Cubadebate

Raúl Torres. Foto: Cubadebate/ Facebook.

La cubanía que lo habita se vuelve ‒con velocidad fascinante‒ composición, melodía. Como si en algún lugar muy especial de sí, hubiese una isla dictándole letras, confesándose canción. Sabe, como pocos, disparar verdades, movilizar emociones, llegar al alma.

Raúl Torres, pudiera decirse, nació para contarnos la vida en una canción y defender sueños desde la profundidad de sus composiciones. Preferiblemente, guitarra en mano; ineludiblemente desde el corazón.

A propósito de su más reciente creación musical, Cubadebate quiso que Raúl develara, en voz propia, detalles e intimidades de su Cubanidad. Incluso lejos de La Habana (desde ese Camagüey que me atraviesa siempre la nostalgia y el cariño, mi Camagüey), accedió al desafío de esbozar un retrato “en letras” de la canción que dio (a) luz al video clip.

—La cubanidad y, de manera particular, “la cubanía plena, sentida, consciente y deseada” que distinguía Fernando Ortiz son transversales en su creación artística. ¿Qué lo motivó a dedicarle un espacio especial a esa Cubanidad como condición más genérica?

Me motivó una reforzada atmósfera de solidaridad y hermandad que percibí en este tiempo adverso, en los momentos en que hemos tenido que permanecer distantes, un pueblo acostumbrado a estar tan cerca unos de otros y a carnalizar el afecto y el cariño con abrazos y con besos.

Creo que eso fue lo que me llevó a escribir la canción Cubanidad, teniendo en cuenta siempre a todos los cubanos de bien que quieren una Cuba próspera, pero sin ataduras y sin volver a viejos modelos y sistemas.

Cubanidad, en su espíritu ecuménico, es una invitación al concilio.

—Las colaboraciones de artistas que encarnan esa dimensión conceptual de la cubanía, le imprimen una fuerza otra, inspiradora, identitaria al video. Cuéntenos sobre las sinergias, el proceso creativo y las lecturas a las que invita esta canción hecha y defendida a muchas voces y manos....

Dado que la canción en su proceso de composición fue inclinándose al género popular bailable, pensamos que lo mejor para desarrollar su orquestación era invitar a grandes exponentes de esta música en nuestro país, tanto instrumentistas como cantantes.

El arreglo realizado por Michel Herrera no pudo tener mejor acierto. Luego su producción en el momento de la grabación, con su presencia permanente en cada ejecución, garantizó que el producto final fuera la idea que se pensó en el principio.

Foto: L. Eduardo Domínguez/ Cubadebate.

Hace dos meses recibí una llamada del director del Centro Nacional de Música Popular, Víctor Rodríguez, con la idea de hacer una canción que reflejara la realidad cubana y, sin querer, estábamos coincidiendo en iniciativa en aquel momento. Ya yo tenía entonces cierto camino andado, pero su llamada me incentivó a terminar la canción, la que inmediatamente le hice llegar con una grabación a guitarra y voz.

Fue recibida por él y por Michel muy positivamente. Ellos fueron los encargados entonces de reunir e invitar a todos los músicos que participaron, en lo que fueron muy certeros.

—La canción, y en consecuencia el clip, se dibujan como un abrazo, un viaje a las esencias que no podemos perder en el camino; una invitación a las raíces y a lo que nos une en nuestro ADN de cubanos, pero también está muy aterrizada en el presente; una canción necesariamente de futuro... ¿Cómo la siente y la defiende Raúl Torres?

Siento esta canción como una especie de mensaje atemporal. Sus versos probados llegan a tocar todas las sensibilidades. Por eso, y sin querer, funciona tanto en momentos de crisis como en momentos de esplendor y alegrías. Por lo menos, quisiera que se viera así, porque es el espíritu que defiendo en ella.

Creo que es una presea que llevan las canciones que se hacen desde la sinceridad y desde la inspiración de un pueblo luchador, humilde, sufrido y alegre como lo es el pueblo cubano.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

—En su cosmovisión como artista, ¿cuán imprescindible es la cultura para entender y asumir la cubanía y cuán esencial es, en la Cuba de hoy, adentrarnos en ese viaje interior y colectivo desde la cultura para (re)pensar la nación bajo los mismos principios?

Nosotros los seres humanos creamos el medio. Los demás seres vivos lo utilizan. Por lo tanto, creo que la cultura radica en el poder creativo de cada uno de nosotros, pero en el caso de Cuba hemos sido capaces de crear un hábitat cultural tan rico, diverso y auténtico que nos diferencia y nos enmarca en el ámbito universal con un estilo propio de expresión, lo que nos hace identificarnos en cualquier lugar del mundo en el que viva un cubano o una cubana.

No podemos poner diques en la creciente transculturación e intercambio de influencias culturales que hoy en día se sucede de modo global, pero tendremos que enaltecer y priorizar aquellos espacios, manifestaciones y grupos que sean representativos de nuestra más genuina identidad.

En estos tiempos la cultura es nuestra principal arma para defender nuestra Cubanidad. Es un sabor, un olor, un ademán, una ropa, el néctar de la cultura se sirve en distintas copas.

Tras esas confesiones del reconocido cantautor, voz imprescindible de nuestra cultura contemporánea, solo queda aventurarse a la canción desde el mismo sentimiento con que nace la obra. Ese “mensaje atemporal” de optimismo, de energías, de pensar nuestra realidad y construir derroteros a los desafíos...

Agradecible costumbre la suya de contarnos y cantarnos la vida; bendita suerte la nuestra de poder disfrutar la profundidad de sus letras, la sensibilidad de su música y la poesía de sus canciones. De coincidir con Raúl en tiempo y pasión, y atrevernos con él a hacer ese viaje desde la Cubanidad hacia el epicentro mismo de la más auténtica cubanía.

En video, Cubanidad, la más reciente creación de Raúl Torres