Imprimir
Inicio »Cultura  »

Manuel Duchesne Cuzán: un abanderado de su tiempo (+ Audio)

Publicado en: Palabras
| 4
Manuel Duchesne Cuzán

Manuel Duchesne Cuzán

En medio de la conmemoración del cincuentenario de la Orquesta Sinfónica Nacional, entre cuyos fundadores figuró este músico cubano, se han cumplido, el pasado 10 de septiembre, cinco años de la desaparición física de Manuel Duchesne Cuzán. Hijo de otro grande, tan  sólido e imprescindible en el devenir de la historia musical del siglo XX en nuestro país como lo fue el flautista y director de orquesta Manuel Duchesne  Morillas (La Habana, 1902-1990) desde su nacimiento en esta ciudad, el 10 de noviembre de 1932,  encontró allanado el camino para elegir siempre la ruta que le permitiría afianzarse sobre su vocación personal en la medida en que daría curso a una voluntad de entrega que le acompañó hasta el último instante de su vida.

Manuel Duchesne Cuzán inició su trayectoria musical preparándose como instrumentista y como teórico bajo la orientación de los más reconocidos integrantes del claustro  del Conservatorio Municipal de La Habana (hoy Conservatorio Amadeo Roldán) y, luego de transitar como ejecutante por las más variadas expresiones, desde el baile y el cabaret hasta la música sinfónica, pasando por el teatro lírico, la danza y el ballet en escenarios nacionales tan diversos como lo fueron los salones de baile, los estudios radiofónicos o los teatros, cursó estudios de dirección con Enrique González Mántici. Transcurrían las dos primeras décadas de su vida y él se relacionaba con lo más progresista del pensamiento nacional mientras se iba ejercitando en la reflexión y el debate acerca de los destinos que merecía el pueblo cubano en materia de oportunidades para su desarrollo cultural.

Entre sus primeras experiencias como director figuró su trabajo con el Ballet de Alicia Alonso, que le llevó a Suramérica y sentó las bases de una faceta de su vida artística a la que nunca abandonó, no obstante el amplio relieve nacional e internacional de que se hizo acreedor, a partir de la década de los sesenta, en el terreno de la música sinfónica. La segunda mitad de los cincuenta nos lo muestra, en edad muy temprana, enclavado de lleno en las corrientes de la vanguardia musical y haciendo honor a ese rasgo que ha caracterizado históricamente a la juventud cubana que es su intensa vitalidad y a su conciencia bien puesta donde debe estar. Figura entre los fundadores de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, participa activamente en al Festival Mundial de la Juventud, se afilia a las Juventudes Musicales, robustece su vocación fundacional en varias direcciones cuando inicia una larga historia mano a mano con el compositor Juan Blanco. La segunda mitad de esa década nos lo muestra viajando a México para completar, con el afamado músico Igor Markévitch, su formación como director de orquesta. El nuevo rumbo que va a tomar la vida cultural de nuestro país al arribo de la Revolución tiene en este joven músico a uno de sus pilares más sólidos. Figura, siempre bajo la guía de sus mayores ..si bien ya merecedor del crédito y el prestigio que su talento, su disciplina y su rigor otorgan a la sola mención de su nombre--entre los fundadores de casi todas las instituciones artísticas y docentes cuya razón de ser había formado parte de sus sueños y sus reclamos en el fragor de los primeros años de juventud. Desempeña un papel fundamental en la atención al aspecto musical de la producción cinematográfica nacional.

Su nombre no había sonado a niveles populares cuando le vimos, tan joven, subir al podium en el Teatro Amadeo Roldán, alzar las manos sin batuta y dirigir de memoria, haciendo gala de una gestualidad y un dominio de todos los elementos capaces de hacer resaltar los valores de la idea original de un compositor. A veces se disfruta en extremo el hecho de despojar de toda la carga de los sobreentendidos a una expresión del habla común y tomarle, literalmente el peso. Es eso lo que pretendo trasladar a mis palabras de hoy cuando me refiero a la forma en que Duchesne Cuzán hacía acto de presencia. Cada una de sus actuaciones se convirtió en una lección de arte para espectadores y -no cabe la menor duda a partir de expresiones que he escuchado de ellos mismos a lo largo de tantos años-para los músicos a quienes les tocó responder a los mandatos de su gesto y su expresión. Sin dejar a un lado su especial sensibilidad hacia el color instrumental o la hermosura de las ideas melódicas que, más allá de los primeros planos, se esconden en las entrañas de un trozo instrumental, para mí la columna vertebral de la personalidad de este músico fue su sentido del ritmo.

Su vida física pudo --debió-- haber sido mucho más larga. El verdadero peso de su legado tardará mucho tiempo en poder calibrarse en justicia y, quienes acometan ese acto tendrán que abrirse a una interrogante que ha asaltado a todo aquel que, de alguna forma, ha puesto algo de su energía en reactivar la memoria sonora que garantiza para los amantes de la música, los músicos mismos o aquellos talentos que todavía transitan por la etapa de formación en su camino profesional: cómo pudo una sola persona, a lo largo de una vida de acción ininterrumpida, dejar en su rastro escrito o grabado, más allá de la intención dirigida a los planos del goce estético, una lección de tan suma utilidad a disposición los demás.

Pienso que ese hacerlo todo a conciencia que presidía, por voluntad propia, cada acto que acometió, es la divisa que lo llevó a no regodearse en la creciente fama y el reconocimiento profesional que coronaron su vasta trayectoria, estuvo en la base de su descomunal esfuerzo por poner a nuestros músicos a la altura de las técnicas más avanzadas de su siglo y en posesión de la debida información para alimentar y robustecer una vanguardia que llevara a Cuba a primeros planos en el contexto histórico de su tiempo.

Manolo vivió con el pensamiento vuelto hacia sus contemporáneos, que es la mejor forma de hacer futuro. Me doy el lujo de imaginar que algo debe haber captado en los ojos de Amadeo el día que --al decir de su padre-- el autor de las Rítmicas, de visita en la cass,  lo alzara en brazos y lo sentara sobre sus piernas en espera ¿por qué no? de un café que, con toda seguridad, esa gran mujer madre que fue Marina Cuzán colaba en silencio sin perderse, de reojo, uno solo de  los mimos  que el gran músico prodigaba hacia el único hijo varón del matrimonio, ese tierno pedazo de futuro que en tan alta medida contribuiría, años después, a rendir el merecido tributo a su memoria.

Triste pero oportuna, resulta esta ocasión para rememorar a Manuel Duchesne Cuzán por incontables razones; sobre todo por haber sido, desde que tuvo uso de razón hasta el momento de su despedida, un abanderado de su tiempo.

Almendares, 12 de septiembre de 2010

Rítmica No. 6, de Amadeo Roldán

Intérprete: Sección de percusión de la Orquesta Sinfónica Nacional. Director: Manuel Duchesne Cuzán

Se han publicado 4 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Marcos Valcárcel Gregorio dijo:

    Tuve el grandísimo honor de haber trabajado durante muchos años con el maestro Duchesne. Con él aprendí mucho y tuve muchas oportunidades artísticas. Entre ellas está la grabación de las Rítmicas 5 y 6 de Amadeo Roldán y no de Lecuona.
    Efectivamente, el maestro Duchesne fue un abanderado de su tiempo y sin duda uno de nuestros grandes directores.

  • Ramón Zulueta dijo:

    ¿Conocen cuando comenzará la temporada de los conciertos de la OSN?¿Cual será la sede mientras arreglan el Amadeo Roldán?

    Gracias

  • FUILLERAT dijo:

    Yo tuve la buena suerte de entrevistarlo como parte de la investigación que se hacía para su presentación en el programa de Alfredo Rodríguez y resultó una mañana inolvidable, por su sencillez, era una persona muy agradable, es la impresión que me quedó. Gracias Marta por adentrarnos dentro de tanta cultura. Fuillerat

  • RAUL DS dijo:

    Marta, como cada "Palabras" de los Domingos, es lectura obligada para mi, aqui estoy, instruyendome musicalmente con tus hermosos e historicos escritos, mi familia te saluda como siempre, unos cercas y otros lejos, pero te saludan, aunque sea simbolicamente a traves de mi persona, salud te desean como siempre.Raul Del Sol y familia

Se han publicado 4 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Marta Valdés

Marta Valdés

La Habana, 1934. Compositora, guitarrista e intérprete de sus obras. En 1955 se inició como compositora con su canción "Palabras". La autora ha basado sus creaciones en géneros como el bolero y la canción dentro del estilo "feeling". Entre los intérpretes de su obra se encuentran Elena Burke, Doris de la Torre, Bola de Nieve, Cheo Feliciano, Reneé Barrios y, más recientemente, prestigiosos artistas suramericanos y españoles que se han sumado a esta lista.

Vea también