Cubadebate

Batman y el Comisionado Gordon se alían para investigar una serie de asesinatos macabros que asola Ciudad Gótica.

No es más que un hombre, presionándose hasta lo imposible para hacer lo mejor que pueda en un mundo que nunca lo apreciará, y sacrificando cualquier apariencia de felicidad, alegría o amor para que los residentes de Gotham no sufran.

Mark D. White, “Batman y la ética”

–Bueno, Comisionado, ¿algo emocionante que esté sucediendo en estos días?

–No, excepto este tipo al que llaman el hombre murciélago. Me desconcierta.

En la comodidad de su hogar, el jefe de la policía James Gordon habla con el millonario y filántropo Bruce Wayne, cuando es alertado sobre un asesinato.  Pronto los perpetradores del crimen se encontrarán con la misteriosa figura alada devenida el nuevo vigilante de Ciudad Gótica. Es 1939, y el dúo de Bill Finger y Bob Kane sacan a la luz en el número 27 de la revista Detective Cómics un nuevo héroe enmascarado, mezcla de otros justicieros como Zorro y la Sombra.

Un halo de proyector con la estilizada silueta en el centro, el hombre solitario que desde las alturas contempla la noche eterna del crimen. Y así nació la leyenda llevada a historietas, libros, series televisivas, películas y videojuegos. Después de tantas adaptaciones, unas formidables y otras que no merece ni mencionar, parecería que ya se ha dicho lo suficiente sobre el Caballero de la Noche. Pero el director Matt Reeves demostró lo contrario al entregar en este 2022 la esperada The Batman.

Tras la trilogía de Zack Snyder y Joss Whedon, las preguntas no giraban en torno a si el filme aprendería de los errores anteriores, operación que se daba por obvia en el mundo de las grandes producciones, sino si estaría al nivel de las dirigidas por Christopher Nolan y que habían dejado la varilla muy alta en el universo cinemático de DC Comics. Pero quizás la interrogante que predominaba era si después de tantos rostros tras la máscara, villanos, aliados, artilugios tecnológicos, historias secundarias y hasta terciarias, el director de Cloverfield y varias partes de El planeta de los simios lograría mostrar algo diferente.

Lo cierto es que luego de llegar a las salas de cine uno de los filmes más anhelados del 2022, tras olas de intensa publicidad tanto crítica como público tienen opiniones divididas al respecto. ¿La razón? Para muchos no es lo que se esperaba, para otros constituye una refrescante aproximación a la historia del personaje.

En la noche de Halloween, Ciudad Gótica se ve estremecida por la muerte brutal de su alcalde. Cual migajas de pan, el misterioso culpable deja pistas en forma de acertijos dirigidos a Batman, donde advierte no solo que seguirán los asesinatos, sino que al final del laberinto, develará la madeja de mentiras que envuelve a la urbe.

Hace solo dos años que el joven Bruce Wayne lleva la máscara de su alter ego para enfrentar el crimen, y a pesar de incrementarse, al menos la señal lumínica ha logrado sembrar temor entre los delincuentes y ganarse un fiel aliado en la figura del comisionado Gordon.

Ambos proseguirán la investigación, creándose aliados y enemigos en el camino, y descubriendo al final secretos insospechados donde nadie quedará inmune.

Tras las casi tres horas de metraje, resulta indudable que esta no es una típica película de superhéroe. De ahí que, aunque se perciba alguna que otra pincelada de las entregas cinematográficas anteriores, The Batman toma su principal inspiración de las historietas, novelas de misterios y filmes policiacos.

Reeves se basó fundamentalmente en dos pilares de los cómics, Batman: año uno, que recrea los primeros pasos como justiciero del héroe enmascarado, y El largo Halloween, el enfrentamiento a un misterioso asesino en serie que tiene como blanco a la familia Falcone.

Se evidencia además constantemente las influencias del cine de David Fincher en la oscuridad perenne que acompaña la historia: el autodenominado Acertijo simula con su modus operandi el asesino de Zodiaco y la mente perturbada del John Doe de Se7en.

Pero también el juego de gato y ratón que involuntariamente atrapa a los detectives, el terror a las consecuencias por estar siempre un paso por detrás de la mente maestra que orquesta la cadena de muertes.

The Batman resulta más cercano a clásicos del cine negro que a los típicos espectáculos de CGI en que se han convertido los filmes de superhéroes. La noche llena cada plano, y el sol nunca parece brillar en la metrópolis del pecado. Un relato criminal, fuerzas gansteriles, la femme fatale, claroscuros como perfectos aditivos de la investigación plagada de mentiras, apariencias y máscaras que esconden menos de lo que revelan.

Hay más de Raymond Chandler, Dashiell Hammett y James Ellroy que cualquier otra historia de encapuchados. El director expresa claramente sus fuentes de inspiración al situar la historia como la continuación lógica del status quo del Jocker, de Todd Phillips. En esta entrega rinde homenaje al espíritu de Chinatown, pero también a Blade Runner, el terror agobiante de Saw y la serie de videojuegos de Arkham.

Peter Craig (The Town, The Hunger Games, The Unforgivable) fue el encargado junto al propio Reeves de escribir el guion. Robert Pattison encabeza el reparto como Bruce Wayne, Jeffrey Wright es el comisionado James Gordon, Zoe Kravitz es Selina Kyle, Paul Dano interpreta a Edward Nashton y en las actuaciones secundarias Colin Farrell asume el rol de Osward Cobblepot, John Turturro recrea al jefe de la mafia Carmine Falcone y Andy Serkis es Alfred.

Con la intención de reforzar el excesivo metraje y darle a la legión de seguidores la inevitable oportunidad de comparar, The Batman no aporta ningún personaje nuevo, sino que modifica ligeramente la noción de los ya conocidos. 

Debido a la preponderancia de la trama central, faltó tiempo para que funcionara la química entre Batman y Selina Kaye.

Jeffrey Wright sale airoso como en casi todos los papeles que emprende. Kravitz propone un acercamiento diferente a la figura de Catwoman, víctima de las garras de Ciudad Gótica pero dispuesta a tomar la justicia por sus manos en favor de otros. Resulta convincente en su rol y admirable en las acrobacias, aunque no llega a funcionar la atracción esperada entre ella y el protagonista, quizás por no contar con suficiente tiempo para su desarrollo en la pantalla, o porque ni se acerca a la sensualidad destructiva que tan bien supo plasmar Michelle Pfeiffer.

Por otra parte, se preveía que los nueve minutos otorgados al Pingüino serían pocos. Su personaje está más próximo a los cómics que la criatura siniestra de Tim Burton, aunque bajo las capas de maquillaje acusa demasiado las influencias del cine de Scorsese.

Sin embargo, resultó formidable y valió cada segundo arrebatado a la trama principal. John Turturro entrega una interpretación sólida y siniestra de Falcone. En cuanto al Acertijo, asistimos a un antagonista totalmente diferente a las aproximaciones caricaturescas hechas por Frank Gorshin y Jim Carrey.

Este es un villano que, sin acercarse al Joker de Heath Ledger, puede contemplar a los demás malvados desde la comodidad de su altura. Los asesinatos a lo Jigsaw, la psicopatía escalofriante que revela una vez atrapado y el poder de convocar a otros como él, lo convierten en uno de los más oscuros personajes de la filmografía de Batman.

Robert Pattinson fue la opción del reparto que una vez anunciada, generó más rechazos que apoyos. Pero, al igual que Michael Keaton en su tiempo, logró salir airoso y entregar una actuación aceptable. Aún muchos critican las evidentes torpezas de su personaje y la ausencia de la infalible seguridad que siempre acompaña al Caballero de la Noche en los demás filmes.

No se debe olvidar que este es un Batman muy joven, anterior incluso al de la primera película de Nolan, que sufre todavía el estrés postraumático de la pérdida y trata de aplacar el dolor espiritual con el físico que le puedan provocar criminales y policías. No es el típico Bruce Wayne vestido con tuxedo impecable y rodeado por bellas prometidas.

Aquí se comporta como un ermitaño que responde más al concepto de venganza que de justicia. No le molesta inspirar terror y pelea con ferocidad inusitada e inclemente. El maquillaje negro bajo los ojos y los artilugios que lucen más “rústicos” en esta versión, acercan más al espectador con la parte humana del personaje, un chico con la espalda cubierta de cicatrices y que aún no domina del todo el temor a planear con elegancia de las alturas.

El trabajo impresionante con los claroscuros y el empleo de focos para destacar elementos entre tantas gamas de negros y grises, hacen de “The Batman” una obra soberbia en materia artística.

Matt Reeves brinda su visión de Ciudad Gótica, quizás la más profunda que se ha hecho en los largometrajes hasta el momento. Lluvia y corrupción parecen envolverlo todo a partes iguales. Lejos de la excéntrica mirada de Burton o la versión colorida de Schumacher, la metrópolis de Batman se convierte al anochecer en territorio de pandillas y mafiosos que pelean por migajas.

De ahí que la magnífica fotografía de Greig Fraser (Dune) se enfilara a predominar el negro como color principal, con planos donde se difuminan los bordes para privilegiar las tomas centrales. No podía ser de otra forma para una historia de por sí bastante siniestra.

La belleza de los claroscuros, el empleo de focos ocasionales y flashes para acentuar el dramatismo, el uso del rojo para momentos críticos aderezado por la banda sonora de Michael Giacchino compuesta por trépidas sinfonías, se unen para entregarnos escenas memorables como la persecución del batimóvil, la entrada violenta al club del Pingüino o el Batman que, bengala en mano, decide expulsar de una vez por todas la oscuridad de Ciudad Gótica y guiar su gente a la salvación.

Lo realmente criticable del filme, es que tiene que cumplir su porción de película de superhéroe. Casi al final el director parece olvidar el estilo de las dos horas anteriores y se aboca a las consabidas contribuciones (por suerte sin pelea épica héroe vs. villano), para garantizar la continuación de la trilogía.

Además, las restricciones impuestas para que el filme fuera adecuado al público adolescente, lo asemejan al tigre domesticado. ¿Para qué destacar la oscuridad y la opresión de una ciudad plagada por la violencia cuando no se pueden mostrar sus efectos? Sin las manos atadas, Reeves hubiera podido entregar un Pingüino fumador, un Acertijo todavía más escalofriante y quizás la chispa que hubiera hecho funcionar la relación entre murciélago y gata.

Por suerte, la histórica reinvención el personaje hacen que nunca se vea fuera de lugar. Batman es uno de los héroes de la DC Comics que más ha variado su imagen y formación. Ha sido espía, ninja, policía y ahora detective, como en los primeros números de la revista que le dio origen.

Su espectáculo televisivo de los sesenta, aunque icónico, no agradó a muchos fans por demeritar la imagen siniestra y atormentada del héroe de los cómics, cambio que ya se veía venir desde finales de los cuarenta. Fue Frank Miller quien rescató al personaje del declive con la publicación de dos paradigmas como El regreso del Caballero Oscuro (1986) y Año uno (1987).

Luego llegaron las películas de Tim Burton, con la vuelta de la esperada oscuridad al menos en apariencia y que definiría el arquetipo del Caballero de la Noche en las siguientes producciones, posición definitivamente confirmada por el Arkham Asylum de Grant Morrison, salida a la luz también en 1989.

Batman: la serie animada, de principios de los noventa, eliminó los errores de su predecesora acerca de la imagen del encapuchado y se mantuvo accesible para todas las edades.

Reeves se inspiró principalmente en cómics como “Batman: año uno”, donde el Caballero Oscuro comenzaba su colaboración James Gordon y aún no tenía una buena relación con el resto de las fuerzas del orden.

El segundo rescate en lo audiovisual provino de Christopher Nolan. De una vez por todas desterró el tono sesentero que había retomado Schumacher imprimiendo un realismo siniestro y aclarando más preguntas acerca de los orígenes del héroe. Sigue fielmente la línea de los cómics acerca de la personalidad lúgubre del protagonista, enfrentado a la disyuntiva que le plantea su antiguo amigo Harvey Dent: “O mueres como un héroe, o vives lo suficiente como para verte a ti mismo convertido en el villano”.

Por supuesto, no todos siguieron el propósito de desarrollar la variante psicológica, excepto quizás la serie de videojuegos de Arkham con su correspondiente largometraje. La simpática Lego Batman demostró que la diversión no tenía por qué estar reñida con la historia del superhéroe y Zack Snyder se remitió simplemente a insertarlo en la Liga de la Justicia.

Matt Reeves logra continuar el estudio al interior del personaje, pero imbricando como nunca a los cómics. “Piensan que me estoy escondiendo en las sombras. Pero yo soy las sombras”, narra el protagonista durante los primeros minutos. Parlamento que debe mucho a las historietas, como aquella en que Wayne confiesa a Kal-El que “antes, patrullaba solo los callejones oscuros de Gotham. Ahora, Batman estará en todas partes donde esté oscuro” (Superman, #710). El director prefiere evitar, sin embargo, la denominación dada tradicionalmente a los personajes, ya que para todos es en realidad el comienzo. Así que resulta comprensible como, a tono con el título, apenas se menciona otro nombre para Cobblepot o Selina Kaye.

Es muy probable que The Batman ni se acerque a lo recaudado por las producciones de Marvel del momento. Es una lástima, porque significa que la fórmula repetitiva y conformista en busca del fanservice siempre resultará más rentable que aquellos que se atrevan a modificar ligeramente el cine de superhéroes. Y la última película de Matt Reeves apenas se clasifica en ese género. No tiene el nivel de destrucción, las escenas climáticas o los combates incesantes de sus homólogas.

Para “colmo de males”, su personaje principal quizás no es la maquinaria poderosa que muchos ansiaban. Aunque los que siempre esperen eso, olvidan los mismos orígenes del más humano de los héroes de DC Comics.

Bob Kane y Bill Finger crearon la leyenda en 1939, Joe Chill provocó la cadena de acciones que llevaría al nacimiento de un héroe. No un accidente radiactivo, poderes espaciales o pertenecer a una familia de dioses, sino la simple promesa de combatir los demonios internos y externos.

En la película de Matt Reeves, nos encontramos un hombre solitario, decidido a la autodestrucción si con eso puede evitar que otros se sientan tan desvalidos como él. Y su determinación termina siendo tan fuerte que, a pesar de descubrir la oscura verdad sobre sus padres, motor impulsor de sus actos, opta por seguir adelante.

Quizás no alcance la maestría de Nolan, pero Reeves brinda uno de los mejores Caballeros de la Noche. Aquel que al principio aún no tiene clara su misión, pero sale de la jaula en la que él mismo se ha atrapado para pasar de vengador a héroe. Aquel que, gracias a su lucha interna, logra mostrar por una vez más complejidad psicológica que sus propios enemigos y derrotarlos.

Así lo expresa el profesor y escritor norteamericano Jason J. Howard en su ensayo El Caballero Oscuro y el llamado de la conciencia: en un mundo donde el conformismo sin sentido es rampante, la ignorancia está a la orden del día y el miedo es nuestro mayor maestro de tareas, el llamado de Batman a la conciencia es un ejemplo de cómo nuestra voluntad de confrontar el significado de nuestra propia existencia también puede ser el camino hacia la liberación personal.

Ficha Técnica

 

🎬 Título: The Batman
⭐️ Calificación: 7.1/10 (23 mil votos)
📅 Año: 2022
⏳ Duración: 175 min.
🗺 País: Estados Unidos
👤 Dirección: Matt Reeves
✍️ Guion: Matt Reeves, Peter Craig. Personajes: Bob Kane, Bill Finger
🎵 Música: Michael Giacchino
📷 Fotografía: Greig Fraser
👥 Reparto: Robert Pattinson, Zöe Kravitz, Jeffrey Wright, John Turturro, Paul Dano, Colin Farrell, Andy Serkis, Peter Sarsgaard, Jayme Lawson, Con O'Neill, Barry Keoghan, Gil Perez-Abraham, Peter McDonald
🏢 Productora: Warner Bros., DC Entertainment, 6th & Idaho Productions. Distribuidora: Warner Bros.
🔰 Género: Warner Bros., DC Entertainment, 6th & Idaho Productions. Distribuidora: Warner Bros.

En Picta