Palabras de Silvio Rodríguez para despedir a Eduardo Ramos
Cuando le conocí, Eduardo Ramos tocaba la guitarra y por aquellos mismos días, porque era necesario, se convirtió en bajista. Al principio, como no tenía el instrumento, lo imitaba con su guitarra eléctrica, ecualizada en bajas frecuencias. Acaso por eso se acostumbró a mover los graves con un sentido acompañante, casi libre, haciendo a veces segundas voces, como en la trova. Curiosamente, Eduardo tenía esa misma cualidad en su voz, de la que toda la vida desconfió, a pesar de su timbre personal y de ser afinada como pocas.
Ahora me doy cuenta de que, desde que le encontré, Eduardo siempre estuvo dispuesto a dar el paso necesario. Así venció su miedo escénico aquel 19 de febrero de 1968, en Casa de las Américas, cuando a los concertantes se nos acabaron las canciones. Así se quedaba al frente del Grupo de Experimentación Sonora, cada vez que Leo tenía que ausentarse. Asimismo, cuando algunos rehuíamos ser dirigentes del Movimiento de la Nueva Trova, él supo hacerle frente al desafío. Hace unos años, cuando se fundaron los estudios Abdala, Eduardo, una vez más, nos tendió su mano y su experiencia.
Nos conocimos cuando éramos muy jóvenes. Él me llevaba un mes, como Noel. Sin embargo, Eduardo siempre tuvo algo como de persona mayor, una especie de luminosidad responsable. Era uno de esos extraños seres que, casi inmediatamente, inspiran confianza y respeto. Y no es que dejara de ser joven, o que careciera de la alegría de los jóvenes. Tratando de desentrañar el aplomo que lo distinguía, y que debe tener su origen en cómo lo educaron sus padres, me doy cuenta de que Eduardo nunca se pasaba de bromas; nunca usaba lo que podía ser inoportuno o herir sensibilidades; siempre tenía en consideración a sus interlocutores y, aunque supiera, jamás lo vi jactarse de saber, y mucho menos apabullar con su conocimiento.
La gente así no puede convocar otra cosa que afecto, las personas así aglutinan cariño. Y esto, en un mundo donde a menudo se usa el odio como fuerza vital, significa una especie de hallazgo, de justo regocijo humano que nos devuelve la fe en la bondad y en la decencia. Por eso cuando uno conoce un don como el de Eduardo piensa que ha encontrado a una especie de héroe solitario que, como los otros héroes, le hacen honor la existencia, la perfuman, y dan deseos de imitarlos.
Por todo esto será difícil recordar sin llanto a este héroe de la caballerosidad, de la música, de la amistad, de la familia y, sin lugar a dudas, de su pueblo; porque el nombre de Eduardo también es este pueblo que en cada cuadra le ha cantado, y espero continúe haciéndolo hasta siempre.
(Tomado de Cubarte)
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Hermosas palabras Silvio, las exactas para dar la dimensión de este juglar de las alegrías, las esperanzas y el optimismo. Cuando conocí a Eduardo, allá por los años 80, entendí que había entrado a un mundo personal que desde entonces, sin proponérselo, me ganaba por el afecto, la consideración y el respeto que me brindó cuando un trasnochado me dijo que yo era ¨¨el perfecto custodio intelectual que le hacía falta¨¨. Como dijiste, Eduardo seguirá cantándose en todas las cuadras de Cuba porque, sencillamente, él es el pueblo.
Extraordinarias, auténticas palabras, salidas desde la sinceridad y el afecto. No lo conocí personalmente, pero Su nombre es pueblo. Gracias, Silvio, de nuevo por tu autenticidad. Gracias, Eduardo Ramos. Gloria y Salve.
Muy bonito y sentido homenaje a un amigo y compañero, a un grande. Silvio no deja de sorprender
Que bellas palabras, muy merecidas, descanse en paz
hermosas y muy sentidas palabras, escritas por todo un poeta y sin dudas un gran amigo
'Me moriré en París en aguaceros, de un día del q tengo ya el recuerdo, pero me gustaría que alguien me recordara así en mi funeral. Debió ser un amigo que sabía Domesticar"a los suyos, pero sabia también entregar. EPD.
Las palabras exactas que merecia,muestra de una amistad sincera y eterna.
Silvio dijo mucho,muchisimo,en su breve discurso.Ni una palabra de mas,ni una menos.
En paz descanse Maestro.
¡Que dificil mision para Silvio la de despedir a un amigo querido!.Pero como siempre sin eludir sus responsabilidades le dedicó unas bellas palabras que llevan el sentimiento de toda una generacion que amamos a Eduardo, llegue a sus familiares y amigos mis condolencias.
¡Que dificíl mision la de Silvio! despedir a un amigo, le dedico bellas palabras que expresan el sentir de una generacion que amabamos a Eduardo. mis condolencias para sus amigos y familiares. Eduardo, tu nombre es pueblo.
EXTRAORDINARIO EL ALAGO A LA GRAN PERSONA QUE FUE EDUARDO, HOMBRE DERECHO AL INFINITO, HERMOSAS TUS PALABRASSILVIO.
Muy justas y sinceras palabras de Silvio sobre uno de los imprescindibles de la Musica Cubana, en mi memoria queda la entrevista que le hizo Amaury en su programa televisivo Con dos que se quieran dos, donde por cierto noté a Eduardo Ramos triste. Sin embargo me entristece que no he visto una reacción pública al fallecimiento de Eduardo Ramos por parte de Pablo Milanés, con quien Eduardo Ramos estuvo trabajando muy cercanamente, quizas exista y yo no la haya leído, si alguien conoce de algun comentario de Pablo, por favor me guataría leerlo.
El contenido de las palabras que escribe Silvio generan el deseo de conocer mejor a Eduardo Ramos y producen envidia por su suerte (la de Silvio). Gracias por acercarnos a la belleza de un cubano tan chévere como Eduardo Ramos