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Agroindustria azucarera cubana: Historia, cultura e identidad

Por: Liobel Pérez Hernández
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Cuba, con una tradición demás de más de 500 años, y de ellos casi 200 como la más grande productora y exportadora mundial de azúcar, tiene la huella del proceso de producción del dulce grano en su historia, cultura e identidad nacional. Nada, o casi nada, se escapa en la vida nacional, a lo que generó el azúcar en el orden material e inmaterial. Mostrar con ejemplos simbólicos de la realidad nacional cubana, la relación de la agroindustria con ellos, es el objetivo de este artículo.

Se puede afirmar, sin duda alguna, que por su relevante peso en la economía y la sociedad cubana, el sector azucarero ha marcado, como ningún otro, la historia, la cultura y la identidad nacional. No han sido pocos los reconocidos líderes, historiadores, personalidades de la cultura e investigadores cubanos, que se han pronunciado sobre este particular. En tal sentido, y sobre la base de un mínimo de ejemplos concretos en el ámbito histórico, cultural e identitario de la impronta del azúcar en la nación, se pretende justificar el título del artículo.

Los más de 500 años de existencia y las características del entorno en que se desenvuelve, hacen que el sector devenga un formador de bases sociales. A él se le encadenan otros muchos procesos productivos —tanto por lo que genera como por lo que demanda—y se caracteriza por la peculiaridad de tener vinculado, directa e indirectamente, un porciento significativo de la fuerza de trabajo y población del país.

En este sentido, el objetivo de este artículo es presentar algunos apuntes relevantes sobre hechos históricos, manifestaciones culturales y elementos de la identidad nacional cubana que se vinculan directamente con la agroindustria azucarera.

Breves apuntes de hechos históricos vinculados al sector cañero-azucarero en Cuba

Un repaso por la historia de Cuba, desde una perspectiva azucarera, convierten a este sector agroindustrial en centro de hechos y acontecimientos que han marcado la vida nacional. Una compilación personal, aún sin concluir, nos acerca a casi mil efemérides cubanas que vinculan, de una manera u otra, a la producción de caña, azúcar y derivados –pero, sobre todo, a sus hacedores–, con el patrimonio cultural de la nación, ya sea histórico, material e inmaterial, construido durante más de cinco siglos.

El grito de independencia acontecido el 10 de octubre de 1868 y, con ello, el comienzo de las luchas contra el dominio colonial español, tuvo como escenario precisamente un ingenio azucarero. Este hecho fue protagonizado por Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874), el Padre de Patria, precursor de la libertad a los esclavos —braceros de la producción de caña y azúcar— y propietario del ingenio azucarero “Demajagua”.

Si no la totalidad de ellos, se puede afirmar que la inmensa mayoría de los presentes en este acontecimiento histórico eran azucareros, ya que hasta quienes se sumaron al grito de independencia en otros lugares estaban vinculados a las haciendas cercanas, todas productoras del dulce grano. Se trata, por consiguiente, de un hecho histórico netamente azucarero, tanto por los participantes, como por las causas del mismo. Entre estas últimas se pueden mencionar el oneroso sistema tributario, la política comercial proteccionista de la metrópoli española, así como la dependencia cada vez mayor de los propietarios cubanos del capital comercial usurero y la esclavitud. Todas estas cuestiones, vinculadas a la producción azucarera como principal fuente de riqueza de la Isla, marcaron los fundamentos del levantamiento en armas, ese día de octubre en el Oriente cubano.

Ruinas del ingenio “Demajagua”, declarado Monumento Nacional, Granma, Cuba. Foto: Liobel Pérez Hernández

Durante las tres gestas por la independencia contra España que tuvieron lugar durante la segunda mitad del siglo XIX —la Guerra de los Diez Años (1868-1878), la Guerra Chiquita (1879-1880) y la Guerra del 95 (1895-1898)— fue protagónica la presencia azucarera. Hay una serie de ejemplos que lo demuestran fehacientemente: desde la utilización del machete para el corte de caña como instrumento de combate por las tropas cubanas; la quema de cañaverales en tanto táctica de guerra para disminuir los ingresos de España y con ello el sostenimiento de la beligerancia; la condición de los propios ingenios y sus bateyes como centros de alzamientos, combates, reuniones y conspiraciones; la caña, el azúcar y el aguardiente como productos altamente consumidos por los miembros del Ejército Libertador de Cuba; hasta el hecho de que la mayoría de los Presidentes de la República en Armas, líderes militares y mambises[1] provenían del sector o tenían alguna relación con la producción azucarera de la nación.

Pero no solo el alzamiento de Céspedes tuvo lugar en un escenario vinculado al sector. También fue en un ingenio azucarero el levantamiento del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz[2], en Camagüey, el 4 de noviembre de 1868, extendiendo la insurrección a la región central del país. Ya durante la Guerra del 1895, el 5 de mayo de ese año, fue otra vez el batey de una fábrica de azúcar —llamado “La Mejorana”— el lugar donde aconteció, tras su llegada a Cuba, el encuentro de José Julián Martí y Pérez, Máximo Gómez Báez y Antonio Maceo Grajales, los tres líderes principales de la llamada Guerra Necesaria. En la histórica reunión, Martí es reconocido como jefe supremo de la revolución, se designa a Máximo Gómez General en Jefe del Ejército Libertador, a Antonio Maceo se le nombra Jefe Militar de la provincia de Oriente y Lugarteniente General, y a su hermano José Maceo, Comandante de las fuerzas en Santiago de Cuba.

Precisamente esta guerra, la última de las gestas independentistas cubanas, termina con la intervención norteamericana, motivada entre otras razones por el interés de ese país de hacerse con el control de la Isla y su mayor riqueza. Cuba, en ese momento, se destacaba en la producción de tabaco y café, pero lo que la convertía en motivo del apetito imperial, era su condición de mayor productora y exportadora de azúcar del mundo, a tan solo 90 millas de los Estados Unidos, el mayor mercado azucarero del planeta para ese entonces.

Por ello, el protagonismo de la agroindustria azucarera en la vida nacional, no fue menor desde el mismo inicio y durante toda la pseudo-república inaugurada el 20 de mayo de 1902. La compra de inmensas extensiones de tierra para sembrar caña de azúcar, la construcción de los nuevos y más grandes centrales azucareros erigidos hasta el momento en el mundo y una mayor dependencia económica de Cuba a los Estados Unidos, fueron características que marcaron el período neocolonial republicano (1902-1958).

Durante la primera etapa (1902-1930) llegaron al país más de 335 mil antillanos (haitianos y jamaicanos, sobre todo) y más 250 mil españoles (de Galicia y Asturias, fundamentalmente) principalmente para trabajar en las plantaciones cañeras y centrales azucareros. Ellos se unieron a otros grupos llegados a la Isla previamente, con este mismo objetivo, como el más de un millón de negros esclavos traídos en los siglos anteriores, los más de 100 mil chinos llegados en el XIX, o los yucatecos que también arribaron con ese fin. Todos estos grupos poblacionales, junto a los colonizadores españoles y otros, marcaron el proceso de configuración de la identidad nacional cubana, ese “ajiaco” como la definió el sabio Don Fernando Ortiz Fernández (1881-1969).

El latifundio, sobre todo el azucarero, las luchas sociales y el movimiento obrero, el derrocamiento del tirano Gerardo Machado[3] y la Revolución de la década del 30 en el siglo XX, tuvieron también la huella del azúcar durante la etapa neocolonial.

Así, por ejemplo, los trabajadores del central azucarero “Mabay” en Oriente (hoy “Arquímedes Colina”, en la actual provincia Granma), lo ocupan revolucionariamente en 1933 y organizan una dirección popular del mismo, a la que llamaron Soviet, que es reconocido como el primero creado en América a raíz del triunfo de la Revolución Socialista de Octubre. Cerca de 40 ingenios se sumaron a esta acción, lo cual precipitó la caída de Geraldo Machado y Morales, al afectar estas acciones al capital nacional y norteamericano, que sostenían a dicho gobierno (1).

A lo largo del período revolucionario, iniciado con el triunfo del 1º de enero de 1959, hay muchos hechos impresionantes protagonizados por el pueblo cubano, pero sobre todo se destaca la capacidad de resistencia y supervivencia de la nación frente a la determinación del gobierno de los Estados Unidos de destruir el proyecto social cubano. Es aquí donde la agroindustria azucarera cubana ha sido centro de esa resistencia por más de seis décadas.

La guerra económica de las administraciones estadounidenses comenzó, precisamente, con la rebaja de la cuota azucarera y después su eliminación total. Esta medida privaba a Cuba y a su primera industria de un mercado natural y preferencial, del cual, mediante acuerdos y privilegios, dependió por más de siglo y medio para su existencia y desarrollo. Al fracasar las medidas de presión económica, ante la fuerza de voluntad de los azucareros y los cubanos en general —sumada a la ayuda de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que surgió como alternativa de mercado para el azúcar cubano—, vino la agresión directa. Esta tuvo como uno de sus blancos directos al sector cañero-azucarero de la Isla, a través de la quema de cañaverales, el éxodo de técnicos e incluso la agresión directa a las industrias, mediante el ametrallamiento y lanzamiento de bombas sobre los centrales azucareros, desde lanchas y aviones utilizados con ese propósito, que limitaron el desarrollo del sector y alcanzar producciones aún mayores.

Expresión máxima de esa agresión directa contra la Revolución cubana fue la invasión por Playa Girón, en abril de 1961. Los trabajadores azucareros estuvieron entre los protagonistas del enfrentamiento popular al ataque de las fuerzas mercenarias. Los centrales azucareros “Covadonga” y “Australia” fueron parte del teatro de operaciones y sus trabajadores, incorporados a las milicias, combatieron a los agresores e incluso algunos murieron en la defensa de la patria. Las oficinas de la administración del central “Australia”, en Jagüey Grande, fungieron como puesto de mando de las operaciones revolucionarias y hoy son museo histórico municipal.

A pesar de perder el mercado natural y preferencial del azúcar cubano —el de los Estados Unidos—, así como su principal suministrador de capital, partes y piezas, maquinaria, tecnología y otros insumos, los azucareros cubanos no solo enfrentaron la pérdida de técnicos y la agresión sistemática, sino que además alcanzaron las más altas producciones históricas de azúcar y derivados. El aporte del sector al desarrollo económico, social y científico de la agroindustria y el país después de 1959 no tuvo comparación con lo logrado en tal sentido en ninguna etapa anterior.

La agroindustria azucarera fue la principal fuente de ingresos y de financiación de otros renglones y actividades productivas y sociales de la nación en los primeros 40 años del período revolucionario. En una expresión simbólica de la importancia del sector, la nave que, en septiembre de 1980, condujo a la primera y única tripulación conjunta de astronautas cubano-soviético al cosmos, llevaba tres experimentos originales vinculados al sector agroindustrial azucarero, denominados “Azúcar”, “Zona” y “Caribe”. Resultado del trabajo esmerado de más de 200 trabajadores de la ciencia de 20 instituciones del país, estas pruebas científicas se relacionaban con la naturaleza química y física de materiales y con la cinética de su formación o crecimiento. En particular, los dos primeros, se referían al crecimiento de cristales de azúcar orgánicos por primera vez en el cosmos, en solución acuosa, mientras el tercero desarrollaba la obtención de cristales y aleaciones de germanio-indio, germanio-arsénico y aluminio-germanio-arsénico.

Fue durante las primeras tres décadas de la Revolución cubana que se alcanzaron 20 de las 21 zafras más grandes en la historia de Cuba, se lograron los mayores aportes económicos y financieros de manera sostenida, el mayor desarrollo científico del sector, el más grande proceso inversionista y de infraestructura vinculada a la agroindustria cañero-azucarera, la más amplia diversificación y una mejora sin precedentes de las condiciones de vida económica y social de la población, sobre todo rural.

Todo este proceso se vio interrumpido con la desintegración de la URSS y el derrumbe del Campo Socialista, que supuso la pérdida del mercado preferencial que habían sido estos países para el azúcar cubano. Se puede afirmar que la agroindustria azucarera fue uno de los sectores económico-productivos cubanos más afectados por tales acontecimientos, a lo que se añaden las consecuencias del recrudecimiento de las medidas de bloqueo económico y financiero del gobierno norteamericano contra Cuba.

La cultura que generó el azúcar y su huella en la identidad nacional

“No se puede hablar del azúcar sin hablar de la cultura, están indisolublemente ligadas” (2). Diversas manifestaciones de la cultura cubana son reconocidas internacionalmente por su calidad y elevada creatividad artística, con numerosos ejemplos en la literatura, la música o la danza. Sin embargo, de entre esas tantas expresiones culturales de la cubanía, han sido dos manifestaciones artísticas intrínsecamente ligadas a la tradición de la agroindustria cañero-azucarera de la Isla las que han sido declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La rumba, mezcla festiva de baile y música, ha sido merecedora de esa condición por ser autóctona y bien cubana, con raíces africanas nacida en el batey azucarero –no visto a los ojos del siglo XX y XXI solo como las comunidades donde existen centrales actualmente solamente–, “el lugar donde se generó casi todo lo importante de la cultura popular, las raíces de la cultura popular cubana” (2). Igual fundamento tiene el otorgamiento de ese título al Punto Cubano, expresión poética y musical, vinculado a las tradiciones culturales campesinas cubanas, sobre todo de la caña de azúcar. Por la misma razón, los saberes de los maestros roneros, nacidos de la cultura azucarera y sus derivados en las destilerías de los ingenios azucareros de Cuba, alcanzaron la misma condición en noviembre de 2022.

A lo largo de la historia de la literatura cubana, se encuentran numerosos textos asociados a la agroindustria cañero-azucarera, que abarcan géneros que van desde la poesía y la narrativa hasta el ensayo. Sin embargo, entre todos ellos, es el libro “Los Ingenios”, colección de vistas de las principales fábricas de azúcar del momento, uno de las más célebres y codiciados impresos en Cuba. Se trata del más valioso aporte bibliográfico y artístico que salió de las prensas cubanas en el siglo XIX, obra referida a los principales ingenios azucareros cubanos en la década del cincuenta de esa centuria (3).

Grabado de Eduardo Laplante, del libro “Los Ingenios”.

Otros conocimientos, expresiones culturales, sitios y tecnologías vinculadas al sector cañero-azucarero también ostentan la condición de Patrimonio Cultural de la Nación. Entre ellos se encuentran el repentismo —es decir, el arte de improvisar versos con diferentes formas estróficas, con o sin acompañamiento instrumental, y que en Cuba es el nombre genérico del arte de improvisación de décimas—, el parque de locomotoras a vapor, así como 17 monumentos nacionales y otra decena de declaratorias y zonas de protección.

Sin embargo, la huella del sector cañero-azucarero no se limita a la cultura entendida como creación artística, sino que involucra también otras dimensiones de la identidad nacional, en su sentido más amplio. Un ejemplo de ellos es el béisbol —o la pelota para los cubanos—, declarado Patrimonio Cultural de la Nación y el deporte nacional de Cuba. El mismo nació y se desarrolló en las comunidades y bateyes azucareros, los cuales han sido, además, cuna o escenario del desarrollo, la vida laboral y/o profesional de decenas de glorias deportivas de esta disciplina competitiva, que han brillado en series nacionales, mundiales, olimpiadas y hasta en grandes circuitos de competición foráneo. La Liga Azucarera, que integra a casi 300 equipos de béisbol conformados por trabajadores de la agroindustria de la caña de azúcar, es actualmente la más importante del movimiento obrero cubano y la segunda de la nación en cuanto al número de aficionados movilizados se refiere.

La impronta del sector también ha llegado hasta la sabiduría popular de los habitantes de la Isla. Vivir bien en Cuba es “vivir como Carmelina”, la nieta consentida y preferida de José Arechabala Aldama (1847-1923), un vasco radicado en Cuba y propietario de un poderoso emporio industrial de los derivados de la caña y el azúcar, incluido el prestigioso ron Habana Club y que poseía una de las mayores fortunas de la isla. Por otra parte, cuando hay frío en Cuba, se dice que “chifló el mono”, una frase originaria del batey del antiguo central azucarero “Macagua”, en la región central del país. Su origen está determinado por los primates que han vivido, por más de un siglo, en la jaula del parque de dicha comunidad azucarera. Se trata de una tradición, oriunda de esos contornos, desde que las hijas del dueño del ingenio decidieron tener una mona como mascota en el siglo XIX (4).

Pero hay más expresiones populares cubanas cuyo origen está vinculado al sector. Si se da el caso de que alguien está tan enfermo o grave como para no sobrevivir, entonces, “no lo salva ni el médico chino”. El refrán hace referencia a un médico de esa nacionalidad llamado Cham-Bom-bia, quien gozó de gran fama en La Habana y Matanzas en la década de 1870, debido a sus notables curas. Fue uno de los más de 100 mil chinos que, como se mencionó anteriormente, se trajeron a Cuba como asalariados, en el siglo XIX, para trabajar en las plantaciones cañeras y los ingenios azucareros.

En definitiva, las limitaciones de espacio de este texto no permiten explicar y ejemplificar en toda su extensión, la infinita presencia azucarera en la cultura y la identidad nacional cubanas: la poesía, la literatura, el cancionero popular, la numismática, la notafilia, las artes plásticas, la televisión y el audiovisual en general, el vocabulario, o el refranero popular son ejemplos de la impronta azucarera en el alma de la nación.

El aporte del sector azucarero a infraestructuras e instituciones de la nación

Su condición de principal sector de la economía nacional durante siglos, explica la significativa contribución de la agroindustria azucarera al desarrollo del país, expresada por ejemplo en grandes obras ingenieras o constructivas de la nación. Quizás la muestra más importante de ello sea la llegada del ferrocarril a Cuba, séptimo país del mundo en introducir este medio de transporte, el cual ha sido parte de la identidad y el orgullo nacional. El ferrocarril fue un fenómeno netamente azucarero y su introducción transforma completamente las condiciones cubanas de producción de azúcar. El actual parque de 223 locomotoras a vapor existentes es, desde el 2004, Patrimonio Cultural de la Nación.

Locomotora a vapor de principios del siglo XX originaria del central Orozco en el municipio Bahía Honda, actual provincia de Artemisa, Cuba. Expuesta actualmente en el Centro Nacional de Capacitación Azucarera, La Habana. Foto: Liobel Pérez Hernández

Pero la impronta de la actividad azucarera en la vida del país, también tiene su expresión en numerosas instituciones nacionales fundadas al amparo del sector, o con algún vínculo con el mismo.

Los fondos del Museo Napoleónico de La Habana provienen fundamentalmente de la colección del más grande hacendado, empresario y propietario de centrales azucareros en Cuba antes del triunfo de la Revolución: el multimillonario cubano Julio Lobo Olavarría (1898-1983). Este museo está catalogado como uno de los cinco más importantes del mundo sobre la temática y es el único de su tipo en Cuba. Atesora más de 7 mil 400 piezas de alto valor patrimonial pertenecientes a Napoleón Bonaparte o vinculadas con su figura y sus valiosos fondos constituyen la más extensa y variada colección de piezas de la época napoleónica.

El Jardín Botánico de Cienfuegos, en el centro-sur de la Isla, fue fundado en 1901 y es el más importante de la red de instituciones de su tipo existentes en Cuba. Tiene las más valiosas colecciones de plantas completas, únicas de su tipo en América y otras regiones del planeta. Este sitio, declarado Monumento Nacional, fue edificado por el empresario estadounidense Edwin F. Atkins, quien adquirió a fines del siglo XIX la fábrica de azúcar llamada “Soledad”. Su propósito fue crear un centro de investigaciones botánicas que le permitiera mejorar las variedades de caña de azúcar en sus propiedades y obtener otras aún más productivas. Bajo su patrocinio, se constituye la Estación Botánica de Harvard para la Investigación Tropical y de la caña de azúcar.

El Jardín Botánico Orquideario de Soroa, ubicado en el occidente del país, fue fundado en 1943 por el abogado Tomás Felipe Camacho, propietario de la “Compañía Azucarera Central Ramona S.A”. Este sitio ha contado con una extensa colección de orquídeas de unos 18 mil ejemplares y fue declarado Monumento Nacional. Visitado anualmente por más de un millón de turistas, el Parque Retiro Josone, ubicado en el balneario de Varadero, es un estupendo jardín botánico con naturaleza variada y también era propiedad de un importante ejecutivo y rico azucarero cubano, José Fermín Iturrioz y Llaguno (1890-1969) (5, 6).

Incluso la Biblioteca Nacional de Cuba “José Martí” fue construida con aportes del azúcar. Para la construcción del edificio que ocupa su sede actual, se destinó medio centavo por cada saco de azúcar de 325 libras, de acuerdo con la Ley No.20, de 1941. Dentro de la instalación, por su importancia, se dedicó una sala a las temáticas de la agroindustria azucarera, que atesora valiosos volúmenes.

A modo de conclusiones

Este breve recorrido por la cultura, lugares y personalidades cubanas, demuestra que, tal como manifestase el destacado historiador e intelectual cubano Eusebio Leal Spengler, “No se podrá escribir jamás la historia de la clase obrera, sus luchas y su martirio sin la caña y todo lo que ella significa para Cuba. El azúcar es nuestra historia, sin ella es imposible interpretar la esencia y la verdad de Cuba” [1].

Efectivamente, la historia de Cuba está ligada de manera intrínseca al impacto económico, social, tecnológico y cultural del sector. No hay esfera de la vida cotidiana del cubano que no esté mediada, directa o indirectamente, por este legado. “Sin azúcar no hay país”, rezaba un eslogan que recorría la Isla. Sin embargo, se puede asegurar que esa frase trasciende un sentido meramente mercantil y hunde sus raíces en cada dimensión de la realidad.

Es una presencia tan perenne como la caña de azúcar misma: no hay cubano o cubana que al menos no tenga entre sus familiares a un trabajador del sector; no hay territorio en el cual no se asiente un cañaveral o se levante la torre de un ingenio. Es, podría decirse, una misión casi poética, tan profundamente cubana como las cañas que se ufanan de serlo según lo describe el poeta Raúl Ferrer en su poema Cañaveral (7): “Caña, no serás cristal/ sin tumba y alza y carreta, / sin el hierro que te aprieta/ y el fuego para cuajarte;/ que en la raíz anda el arte/ y en el camino el poeta”.

[1]                  Declaraciones al autor, en entrevista realizada en La Habana, el 19 de agosto de 2019. Archivo personal.

[1]    A los miembros de las tropas cubanas durante las guerras por la independencia se les conoce como mambises.

[2]    Ignacio Agramonte y Loynaz. Mayor General del Ejército Libertador cubano conocido como «El Mayor». Fue uno de los líderes más sobresalientes de la Guerra de los Diez Años y considerado el más grande patriota de la provincia de Camagüey.

[3]             Gerardo Machado y Morales (1869-1939): Militar y político cubano. Entre 1925 y 1933 fue presidente y tirano de la República neocolonial de Cuba. Machado redujo la libertad de expresión y recrudeció la represión, cosa que significó por parte de su mandato la lenta transición hacia una tiranía. En 1933 fue obligado a dimitir mediado por el embajador estadounidense Sumner Welles.

Se han publicado 124 comentarios



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  • Raul dijo:

    Y que tal si promovemos el diseño de una fabrica de azúcar con tecnología cubana? De esta forma podremos mostrar al mundo y a nosotros mismos, que si que nuestra cultura azucarera, la llevamos bien en las venas. Vamos a empezar primero, raspando de nuestro cerebro el bloqueo, para que las ideas no se paren allí en los limites de las justificaciones.

    • Zatarra dijo:

      Raúl, pero es que aquí se hicieron Centrales azucarero después de la Revolución,....y se regaló completa una de esas fábricas a Nicaragua para que usted sepa.

  • Raúl Mesana Garcia dijo:

    Muy bueno el comentario y pregunto,
    Qué se va hacer para rescatar esa bonita historia?

    • Raul Cañete dijo:

      La historia, tocayo, la hicieron nuestros padres, con lágrimas, sudor y sangre, no para que sus descendientes nos regodeemos por ellos y no hacer nada. Mas bien ellos hicieron su parte que sirva para lavar el alma de toda la nación y hacer, cada generación, la parte que nos toca.

  • Marieta dijo:

    Muy interesante este artícul les puede parecer extenso pero es solo una pequeñisima nota de la historia azucarera y de Cuba.
    Podrían conocer más en el libro QUÉ SE FILTRA EN LA DULZURA DE LA CAÑA

    • RogelioCNCA dijo:

      Marieta, dónde se puede obtener o consultar QUÉ SE FILTRA EN LA DULZURA DE LA CAÑA?

  • rccc dijo:

    No me queda claro a que parte del costo Ud. se refiere Sr. ASE. Si es al costo del proceso productivo mediante el cual se alcanzaron más de ocho millones de toneladas de azúcar en seis ocasiones o zafras azucareras cubanas y 16 con más de siete millones en toda la historia del país podría ser un tema de discusión; a mi juicio,
    Pero, si Ud. a lo que se refiere es al costo de la nacionalización podrá constatar que el hegemón hoy después de 63 años de bloqueo económico sangra todavía por la herida abierta desde mucho antes cuando se anunció la Reforma Agraria. Ese es el costo de haberlos echado a patadas de aquí luego de tantos años la mamita yunai saqueando nuestros recursos naturales y explotando y vilipendiando a nuestro campesinado. Simplemente:" Llegó el comandante y mandó a parar" Ya ese largo trecho de más de un siglo tenía el abonado de mucha sangre y sufrimiento de cubanos. Ellos no perdieron nada en Cuba porque nada de lo que poseían al momento de la nacionalización todo pasó a sus genuinos dueños que somos todos los cubanos.
    Y si es en serio y, muy serio, porque no caben ambigüedades ni antes ni ahora ni nunca.

    • ASE dijo:

      Pues si quieres saber me refiero a ambos.
      Sabe usted por ejemplo a qué costo se realizó la zafra de los 10 millones? Creo q eso no lo sabe nadie, o estoy equivocado?
      Por otra parte dice usted q la nacionalización devolvió los ingenios y muchas otras cosas también a sus legítimos dueños, que somos todos,... bueno ahí yo discrepo porque está demostrado q cuando las cosas son de todos al final no son de nadie, no cree?
      La nacionalización fue una de las causas del inicio del embargo. No cree usted q se pudo intentar negociar de otra manera, en la q ambas partes pudieran salir beneficiadas?
      Pero apartándonos un poco de la industria azucarera, en 1968 fueron expropiados todos los negocios privados de los cubanos, q eran sus legítimos dueños; bodegas, farmacias, zapaterias, círculos sociales y un largo etcétera, sin recibir compensación alguna. Alrededor de 60000 negocios existían en esa época. Qué daño hacían a la sociedad? Ninguno. Gran error.
      Con esto termino. Si queremos salir del hueco en el q estamos hay q cambiar la mentalidad. Necesitamos más propiedad privada, ó sea verdaderos dueños. No veo otra salida.
      Ah, soy cubano de a pie, trabajo en una empresa estatal y no me quiero ir de Cuba.
      Saludos.

  • Zhely dijo:

    Muy bueno e instructivo artículo q sirve para ahondar en el conocimiento de los orígenes del sector #Azucareros su vinculación directa con la formación de la identidad nacional.
    Por eso no descansaremos en sacarlo adelante a pesar de las grandes dificultades por las que atraviesa, derivadas de los efectos del bloqueo genocida de los Estados Unidos contra Cuba

  • Jorge Acosta Conde dijo:

    Hay que recordar que en las primeras décadas del período revolucionario la clase obrera de los pueblos y ciudades jugó un papel principal en la producción azucarera. En la siembra y el corte allí estaban los movilizados. También las FAR jugaban un papel importante. Hasta los principales dirigentes de movilizaban por una o dos semanas a cortar caña. Eso era Revolución y lamentablemente se ha prrdido

  • Aliuska Zeti dijo:

    Considero que lo que es idiosincrasia, cultura, tradición, patrimonio de nuestro país, lo que nos identifica y distingue no se puede perder. Es responsabilidad de todos. Es apoyo económico, financiero, rescate de tradiciones, divulgación de sus historias. El azúcar nos dio mucho y nos sigue identificando por su inconfundible sabor.

  • William dijo:

    Hicieron mención a la Tarea Alvaro Reynoso. Cuando la anunciaron yo pensé "Ahora si vamos hacer las cosas bien " pues Reynoso fue un gran científico. Pero... fue una catástrofe total. Se desmantelaron no sólo los centrales azucareros, se destruyó la mitad de los ingenios y se dispersó toda la experiencia acumulada y cuadros valiosos y técnicos de alta calidad.
    Además del. Bloqueo y las dificultades en inversiones, hay que conocer que hubo errores en la dirección de la industria. Quedaron cientos de bateyes ABANDONADOS. Duro,pero es verdad.

  • Yenis dijo:

    Muy buen artículo, pues si ya es historia la industria azucarera en Cuba, increíble cómo se han ido eliminando los centrales en un país productor de azúcar, una industria tan bondadosa , ya que de la materia prima caña de azúcar , se obtienen múltiples derivados , es triste ver cómo no hay azúcar donde hubo tanta , y ver cómo esos grandes centrales han sido desarticulados además de los empleos que generaba .

  • M dijo:

    Muchos poblados en todo el país quedaron prácticamente sin vida, después de que el ingenio fuera desguazado para ser exportado.Muchos habitantes de esos lugares tuvieron que emigrar del campo a la ciudad.

  • LCJ Azcuba dijo:

    Importante encuentro con la historia en este artículo. La agroindustria azucarera ha estado ligada a los principales hitos históricos que marcan a nuestra nación. No es menos cierto que el sector atraviesa por una situación muy compleja en lo fundamental por la situación económica financiera que atraviesa el país, de allí la necesidad de trabajar con creatividad, sentido de pertenencia y con el.amor que a lo largo de los años los azucareros le han puesto a la actividad para poco a poco pero sin rendirnos salir adelante con una producción que por mucho está considerada como el "oro verde"

  • Lourdes Pérez/ZETI dijo:

    Excelente artículo lleno de conocimiento, historia e importancia sobre uno de nuestros principales renglones. "El azúcar". Orgullosa de pertenecer a este sector. AZCUBA/ZETI

  • El Sede dijo:

    El artículo está muy bueno, pero da lastima leer todo eso y pensar en lo precaria de la situación actual de ese sector. Me hubiera gustado que también se hubiera hablado de errores que se han cometido y que nos han llevado a qué estamos a punto de perder esa parte de nuestra identidad.
    ¿Desmantelar centrales y demoler campos de caña no fue un error?. Sí, fue un error porque se hizo bajo el pretexto de que el valor del combustible superaba la producción, pero nadie alertó al Comandante que la mitad de ese combustible que se destinaba a la producción de azúcar se desviaba a la bolsa negra y la gran mayoría del transporte particular se movía con ese combustible. Se perdieron especialistas de alto nivel y con experiencia que migraron a otros sectores, se desesrimuló la siembra y cosecha, se destruyeron centros de acopio. En fin se perdieron de la noche a la mañana cientos de años de experiencia.
    De ahí en adelante todo ha sido justificaciones fundadas e infundadas, dirigentes sin una pizcas de experiencia en el sector tomando decisiones que se convirtieron en fracasos hasta llegar al punto en que estamos en que no hay retroceso.
    Volver a ser lo que fue, está difícil. No se puede hablar de recuperar, se trata de hacer nuevamente la industria azucarera y no creo que hayan recursos ni voluntad de llevarlo a cabo. Muchas gracias si me publican.

  • Ana Lidia dijo:

    Somos identidad, cultura y tradición..

  • Zatarra dijo:

    Es muy duro hablar de la Industria Azucarera cubana en nuestros días. Me disgusta mucho leer las consignas que han puesto aquí representantes de empresas azucareras,...solo consignas. Lo que se plantea en este trabajo es muy bueno pero para REFLEXIONAR sobre lo que fue y ya no es como IDENTIDAD NACIONAL está industria. Fidel dijo que la cultura era lo que primero había que salvar para salvar la Revolución,...y con su permiso yo digo que la Industria Azucarera, aparte del empuje económico que tenía también era parte de la Cultura cubana y de nuestra IDENTIDAD. El mal manejo de la situación y un enfoque desacertado de lo que se tenía que hacer al caer el campo Socialista con esa industria es lo que nos ha traído a está situación actual. La Tarea Álvaro Reinoso fue un ERROR. Hubo cañeros, tecnólogos, azucarero de todos los frentes que lloraron con lo que se hizo. Si cuando los EEUU nos quitaron la cuota azucarera se supo enrumbar esa industria, por qué no se preservó cuando sucedió lo de la URSS? EL resultado lo estamos viendo ahora, ...NO TENEMOS AZÚCAR PARA NUESTRO CONSUMO !! Eso había que preservarlo. Un ejemplo sencillo pongo,..por qué no tenemos una sembradora de caña CUBANA? Con todos los ingenieros mecánicos estrellas en Cuba? ..a lo largo de más de 60 años y sin una sembradora cubana que Sin dudas seria la mejor del mundo, ...pero era mejor viajar y comprar una en China o Australia que NO SIRVEN, y Azcuba sabe que no sirve. Hubo intentos con La Cubilla del ingeniero del mismo nombre y con la Zorrilla en los 70 pero incongruencias e incomprensiones no permitieron generalizarlas. Esas eran las pioneras. Es preciso recuperar esa industria pero con gente joven que la sufra y la quiera y sin las "mentes obtusas" que quedan en ese sector. Este es mi criterio que para ayudar, comento en este foro. Gracias

    • Raul Cañete dijo:

      Te doy tooooda la razón. Solo si acometemos los problemas con voluntad de resolverlos, entonces se verá resultados, aún sabiendo que las cosas no necesariamente Sean perfectas desde la primera versión, pero se va trabajando para que la V2 sea mejor and so on.

  • Rafael Tamayo dijo:

    Si hay un sector agroindustrial que duplica o triplica su producción fácilmente es el azucarero pero hay qué cambiar todo como se hace se lo dice uno qué dedicó 40 años en los mejores tiempos de la producción azucarera en cuba. Lo principal es dotar a los productores cañeros de la maquinarias necesaria para atender la caña y con caña todo lo demás sale

  • Mayiz ZETI dijo:

    Es tan conmovedora nuestra historia como rica en su dulzura #Azucareros.

  • Duniezky ZETI dijo:

    Importante reportaje que resume toda nuestra historia.
    #Azucareros

  • Mayiz ZETI dijo:

    Por muchos años hemos dejado una huella importante en nuestra historia #Azucareros

  • remberto@inen.sld.cu dijo:

    se produjo mas azucar en la zafra de 1901 que en la pasada zafra , de que historia hablamos ya paso se debe vivir en el presente , de 158 centrales que teniamos cuantos quedan , obra de la tarea Alvaro Reinoso

  • Raul Cañete dijo:

    Para mí, el articulo, es la más rotunda manifestación de la falta de emprendimiento que viene afectando a Cuba desde hace varias décadas. Miren, la producción de niquel es mucho más compleja que cocinar azúcar, y el Che logró, con hombres y mujeres cubanos, producir niquel en una situación de bloqueo, peor que hoy. Acaso ya no hay Cheses y Presillas y Lucios y Guidos que pongan pecho a lo imposible y se haga posible? Muy lindo el artículo, pero, y el azúcar?

  • Julio Carmelo Arias Huergo dijo:

    Es gratificante leerlo y aprender, pero... todo de tiempos pasados.
    Hace décadas ese sector agroindustrial azucarero ha funcionado mal, era irrentable e ineficiente, con bajos valores en los principales indicadores agrícolas e industriales y después de la "Tarea Álvaro Reynoso"... no hablar de eso.

  • Eddy dijo:

    Lo que me llama la atención en algunos comentarios es que la debacle actual de la industria azucarera sea solo a causa de la caída de la URSS y del bloqueo. Entonces todos nuestros errores e ineficiencias son imaginaciones populares. No se puede ser absolutos, pues si así pensamos siempre estaremos en la ruina, porque el bloqueo permanecerá y la URSS no resucitará.

    • Sergio dijo:

      Fue una falta TOTAL de VISTA LARGA, como en muchas cosas.

    • Raul Cañete dijo:

      Eddy, yo deseando ver alguien que comentara con espíritu de querer que las cosas se vayan resolviendo, con la inteligencia y los pocos o muchos recursos que tenemos a mano, sin esperar con esa paciencia lastimera, a que vuelvan los soviéticos. Ojo, yo agradezco siempre la ayuda que nos proporcionaron. He visto gente humilde, que no saben ni leer, hacer piezas de precisión, para instalaciones industriales, usando para su rústica fragua, carapacho de coco a falta de carbón.

  • arcadio dijo:

    mucho se puede escribir sobre la industria azucarera en cuba pero porque no escribir e los grandes errores de la industria y asi veriamos que es lo que nos hace falta para levantar esa industria el gran ALVARO REINOSO fue e y es ejemplo de gran genio azucarero para otros paises que han desarrollado esta industria digase australia que quemaba campos de cañas y ahora se decanta por la cosecha verde y nosotros por acabar con la industria

  • nory dijo:

    Siempre me pareció un gran error el desmantelamiento de la industria azucarera, ahí están los resultados, ya son picas las familias q pueden hacer los dulces tradicionales, pero no es la caña la única q desaparece, el café cubano reconocido como uno de los mejores del mundo va por el mismo camino, los cítricos desaparecieron ya, y están los terrenos q otrora estaba poblados de naranjas y toronjas cubiertos de yerbas de todo tipo, ahí están a la vista cuando se va por nuestra autopista nacional o coges la carretera de Cienfuegos a Cumanayagua, donde estuvo el flamante Plan Cítricos Arimao esperemos no pase lo mismo con el tabaco.

  • Nani HB dijo:

    Después de leer todo éste escrito, no hago más que sentir tristeza. Hicimos el año pasado la peor zafra en los últimos 100 años. Luego en los medios se habló de los esfuerzos para lograr éste año una mejor zafra. Y ya empezamos mal, pues ya en el mes de enero empezamos incumpliendo el plan de siembra.

  • Ezequiel Zamora Jorge dijo:

    La historia está ahí, pero es agua pasada que no mueve molinos. Actualmente la industria azucarera es un cadáver que para resusitarlo requerirá de unas cuantas decenas de años dado a su alto nivel de deterioro que no tiene que ver solamente con el bloqueo, ya que nosotros mismos comenzamos a ignorar esa historia y ese patrimonio cultural menospreciandola y colocándolo en planos inferiores a sectores que estaban y aún están por desarrollar

  • Zenia dijo:

    La agroindustria azucarera cubana es tradición, cultura, identidad...

Se han publicado 124 comentarios



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