Imprimir
Inicio »Especiales, Historia  »

Fidel en clausura del 1er Congreso del PCC: El camino futuro tampoco será fácil, pero lo andaremos mejor todavía

| 7

Acto en la Plaza de la Revolución por el 1er Congreso del Partido. Foto: PCC

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de masas con motivo de la Clausura del Primer Congreso del Partido Comunista De Cuba. Plaza De La Revolución, 22 de diciembre de 1975

Queridos compatriotas:

Hoy vamos a ser breves

Después del informe al Congreso, después de todas las tesis y las resoluciones acordadas y después de la clausura del Congreso, no es mucho lo que nosotros tenemos que decir.

En este acto de hoy, de un simbolismo muy grande, nuestro pueblo se reúne para expresar su apoyo a los acuerdos del Congreso.

Nosotros, todos los compañeros del Comité Central, del Buró Político, del Secretariado, y los delegados al Congreso, hemos vivido días de emociones que parecían insuperables.

Pero al llegar hoy a esta Plaza, hemos visto la más grande concentración en la historia de la Revolución. Y ello nos indica la atención, el interés con que nuestro pueblo ha seguido el Congreso, lo cual expresa en la tarde de hoy. Y lo que nuestro pueblo siente, experimenta en este acto, es esa sensación de seguridad, de continuidad histórica que brinda nuestro Partido; lo que nuestro pueblo quiere expresar en el día de hoy es que siente y que comprende que la Revolución es más fuerte y la Revolución es más segura que nunca.

Lo que nuestro pueblo siente y expresa es esa convicción de que el país ha avanzado, que la Revolución es indestructible, que la Revolución se organiza, se institucionaliza y avanza hacia el porvenir, sin que ya nada ni nadie la pueda detener. Lo que nuestro pueblo expresa es la confianza en sí mismo, la convicción que alberga acerca de su porvenir. Nuestro pueblo expresa hoy la seguridad en el futuro, que ve a través de su Partido, el Partido Comunista de Cuba.

Nuestro pueblo sabe quiénes integran el Partido, sabe que esos militantes fueron seleccionados en los centros de trabajo con la activa participación de las masas; sabe que en el Partido militan los mejores obreros, sabe que en el Partido militan los mejores ciudadanos, y sabe que para el Congreso los comunistas eligieron entre los mejores comunistas para trazar la línea del Partido. Y por eso, nuestro pueblo se siente representado en el Partido.

Pero además, las tesis más importantes fueron discutidas con todo el pueblo. El pueblo participó en la elaboración de esas tesis y en la elaboración de la política de los años futuros. ¡Y por eso sabe que las tesis y los acuerdos del Congreso son sus tesis y son sus acuerdos!

Si allí en el "Carlos Marx" se reunió el Congreso del Partido, aquí en la Plaza de la Revolución se reúne el Congreso del pueblo para expresar su apoyo a los acuerdos del Congreso. Pero si allí votamos, aquí debemos votar también. Si allí discutimos y aprobamos todas las tesis, aquí, en representación de todo el pueblo, debemos también votar, y preguntarle a nuestro pueblo si apoya o no apoya los acuerdos del Congreso.

Como ustedes saben, el Congreso ha elegido a los miembros del Comité Central del Partido, seleccionando a los compañeros que por sus méritos y su capacidad deben desempeñar esas funciones.

Ahora, compañeros, deseo expresarles nuestro criterio de que el Congreso se ha desenvuelto espléndidamente bien, que ha sido una reunión muy seria, que los documentos elaborados y acordados son magníficos, y que nos trazan un camino claro para los años futuros.

El Congreso nos ha permitido ver todo lo que ha avanzado nuestro país en estos años; nuestros éxitos y nuestros errores también, que fueron analizados diáfanamente.

El Partido, representado en el Congreso, y el pueblo, han manifestado su confianza grande en los dirigentes de la Revolución. No se piense jamás, compatriotas, que esa confianza, ese cariño y ese honor nos llevará jamás al envanecimiento.

Como decíamos hoy en la clausura del Congreso, nosotros, los hombres que aquí estamos, no somos más que humildes herederos de generaciones enteras de cubanos que durante más de 100 años han luchado por la justicia, por la libertad y por la dignidad de este pueblo.

Hemos vivido una época en que a algunos hombres les ha correspondido el papel de símbolos, les han correspondido destacadas tareas, y han recibido inmensos honores, que van mucho más allá de sus modestos méritos. Surgíamos prácticamente de la nada, de la ignorancia, de la incultura, de la diferencia de clases, de la diferencia de instrucción y de conocimientos. Desde entonces estamos haciendo una profunda revolución que hace desaparecer en todos los sentidos las diferencias entre los hombres, una revolución que nos hace cada vez más iguales, que nos brinda el acceso a los conocimientos y a la cultura, y nos brinda, sobre todo, el acceso a una ideología revolucionaria.

Podríamos decir que hay desigualdad todavía en los honores, que hay desigualdad en los prestigios, que hay desigualdad en la autoridad. Pero que nos encaminamos hacia un futuro de igualdad en todos los aspectos de la vida, e incluso de igualdad en el prestigio, de igualdad en la autoridad y de igualdad en los honores.

Hemos llegado hasta aquí como resultado del esfuerzo de un pueblo entero, generación tras generación. Hemos llegado hasta aquí como resultado del esfuerzo y de la lucha de millones de compatriotas. Y aún escuchamos nuestros nombres: mi nombre, el nombre de Raúl, el nombre de los compañeros del Buró Político y del Comité Central. Sepan que nosotros sabemos muy bien que esos nombres no significan otra cosa que los símbolos, las palabras con que el pueblo quiere expresar sus propios méritos y su propia obra.

Para expresar cómo nos sentimos nosotros hoy, en este día glorioso en que culmina nuestro Primer Congreso, en este día feliz —tal vez el más feliz de toda la Revolución, porque nunca como hoy hemos visto tan segura y tan perdurable la obra de la Revolución—, nos sentimos como gotas de agua en este mar de pueblo.

Nuestro futuro se presenta halagador, se presenta claro. Hoy somos libres, hoy somos dueños absolutos de nuestro destino, y por eso podemos construir ese futuro. Llegaremos tan lejos cuanto seamos capaces de llegar.

Empezaron nuestras luchas en el colonialismo, las continuamos bajo el capitalismo; hoy construimos el socialismo. Y esa lucha nos une, nos hermana, nos identifica unos a otros; ha hecho que nuestro pueblo en su conjunto se supere y que cada uno de nosotros individualmente seamos mejores. Pero no nos detendremos aquí. Seguiremos adelante. ¡Construiremos el socialismo! Y sin que nadie nos pueda acusar de soñadores, ¡nuestro pueblo llegará al comunismo!

Estos años han sido de avances ininterrumpidos, de superación continua. El avance futuro, la continua superación, los garantiza nuestro glorioso Partido.

Una nueva etapa de la Revolución se inicia con este Congreso. El camino hasta aquí no ha sido fácil, pero lo hemos andado. El camino futuro tampoco será fácil, pero lo andaremos mejor todavía. Ese camino lo ha trazado el Congreso con nuestra Plataforma Programática, con nuestra Constitución y con todas las tesis y resoluciones acordadas.

Junto a Raúl Castro en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). Foto:
Radio Rebelde

Pero, además, este Congreso ha reflejado la extraordinaria unidad de nuestro pueblo y de nuestro Partido. Y ha sido un Congreso profundamente justo y profundamente humano.

El Buró Político se ha ampliado, y ustedes han estado pronunciando los nombres de esos compañeros. Y efectivamente, tenemos cinco nuevos miembros del Buró Político: el compañero BIas Roca, el compañero José Ramón Machado Ventura, el compañero Carlos Rafael Rodríguez, el compañero Pedro Miret y el compañero Arnaldo Milián.

Tuvo a su cargo la presentación de la candidatura a Primer Secretario del Partido el compañero Fabio Grobart. Y lo menciono, entre otras razones, porque no podemos olvidar aquellos días del pasado capitalista cuando a Fabio Grobart lo presentaban como un tenebroso agente de Moscú, organizador del Partido Comunista de Cuba, conspirador inveterado, personaje de leyenda y culpable de cuantas huelgas, protestas, manifestaciones y luchas había en nuestro país; Fabio Grobart, un viejo comunista que participó en la fundación del primer Partido Comunista de Cuba, sastre de profesión, polaco de nacimiento y ciudadano del mundo, como todos los comunistas.

Esas eran las teorías, las invenciones fabulosas que hacían los reaccionarios y los imperialistas en el pasado. Como calumniaban a BIas Roca, zapatero de profesión, elevado a las más altas cumbres del pensamiento político y del pensamiento revolucionario; porque, para los burgueses, llamar zapatero a alguien era una ofensa. O al compañero Carlos Rafael Rodríguez, al cual —desde luego— los burgueses respetaban, y decían que era una inteligencia, una eminencia —lo cual yo no estoy desmintiendo—; pero decían que era una lástima que fuera comunista.

¿Quién les iba a decir a los burgueses y a los reaccionarios que hoy todos seríamos comunistas? ¡Qué lástima para los burgueses! Que hoy todos enarbolaríamos las banderas del marxismo-leninismo, y que hoy un pueblo entero lucharía, con sus rojas banderas, por el socialismo y por el comunismo.

Esto no es obra de nadie, ni podía ser obra de nadie; es obra de la justicia de nuestra causa, de la justicia de nuestras ideas. Somos fuertes, y somos todo un pueblo unido, porque las ideas que inspiran nuestra lucha son las ideas más humanas y más justas. Solo esas ideas habrían podido obrar el milagro de levantar y de unir a un pueblo entero; a un pueblo en el pasado explotado, en el pasado más remoto casi un pueblo de esclavos, más adelante un pueblo de obreros asalariados donde la más ultrajante diferencia de clase imperaba, donde la injusticia, el abuso y la explotación eran el principio supremo. Y ese pueblo muestra hoy esta unidad y esta fuerza, porque nuestras ideas son las ideas más humanas y más justas. Y no solo son las ideas de nosotros, los cubanos; son las ideas de todos los pueblos progresistas de la tierra, ¡son las ideas de todos los revolucionarios del mundo!

Por eso, nuestra fuerza no es esta sola fuerza, sino que es la fuerza unida de todos los pueblos del mundo. Y eso es lo que hace invencible la causa de la liberación nacional, la causa de la justicia social, la causa del socialismo y del comunismo. Nosotros solos no habríamos podido jamás llegar hasta aquí, no habríamos podido jamás ser lo que somos hoy; pero hemos llegado, y somos lo que somos, porque formamos parte de la humanidad progresista y revolucionaria.

Por eso, al efectuar este acto de masas, al disfrutar este día glorioso y feliz, al expresar nuestro júbilo como un símbolo de la solidaridad internacional, debemos expresar nuestro más profundo sentimiento de reconocimiento y gratitud al hermano y heroico pueblo de la Unión Soviética, cuyo Partido nos apoyó decididamente, enseñándonos de una manera concreta e irrebatible lo que es el movimiento revolucionario mundial y lo que es el internacionalismo proletario. Junto a la Unión Soviética, nos apoyaron los países de la comunidad socialista, nos apoyaron los movimientos progresistas de todo el mundo.

Nosotros solos, absolutamente solos, no habríamos podido vencer el bloqueo, no habríamos podido derrotar las agresiones imperialistas, no habríamos podido disfrutar este día victorioso de hoy. Y es que la causa de la independencia nacional de Cuba, iniciada en 1868, solo pudo ser realidad cuando se vinculó estrechamente con el movimiento revolucionario mundial. ¡Y esa solidaridad ha hecho posible la Revolución Cubana, ha hecho posible la independencia de nuestra patria, ha hecho posible el socialismo en Cuba; ha hecho posible nuestra victoria!

Hace unos minutos ustedes decían: a los yankis dales duro. No es que nosotros queramos darles duro a los yankis por gusto. Es que el imperialismo yanki se merece que le den duro.

Al hacer la clausura de nuestro Congreso, nosotros comentábamos unas declaraciones del Presidente de Estados Unidos, en las que decía que la ayuda de Cuba al pueblo de Angola cancelaba las posibilidades de una mejoría en nuestras relaciones con Estados Unidos. Es una cosa extraña, porque cancelaba lo que hace rato que los imperialistas tenían cancelado.

No es necesario repetir aquí las cosas que dijimos en el Congreso, y que seguramente serán publicadas en la prensa.

Es increíble que los yankis, es decir, los imperialistas yankis —porque nunca confundimos al pueblo norteamericano con los imperialistas, y cuando hablamos de yankis, hablamos de los imperialistas yankis—, pretendan pedirnos cuentas de nuestro apoyo solidario al pueblo de Angola, como hace unas semanas nos pedían cuentas del apoyo a Puerto Rico, si nuestra bandera y la bandera de Puerto Rico son prácticamente las mismas; si Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano para la independencia de Cuba y para luchar por la independencia de Puerto Rico. Y ahora dicen que se cancelan las posibilidades de las mejorías de relaciones. ¿A estas horas? Después que lo cancelaron todo y ya no les queda nada por cancelar.

Al principio bastante que fastidiaron con sus cancelaciones, cuando todos los equipos, todas las fábricas, todos los transportes eran yankis, y nos cancelaron las piezas de repuesto; pero cuando ya por suerte —¡por suerte!— no dependemos de ellos para nada, ni en el comercio, ni en los abastecimientos ni en nada, si ya salimos victoriosos, ahora, después de la victoria, ¿con qué nos pueden amenazar? ¿Con cancelar qué cosa que no hayan cancelado inútilmente antes?

Con relación a Cuba, puesto que los imperialistas no tienen cosas concretas que cancelar, no les queda más remedio que cancelar cosas abstractas. Con la solidez de la Revolución, con el desarrollo de nuestras relaciones con todo el mundo, con nuestros sólidos vínculos con el CAME y con la Unión Soviética, garantizado en este país el combustible, garantizados en este país el trigo, los alimentos, los equipos, las inversiones industriales, ¿con qué nos pueden amenazar los imperialistas? ¿Qué nos pueden quitar que no nos hayan quitado? ¡Nada! Eso se puede llamar impotencia absoluta. Esa es la situación.

Pronuncia discurso durante la clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en la Plaza de la Revolución "José Martí". Este acto fue de un simbolismo muy grande, nuestro pueblo se reunió para expresar su apoyo a los acuerdos del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). Foto: Estudios Revolución

Claro que nosotros somos partidarios de una política de paz, de coexistencia pacífica, e incluso de relaciones con regímenes de diferente sistema social. Eso está en nuestra política leninista. No somos nosotros. ¡A qué viene ahora amenazarnos, o pretender que nosotros volvamos a ser un sumiso lacayo del imperialismo yanki!: ¡Que renunciemos a nuestro deber de apoyar a Puerto Rico! ¡Que renunciemos a nuestro deber de apoyar el movimiento revolucionario mundial! ¡Que nosotros seamos unos traidores a la causa del internacionalismo proletario! ¡No! ¡Jamás! Porque sin internacionalismo proletario no habría existido la Revolución Cubana, y sin internacionalismo proletario habríamos dejado de ser revolucionarios.

¿Y cuál es ahora la manzana de la discordia? Estos yankis eran los dueños de América Latina, y América Latina no quiere más dueños. Y poco a poco se levanta, y poco a poco conquista su independencia. Nos quisieron aislar de América Latina; lo consiguieron un tiempo, pero nuestros vínculos se desarrollan. Nos quisieron aislar del resto del mundo; pero nos vinculamos con el mundo, con el campo socialista, con los países subdesarrollados, con Asia, con Africa.

Y ahora la manzana de la discordia es Angola. Los imperialistas pretenden prohibirnos que ayudemos a nuestros hermanos angolanos. Pero debemos decirles a los yankis que no se olviden de que nosotros no solo somos un país latinoamericano, sino que somos también un país latinoafricano.

La sangre de Africa corre abundante por nuestras venas. Y de Africa, como esclavos, vinieron muchos de nuestros antecesores a esta tierra. Y mucho que lucharon los esclavos, y mucho que combatieron en el Ejército Libertador de nuestra patria. ¡Somos hermanos de los africanos y por los africanos estamos dispuestos a luchar!

En nuestro país existía la discriminación. ¿Quién no lo sabe? ¿Quién no lo recuerda? En muchos parques, por aquí los blancos y por aquí los negros. ¿Quién no recuerda que a muchos lugares, centros de recreación, escuelas, no dejaban entrar a los descendientes de africanos? ¿Quién no recuerda que en el estudio, en el trabajo y en todos los aspectos existía la discriminación? ¿Y quiénes son hoy los representantes, los símbolos de la más odiosa, de la más inhumana discriminación? Los fascistas y racistas de Africa del Sur. Y el imperialismo yanki, sin escrúpulos de ninguna índole, lanzó las tropas mercenarias de Africa del Sur para aplastar la independencia de Angola, y se indigna de que nosotros apoyemos a Angola, se indigna de que nosotros apoyemos al Africa, se indigna de que nosotros defendamos al Africa. ¡Por los deberes que establecen nuestros principios, nuestra ideología, nuestras convicciones y nuestra propia sangre, defenderemos a Angola y defenderemos al Africa! Y cuando nosotros decimos defendemos, lo decimos en serio. Y cuando nosotros decimos luchamos, luchamos en serio.

Que lo sepan los racistas de Africa del Sur y que lo sepan los imperialistas yankis. Formamos parte del movimiento revolucionario mundial, y en esa lucha de Africa frente a los racistas y frente a los imperialistas, sin vacilación alguna, estaremos junto a los pueblos de Africa.

Hay que ser cínicos para pretender condenar nuestro apoyo a Angola, cuando se marcha sobre ese pueblo heroico del brazo de los fascistas sudafricanos; una región del mundo donde 3 millones de blancos oprimen a 14 millones de negros, y que quieren imponer esa política en Rhodesia y la están imponiendo, y la quieren imponer en toda el Africa negra. Pero el Africa negra no la tolerará, no la resistirá. Es la subestimación de los imperialistas y de los reaccionarios hacia los pueblos; es el hábito de los mercenarios de hacer lo que les da la gana, de marchar con sus tanques y con sus cañones contra pueblos indefensos. Ya lo quisieron hacer aquí en Girón, y eso es lo que quisieron hacer en Angola. ¡Pero los angolanos no estarán indefensos!

Y Ford protesta, y Ford amenaza; o no amenaza; dice que se cancelan las hipotéticas y abstractas posibilidades de un mejoramiento de relaciones. Lo que tiene que hacer Ford es pedirle excusa al Gobierno Revolucionario de Cuba por las decenas de crímenes que contra los dirigentes de la Revolución preparó la CIA durante muchos años. Porque el gobierno de Cuba tiene derecho a esperar que el gobierno imperialista de Estados Unidos brinde una explicación y pida excusa por los tenebrosos y macabros asesinatos que preparó contra los dirigentes de la Revolución Cubana, en lo cual dieron prueba de cuán incivilizados son, de cuán bárbaros son y de cuán criminales son. Pusieron la técnica y la ciencia al servicio del asesinato. Y durante años enteros, de una forma inescrupulosa, sucia, indecente, ese Estado se dedicó a planear el asesinato de los dirigentes revolucionarios cubanos.

Lo que estamos esperando de Ford no es la cancelación de sus hipotéticas esperanzas o posibilidades de mejoramiento de relaciones con Cuba, sino es una excusa por los bochornosos, aborrecibles, vergonzosos crímenes que el gobierno de Estados Unidos preparó contra los dirigentes de la Revolución Cubana.

Nuestro pueblo no ha fallado jamás en el cumplimiento de sus deberes internacionalistas, y nuestro pueblo ha tenido una política consecuente de principios en toda su actuación.

¿Qué creen los imperialistas? ¿Que porque estamos interesados en el progreso social, en el progreso económico, nos vamos a vender porque nos compren un poco de azúcar y comprarles a ellos un poco de bisutería? ¿Qué creen los imperialistas? ¿Acaso no se dan cuenta de que el mundo cambia y que la época del chantaje pasó, que la época de imposiciones a este país pasó? Este país al que una vez le impusieron una Enmienda Platt y después decenas de gobernantes vendidos y traidores.

¿Que a este país de la Revolución le van a imponer algo? ¡No! Se equivocan. Y lo hemos planteado: aun cuando las relaciones económicas con Estados Unidos puedan ser útiles a nuestro país, esas relaciones no se restablecerán jamás, si es a base de renunciar a un átomo de nuestros principios.

Y creemos que en eso está de acuerdo nuestro pueblo entero. Y está de acuerdo no solo la presente generación, sino incluso las generaciones venideras.

Y si el imperialismo no puede mejorar las relaciones con Cuba, porque el capitalismo es incapaz de atenerse a normas internacionales; si el capitalismo es incapaz de respetar la libertad y la soberanía de otros pueblos, entonces es un problema de ellos: que renuncien al capitalismo y resuelvan el problema. Pero ahora no nos van a pedir a nosotros que renunciemos al socialismo, que renunciemos al internacionalismo proletario.

No somos nosotros los que nos oponemos intransigentemente a relaciones normales; pero si el capitalismo, prepotente, poderoso, no quiere nada, ni hablar, ni mirar para este pequeño país, esperaremos a que desaparezca el capitalismo en Estados Unidos.

Nosotros defendemos la coexistencia pacífica y las relaciones. Si ellos no quieren, ¡allá ellos! Afortunadamente, afortunadamente no los necesitamos para nada.

Queridos compatriotas: hacía tiempo que no nos reuníamos en esta Plaza. Hoy nos hemos reunido con motivo de un acontecimiento feliz: nuestro Primer Congreso, que ha sido verdaderamente un hecho histórico. Y siempre que nos encontramos en esta tribuna no podemos menos que admirarnos de nuestro pueblo, de su fuerza, de su cohesión, de su entusiasmo, de su ideología.

Nosotros, los privilegiados herederos de las luchas de generaciones de cubanos, hemos tenido más de una vez el placer, la felicidad, de contemplar un espectáculo como este. Más de una vez hemos tenido ocasión de sentir desde lo más profundo de nuestros corazones un infinito sentimiento de cariño y de admiración para nuestro pueblo.

Hoy solo quiero decirles —en esa convicción y en esa confianza de que nuestro camino, ancho y hermoso, se abre por delante— que este acto, este encuentro de hoy entre el Partido y las masas, entre el Comité Central y las masas, constituye uno de los acontecimientos más extraordinarios de nuestro proceso revolucionario, y uno de los días más felices de nuestras vidas.

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

Vea además:

Fidel: Una nueva etapa surge en la Revolución, después del Primer Congreso del PCC

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Vntura Carballido Pupo dijo:

    Este medular discurso del Líder Histórico de la Revolución no ha perdido ninguna vigencia. Es una rica fuente para tenerla presente en cuanto a fundamentar líneas de pensamientos , de la relación que tendrá el primer Congreso, y otros, con el octavo que será retador en relación al contexto actual de la sociedad cubana un poco complicada. El octavo Congreso del Partido Comunista de Cuaba por celebrar, fruto de la línea de pensamientos del máximo organismo político del, País, y bajo la égida glorioso del General de Ejército Raúl Castro, la práctica revolucionaria del Integrante del Buró Político y Presidente de la República, Miguel Diaz-Canel, debe toma en cuenta que podemos dar continuidad a una fase ya de institucionalización del proceso revolucionario, en una fase de seguridad, en una fase de garantía muy grande, porque ya la garantía no la dan los hombres, la dan las instituciones; también con el rigor del momento, y en situaciones muy difíciles, saldremos adelante.
    El héroe y prominente pensador cubano José Martí al sentenciar que ‘’la vida es el constante empleo; el agradecimiento por el roce; el obstáculo, jamás la caída , a no ser victoriosa y gloriosa ; la obra permanente; el ir , triunfo eterno, montaña arriba, roca adelante”; coincidentemente nos acerca al pensamiento, la forma y el estilo de cómo enfrentar en el ámbito de los debates, a los males de la Cuba de hoy, como elementos precursores con la batalla gigante que tenemos que librar en el octavo congreso de los comunistas cubanos a celebrarse en el abril próximo del año precedente, a ritmo de victorias.
    Ciertamente en este 8vo Congreso los comunistas cubanos sabrán poner en alto los principios que siempre nos han acompañado, analizando y adoptando las decisiones surgidas de nuestro aguerrido pueblo, donde una vez más quedara demostrado la estirpe de revolucionarios fieles y leales a nuestros héroes y mártires. Los delegados e invitados, como ha sucedido en los anteriores eventos luchando y venciendo, consolidaran en un marco de perdurabilidad la sociedad socialista, la mejor opción de los pueblos.
    Se impone al valorar los siete congresos que le precedieron desde la creación de su Comité Central y con sobradas razones en el convocado octavo evento partidista. lograr ajustarlo a una línea de pensamientos donde --por encima de todos— calificar estos eventos como parte indisoluble del pueblo, llevando a planos de realidad ese reconocimiento de responder fielmente a los sentimientos y al reclamo del soberano.

  • Vntura Carballido Pupo dijo:

    Hay que historiográficamente valorar los contextos y la situación muy especifica ocurrido en los congresos que antecedieron al que pronto celebraremos, enfocado en el contexto actual de las profundas complejidades reinante hoy en la sociedad cubana, por lo que es de suponer, que los temas a debate y las resoluciones que se dicten, tienen que ser creíble, que el pueblo las entienda para que la respalde con el accionar cotidiano. En tal sentido, pido a Cubadebate permita , que haga un recorrido por cada uno de los congresos del Partido Comunista de Cuba anteriores, sobre todo, para conocimiento de las nuevas generaciones de cubanos. No perder el optimismo. Seguir confiando, en Raúl, ese legendario General de Ejército, en Machado Ventura con 90 años y activamente sigue con el fusil al ristre. en Cueva Ramos, en Ernesto Santiesteban, y en tantos y tantos excelentes cuadros de la Revolución, y muy especialmente (Debe ser el que en lo adelante le toque la gran misión) en el joven revolucionario Miguel Diaz-Canel Bermúdez, hombre laborioso, valiente, que inteligentemente con el uso de la ciencia, en medio de limitaciones, en la calidad de vida del Cubano, fruto del férreo bloqueo y nuestras deficiencias, la pandemia, está haciendo historia en Cuba. Todo ello tiene que ser una máxima. No hay mejor sistema para los pueblos, mejor opción que el que tenemos hoy en nuestra isla Mayor. Sí me preguntaran donde estriba la gran misión de los revolucionarios cubanos de hoy, sería: Ejemplaridad de todos los actores. Ejemplaridad de los Militantes. Ejemplaridad ciudadana, apegados a la ética y a la moral. Voy con una breve síntesis de los congresos anteriores. Sobre los congresos anteriores
    Cada congreso marca un rumbo para el país en un momento histórico determinado. La experiencia revolucionaria demuestra que no siempre son los mismos temas los que se abordan. El arranque de estos eventos en Cuba a partir de su Primer Congreso, celebrado en La Habana entre los días 17 al 22 de diciembre de 1975 ,luego de más de tres lustros del triunfo revolucionario, resultó un evento matizado con una fuerte carga crítica y autocrítica.
    Por todo ello ‘’creemos realmente que los dirigentes revolucionarios tenemos que estar constantemente analizándonos y autocriticándonos, si no en público, en privado. Siempre debemos estar ajustando cuentas con nuestras conciencias. Y nunca, jamás, podemos estar conformes con nosotros mismos, porque el hombre que esté conforme consigo mismo no es revolucionario’’.5
    En el II Congreso celebrado del 17 al 20 de diciembre de 1980, en el Palacio de las Convenciones de La Habana, se expuso un balance del período entre 1975 y 1980, así como las proyecciones futuras para el quinquenio 1981-1985 y las líneas generales de la política nacional e internacional.
    ‘’El III Congreso celebrado entre el 4 y 7 de febrero de 1986, en La Habana, refleja en su informe, con objetividad, con un magnífico análisis crítico, el trabajo realizado en el cumplimiento de las directivas del quinquenio 1981-1985. Destaca los logros en el desarrollo económico y social del país, en el nivel de vida de la población, las tareas de la defensa de la patria, el fortalecimiento de la conciencia revolucionaria; la labor de las organizaciones políticas, sociales y de masas, el papel dirigente del Partido y la posición de Cuba en el ámbito de la política internacional.’’6
    Fuera de la Capital, en Santiago de Cuba ‘’entre los días 10 al 14 de octubre de 1991, el IV Congreso tuvo lugar en uno de los momentos más difíciles del país; en pleno periodo especial. No se presentó un informe escrito, se presentaron ideas y planteamientos del momento, noticias frescas, apartándose de todo formalismo’’.
    Del 8 al 10 de octubre de 1997 se celebró el quinto cónclave partidista, aprobado como hecho singular, el documento: EL PARTIDO DE LA UNIDAD, LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS HUMANOS QUE DEFENDEMOS, el cual fue el resultado de un proceso de consulta en los meses previos al Congreso en 1997, donde participaron seis millones y medio de cubanos mayores de 14 años.
    Del 16 al 19 de abril de 2011 se celebra el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba. A las discusiones finales de dicho congreso asistieron mil delegados y cientos de invitados. En este cónclave se concretaron dos importantes resoluciones nacidas de este evento: Resolución sobre los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución y el sobre la Convocatoria a la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba
    Como aspectos trascendentales del VII Congreso del Partido, celebrado en abril de 2016, el Comité Central del Partido quedó compuesto por 142 personas. Su Primer Secretario resultó el General e Ejército Raúl Castro y en el fueron enriquecidos los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido, que ya se está implementando en la actualidad como parte de la tarea Ordenamiento

  • Ada Yunia Oliva Feria dijo:

    Es cierto para nuestro pueblo nada ha sido fácil, pero tenemos la fuerte convicción que vamos a vencer con patriotismo, humanismo, altruismo y mucha ciencia,, " así como que no venceremos*

  • Orlando dijo:

    Copio. Palabras con tremenda vigencia

    Lo que nuestro pueblo siente, experimenta en este acto, es esa sensación de seguridad, de continuidad histórica que brinda nuestro Partido; lo que nuestro pueblo quiere expresar en el día de hoy es que siente y que comprende que la Revolución es más fuerte y la Revolución es más segura que nunca.

  • DIOSMEL Rosales Claro dijo:

    Patria o muerte

  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    Masa y Partido unidas en una misma causa, unión indestructible que es la columna vertebral de la Revolución Socialista cubana. Las banderas del marxismo— leninismo continuarán dando la luz al camino cubano al socialismo, la ciencia revolucionaria que puede explicar las complejidades del proceso de transición socialista en nuestras condiciones históricas. El compromiso de no renunciar jamás al principio del internacionalismo con otros pueblos en sus luchas contra el imperialismo. Somos comunistas porque creemos, con ciencia y cultura, en el proceso de superación de la logica de organización social del capital, porque creemos que otro mundo mejor es posible.Vivan las ideas de Fidel, viva su ejemplo, viva el Partido Comunista de Cuba.

  • Juan Leal Rodríguez dijo:

    Es una tarea fuerte, pero sugiero la lectura de los 7 discursos de cláusura correspondientes a los 7 Congresos del PCC efectuados. Así comprenderemos mejor el VIII, proximo a celebrarse, y continuaremos apropiandonos del pensamiento de nuestro lider Fidel.

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Fidel Castro Ruz

Fidel Castro Ruz

Líder histórico de la Revolución Cubana. Nació en Birán el 13 de agosto de 1926 y murió en La Habana, el 25 de noviembre de 2016. Ha escrito numerosos artículos, reflexiones y libros sobre la situación mundial, la historia de Cuba y su actualidad.

Vea también