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Las fotos de policías militares yanquis torturando y humillando a civiles iraquíes prisioneros en la siniestra cárcel de Abu Ghraif –símbolo de la ferocidad represiva de Saddam Hussein– habían dado la vuelta al mundo con las consecuencias previsibles, especialmente en el mundo árabe. “El poder militar de EE.UU. se muestra como lo que es: un monstruo con reacciones de buey musculoso y con la inteligencia de un ratón”, definió el medio saudita Arab News. También provocaron repugnancia y rechazo en no pocos norteamericanos. Las explicaciones de la Casa Blanca son inconvincentes.

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Irak alimenta el malhumor entre conservadores tradicionales y neoconservadores halcones y aun entre los últimos. Que no se privan de criticar al equipo Bush. La razón es clara: en las primeras tres semanas de abril cayeron en combate 106 efectivos norteamericanos, cifra que supera el pico de noviembre pasado (82) y casi toca el nivel de las bajas yanquis durante la invasión (109). Una encuesta de The Washington Post/ABCNews encontró el martes 20 que el 65 por ciento de los interrogados considera “inaceptables” esas pérdidas.

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Iraq está hoy peor que bajo Hussein, declaró Hans Blix ­ex jefe de la misión de inspectores de la ONU que buscó y no encontró armas de destrucción masiva en el país­ al diario danés Jyllans Posten (6-4-04). Y ­con perdón­ bastante más peor desde el sábado 3 de abril, día en que las milicias chiítas de Muqtad al-Sadr pasaron de las manifestaciones callejeras de protesta a los ataques frontales contra las tropas de ocupación. Continuaron a lo largo de la semana última: el jueves 8 los sadristas todavía controlaban por completo las ciudades de Kut y Kufa, parcialmente Najaf »

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En Estados Unidos se suele bautizar a los huracanes con algún nombre de mujer. El que está devastando la Casa Blanca porta nombre de varón, se llama Richard Clarke, fue jefe en materia de antiterrorismo de Bush hijo y desde hace dos semanas está sometido a ataques virulentos de los “halcones-gallina” de Washington. Es cierto que su pecado es grande: reitera una y otra vez lo dicho en su libro Against All Enemies: Inside America’s War on Terror (Contra todos los enemigos: en los adentros de la guerra de EE.UU. contra el terror), o sea, que el gobierno pudo pero »

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Se inició en EE.UU. el año electoral y la Casa Blanca no gana para sustos. Buena parte del pueblo estadounidense se ha convencido de que le mintió para invadir a Iraq. Ahora advierte que oculta las verdaderas razones por las cuales la tragedia del 11 de septiembre no se pudo evitar. El ex asesor de Bush hijo en la lucha contra el terrorismo, Richard Clarke, reiteró el martes pasado lo que revela en su libro Against All Enemies: el gobierno norteamericano desoyó sus espesas y reiteradas advertencias de un inminente atentado de Al Qaida y el 12 de septiembre, al »

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El 2 de marzo de 2003 el diario londinense Observer reveló que los servicios norteamericanos se dedicaban a espiar a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU –y no sólo a ellos– para conocer sus posiciones sobre la invasión a Iraq que W. Bush desató unilateralmente 17 días después (Página/12, 16-3-03). La noticia de esta violación manifiesta de convenciones y tratados internacionales de los que EE.UU. es Estado Parte pasó casi desapercibida en los grandes medios estadounidenses. El New York Times la ignoró completamente, el Washington Post publicó un breve artículo titulado La información sobre espionaje no escandaliza »

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La frustración invade a la comisión del Congreso estadounidense que investiga los atentados del 11/9: la restricciones que el gobierno Bush impone al acceso de sus diez integrantes a la documentación completa sobre el tema llevó al ex senador demócrata Robert Kerrey a declarar su “incomodidad” porque “no podré leer ni procesar lo que necesito a fin de participar en la redacción de un informe que explique cómo 19 hombres lograron sortear todos y cada uno de los sistemas de seguridad de EE.UU. para matar a tres mil norteamericanos el 11 de septiembre” »

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  Juan Gelman   Se está jugando con fuego en el planeta y, lo que es peor, con fuego nuclear. Los trascendidos del 2003 acerca de la transferencia de tecnología nuclear de Pakistán a Corea del Norte, Irán, Libia, y las "confesiones" del Dr. Abdul Qadeer Khan -considerado el padre de la bomba atómica paquistaní- sacaron a luz la existencia de un mortífero mercado negro también en este rubro. Khan y los equipos de sus laboratorios entregaron materiales y equipos nucleares a terceros países por intermedio de una vasta red mundial, tal vez la más compleja y articulada que »

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El 29 de enero del 2002, en su discurso sobre el estado de la Unión, W. Bush envió al mundo una de las requisitorias más contundentes de su guerra contra el terrorismo. Los talibanes acababan de ser desalojados del poder y el mandatario yanqui explicaba así las razones de la agresión militar contra Kabul: “Nuestra causa es justa y se prolonga. Nuestros descubrimientos en Afganistán confirmaron nuestras peores aprensiones y nos mostraron el verdadero alcance de la tarea que tenemos por delante.

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“Estábamos equivocados en casi todo”, afirmo David Kay, el ex inspector que al frente de 1200 hombres durante meses buscó armas de destrucción masiva (ADM) en Irak sin encontrarlas. Un golpe serio para Bush y su equipo de halcones-gallina que prepararon la invasión incurriendo en un discurso notorio »

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Saber, se sabía, pero que lo diga un ex miembro connotado del gabinete Bush es muy otra cosa:Paul O¹Neill, que fuera el secretario del Tesoro de EE.UU. N 72, de enero de 2001 a diciembre de 2002, relató el domingo pasado en el programa 60 minutos de la CBS que ya en su primer encuentro con el Consejo Nacional de Seguridad Bush hijo subrayó que el derrocamiento de Saddam Hussein era ³el tema A² de su gobierno »

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La represión israelí contra el pueblo palestino es denunciada por un sargento de la reserva del ejército sionista en un libre de reciente aparición. Su caso no es único. Pilotos negados a bombardear áreas civiles palestina; jóvenes condenados a prisión por no querer cumplir el servicio militar, son parte de una rebelión silenciosa que se abre paso »

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