población fue infestada con el virus del dengue hemorrágico nro. 2, el más peligroso que se haya descubierto, donde decenas de niños, ancianos, mujeres en estado, etc., fueron víctimas, y que en muchos casos les causó la muerte… Y en la infinita lista de agresiones, anotemos el desembarco de los mercenarios cubanos de Miami por Playa Girón, que fueron derrocados en menos de 72 horas, donde el Imperialismo norteamericano sufrió en América su primera derrota militar…

    La Campaña de Alfabetización no escapó al terrorismo declarado por la contrarrevolución cubana desde Miami, donde más de 10 alfabetizadores fueron vilmente asesinados, torturados y ahorcados, por bandas de alzados contrarrevolucionarios que operaban, principalmente, en el lomerío de El Escambray, zona central de la Isla… Connotados asesinos contrarrevolucionarios sembraron el terror entre la población campesina, entre ellos Julio Carretero, ‘Cheito’ León, Pedro González, Osvaldo Ramírez, entre otros no menos conocidos, dirigidos desde Miami y apoyados por la CIA, causaron daños irreparables a muchas familias en la Isla…

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    Mi primera misión como alfabetizador fue en las alturas de Güinía de Miranda, en el mismo Escambray… Aquí se me alojó en la casa del campesino que alfabeticé, solo recuerdo de esta honorable familia, que al campesino le decían ‘Fico’ y el nombre de sus dos hijos, Diosdado y Dionisio… De ellos solo diré que me cuidaron y protegieron como si estuviera con mis propios padres, en ese hogar no me faltó absolutamente nada…

    Luego fui trasladado a otra Brigada, donde me recibió la Asesora Técnica de la Zona, o como le decíamos, la Jefa de la Brigada, Profesora Anais, la que me ubicó en un Campamento Militar para alfabetizar a un grupo de milicianos… La Unidad Militar quedaba en el mismo centro de El Escambray conocida como El Algarrobo, zona de Pitajones… Estas Unidades Militares estaban integradas mayormente por milicianos, se conocían como Unidades de ‘Lucha Contra Bandidos’ (LCB)… El jefe de esta Unidad de ‘LCB’ era el capitán del Ejército ‘Pineo’… Aquí descansé de la ‘hamaca’, pues me alojaron en una habitación del hospitalito de la Unidad Militar, y que en varias ocasiones tuve que abandonar para darle entrada a un herido en combate… Al frente del hospitalito estaba un médico y un enfermero con el que más me relacioné, de apellido Zerguera, oriundo de Trinidad… Conversaba muchísimo con Zerguera… sus conversaciones me fueron muy agradables porque conocía a mi familia...

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    Mis primeros días en el Campamento Militar de ‘LCB’ fueron de mucha tensión, pues constantemente entraban y salían los pelotones de Milicianos que rastreaban las zonas donde operaban los alzados contrarrevolucionarios que hostigaban a los campesinos y a los alfabetizadores… en varias ocasiones fui testigo de la llegada al hospitalito de algunos bandidos heridos para ser atendidos, en este lugar se les aplicaba los primeros auxilios, y luego se les trasladaba a la Comandancia del Condado, Trinidad…

    Recurro a los documentos para una mejor ilustración de los hechos tal y como ocurrieron, por lo que reproduciré lo que publicó ‘Ecurred’ (www.ecurred.com) sobre el asesinato de Manuel y de Pedro en manos de las bandas contrarrevolucionarias dirigidas desde Miami…

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    - …‘Durante la estancia en casa de los Lantigua, se incrementó el ataque de las bandas contrarrevolucionarias a la zona, por lo que se recibió la orientación de evacuar prácticamente a los brigadistas de este lugar, pero Manuel insistió en mantenerse en su puesto, pues decía que debía terminar su trabajo para regresar como todos en su momento preciso. Siempre estuvo al lado de Lantigua en la defensa y custodia de la casa, de la familia, y los intereses de la Revolución’….
    - …‘El 26 de noviembre de 1961, en horas de la tarde, Mariana hizo para todos una colada de café recogido, cultivado y tostado en la propia finca, pero cuando ya se estaba repartiendo, no llegó ni siquiera a las manos de Pedro, pues fue sorprendido por presuntos milicianos, que después resultaron ser realmente, los bandidos. Mariana se percató de la simulación de los malhechores y salió en defensa de los suyos, quiso hasta hacer ver que Manuel era uno de sus nueve hijos. A la pregunta de quién era el maestro, Ascunce contestó: «¡Yo soy el maestro!» Lo que indignó a los bandidos y arremetieron contra él y Pedro de la forma más brutal y cobarde, además de llevarse con ellos a Pedrito’….
    - …‘Mariana los sigue y logra arrebatarles al hijo, saliendo en busca de ayuda y refuerzos pero, el estado del tiempo, la oscuridad de la noche y las dificultades propias del camino, no le permitieron evitar a tiempo el propósito de los alzados’…
    - …‘Mientras tanto los bandidos siguieron ensañados con ellos, mediante ofensas, amenazas, golpeaduras, punzonazos -14 en total-, luchas, forcejeos y torturas. Cuando ya los tenían medio moribundos, deciden ahorcarlos y los alzan en dos ramas de una acacia, a poca distancia de la vivienda, aproximadamente a las ocho de la noche. Así quedan exánimes los cuerpos de Pedro y de Manuel, por defender la obra de la educación y ser fieles a la causa de la Revolución’….
    - …‘El asesinato de Manuel se produjo en Limones Cantero, finca Palmarito, junto a su alumno Pedro Lantigua Ortega, a manos de los criminales, Quesada Braulio Amador Quesada (principal ejecutor), Pedro González Sánchez y Julio Emilio Carretero Escajadillo (jefe de una comandancia)’

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    En horas de la madrugada del 26 de Noviembre de 1961, pusieron al Campamento Militar en formación de combate, para dirigirse donde había ocurrido uno de los crímenes más horrendos que ojos humanos hayan visto… Sin mediar explicaciones, me pusieron bajo las órdenes del Sargento Juan Valdez, quien se le dio la orden de acompañarme y protegerme durante el recorrido que se hizo hasta el lugar donde habían ahorcado al maestro y al campesino… Ya los habían bajado del árbol y sus cuerpos con huellas de tortura, posaban sobre camillas improvisadas… Sus pálidos rostros llenos de dolor, jamás los he podido borrar de mi mente… Se trataba del alfabetizador Manuel Ascunce Domenech y del campesino Pedro Lantigua Ortega…

    - …’Sus cadáveres fueron traídos al poblado, donde campesinos y brigadistas les rindieron el tributo emocionado y merecido; más tarde el de Manuel fue trasladado a la capital, donde un mar de boinas verdes del Ejército Alfabetizador, confundidas con un pueblo todo, dio el último saludo al Maestro…

    - En el acto de despedida, el entonces Presidente Osvaldo Dorticós Torrado, expresó:… ‘Al asesinar a este adolescente, se ha querido asesinar con él a una nueva generación que encarna el más lúcido y sano presente, y que anuncia para la Patria el más esclarecedor porvenir. Hoy hemos cavado una tumba para el héroe adolescente, pero con actos como este cava día a día, su tumba el imperialismo y el capitalismo’…

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    - …(...) ¿Y quiénes son los responsables de este crimen?... Son, en primer término, los autores materiales, mercenarios o degenerados que realizaron el hecho con sus manos asesinas. Son responsables de este crimen los liderzuelos contrarrevolucionarios traidores que inducen al crimen desde las playas veraniegas de Miami… Son responsables de este crimen los dirigentes del Imperialismo, que inspiran estas acciones criminales, arman las manos de los asesinos, financian con dólares sus acciones; responsables de este crimen y de los otros crímenes, son los dirigentes de Washington...; responsable de este crimen es en última instancia, el sistema imperialista y capitalista, que actualmente pretende sobrevivir en la historia, realizando hechos como este…’

    La Revolución cubana no tiene marcha atrás… Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos…

    Que en paz descansen el humilde y buen campesino Pedro Lantigua Ortega y mi Compañero de Brigada Manuel Ascunce Domenech… Asesinados vilmente por bandas contrarrevolucionarias dirigidas desde Miami… ¿Delito? El de Manuel por enseñar a leer y escribir, y el de Pedro por darle albergue a su maestro…

    *Marcos Jesús Concepción Albalat… (Trinidad/Casilda, S.S., Cuba) Agosto 03-1947… Reside en Miami, Florida, Estados Unidos… Licenciado en Gestión Comercial Internacional… @: marcosjesus360@yahoo.com – Director de la Agencia de Información ‘ArgosIs-Internacional’ en la Red… argosisdirector@yahoo.com - Web: http://www.argosisinternacional.com...

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    ...Yo fui ALFABETIZADOR... Solicito aparecer en la lista de los que lo fuimos... YO FUI ALFABETIZADOR... No pido medallas, no pido diplomas, pido aparecer en la lista de los que fuimos ALFABETIZADORES... Solo eso...

  • alfonso de Chile dijo:

    A medida que iba corriendo hacia arriba con el raton este articulo,subia tambien mi interes por llegar hasta el final.Me encanto esta presentación, muestra la voluntad de terminar con años de oscurantismo en Cuba.Gente sencilla abrazando con letras y numeros a los abusados para que sepán y reclamen su dignidad.Me emociona ver esos ajados diplomas,esas paginas del silabario,la madella y las citas de José Marti y Fidel.Todo habla de un momento historico sublime.Un abrazo a Maria, la alfabetizadora.

  • René Redento Vázquez Pérez. dijo:

    Muy conmovedor este trabajo. Yo tuve la posibilidad con 13 años participar en la campaña como alfabetizador popular y mantengo vivo en mi memoria el significado de aquella hazaña pero, más que todo , el deslumbramiento que se percibía en cada campesina que alfabeticé, cuando pudieron leer y escribir. Salir de la oscuridad y leer un texto. Fidel fue, el que con su visión sin límites, nos impulsó a aquello tan grandioso. A él, en estos momentos de tanta tristeza por su desaparación física, es a quién tenemos que agradecer por tan grande acontecimiento.
    A nosotros nos han homenajeado , tanto cuando se nos entregó la Medalla de la Alfabetización, como cada año, y nos satisface haber cumplido con nuestro deber.

  • Hugo Andrés Govín Díaz dijo:

    Muchas gracias Maribel. Tengo la pena de no haber cumplido en el día de ayer lo que me prometí de hacer el mismo recorrido de 55 años antes, desde la entrada de empleados del hotel Nacional por la calle P, hasta el jardín de la Biblioteca Nacional. Razones de trabajo me lo impidieron, pero lo haré la próxima semana.
    Alfabeticé en Altos de Viento Frío, Barrio Toa, Baracoa. Nos juntamos un grupito de San Nicolás de Bari y acordamos marchar a Baracoa a cumplir la tarea. El 21 de diciembre llegamos a La Habana en el famoso tren con el deber cumplido y fui asignado junto a otros seis brigadistas a alojarnos en la guarnición del Ministerio de Trabajo. Esa noche cenamos en el restaurante La Arboleda y en la mañana, después del desayuno en la cafetería de la piscina, salimos hacia el (en aquel momento) bellísimo parque "Mariana Grajales" de 23 entre C y D, donde formamos el bloque y marchamos por la Plaza pidiéndole a Fidel qué otra cosa teníamos que hacer.
    Ayer puse en el balcón la misma Banderita que me acompañó en el recorrido.
    Recuerdo con nitidez los nombres de la mayoría de los alfabetizadores que estábamos en aquella zona. Nos reuníamos todos los lunes en la escuelita del Alto para recibir instrucciones de nuestro Profesor Rafael García. Por allá los pobladores que eran "entidades" se nombraban Ramón Pérez, Severino Rodríguez, el "negro" Marzo, el compadre Gaspar y la persona más amistosa de allí resultó ser Beto, el operador de buldozer que trabajaba en el trazado de la vía Mulata, quien nos dedicó infinidad de atenciones al grupito de alfabetizadores cada vez que nos encontrábamos de paso por el lugar donde trabajaba.
    La familia que me atendió y cuidó como un hijo más fué la de Santos Rodríguez. Su esposa Emelia y sus hijos Bernardino (Nino), Anaíldo, Emilia, Rosa, Juan, Reinaldo, Diosa y la más chica Emelia. Viviré eternamente agradecido por las atenciones que recibí de parte de todos ellos.
    Como anécdota interesante quiero compartir con Uds. la siguiente.
    Al ser menores de edad, los organizadores de nuestro regreso a los lugares de residencia buscaban en las terminales de ómnibus a personas responsables que nos condujeran, principalmente si estaban vestidos de miliciano. Cuando arribamos a la terminal de Güines en la calle Apodaca, había un miliciano que esperaba la guagua hacia allá (ruta 33) y hablaron con él para que nos acompañara. Ese miliciano resultó ser VAL, (Humberto Valdes Díaz) parte de mi familia y después reconocido caricaturista del semanario Palante. Me acompañó hasta San Nicolás y me sentó en el transporte que me dejaría en el pequeño barrio donde vivía, sin necesidad de ir conmigo hasta allá, porque los choferes de esos transportes conocían "hasta a los gatos" y le dijo que no se preocupara, que me dejaría en la puerta de mi casa. Así lo hizo. Esa llegada mía al batey se convirtió en el acontecimiento del año, cosa de lo cual aún vivo orgulloso.

    • Roberto Gil Ontivero dijo:

      Hugo y usted por esas csasualidades de la vida es familia de Isabel Díaz Govin, quien tambien fue alfabetizadora y vivia en San Jose de las lajas, felicidades por su tarea que hoy esta multiplicada con creces.

  • Mario Garrido dijo:

    Excelente crónica. Me toca de cerca porque aprecio y quiero mucho a esa familia. Revisen en el texto solo el nombre del alumno: La fotocopia de la libreta dice Alejandro Collazo Ruiz, y en el texto dice Luis Collazo Ruz...
    Otro: Miren, María Damas es un encanto de ser humano. No importa el Alzheimer. Lo aseguro.

  • Florecita dijo:

    Lindo y Real, gracias por compartir

  • Raul dijo:

    Leer la crónica de la profe Maribel (felicidades por el día del Maestro) me recuerda a mi abuelo. Tengo el privilegio de conocer a mis cuatro abuelos. Una de las pocas cosas con las que se emociona (y de las pocas por las que llora) es cuando recuerda la Zafra del 70 y la Campaña, a la que fue con su hermano, de 12 años, y él, con 15. Su manual y farol están en la casa, y yo los rescataré, pues como dice Maribel, es la Patria.

  • Maribel Acosta dijo:

    Muchas gracias por tan bellos comentarios y sobre todo por los hermosos testimonios. Ciertamente habrá que juntarlos, contar las muchas historias pequeñas; que en definitiva son las que construyen la memoria colectiva.

  • Ciro Oyarzún dijo:

    Yo fuí brigadista, aunque no Conrado Benítez porque no era un adolescente sino un profesional chileno de 25 años. En el Ministerio de Industrias El Che organizó una brigada alfabetizadora. Aún conservo una libreta de alfabetizador en mi biblioteca acá en Santiago de Chile. También tengo la medalla que me entregó el Consejo de Estado en los años 70. Gracias Maribel. Viva Cuba!!!!!!

  • Ciro Oyarzún dijo:

    Yo fui alfabetizador aunque no de las brigadas Conrado Benitez, porque no era un adolescente sino un profesional chileno de 25 años. En el Ministerio de Industrias El Che organizó una brigada alfabetizadora. En mi biblioteca en Santiago de Chile tengo una libreta entonces. También poseo la medalla que me entregó el Consejo de Estado en los años 70. Muy lindo Maribel. Viva Cuba!!!!!!

  • Veguero dijo:

    Lindo relato. Mucha vida a María y a todos los educadores de Cuba. Muchas felicidades a los educadores en su día, sin ellos no hay sociedad, no hay familia, no hay desarrollo, no hay nada. Vega.

  • Marian dijo:

    Mi mamá también fue alfabetizadora tenía solo 16 años y ayudó a salir de la ignorancia a una familia de Canabacoa en plena Sierra Maestra, de niña me mecí en la hamaca y guardo con mucho amor sus fotos. Siempre me sentí orgullosa de que hubiera participado en la campaña de Alfabetización, le debo una visita al Museo que espero cumplir pronto.

  • Hugo Andrés Govín Díaz dijo:

    Roberto Gil Ontivero: No tengo conocimiento de un familiar con ese nombre. Pertenezco a los Govines de Encrucijada, Matanzas y Bolondrón, aunque uno de mis tíos hizo su vida laboral y social en Camagüey, pero sin perder su apodo de "Matanzas".
    En San Nicolás sí conocí a alguien con su apellido (Pedro Ontivero).

  • Armando Menénde Riverón dijo:

    Varadero.

    Después de mucha espera el miércoles 5 de julio fuimos convocados los futuros alfabetizadores varones del municipio de Guanabacoa. Salimos en guagua desde el Parque de la República, era prácticamente un niño con mis doce años cumplidos apenas seis días antes, el 29 de junio.

    Mi equipaje: una jaba confeccionada con papel de envolver,en lugar del maletín que no tenía. Dentro de ella un calzoncillo, una toalla, un par de medias; un pitusa, un pulóver y un short de baño recién llegadas las tres últimas prendas desde USA,obsequio de mi tío paterno Carlos Manuel tras regresar a Cuba repatriado; mi inseparable jarrito de aluminio donde mi madre me preparaba la leche evaporada todas las mañanas, una cuchara, un abridor de botellas y de latas que tan útil resultó en el viaje de regreso al finalizar la campaña, lo que contaré más adelante. No recuerdo si llevaba chancletas y si las llevé serían de palo (madera) que eran las que usaba siempre, pues no había dinero para otras y esas eran muy baratas; el cepillo de dientes y un azabache para el mal de ojo y la buena suerte, prendido por mi madre con un alfiler al calzoncillo con la expresa recomendación de su parte de no deshacerme nunca de él.

    El recorrido desde La Habana hasta el famoso balneario fue por la Vía Blanca, primera y moderna autopista cubana que comenzó a construirse en 1954 y culminó en 1960 con la edificación del puente de Bacunayagua; carretera panorámica que va bordeando la costa norte y ofrece bellas vistas, de un lado el mar y del otro valles y colinas, debe su nombre al ir bordeandola franja de playas de arenas blancas,enlaza rápidamente la capital con la hermosa playa que ya gozaba en esa fecha de la fama de ser una de las más bellas del mundo.
    Eran las 7 p.m. de un lindo día de verano cuando arribó la caravana de ómnibus que tan alegremente nos condujo hasta allí. Nos albergaron en el edificio 25 bloque A del complejo habitacional Granma, recién construido para dedicarlo al turismo nacional. Solo hubo tiempo para instalarse, comer y acostarse a dormir en las confortables habitaciones con camas individuales, tipo box spring.

    Era esa la primera noche que dormía solo y lejos de la casa, ya que nunca me había separado de mi madre a cuyas faldas estaba muy apegado. Por esa fecha, y hasta mucho tiempo después, era frecuente que me orinara en la cama por las noches. Con la preocupación de no hacerlo y ser objeto de las burlas de mis amigos de habitación no concilié bien el sueño. Durante la estancia en Varadero mojé las sábanas y el colchón una o dos veces, pero afortunadamente no trascendió al colectivo, pues como apenas tomaba agua era pobre la micción y le daba vuelta al colchón para que no se apreciara lo mojado.

    La jornada del 6 de julio se inició con el despertar a las 5 a.m., horario repetido en los sucesivos días. Luego del aseo matinal caminamos en formación hasta el comedor colectivo, algo distante de nuestro edificio, para tomar el desayuno.
    En las mañanas recibíamos la preparación metodológica en la planta baja del edificio, sentados cómodamente en las tumbonas,una silla playera que incitaba a dormirnos en la clase;después al terminar quedábamos libres para ir a la playa. ¡Y que playa! Ya la había visitado antes en una excursión organizada por los curas salesianos donde participaban los alumnos destacados de cada aula y que conformaban el cuadro de honor del mes del plantel.

    El tiempo de espera para entrar al comedor central en el horario de almuerzo y comida lo consumíamos conversando en una larga fila, en la que se hablaba de todo. En el desayuno era menos la demora. Allí los más viejos nos intimidaban desde el primer momento con una inyección de «pinguicilina»y una pastilla de «morrongonato» que le tocaba a cada brigadista. Al principio nos alarmamos pues todos creímos que era un asunto serio, pero después nos incorporamos al coro que hacían sufrir a los novatos que a diario arribaban. Generalmente la calidad de la comida era buena, pero no siempre agradable para mis hábitos alimentarios ya que no me gustaba el pollo, no comía macarrones ni tampoco,lo que dura hasta hoy, aguacate, entre otros alimentos.
    El 8 de julio continuamos con la explicación del uso del manual Alfabeticemos, para orientar al brigadista en la enseñanza de la lectura y la escritura y de la cartilla de alfabetización Venceremos. Al concluir la preparación docente pasamos por el almacén central a recoger el uniforme que consistía en pantalón verde olivo, camisa de color gris con una franja verde oscuro en las mangas y con hombreras para colocar la boina, junto a un par de medias. No alcanzamos botas ni recibimos el farol que simbolizaba la luz de la enseñanza que íbamos a llevar por los campos y ciudades. Por la tarde nos dieron la boina. El día de la partida recibimos antes de salir el cinto, la mochila, y la hamaca con la soga: estábamos equipados y listos para iniciar nuestra misión alfabetizadora.

    En la mañana del domingo día 9 en un intervalo entre las clases me retrato junto a dos amigos. Luego una gran sorpresa, en vez de disfrutar esa mañana de la playa fuimos en ómnibus hasta el entonces embarcadero del Instituto Nacional de la Industria Turística (INIT), por cierto un lugar muy lindo según escribí en mi diario, y abordamos el yate Moa Bay. Navegamos por el canal de la marina hasta salir al mar y bordeamos la playa unas cuatro millas y regresamos por la misma vía al punto de partida. El yate era de un antiguo ricachón.
    Tenía en el piso una claraboya de vidrio transparente que permitía apreciar el fondo marino.

    Próximo al final de nuestra estancia en Varadero, en la tarde del lunes 10 fuimos citados para una charla (así se nombraban entonces las conferencias) acerca de la Moral y disciplina en las Brigada Conrado Benítez, cuyo contenido en síntesis se recoge en el Decálogo del brigadista impreso en caracteres muy pequeños al dorso del carné que constituía nuestro documento de identificación. Poco después del final de la charla nos imparten la orden de empacar nuestras pertenencias.

    Recibimos la tarjeta de viaje y a las 3 y 40 p.m.le decimos adiós a Varadero. Partimos en guagua hacia la cercana ciudad de Cárdenas para tomar el tren que nos llevaría hasta la entonces provincia de Oriente. Abordamos los coches de segunda clase que nos situaron. En la espera de la partida repartieron un cheque por valor de diez pesos, el cual se hizo efectivo a bordo del propio tren.Un funcionario iba delante entregándolo, seguido por otro que nos daba el dinero. Los diez pesos unidos a los cinco pesos que me dieron en casa conformaban un gran total de $15 y era todo un gran capital.
    Cerca de las ocho de la noche sale el tren. A las 10 reparten un jugo de mango y a las doce, a la llegada a Santa Clara, un emparedado. En la ciudad del Che estuvimos hasta las dos y media de la madrugada en que reiniciamos la marcha. Nunca había viajado en tren y unido a lo incómodo de los asientos apenas pude dormir durante esa noche-madrugada.

    El tren hizo paradas en Zaza del Medio y en Jatibonico donde descienden los brigadistas que permanecerían en esa zona. La llegada a la ciudad de los tinajones, Camagüey,fue a las once de la mañana; nos dan otro emparedado y se quedan más alfabetizadores allí.

  • Armando Menénde Riverón dijo:

    Mi diario.

    Había reservado un cuaderno escolar con la idea de escribir un diario. Al parecer me faltó voluntad para ser consecuente con las anotaciones y fueron muy pocos los días en que plasmé, en notas muy escuetas, los principales acontecimientos del primer gran reto en mi vida de revolucionario.

    Las anotaciones comienzan el 5 de julio con la llegada a Varadero y están sin interrupción hasta el 14 de julio. Reinicio el diario con intervalos desde el 28 de julio, con notas más amplias y concluyen el 5 de agosto, apenas recién comenzada mi estancia en Puerto Arturo. Se quedaron muchas cosas por asentar y he tenido que acudir a mis recuerdos para reconstruir los principales hechos de aquellos días que me marcaron para siempre y que me hicieron crecer tempranamente en una dura tarea, donde se ponían a prueba mis incipientes y ya firmes convicciones revolucionarias, mi voluntad de cumplir con el compromiso y de llegar hasta el final sin rajarme por el camino.

    Respetando la redacción original transcribo del diario lo escrito el 13, el 14, 28 y el 31 de julio y del 1 al 5 de agosto. Ahí reflejo los hechos de mi vida cotidiana en tan lejano lugar,apartado de mi casa y de mi madre,dura prueba para un niño que arribó a la adolescencia lejos del amparo y del consejo de sus mayores, siempre mimado en su hogar, en los difíciles primeros días de adaptación a nuevas costumbres y entre personas amorosas y cariñosas para conmigo, pero para mí desconocidas. Era un mundo nuevo el que se abría entonces, lleno de emociones y vivencias que conservo nítidamente muchas de ellas hasta hoy, en que pretendo dejar fiel testimonio a mis nietos y futuros biznietos, de mi aprendizaje de revolucionario y de hombre honesto para enfrentar la vida.

    Julio 13.
    Hoy jueves me levanté, lavé la cara y fui a buscar la leche donde Orfelina. Tomé mi desayuno y me puse a jugar con los muchachos. A la hora del almuerzo me brindaron un plato de harina, a mí no me gusta pero tanta era el hambre que me lo comí. Después me encaminé a dar la clase. Caminé un kilómetro. Conocí a los alumnos Armando Cruz, Félix Cruz y Fulgencio Cruz. Di mi primera clase sin contratiempos.

    Julio 14.
    Me levanté tomé mi desayuno y me fui a jugar. Comí anoncillo y a las doce vine a vestirme. Fui a pie pues no quería montar a caballo.

    Julio 28.
    Me levanté tarde tomé desayuno y me puse a leer El pequeño ejército loco de Sandino. Almuerzo harina. Fui a la clase no hubo problemas. A la tarde fui a comprar un calzoncillo no había. Por aquí dicen que soy el brigadista más bonito…(Ilegible)

    Julio 31.
    Hoy día XXXI me levanté tarde. Tomé mi desayuno y me di una vueltecita por la línea y de paso me llegué a casa de Tina. Hoy no almorcé casi, pues en el desayuno después del café con leche me comí una guanábana con leche que daba gusto, después me tomé tremendo jarro de chocolate. Hoy llegó la flotilla de arar todos los terrenos de la cooperativa. Como siempre me vestí a eso de las 11, tomé el libro Sandino General de hombres libres y me puse a leerlo; ya casi lo estoy acabando. Cuando vinieron a buscarme dejé el libro, tomé mi mochila, monté al caballo y marché hacia el lugar de siempre. Hoy le llevábamos la delantera a las brigadistas pero ellas tomaron el carro y llegaron primero que yo.Di mi acostumbrada clase pero hoy me volvió a faltar el mejor y Armando tuvo que trabajar. Al regreso vine a pie. Al llegar leí la prensa y jugué un rato. Después del baño jugamos los muchachos a los escondidos pero tan pronto oscureció un poco tuvimos que retirarnos pues el cielo se encapotó y amenazó la lluvia. Me acosté un poco temprano y después de dar las buenas noches me quedé profundamente dormido.

    Agosto 1.
    Hoy me levanté bien tarde a eso de las 10 y media, tomé un café y mi chocolate. Después me puse a ver como componían los tractores pues al patio de la casa habían traído uno para trabajar a la sombra. A las 11 me puse mi uniforme y como acostumbrado tomé mi libro preferido: Sandino y me puse a leerlo, lo pienso acabar dentro de dos días pues el libro está muy interesante. Un apetitoso plato de yuca con plátano verde fue mi almuerzo. No hay nada más sabroso que eso. Hoy me vino a buscar Elio. Fui y vine a caballo a dar mi clase. En la venida y la ida no le valió a las brigadistas para nada el carro pues llegué primero. Tuvimos que ir a galope tendido que por poco se desboca la yegua. De merienda tomé una limonada. Leí las declaraciones de Yuri Gagarin que estaban muy interesantes. Me di una ducha y comí una sopa y un sopón. Fui a oír la radio y después fui por casa de Fory, el compañero brigadista. Llegada la hora me acosté a “mimir”.

    Agosto 2.
    Hoy por la madrugada me volvió a despertar la flotilla pero me levanté a eso de las 8. Tomé mi desayuno y me puse a leer cuando en eso pasan las brigadistas y me preguntan si iba a ir a la reunión y fue entonces cuando me acordé, me puse el traje y fui a la reunión. Asistieron todos los compañeros y compañeras: Rafael, Maché, Fory, Dominga (Miñita), Miriam y Mirta. Terminada la reunión me entretuve leyendo a Sandino que por la tarde acabé de leer. Harina fue el almuerzo,después me puse a esperar la hora de la partida. Hoy me asistieron los 3 alumnos y di perfectamente mi clase. Hoy comencé mi colección de piedras con un número de 8, que considero excelente para empezar. Congrí con yuca hacen excelente plato para comer. A la noche estuvimos jugando al fuete escondido y luego me puse a hacerles cuentos a los muchachos que le gustan mucho. Buenas noches.

    Agosto 3.
    Me levanté más temprano que nunca. Acabado ya Sandino cogí otro libro de Sandino y me puse a leerlo. Tomé mi desayuno. Llegada la hora acostumbrada me puse mi uniforme y fui a dar mi clase. Hoy me asistieron todos los alumnos. Hoy le ganamos a las brigadistas pues llegamos siempre primero. Me bañé a la hora acostumbrada pero hoy fue en cada de Modesta pues me pasé la tarde. Vine a pie. A la noche igual que siempre tuve que hacer cuentos. Me acosté temprano.

    Agosto 4.
    Me levanté hoy en hora. Después de tomar mi desayuno fui a ver a la maestra, pues me mandó a buscar para el asunto del cambiao de casa. También me informó que tenía que darle clase también a Carmen Reyes. También le entregué a la maestra las cartas para que me las echara al correo. Cumpliendo las orientaciones de la maestra le di clases también a Carmen Reyes. Hoy le ganamos la competencia (a las brigadistas) pues llegamos primero. Por la tarde jugué pelota y me entretuve en otras cosas. Hoy también me acosté temprano.

    Agosto 5.
    Hoy me levanté temprano y me fui para casa de Tina. Allí estuvimos esperando a Queta que llegara. A las 8 llegó en el carro con tremenda tropa.

    A la distancia de los 55 años transcurridos, de lo contado en el diario trasciende por su connotación la labor del niño maestro que jugaba con los demás chicos del batey, apasionado desde entonces a la lectura de la prensa y de los libros, cuyo contenido,de los que estaban a su alcance,eran siempre temas históricos y sociales; que se alimentaba básicamente de harina de maíz, la comida típica del guajiro pobre de entonces y que no confesaba tener miedo, ni que extrañaba mucho su casa de Guanabacoa, en medio de la hospitalidad de las humildes personas que me habían cobijado, al igual que la mayoría de los habitantes del lugar, sencillas personas, muchos analfabetos o semianalfabetos, con un segundo o tercer grado de escolaridad,que muchas veces tenían que solicitar un vale de anticipo por valor de tres pesos y con cargo al salario a pagar después en su fecha, que les servía para comprar lo más necesario e inmediato en la Tienda del Pueblo.

    No lo cuento en el Diario pero desde la primera noche me oriné en la hamaca. En mi inocencia, y para que no se dieran cuenta Marce ni Tello, al despertar en las mañanas arrimaba con las manos tierra a la marca dehumedad en el piso para así ocultar la meada. Esa costumbre hizo con el tiempo en el lugar una lomita de tierra. Ellos sabían bien que me orinaba y debieron haber sido testigos varias veces cuando lo hacía, pues lo debieron presenciar cuando se sentaban en el comedor a esperar a que amaneciera. Ni Marce ni nadie de la familia o de la comunidad,nunca se refirieron al tema y los fines de semana siempre me pedía la hamaca con el pretexto de lavarla. Era mucho el respeto y la consideración que me tenían.

    En notas sueltas del Diario relato que el 26 de agosto me hice una profunda herida en el dedo anular de la mano izquierda, que requirió de una dosis de suero antitetánico y tres puntos. Por descuido la herida se infestó y durante varios días fue necesario curarme en Antilla y las curas finales fueron en Negritos.

    El 30 de septiembre recibí un traje nuevo de brigadista y un par de botas. Algo más tarde dieron el farol chino que funcionaba con keroseno (luz brillante para los habaneros, gas para los orientales) lo que fue de una gran alegría pues a partir de esa fecha nos podíamos alumbrar en las noches con su brillante luz y dejar a un lado la inseparable chismosa que nos llenaba de tizne las fosas nasales.

    Al parecer desde que partí de Guanabacoa no había visto barbero alguno y el diario cuenta que me pelaron el 24 de octubre a los 3 meses y 19 días de mi partida por lo que tendría una melena bastante crecida para entonces.

    Como no habían vuelto a pagar el estipendio a los brigadistas, de mi casa enviaron un giro el que fue necesario ir a cambiar a Antilla los días 21 y 23 de octubre. Recuerdo que en una especie de kiosco o de timbiriche en Negritos había visto que vendían pomos de Kresto, un chocolate malteado para añadir a la leche. Fue la primera gran inversión con los cinco pesos que giró mi madre; a partir de ese día le leche pura de vaca me resultó mucho más agradable.

    En los primeros días de agosto una nueva Ley del Gobierno Revolucionario estableció el canje obligatorio de la moneda en circulación por billetes de nuevo diseño. Junto a los vecinos acudimos a Negritos y era muy poco el dinero que necesitábamos cambiar, cuyo monto estaba muy por debajo del máximo de 200 pesos establecido, estrategia concebida así para partirle la siquitrilla a la gusanera de Miami y del país que empleaban su fortuna, la mayor parte de ella mal habida, para financiar a la contrarrevolución interna.

    Comiendo tanta harina y tomando tanta leche me brotó con fuerza el acné juvenil. Los pómulos y sobre todo la frente, se me llenaron de pequeños granos, muchos de ellos se infestaban, lo que me resultaba incómodo y desconcertante. Igualmente sucedió con la primera y placentera eyaculación acaecida en la hamaca y producida por inconsciente manipulación, lo que me llevó a repetir la experiencia en la privacidad de la letrina.

    Dentro de las cosas que me llamaron la atención estaba lo referente a la vida económica del territorio. Venía de la ciudad y ese era mi primer contacto con la vida rural. En 1961 el Gobierno Revolucionario en sus planes económicos había tomado la decisión de diversificar la agricultura como una forma de romper la dependencia con que el monocultivo de la caña de azúcar ataba al país a una sola producción. Por esa causa se demolieron extensas plantaciones para dedicarlas al cultivo de algodón, millo, frijol y otros productos más. A Puerto Arturo llegaron por esos días una flotilla de tractores marca Caterpillar para roturar y alistar las áreas que posteriormente fueron sembradas con frijol negro y millo. Desde Negritos y con rumbo a Antilla se veían por la carretera extensas plantaciones de algodón en las que se empleaba la aviación para asperjar los productos químicos necesarios para el control de las plagas y enfermedades en dicho cultivo.

    Particular impacto me causó la primera taza de café que me ofrecieron. Acostumbrado a tomarlo fuerte y en una taza pequeña, el que me brindaron era abundante y claro clarito. En la zona acostumbraban a prepararlo así y servirlo en las tazas que en La Habana se utilizan para el café con leche del desayuno matinal. Con el tiempo llegué a acostumbrarme a tomarlo, y como era tanto y bien caliente, mientras se ingería eran largas las tertulias y variados los temas que se abordaban en familia, o en compañía de los amigos o vecinos.

  • Armando Menénde Riverón dijo:

    Mi diario.
    Había reservado un cuaderno escolar con la idea de escribir un diario. Al parecer me faltó voluntad para ser consecuente con las anotaciones y fueron muy pocos los días en que plasmé, en notas muy escuetas, los principales acontecimientos del primer gran reto en mi vida de revolucionario.
    Las anotaciones comienzan el 5 de julio con la llegada a Varadero y están sin interrupción hasta el 14 de julio. Reinicio el diario con intervalos desde el 28 de julio, con notas más amplias y concluyen el 5 de agosto, apenas recién comenzada mi estancia en Puerto Arturo. Se quedaron muchas cosas por asentar y he tenido que acudir a mis recuerdos para reconstruir los principales hechos de aquellos días que me marcaron para siempre y que me hicieron crecer tempranamente en una dura tarea, donde se ponían a prueba mis incipientes y ya firmes convicciones revolucionarias, mi voluntad de cumplir con el compromiso y de llegar hasta el final sin rajarme por el camino.
    Respetando la redacción original transcribo del diario lo escrito el 13, el 14, 28 y el 31 de julio y del 1 al 5 de agosto. Ahí reflejo los hechos de mi vida cotidiana en tan lejano lugar, apartado de mi casa y de mi madre, dura prueba para un niño que arribó a la adolescencia lejos del amparo y del consejo de sus mayores, siempre mimado en su hogar, en los difíciles primeros días de adaptación a nuevas costumbres y entre personas amorosas y cariñosas para conmigo, pero para mí desconocidas. Era un mundo nuevo el que se abría entonces, lleno de emociones y vivencias que conservo nítidamente muchas de ellas hasta hoy, en que pretendo dejar fiel testimonio a mis nietos y futuros biznietos, de mi aprendizaje de revolucionario y de hombre honesto para enfrentar la vida.
    Julio 13.
    Hoy jueves me levanté, lavé la cara y fui a buscar la leche donde Orfelina. Tomé mi desayuno y me puse a jugar con los muchachos. A la hora del almuerzo me brindaron un plato de harina, a mí no me gusta pero tanta era el hambre que me lo comí. Después me encaminé a dar la clase. Caminé un kilómetro. Conocí a los alumnos Armando Cruz, Félix Cruz y Fulgencio Cruz. Di mi primera clase sin contratiempos.
    Julio 14.
    Me levanté tomé mi desayuno y me fui a jugar. Comí anoncillo y a las doce vine a vestirme. Fui a pie pues no quería montar a caballo.
    Julio 28.
    Me levanté tarde tomé desayuno y me puse a leer El pequeño ejército loco de Sandino. Almuerzo harina. Fui a la clase no hubo problemas. A la tarde fui a comprar un calzoncillo no había. Por aquí dicen que soy el brigadista más bonito…(Ilegible)

  • Armando Menénde Riverón dijo:

    Julio 31.
    Hoy día XXXI me levanté tarde. Tomé mi desayuno y me di una vueltecita por la línea y de paso me llegué a casa de Tina. Hoy no almorcé casi, pues en el desayuno después del café con leche me comí una guanábana con leche que daba gusto, después me tomé tremendo jarro de chocolate. Hoy llegó la flotilla de arar todos los terrenos de la cooperativa. Como siempre me vestí a eso de las 11, tomé el libro Sandino General de hombres libres y me puse a leerlo; ya casi lo estoy acabando. Cuando vinieron a buscarme dejé el libro, tomé mi mochila, monté al caballo y marché hacia el lugar de siempre. Hoy le llevábamos la delantera a las brigadistas pero ellas tomaron el carro y llegaron primero que yo. Di mi acostumbrada clase pero hoy me volvió a faltar el mejor y Armando tuvo que trabajar. Al regreso vine a pie. Al llegar leí la prensa y jugué un rato. Después del baño jugamos los muchachos a los escondidos pero tan pronto oscureció un poco tuvimos que retirarnos pues el cielo se encapotó y amenazó la lluvia. Me acosté un poco temprano y después de dar las buenas noches me quedé profundamente dormido.
    Agosto 1.
    Hoy me levanté bien tarde a eso de las 10 y media, tomé un café y mi chocolate. Después me puse a ver como componían los tractores pues al patio de la casa habían traído uno para trabajar a la sombra. A las 11 me puse mi uniforme y como acostumbrado tomé mi libro preferido: Sandino y me puse a leerlo, lo pienso acabar dentro de dos días pues el libro está muy interesante. Un apetitoso plato de yuca con plátano verde fue mi almuerzo. No hay nada más sabroso que eso. Hoy me vino a buscar Elio. Fui y vine a caballo a dar mi clase. En la venida y la ida no le valió a las brigadistas para nada el carro pues llegué primero. Tuvimos que ir a galope tendido que por poco se desboca la yegua. De merienda tomé una limonada. Leí las declaraciones de Yuri Gagarin que estaban muy interesantes. Me di una ducha y comí una sopa y un sopón. Fui a oír la radio y después fui por casa de Fory, el compañero brigadista. Llegada la hora me acosté a “mimir”.
    Agosto 2.
    Hoy por la madrugada me volvió a despertar la flotilla pero me levanté a eso de las 8. Tomé mi desayuno y me puse a leer cuando en eso pasan las brigadistas y me preguntan si iba a ir a la reunión y fue entonces cuando me acordé, me puse el traje y fui a la reunión. Asistieron todos los compañeros y compañeras: Rafael, Maché, Fory, Dominga (Miñita), Miriam y Mirta. Terminada la reunión me entretuve leyendo a Sandino que por la tarde acabé de leer. Harina fue el almuerzo, después me puse a esperar la hora de la partida. Hoy me asistieron los 3 alumnos y di perfectamente mi clase. Hoy comencé mi colección de piedras con un número de 8, que considero excelente para empezar. Congrí con yuca hacen excelente plato para comer. A la noche estuvimos jugando al fuete escondido y luego me puse a hacerles cuentos a los muchachos que le gustan mucho. Buenas noches.
    Agosto 3.
    Me levanté más temprano que nunca. Acabado ya Sandino cogí otro libro de Sandino y me puse a leerlo. Tomé mi desayuno. Llegada la hora acostumbrada me puse mi uniforme y fui a dar mi clase. Hoy me asistieron todos los alumnos. Hoy le ganamos a las brigadistas pues llegamos siempre primero. Me bañé a la hora acostumbrada pero hoy fue en cada de Modesta pues me pasé la tarde. Vine a pie. A la noche igual que siempre tuve que hacer cuentos. Me acosté temprano.

  • Armando Menénde Riverón dijo:

    Agosto 4.
    Me levanté hoy en hora. Después de tomar mi desayuno fui a ver a la maestra, pues me mandó a buscar para el asunto del cambiao de casa. También me informó que tenía que darle clase también a Carmen Reyes. También le entregué a la maestra las cartas para que me las echara al correo. Cumpliendo las orientaciones de la maestra le di clases también a Carmen Reyes. Hoy le ganamos la competencia (a las brigadistas) pues llegamos primero. Por la tarde jugué pelota y me entretuve en otras cosas. Hoy también me acosté temprano.
    Agosto 5.
    Hoy me levanté temprano y me fui para casa de Tina. Allí estuvimos esperando a Queta que llegara. A las 8 llegó en el carro con tremenda tropa.

    A la distancia de los 54 años transcurridos, de lo contado en el diario trasciende por su connotación la labor del niño maestro que jugaba con los demás chicos del batey, apasionado desde entonces a la lectura de la prensa y de los libros, cuyo contenido, de los que estaban a su alcance, eran siempre temas históricos y sociales; que se alimentaba básicamente de harina de maíz, la comida típica del guajiro pobre de entonces y que no confesaba tener miedo, ni que extrañaba mucho su casa de Guanabacoa, en medio de la hospitalidad de las humildes personas que me habían cobijado, al igual que la mayoría de los habitantes del lugar, sencillas personas, muchos analfabetos o semianalfabetos, con un segundo o tercer grado de escolaridad, que muchas veces tenían que solicitar un vale de anticipo por valor de tres pesos y con cargo al salario a pagar después en su fecha, que les servía para comprar lo más necesario e inmediato en la Tienda del Pueblo.
    No lo cuento en el Diario pero desde la primera noche me oriné en la hamaca. En mi inocencia, y para que no se dieran cuenta Marce ni Tello, al despertar en las mañanas arrimaba con las manos tierra a la marca de humedad en el piso para así ocultar la meada. Esa costumbre hizo con el tiempo en el lugar una lomita de tierra. Ellos sabían bien que me orinaba y debieron haber sido testigos varias veces cuando lo hacía, pues lo debieron presenciar cuando se sentaban en el comedor a esperar a que amaneciera. Ni Marce ni nadie de la familia o de la comunidad, nunca se refirieron al tema y los fines de semana siempre me pedía la hamaca con el pretexto de lavarla. Era mucho el respeto y la consideración que me tenían.
    En notas sueltas del Diario relato que el 26 de agosto me hice una profunda herida en el dedo anular de la mano izquierda, que requirió de una dosis de suero antitetánico y tres puntos. Por descuido la herida se infestó y durante varios días fue necesario curarme en Antilla y las curas finales fueron en Negritos.
    El 30 de septiembre recibí un traje nuevo de brigadista y un par de botas. Algo más tarde dieron el farol chino que funcionaba con keroseno (luz brillante para los habaneros, gas para los orientales) lo que fue de una gran alegría pues a partir de esa fecha nos podíamos alumbrar en las noches con su brillante luz y dejar a un lado la inseparable chismosa que nos llenaba de tizne las fosas nasales.

  • Armando Menénde Riverón dijo:

    Al parecer desde que partí de Guanabacoa no había visto barbero alguno y el diario cuenta que me pelaron el 24 de octubre a los 3 meses y 19 días de mi partida por lo que tendría una melena bastante crecida para entonces.
    Como no habían vuelto a pagar el estipendio a los brigadistas, de mi casa enviaron un giro el que fue necesario ir a cambiar a Antilla los días 21 y 23 de octubre. Recuerdo que en una especie de kiosco o de timbiriche en Negritos había visto que vendían pomos de Kresto, un chocolate malteado para añadir a la leche. Fue la primera gran inversión con los cinco pesos que giró mi madre; a partir de ese día le leche pura de vaca me resultó mucho más agradable.
    En los primeros días de agosto una nueva Ley del Gobierno Revolucionario estableció el canje obligatorio de la moneda en circulación por billetes de nuevo diseño. Junto a los vecinos acudimos a Negritos y era muy poco el dinero que necesitábamos cambiar, cuyo monto estaba muy por debajo del máximo de 200 pesos establecido, estrategia concebida así para partirle la siquitrilla a la gusanera de Miami y del país que empleaban su fortuna, la mayor parte de ella mal habida, para financiar a la contrarrevolución interna.
    Comiendo tanta harina y tomando tanta leche me brotó con fuerza el acné juvenil. Los pómulos y sobre todo la frente, se me llenaron de pequeños granos, muchos de ellos se infestaban, lo que me resultaba incómodo y desconcertante. Igualmente sucedió con la primera y placentera eyaculación acaecida en la hamaca y producida por inconsciente manipulación, lo que me llevó a repetir la experiencia en la privacidad de la letrina.
    Dentro de las cosas que me llamaron la atención estaba lo referente a la vida económica del territorio. Venía de la ciudad y ese era mi primer contacto con la vida rural. En 1961 el Gobierno Revolucionario en sus planes económicos había tomado la decisión de diversificar la agricultura como una forma de romper la dependencia con que el monocultivo de la caña de azúcar ataba al país a una sola producción. Por esa causa se demolieron extensas plantaciones para dedicarlas al cultivo de algodón, millo, frijoles y otros productos más. A Puerto Arturo llegaron por esos días una flotilla de tractores marca Caterpillar para roturar y alistar las áreas que posteriormente fueron sembradas con frijol negro y millo. Desde Negritos y con rumbo a Antilla se veían por la carretera extensas plantaciones de algodón en las que se empleaba la aviación para asperjar los productos químicos necesarios para el control de las plagas y enfermedades en dicho cultivo.
    Particular impacto me causó la primera taza de café que me ofrecieron. Acostumbrado a tomarlo fuerte y en una taza pequeña, el que me brindaron era abundante y claro clarito. En la zona acostumbraban a prepararlo así y servirlo en las tazas que en La Habana se utilizan para el café con leche del desayuno matinal. Con el tiempo llegué a acostumbrarme a tomarlo, y como era tanto y bien caliente, mientras se ingería eran largas las tertulias y variados los temas que se abordaban en familia, o en compañía de los amigos o vecinos.

  • zeida dijo:

    Cuantos recuerdos se acariciaron en mi mente en estos últimos días, cuando en casi todos los canales, tçTele. Sur. Invadían el mundo de LA ALFABETIZACIN. Fueron momentos muy esperados, me sentía un tanto olvidada. Pasaban años y no se nos recordaba. Que representa para mí, uno de mis grandes amores, de recuerdos, de recuerdos vivos, y que son muy míos desde que firme la PLANILLA DE ALFABETIZADORA CONRRADO BENITEZ, una adolescente de catorce años de edad, municipio Morón, Camagüey, me llevaron para el central Falla, un pueblito con muchos alfabetizadores, y muchas comodidades. Fui al día siguiente al Puesto de Mando para expresar mi deseo de alfabetizar a campesinos monte adentro, de inmediato, ese mismo día me trasladaron para Sitio Molina, loma El pitirre, a la casa de un matrimonio isleño Victorino y sirilla. Al día siguiente conocí a mis diecisiete alumnos distribuidos en cinco casas. Enseguida me di a la hermosa tarea, con unas ganas inmensas desbordando amor a cada paso, con una responsabilidad inmedible, con una organización en mi trabajo que siempre me fue leal hasta recoger los frutos. Tenía que subir tres lomas, hacer cinco turnos, y dejar tiempo para tirarme loma abajo en yagua. Después de almuerzo salía con mis botas bien limpias, mi uniforme impecable, un sombrero bien grande, con la pizarrita en la cabeza, y la CARTILLA Y EL MANUAL, bajaba cantando a toda voz una coplilla que cantaba Joselito Señora Santana, señor So Joaquín, estaba segura que los mismos gorriones, las mismas mariposa me esperaban todos los días para saludarme, yo era muy feliz, a pesar de mi madurez, el don de soñar despierta no daba fin a mis sueños de adolescente, dejaba siempre un espacio para mis golondrinas mis gorriones, mis mariposas, aunque siempre primo LLEVAR LA LUZ DE LA VERDAD NO COMO UNA META SINO POR CONVICCION , POR AMOR, FUE ALGO HERMOSO, UNA ENTREGA TOTAL alfabetice 14 de los 17. Han pasado más de cinco décadas, y aún recuerdo con mucho cariño, a mis alumnos por sus nombres y de vez en vez me ve de brigadista bajando la loma con mi sombrero, mi uniforme la pizarra, mi cartilla, mi manual y muchas mariposas y pajaritos esperando para verme pasar. No soy ducha en esto de computación, perdónenme, soy analfabeta en poner los signos de puntuación en la máquina. Soy muy feliz de tener esta oportunidad. Me llamo ZEIDA .

  • Anneliesse Toranzo Falcón dijo:

    Emocionante. Mi mamá también se llama maría (María Cristina, para ser exactos) y también fue alfabetizadora. Guardo con mucho celo una foto de estudio en la que se le ve con su uniforme, cartilla y farol chino. Me río con ella porque las botas y el farol eran casi más grandes que ella que tenía 12 años. Lloro de emoción cada vez que veo reportajes de la época, o escucho el himno de la campaña que me aprendí desde pequeña. Si existiera úna máquina del tiempo quisiera ir a aquel hermoso momento de nuestra historia, quizá, escondida, le tiraría la foto con sus estudiantes, esa que no pudo tomarse. Mi madre no se hizo maestra, pero sí educó bien a sus hijos. Ha sido mi mejor educadora. Aunque tarde ha llegado el comentario, quiero felicitar a todos los que como ella hicieron realidad uno de los logros más preciados de la Revolución: erradicar el analfabetismo. Gracias a la periodista por este homenaje, gracias a los que lo hicieron posible, gracias a Cuba por todo.

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Maribel Acosta Damas

Maribel Acosta Damas

Periodista cubana, especializada en Televisión. Es profesora de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana y doctora en Ciencias de la Comunicación.

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