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Máximo García: “Es un negocio ser zurdo hasta para pitchear” (+ Video)

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Máximo García, exlanzador. Foto: Angélica Arce Montero/ Cubadebate.

Próximo a cumplir sus 84 años de vida, el matancero Máximo García preserva hace más de seis décadas un tesoro. En un álbum guardado con mucho recelo por su esposa Siria, y escondido de las travesuras de su hija Isis, salvaguarda gran parte de su carrera deportiva.

Estadísticas, fotografías suyas y de compañeros, recortes de periódicos y revistas, ambiente de los 50' y principios de los 60'... Mucho que contar en más de cien páginas que, si no lo contienen todo, al menos sí aquellos recuerdos de los que todavía hoy siente orgullo beisbolero.

Antes de comenzar a grabar, insiste en la importancia del béisbol amateur, y asegura que, aunque jugó en el profesionalismo, de Cuba nunca se fue “porque ama este país”.

-Sus inicios en el béisbol…

“Comencé jugando con pelotica de trapo como todos los muchachos de aquella época. Con nueve años vine para La Habana y empecé a jugar en la calle. Viví en el Vedado hasta que me casé. Con poca edad, unos 11 o 12 años, tiraba bastante duro y tenía muy buena curva, aunque en aquellos tiempos no se medía la velocidad.

“Ya después que entré en la escuela participé en torneos mundiales. Cuando pasaron algunos años era un zurdo con muy buen control de los lanzamientos. Eso me sirvió para ganar más de lo que perdía”.

Máximo en la etapa juvenil. Foto: Cortesía del entrevistado.

-¿Cómo resume su paso por el profesionalismo?

“Cumplí 19 años y comencé a jugar profesional. Fue mi primera temporada en el béisbol. Estuve como un mes y pico, o dos, porque ya el campeonato había empezado. Entonces, me llevaron para que participara aunque sea al final de año. Eso fue en Mérida, Yucatán, 1955.

“En 1956 participé en una selección de menos nivel, clase C. En este equipo en Fresnillo, México, tuve actuaciones relevantes. En 1958 fui segundo pítcher de la Liga Mexicana. Eso fue en verano, y en invierno, estando en Nicaragua, tuve un magnífico desempeño. Picheé cuatro juegos del play-off efectuado en siete días, y fuimos campeones.

“Más tarde, el 31 de diciembre de ese año, picheé y gané. Entonces, vinieron unos compañeros que me dijeron: 'Oye, triunfó la Revolución'. Y pensé: 'Mira qué cosa más bonita. Tengo inclusive el periódico donde dice: 'Los fidelistas están de plácemes, Fidel, Fidel Castro, Fidelidad. Ah, porque casualmente el lanzador que me relevó se llamaba Fidel Álvarez. Pero lo más curioso es que ya en esa fecha se hablaba de Fidel en el extranjero.

“En 1963 formé parte del equipo Campeche, aquí también está el recorte del periódico. Lancé los últimos juegos del play-off y gané los dos. Fuimos campeones en esa campaña. Luego estuve con el plantel hasta 1966, cuando me retiré. Pero hay algo interesante: jugando pelota, cuando venía para Cuba, fui entrenador de la primera Serie Nacional en 1962”.

-¿Qué recuerdos tiene de ese momento?

“Estaba ese día en el Latino. La inauguración fue preciosa. Había demasiado entusiasmo en el país. Gran cantidad de fanáticos. Se llenó el estadio. Además, muy buenos peloteros, como todos los de esa época. Eran solo cuatro equipos: Azucareros, La Habana, Occidentales y Orientales.

“La mayoría de esos jugadores eran viejos y yo joven. Tenía 25 años. Ellos 40 y pico, 50... Estaba Fermín Guerra, mánager del equipo La Habana, y Castaño, que era el de Azucareros, donde me desempeñaba como entrenador. Todos fallecieron, nada más quedo yo. Estoy aguantando, en la lucha.

“En Cuba jugué hasta 1961, el último año que hubo liga profesional. Luego, cuando venía de vez en vez al país, porque jugaba en la Liga Mexicana, estuve varios años en la reserva.

“Era un muchacho. Actué como en seis o siete juegos. En 1965, como novato, gané un encuentro y perdí tres. El primer partido que relevé lo perdí 2x0, pero la prensa habló más de mí que del pítcher vencedor. Esa temporada me fui para Nicaragua, trabajé allá, y fuimos campeones.

Entrenando a niños en el Bosque de La Habana. Foto: Cortesía del entrevistado.

-De sus años como entrenador…

“He trabajo mucho con niños. Siempre que venía para Cuba lo hacía. Esa era mi especialidad, como la de otros que jugaron profesional y se quedaron aquí. En el exterior también lo hice. Estuve en Brasil, Sudáfrica y Panamá.

“Tengo muy gratos recuerdos de cuando trabajé en el Bosque de La Habana con pequeños de nueve a 12 años. Al mismo tiempo, asesoraba a los equipos Cuba, como cuando fuimos a jugar contra los Orioles de Baltimore.

Hoy continúo preparando a las categorías infantiles y soy vicepresidente de la Comisión de Atención Atletas Profesionales del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder).

-¿Qué cree del béisbol cubano?

“Uno como pelotero a veces no puede decir todo lo que sabe o lo que piensa porque eso da sentido de que uno sabe o es mejor que los demás, pero Cuba ha tenido un trabajo magnífico en el béisbol amateur.

“Antes del triunfo de la Revolución teníamos muchos conjuntos amateurs que fueron integrados por grandes peloteros como Pedro Chávez. Al triunfar la Revolución no se cobraba, los peloteros jugaban porque les gustaba. Había tremendo nivel y fueron campeones en el exterior casi todos los años. Actualmente los atletas no reciben dinero por jugar, sino que ganan el dinero de su trabajo.

“La pelota ha tenido sus altas y bajas. Los jugadores de los años 60' tenían una calidad extrema. Podían competir contra cualquier equipo profesional. La prueba está en que se ganaban todos los torneos en el exterior. Actualmente hay su bachecito, no es que esté mal, sino que hace falta un poquito de impulso, porque son 16 conjuntos.

“Antes eran menos y por eso había más calidad. Muchas veces la gente no se da cuenta del porqué de las cosas. Mientras más cantidad de selecciones hay, menos posibilidades existen de tener tanta gente de nivel, pero pienso que la pelota cubana sí va a ir adelante. El cubano sabe jugar, y hay compañeros que tienen conocimientos y dominio del juego”.

Recorte de periódico de cuando García dominaba en la Liga Mexicana, a finales de los 50. Foto: Cortesía del entrevistado.

-Elementos claves en el control…

“Lo primero que debe hacer un lanzador es aprender la mecánica. Eso es fundamental. No solamente el que tira duro es el que gana los juegos. Quien gana, tira donde el bateador le cuesta trabajo.

“Se debe saber que el bate tiene fortaleza solo en la parte delantera, y que cuando los lanzadores tiran cerrado o bajito, o afuera y bajito, le cuesta más al bateador conectarle a la bola.

“No es pesarlo, sino hacerlo. Por eso se deben dominar los tipos de lanzamientos. Para esto hay que tener una buena caída y entrenar bastante. Tirar y tirar. Esto permitirá adaptar el brazo.

“El control está en la mecánica. Todo el mundo necesita poner el pie en el lugar que va, el brazo como lo tiene que sacar. Hoy nuestros lanzadores tienden a irse para un lado, saltar un poco.

“La mecánica de un pítcher no es como la de un primera base. El lanzador tiene muchas cosas que hacer. Es levantar, agarrar, tirar, caer, y para eso tiene que prepararse.

“Lo primero que tiene que hacer un pítcher cuando llega al terreno es echar un poquito de tierra y ver para dónde va el aire. Si el aire está soplando para acá y soy zurdo, no puedo tirar curvas porque el aire me aguanta la bola.

“Hace un tiempo estuve trabajando en Inglaterra, como un mes, junto a Barroso. Él le daba clases al hijo del embajador de ese país. Un día en el entrenamiento los puse a todos atrás y les dije: 'Voy a tirar una bola que va a ir para acá y voy a tirar otra que va a ir para allá, sin curvas, por el movimiento del agarre de la bola'. Y me dijeron: '¿Y esto qué cosa es?'. Les contesté: 'Porque el agarre tiene su función y las costuras también'. No es lo mismo que usted coja una bola por las cuatro costuras, que por dos, no es la misma resistencia al aire ni el movimiento”.

Máximo García, exlanzador zurdo. Foto: Cortesía del entrevistado.

-El pitcheo zurdo en Cuba…

“En todas las épocas siempre han existido más derechos que zurdos. Eso no es un problema nuestro, sino de todos los equipos. Tú ves cualquier selección de Grandes Ligas, y hay nueve derechos contra uno o dos zurdos. El zurdo escasea en el béisbol. Muñoz es uno solo, Changa también lo fue. Es muy difícil encontrarlos y, cuando lo haces, hay que prepararlos desde niños.

“A muchos zurdos no les gusta la pelota, prefieren la natación, el baloncesto, mientras que derechos son casi todos y tienen más posibilidades. Los pítcheres zurdos normalmente son medios trastornados, locos, no son fáciles. Entonces, es una necesidad irlos a buscar al campo. Ese es el trabajo que siempre he aconsejado: 'Mándenme que voy en una carreta'. Ellos están haciendo lo suyo.

“Desde que triunfó la Revolución hasta la fecha, el 90% de los mejores lanzadores son derechos y el 10% zurdos, pero cuando hay un zurdo bueno... Yo le di clases a Changa Mederos. Lo ayudé cantidad junto a otro compañero, que ya falleció. Íbamos, hablábamos con él, le explicábamos cómo era la cosa.

“Un día le tiré una foto y le pregunté: '¿Por qué tú tiras bolas?'. No me respondió, y le dije: 'Porque caes mal', y después mira la clase de pítcher que fue. La mayoría de los serpentineros cubanos han sido magníficos, el no hit no run de Villa Clara, Moinelo. Por cada 10 o 20 derechos hay un zurdo con calidad. Una cosa es ser zurdo y otra de calidad.

“Hay que irlo a buscar, y si soy un entrenador zurdo seré el que mejor enseñe a un pítcher que tire con esa mano. Yo sí puedo decirle: 'Esto es así e irle buscando sus armas'. Eso lo hice una vez. En 1993 estuve en Guantánamo buscando nivel. Ahí traje para La Habana a varios jugadores, que llegaron a hacer el equipo Cuba, y lo hicieron bien.

“Los zurdos son wild pitch casi todos, pero con nivel son muy difíciles y ganan fácil los juegos de pelota. Los derechos no están acostumbrados a verse contra pítcheres zurdos. Es un negocio ser zurdo hasta para pitchear.

“El pítcher no puede dejar de lanzar. El día que no juegue tiene que tirar sus lanzamientos y él mismo pensar: 'Voy a tirar bajito y por fuera. Voy a tirar alto y pegado', y ver si lo hace. Eso es fundamental, además de tener calma y tener la mente en lo que están haciendo. A veces, están en el terreno de pelota y no atienden a lo que está sucediendo”.

Hablando de béisbol se pasa la vida Máximo García, o Max, como le suelen decir familiares y amigos. No pierde la costumbre de hacer anotaciones, seguir a los lanzadores más destacados de la 60 Serie Nacional o de Grandes Ligas.

Su hija Isis, con necesidades educativas especiales, se sabe de memoria anécdotas como la de Barroso en Inglaterra o que si en tal año cantaron bola y debió ser strike. Como en las páginas de su álbum, en su casa del muncipio habanero de Playa, el béisbol renace porque el cubano sabe jugar y “lo hace bien”.

Foto del álbum de Máximo donde aparece su hija Isis durante un entrenamiento en el Bosque de La Habana.

Máximo García, fundador de la primera Serie Nacional de Béisbol. Foto: Angélica Arce Montero/Cubadebate.

 

Tras resultar vencedor como entrenador en un torneo donde participa la colonia japonesa radicada en Brasil. Foto: Cortesía del entrevistado.

Algunas estadísticas de Máximo tras su paso por la Liga Mexicana. Foto: Angélica Arce Montero/Cubadebate.

Máximo García. Foto: Cortesía del entrevistado.

En video, declaraciones de Máximo García sobre el pitcheo zurdo

 

Angélica Arce Montero

Angélica Arce Montero

Periodista de Cubadebate. Graduada de Periodismo en la Universidad de Pinar del Río (2014). En 2019 se habilitó como narradora-comentarista deportiva (ICRT). Máster en Entrenamiento Deportivo (2020). Colaboradora del programa televisivo Mesa Redonda.

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