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Vivimos en una sola realidad, esa en que a cada acto le sobreviene una consecuencia y su(s) responsable(s)

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Por necesidades propias de mi profesión de abogado, y en aplicación de lo aprendido en más de 20 años dedicados a la Programación de Sistemas Informáticos, fruto de mi primera carrera, me he interesado particularmente en lo establecido en el recientemente promulgado Decreto Ley 35/2021, dictado por el Consejo de Estado de la República de Cuba, cuerpo legal que regulará las relaciones jurídicas en el marco de las telecomunicaciones, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y el uso del espacio radioeléctrico, acompañado además de los respectivos Reglamentos vinculados a las áreas de actuación tratadas.

Pero el propósito de mi publicación no es aproximarme al impacto jurídico del compendio legislativo, tampoco a lo acertado, abarcador e importante del texto normativo promulgado, aunque dejo esclarecido que lo suscribo en su totalidad. Es mi propósito en palabras cercanas al pueblo, a la sociedad, a nuestra gente, hablarles sobre el por qué hay que regular esta tipología de fenómenos y relaciones que aparecen en estos momentos como una verdadera franquicia para el caos, la incivilización y escenario autorizado para los peores vicios y vejámenes humanos, superados desde la extinción de las hordas bárbaras que antecedieron las primeras manifestaciones del Derecho.

Surgen de inmediato las preguntas:

  1. ¿Existen hoy dos realidades?
  2. ¿Dos sociedades, la real y la virtual?
  3. ¿Dos especies inteligentes, el hombre y el cibernauta?
  4. ¿Existe una sociedad paralela a la que contiene el aire que respiramos, y no tiene impacto, efectos y consecuencias en ella?
  5. ¿Existe la necesaria demarcación de donde comienza y termina un derecho que consideramos nos asiste en los espacios virtuales?
  6. ¿Existe una sociedad virtual donde todo es permitido, autorizado, impune, donde la Ley de los hombres se subsume al criterio de exclusión selectivo, a la ética manejada de Facebook, Google, Twitter, entre otros grandes decisores de la “cibersociedad”?.
  7. ¿Existe lo antijurídico, lo punible, lo peligroso, lo rechazado por la sociedad, en el imperio de las redes sociales, en el reino de Internet?
  8. ¿Existe algún modo de defenderse ante derechos vulnerados por los contactos o usuarios de cualquier formación social virtual que formamos parte en internet?
  9. ¿Tenemos el control de nuestra identidad, de nuestra privacidad, de nuestra persona en el ciberespacio?

Más allá del cambio de paradigma que representan las relaciones jurídicas y comunicacionales en la era de la información y el conocimiento, más allá de lo interesante de las variables teóricas y su vinculación con las ventajas o perjuicios de la internet en nuestra cotidianidad, vivimos en una sola realidad, una realidad que no da brechas a una dualidad de comprensión porque nuestra vida comienza cuando nacemos y termina cuando morimos, y ello no obedece a las interfaces ideadas por Mark Zuckerberg o Jack Dorsey.

Por tanto, la civilización no puede permitir que, en esa realidad, creada por simples mortales, se violen los principios humanos que los próceres de la antigüedad describieron como valores humanos. No es posible entender la agresión, la discriminación racial, xenófoba o sexual, la incitación al odio, a la violencia en una publicación de Facebook, en un video de Youtube o en cualquier “web page”, contra una persona, contra el presidente de un país, ni siquiera contra un desconocido, y que nuestra sociedad de aire, carne, hueso y corazón, lo siga contemplando como un acto en franco ejercicio de la libertad.

No es posible que un grupo de Facebook incite a la destrucción de los bienes de un poblado, al enfrentamiento entre familias, a la guerra entre hermanos de crianza y ello sea justificado tan solo porque fue en Internet donde ocurrió y la Internet no es Cuba, la Internet no tiene dueño, la Internet es el espacio perfecto para hacer cuanto quiera cualquier desalmado y no responder por su conducta, tan solo por no estar parado físicamente en un territorio donde rige el imperio de la Ley.

Esas acciones que Facebook, Google, Twitter y otros “dueños del Ciberespacio” aseguran no permitir con sus restricciones de uso y buenas prácticas, pasan por el filtro selectivo de las conveniencias del capital y esa sociedad virtual de los antivalores nos llega más y más cada día. Esos “pequeños incidentes virtuales” causan enemistades, disturbios, estragos, actos terroristas, odios raciales, suicidios, asesinatos, acosos y violaciones a menores, entre otros desastres. Esa sociedad que deseamos para nuestro bien fuera paralela, no lo es, y recibimos el corte filoso y transversal de cada una de sus manifestaciones en la carne, huesos y corazón de nuestra sociedad real.

No podemos ser los ingenuos espectadores de los 90, encandilados con las indudables ventajas de la red de redes. Tenemos que entender que gran parte de los hechos graves y peligrosos ocurridos en nuestra sociedad real se gestan y comienzan en la “sociedad virtual”, donde es más fácil, y más rápido, esconderse, usurpar, agredir, ofender, instar, violentar, destruir, difamar, mentir, que en la puerta de nuestra casa.

Es más fácil solapar o llevar a una escala pública sin precedentes una acción no permitida en nuestra sociedad real y civilizada, bajo un perfil, en ocasiones falso, de usuario y contraseña.

Por ello, hay que establecer, que nuestra realidad es una sola, esa en que a cada acto le sobreviene una consecuencia y su(s) responsable(s).

Se han publicado 11 comentarios



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  • legolaselfo dijo:

    -Solo espero que la calificación de esos incidentes no quede en manos de personas que no estén bien preparadas en el tema, y las subjetividades imperen a lo hora de determinar que es lo que se puede considerar un incidente y que no, porque en ese caso la libertad si estará amenazada.

  • Jose dijo:

    Concuerdo, fundamentalmente cuando dices que "
    No podemos ser los ingenuos espectadores de los 90,",,,,,eso debe aplicar para todo

  • holos dijo:

    Wao.. algo verdaderamente acertado. Desde las dos perspectivas: las leyes y las informatica. Hay que estudiar ambas para comprender dimensional y holisticamente las normativas de las tecnologias de la informatica. Esto demuestra que el hecho de que sepamos o estemos formados en una de las dos, no tendríamos una opinion incluyente, sino somos capaces de estudiar las dos en su conjunto. Y en efecto, las personas deben saber que las normas y los cuerpos legales están para reflejar, lo mas posible, la realidad. Y como usted bien dice, hay dos realidades. Y cada una de ellas hay que normarlas y ambas en su propio habitat y contexto.
    No obstante, de mi formacion de informatico y de un arraigo descendiente y familiar de una cultura juridica donde se une jueces y contrapartes, la aprobé desde un principio y nunca cai en ciertas interpretaciones que la contradecían en su esencia y espiritu.
    No quiero dejar de decir lo siguiente: las realidades cambian, son dinamicas y con ellas la actividad legislativa debe asumir el cambio antes de que el cambio se haga viejo y que por culpa de actividades de este tipo a destiempo, se distorsione. Su articulo es muy atinado. Y el mensaje que encierra, aun mas. Lo felicito

  • holos dijo:

    Las personas deben tener claro una cosa: que se desprende también de su articulo. La llamada Libertad de Expresion o Libertad de Prensa, ciertamente son derechos. Pero los derecho se limitan cuando vienen a la larga a contradecir o dañar otros derechos. Le pongo un ejemplo: usted tiene el derecho a escribir, comentar sobre ciertas religiones o actividades de Fe; pero cuando ese ejercicio del derecho [de su derecho] ofende o daña el ejercicio de la libertad religiosa, entonces a su vocación de escritor hay que ponerle limite. Por otro lado, hay una afán legitimo, quizás, de importar tradiciones (ej. Halloween y critica soez y burla y ofensa a lideres de gobierno). Quizás en España y algunos paises anglosajones sea normal lo segundo. En Cuba no lo es. No es una tradición y eso ofende a las mayorías. La fiesta de Halloween es tradición en EEUU, en Cuba son bailes de disfraces, no son trick-or-treat. En algunos paises pedir dulces de casa en casa, ni es tradición ni es una ofensa. Entonces hay que tener mucho cuidado cuando se ejerce el derecho para no herir otros derechos, costumbres, eticas y estilos que, o no conocemos o no valoramos. Saludos

  • JB dijo:

    Lo que no puede ser considerado un delito es la crítica a lo mal hecho, a lo que no funciona, aunque sea una decisión incluso del presidente. El estado desfavorable de opiniones parte del hecho complaciente de la propia prensa que enaltece la mínima noticia superficial y no va a la raíz de los problemas fundamentales suavizando u ocultando lo grave. Las personas se acostumbraron a que sus problemas veían solución cuando tenían un enfoque público pues los mecanismos normales establecidos los ignoraban. Cartas al Director, espacio del periódico Granma los viernes es fe de ello. Ahora hay internet disponible y e cúmulo de insatisfacciones brota a raudales, muchas de la peor forma también. Pero la cura está en hacer y solucionar, no en restringir y censurar. Espero el censor no me restrinja esta vez como ya es habitual, incluso sin violar los requisitos de publicación

  • alexander dijo:

    Yo pudiera estar de acuerdo con todas las leyes que en ese sentido se presentan sino fuera porque en su aplicación existen directivos y personal encargado de la seguridad informática que limitan o anulan el acceso a sitios supuestamente no prohibidos sin conocer que los mismos sirven para más cosas que el simple entretenimiento. Otros que no están limitados por el bloqueo pero que nos dan información hasta de precios de productos que podamos necesitar en nuestro trabajo, etc. En fin, que no creo que muchos directivos estén preparados para asumir esa ley y muchos de seguridad informática tampoco.
    Hay quien evoluciona y hay quien no. Pero lo sufren las personas que no deciden y el país de forma general. Hay que ser muy cuidadosos en lo que le permitimos también a los decisores o censores autorizados.
    Por lo demás, sí estoy de acuerdo con las leyes que castigan cosas que en otros espacios serían delitos igual.

  • Tamara Dovale Moisés dijo:

    Muy de acuerdo con este artículo y si espero que este Decreto -ley se aplique a todos los que lo violan, pq no se puede permitir tanta violencia, amenazas, ofensas, mentiras, manipulación, ataques y convocatorias a actos que atentan contra nuestra soberanía, tranquilidad y seguridad nacional. Basta ya de impunidad.

  • Ileana dijo:

    No me caben dudas de la necesidad de establecer normas de conducta, reglas de actuación en las redes, es un paso hacia la educación ciudadana en esas plataformas.

  • Cruz ONFET dijo:

    Concuerdo plenamente con el autor del escrito. El tema es abierto para reflexionar, de ahí las preguntas iniciales y las reflexiones subsiguientes. Una sola cosa basta para dar respuesta: la necesidad de implementar la letra y espíritu del Decreto Ley 35 con su Reglamento, para que en nuestra sociedad no existan dos, solo una y NUESTRA. Gracias.

  • Lino Fernández dijo:

    Excelente impronta, se necesitan más de éstas y con mayor inmediatez, muchas felicidades, en hora buena.

  • el-profe dijo:

    Muchas felicidades por este artículo: claro, conciso, directo y un retrato fidedigno de la realidad virtual y física en la Cuba de estos tiempos. Si le permitimos a estos personajes apoderarse impunenmente del espacio virtual, le estaremos regalando en poco tiempo el espacio real.

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