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¿Qué es el cerebro pandémico y cómo nos afecta diariamente? (+ Video)

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Hay expertos que creen que también es posible que hayan reducido en tamaño algunas zonas de nuestro cerebro. Pero, ¿nos quedaremos así para siempre? Foto: Getty Images

Me siento a escribir este texto. Arranco. Voy bien, llevo 100 palabras. Bueno, pienso que esta última línea quizás no se entiende. La borro. Lo borro todo. ¿Cómo retomo? Página en blanco. Mente en blanco. Pasan los minutos. Reviso el teléfono. ¡Es imposible concentrarse!

Es muy probable que en el último año y medio hayas sentido algo parecido ante cualquier actividad. Si es así, no te preocupes. Muchos lo comparten. Tenemos cerebro pandémico.

No se trata de un término clínico, pero es así cómo algunos científicos denominan a la serie de dolencias que está sufriendo nuestro cerebro a raíz de la pandemia. El estrés crónico y los largos ratos de confinamiento no solo han afectado nuestra capacidad de memoria y concentración.

Hay expertos que creen que también es posible que hayan reducido en tamaño algunas zonas de nuestro cerebro. Pero, ¿nos quedaremos así para siempre?

Estrés prolongado

Los especialistas coinciden en que el principal responsable de los cambios en nuestra cabeza es la larga exposición al estrés durante tanto tiempo, el estrés crónico.

Hay niveles de estrés 'buenos'. Si necesitas culminar una tarea en un tiempo ajustado, una vez lo haces el estrés se va. Se acaba todo, ejemplifica Michael Yassa, neurólogo del Centro de Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria en California.

Pero cuando el fin no está la vista y el estrés continúa por una sesión prolongada, entonces se vuelve problemático, le explica Yassa a BBC Mundo.
Es lo que nos está sucediendo con la pandemia. Vivimos un estado dilatado de espera, de confinamientos y relajaciones, restricciones y medidas sin saber cuándo recuperaremos lo que ahora llamamos normalidad.

El estrés prolongado libera cortisol, y si tienes problemas continuos con esta hormona, puede llegar a afectar el volumen de algunas zonas del cerebro. La neuropsicóloga Barbara Sahakian, de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, ha estado analizando los efectos del distanciamiento social y la ansiedad por la pandemia en nuestra masa cerebral.

A través de escáneres a personas socialmente aisladas hemos detectado cambios en el volumen de las regiones temporales, frontales, occipitales y subcorticales, así también como en el hipocampo y la amígdala, le dice Sahakian a BBC Mundo.

Ya en el pasado, altos y prolongados niveles de cortisol han sido asociados con disrupciones del humor y la reducción del hipocampo. Esto se observa sobre todo en pacientes con depresión.

En 2018, por ejemplo, un estudio publicado en la revista Neurology de la Academia Estadounidense de Neurología demostró que un alto nivel de cortisol en pacientes se asoció con una peor memoria y percepción visual, así como con volúmenes más bajos de materia gris total, occipital y lobar frontal.

Y esos cambios de volumen como los detectados por Sahakian pueden incidir directamente en las actividades que realizamos a diario. Ese conjunto de dolencias que afectan a la salud mental y nos generan depresión y ansiedad, es lo que coloquialmente estamos llamando cerebro pandémico, apunta Yassa.

¿Cómo nos afecta el cerebro pandémico en el día a día?

La atmósfera de miedo suma un estrés significativo a la salud física y mental de los profesionales sanitarios en las difíciles condiciones actuales, según el Comité Internacional de la Cruz Roja. Foto: AFP.

El hipocampo es la zona del cerebro responsable de aplicar esa memoria, precisamente una de las zonas más afectadas por los efectos de la pandemia. El hipocampo también está involucrado en los procesos de aprendizaje. Además, es una zona que normalmente se deteriora con la edad. Es por ello que los ancianos pueden ser más vulnerables, aunque también hemos detectado que los niños pueden experimentar retrasos en su desarrollo social y del lenguaje, argumenta Sahakian.

Pero los efectos del llamado cerebro pandémico van mucho más allá de una afectación leve de la memoria o un retroceso de la capacidad de aprendizaje.
Son muchos los receptores que son sensibles al cortisol, así que varias redes neuronales quedan afectadas, notándose en nuestros posibles cambios de humor frecuentes, sentimientos de miedo o la incapacidad para concentrarnos, realizar varias tareas a la vez o tomar decisiones sin titubear.

Esto se debe a su impacto en el sistema límbico y la amígdala, esta última encargada de hacernos sentir emociones. Muchos pacientes describen un sentimiento de neblina mental y se quejan de que ya no toman decisiones de la misma forma que lo hacían antes, explica Yassa.

Por supuesto, esta carga psicológica también viene acompañada de irremediables consecuencias fisiológicas. La depresión y la ansiedad nos afectan el sueño, cambian el apetito y producen fatiga, añade el neurólogo.

No afecta a todos por igual

Como en todo, el cerebro pandémico lastra más a unos que otros. En esto entra en juego la resiliencia individual y el nivel de estrés al que estemos sometido.
No sufren lo mismo quienes han padecido el aislamiento social que aquellos que perdieron un familiar o conocido, se quedaron desempleados o estuvieron infectados.

En estos casos, además del estrés crónico, también puede aparecer el estrés postraumático, incrementando la inestabilidad de la salud mental, la depresión, el dolor y la ansiedad.

Algunos hemos mostrado más resiliencia y creamos estrategias durante los confinamientos para mantenernos sanos, como seguir una rutina de ejercicio físico, pero para los más afectados este tipo de actividades puede ser más difícil de seguir, diferencia Sahakian.

La autogestión del estrés es algo personal que no todos logramos de la misma manera. Todos hemos tenido estrés en nuestra vida. Si logramos superarlo, este estrés hasta puede ser bueno en cierto punto.

¿Es posible recuperarse?

Infografía: Canal Caribe.

El doctor Yassa quiere pensar que sí es posible superar los cambios sufridos, pero reconoce que no será de la noche a la mañana y que tomará tiempo. La gente se sobrepone a desastres naturales o la pérdida de seres queridos, así que de esto también deberíamos superarlo. Pero primero debe desaparecer la causa.

Según se vayan recuperando las libertades y la gente retome el contacto social, todos mejoraremos, amplía Sahakian.

Mientras esperamos por la vuelta a la normalidad, los expertos igualmente aconsejan aplicar técnicas para traer de vuelta nuestras funciones cognitivas.
Debemos retarnos con juegos de memoria para recuperarla, así también como ponernos a aprender cosas nuevas, recomienda la doctora.

Yassa opina que debemos enfocarnos en crear una especie de armonía de ritmos. Levantarnos a la misma hora, comer regularmente y hacer ejercicio físico da mejores oportunidades al cerebro para recuperarse.

Pero si bien estas actividades pueden ser suficientes para muchos, Sahakian reconoce que algunos podemos necesitar la ayuda de profesionales.

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(Tomado de BBC Mundo)

Se han publicado 6 comentarios



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  • Pepe dijo:

    Muy buen artículo. Deberían analizar la influencia del cerebro pandémico en el aumento de los casos en Cuba, las nuevas cepas son más contagiosas y más agresivas. El por ciento de personas sintomáticas ha aumentado, pero la gran mayoría sigue siendo contacto de caso confirmado. O sea que el por ciento de personas que se infecta con un extraño sigue siendo muy bajo.
    Las personas han perdido la percepción del riesgo, por que los cerebros no están funcionando bien.

  • Atila el Huno dijo:

    Estoy de acuerdo, yo respiro profundo muchas veces y trato de serenarme, pero el estrés por la pandemia y la inseguridad económica en la casa me mata, sobre todo porque soy padre de familia y la mayor fuente de ingresos de mi hogar, donde hay niños y adultos mayores, ojalá esto pase, porque no le veo fin a corto plazo.

  • Yeyo dijo:

    Estás dolencias podemos reducirlas con aperturas parciales del confinamiento. Me explico:
    Si estamos trabajando para activar la economía nacional y personal considerada una forma de apertura del confinamiento, bien podemos permitir otras actividades como el uso saludable de las playas.
    Nuestro país está rodeado de mar y su población mayoritariamente tiene como costumbre disfrutar de un baño de mar.
    Hagamos algo que sí se puede hacer y además de ser agradecido será muy saludable para ancianos y niños principalmente. Abramos las playas de 7 a 11 am solamente y sin consumo de bebidas alcohólicas.
    Este horario es muy saludable pues además de que el mar está más tranquilo y limpio, los rayos de sol no son tan dañinos.
    Analicen esta variante que sí es factible siempre y cuando no exista ni venta ni consumo de bebidas alcohólicas.
    Si no desean adoptar esta opción pues viola lo decretado por el gobierno y el partido pues orienten a los agentes del orden que empiecen los recorridos por las playas a partir de las 10 am hora en que empiezan a llegar personas que sí violan los protocolos de salud pues llegan a ingerir bebidas alcohólicas y lo menos que hacen es bañarse, pero antes de esa hora vamos los que nadamos en solitario y al terminar nos vamos para nuestras casas.
    Las propiedades curativas del mar son innumerables: ayuda a disminuir el stress, ayuda a disminuir la obesidad, hidrata la piel, ayuda en el tratamiento de la psoriasis, aumenta la capacidad respiratoria y pulmonar, ayuda a cicatrizar heridas y quemaduras en la piel, y se los garantizo pues hace 9 días tuve una quemada 3 er grado en una mano y hoy ya está cerrando por completo usando como antibiótico el predneomin, cómo secante el mercurocromos y como desinfectante el agua de mar.
    Al gobierno y al partido le rogamos analizar seriamente esta opción
    Playas de 7 a 11 am sin venta ni consumo de bebidas alcohólicas.
    Muchas gracias

    • Dama dijo:

      Yeyo.. no sería mala la idea.. pero no sólo se debería pensar en la no venta de bebidas alcohólicas.. al final muchos la llevarían de sus casas. La policía tendría q estar ahí para un mejor control y carteles q se lea bien PROHIBIDO BEBIDAS ALCOHÓLICAS.. pero este no es el problema que más me preocupa.. sino el abarrotamiento de las playas.. esto es lo q realmente daría lugar a otro pico pandémica. Además no es la playa el único lugar que se debería habilitar para la distracción familiar en un medio natural. Están los parques y algunas áreas verdes que siempre han multado si pones un pie en ellas y serviría para que las familias se pudieran sentar a disfrutar rodeada de un ambiente natural. Pero al final siempre me queda la pregunta.. cómo se evitaría la congregación de personas. Ya nos hemos dado cuenta que muchas perdonas no respetan las medidas de distanciamientos entre otras. Pero ojalá que a alguien se le ocurra algo.
      Yo estoy entre esas personas a las que este artículo bien llama "cerebro pandémico" nunca he sido pesimista .. pero la verdad que ya estoy perdiendo la luz al final de este camino. Y no me preocupa tanto mi persona.. sino los niños y jóvenes que a pesar o al menos los de mi familia han tenido hasta el momento un buen comportamiento .. necesitan ya algún esparcimiento.

      • Yeyo dijo:

        Le aseguro que:
        1. sin venta de bebidas alcohólicas como sucede ahora
        2 sin consumo de bebidas alcohólicas traídas de la casa
        3 horario de 7 a 11 am
        4 multa a quienes violen estos tres puntos anteriores
        Haremos uso saludable de las playas los mismos que hacemos uso saludable del malecón habanero y nunca hemos sido requeridos por los agentes del orden quiénes más bien, nos saludan muy educadamente cada mañana.
        El problema nuestro es no saber organizar, controlar y metemos en el mismo saco a niños, ancianos y personas disciplinadas.

  • Tere dijo:

    Ya esta "pandemia" no lo es tal. Al principio moría el 3% de los contagiados, en Cuba nunca tuvimos esa cifra, hoy sólo el 0,7%. Todos los países declararon confinamiento pero en menos de 3 meses volvieron a abrir para evitar precisamente esta situación y el agravamiento de la situación económica derivando en una crisis que se lleva a todos por delante. Los niños fueron los primeros en salir nuevamente a la calle, al sol y al aire libre. En nuestro país es hora de cambiar esos protocolos. Insisto en que el daño psicologico que se menciona en el artículo es más grave en los niños y les hace sufrir más que el covid.

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