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La innovación en nuestro Socialismo (I)

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Una política de promoción de la innovación puede actuar a favor de nuestra economía urgida de eficiencia y crecimiento. Foto: Archivo CD.

En diciembre de 2012, la Academia de Ciencias de Cuba terminó el informe denominado “Análisis del estado de la ciencia en Cuba de cara al cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”. Se hizo llegar entonces al Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente para canalizarlo a todas las instancias de gobierno del país. Allí se recomendaba, entre muchos capitales aspectos:

“Estimular al máximo, en función de la innovación, los vínculos de las empresas de uno u otro tipo con las universidades y centros de investigaciones, para lo cual existe un amplio menú de opciones. Ninguna de ellas tiene eficacia universal y todas son válidas en determinados casos, por lo que se requiere máxima flexibilidad, siempre que se garantice una rigurosa evaluación técnica y económica de los proyectos, así como el adecuado control y uso de los recursos. En el caso de las universidades y otros centros presupuestados estas actividades pueden generar ingresos que complementen al obtenido del presupuesto o los proyectos estatales y estimulen a los participantes.1

Por nuestra parte, en el número 69 (enero– marzo de 2012) de la revista Temas2 apareció un artículo donde se pretendió dejar constancia de que la ciencia en Cuba, logro indiscutible de la Revolución Cubana, debería atenderse. En particular señalábamos acerca de las conexiones de la ciencia con la vida económica del país que:

“El éxito de una dependencia [estatal en la Cuba de ese momento] se mide mucho más por su disciplina en el cumplimiento del plan y las indicaciones del nivel superior que por su agresividad y progreso. El que prácticamente no existan espacios significativos para las nuevas iniciativas en instancia alguna y mucho menos para la competencia es una consecuencia nefasta. Una actividad de evidente riesgo —como la introducción de las investigaciones, el conocimiento y la innovación en la producción de valor— queda sin lugar en este esquema.”

Al cabo de más de siete años exhibimos una tendencia descendente, que ni siquiera existía entonces en cuanto a los indicadores internacionales de innovación. El número de patentes autóctonas solicitadas es mínimo y decreciente, de 62 en 2011 a 32 en 2016, según nuestra Oficina Nacional de Estadísticas.

Por otra parte, a partir de la mayoría de las informaciones que aparecen en nuestra prensa se hace evidente que la innovación para el sector productivo sigue viniendo de la mano de inversiones extranjeras o importaciones de equipos y “plantas completas”, donde se compra a precio de oro muchas veces hasta su diseño.

Acciones, productos y servicios novedosos cubanos suelen comenzarse a implementar, cuando se logra, solo después de muchos años de gestión por parte de los propios innovadores. Casos paradigmáticos de este esfuerzo de los investigadores, y no tanto de la demanda de los empresarios, son el de la producción de cemento de bajo carbono desarrollado con tecnologías de punta por especialistas de la Universidad Central de Las Villas y el “Biobras 16” de la Universidad de La Habana que estimula el crecimiento de las plantas más de un 15%. Este último se aplicó primero en el extranjero en los últimos años del pasado siglo, que en Cuba.

Gracias a la Revolución de 1959 somos hoy, indudablemente, un pueblo culto, con altos niveles de educación. Nuestros dirigentes muestran una clara conciencia y esgrimen, constantemente la exhortación en favor de la ciencia, la tecnología y a la innovación en su gestión de gobierno, vinculándola sobre todo al potencial científico determinante del país que está en nuestras universidades. Hemos demostrado además una increíble capacidad innovadora para supervivir muchas décadas de bloqueo, acoso y castigo externo por desear preservar nuestra independencia. Deberíamos poder exhibir muchos más hechos innovadores en la tecnología, en los servicios y en la producción de bienes que pudieran asombrar al mundo y al mercado. Las razones de tipo endógeno por las que aún no logramos esto las podemos corregir precisamente innovando en nuestra gestión del socialismo.

En la primera parte de esta serie de artículos debemos introducirnos en lo que puede ser el proceso de innovación y sus paradigmas.

Se innova creando algo nuevo. Si lo que se crea, que puede ser un objeto virtual (como un servicio de taxis a pedido por internet) o material (como un nuevo plástico), suple una necesidad por parte de las personas, entonces se posiciona inmediatamente y alcanza un valor de cambio por dinero, o precio: se mercadea. La formación de este valor es un proceso complejo y muy dependiente de como se ha generado la innovación, de su propia esencia y de la sociedad en la que se vive. Marx le dedicó a este asunto mucho espacio en su obra cumbre El Capital.

El valor de un par de zapatos y el de un robot que haga una cirugía del corazón tiene muy diferentes formaciones y precios de mercado, que aparecen ante el consumidor determinados por lo que conocemos como “la oferta y la demanda”. La formación del precio del par de zapatos tiene mucho que ver con el trabajo realizado para fabricarlo, el costo de los materiales y el de ponerlo a disposición del cliente. Pero en este caso la oferta suele proporcionar muchas opciones, porque en este mundo son muchos los capaces de producir zapatos. Eso influye mucho en precios que puedan ser relativamente bajos.

El precio del robot es diferente. En este caso, su formación está determinada por la oferta, ya que solo contados fabricantes pueden hacerlo. Un robot no se encarece esencialmente por el valor del material con el que está fabricado, sino por el trabajo intelectual que pocos en este mundo pueden realizar para producirlo. Es el alto costo del saber, en términos de mercado. La sabiduría y el saber hacer son mucho más escasos que el cuero con el que se fabrican los zapatos.

En nuestro socialismo el robot y la cirugía que realizaría no tienen precio alguno para el cliente, que somos los cubanos, porque son sufragados por toda la sociedad. Si lo produjéramos nosotros mismos, con nuestros saberes, solo cubrimos sus costos materiales y la debida retribución a nuestros sabios y tecnólogos. Si además es tan innovador y efectivo que resultara competitivo en el mercado internacional entonces lograríamos ingresos mayores que si vendiéramos su peso en oro. Si lo importamos o lo adquirimos de cualquier empresario privado, el pueblo de Cuba pagará su precio de mercado para beneficio de otros. Resulta así obvio que una política de promoción de la innovación puede actuar a favor de nuestra economía urgida de eficiencia y crecimiento.

Notas:
  1. Análisis del estado de la ciencia en Cuba de cara al cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución; Academia de Ciencias de Cuba: La Habana, 2012; p 32.
  2. Montero Cabrera, L. A. Temas 2012, (69), 4-11.

Se han publicado 17 comentarios



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  • Lisandro Bonilla dijo:

    Interesante y lúcido artículo que llama a la ejecución I+D como sustento de nuestro desarrollo; en los paises del llamado "socialismo real" hubo distanciamiento entre los resultados de la investigación científica y su aplicación a los procesos técnicos y de creación de nuevos bienes materiales: nosotros no podemos repetir esa insuficiencia. Las universidades y otros centros con capacidad de investigación deben ser tenidas en cuenta por los sujetos encargados del desarrollo económico y productivo. Deben buscarse las vías para la implementación de lo nuevo y reducir el tiempo en el camino hacia su aplicación práctica. Desde luego, se requiere de cuadros con espíritu creador que sepan distanciarse de esquemas y "verdades absolutas". Hoy, el conocimiento es poder: hagámoslo valer en el fortalecimiento del socialismo.

  • ESPERANZA dijo:

    Putin afirma que el liberalismo llegó a su fin: "Está en contradicción con los intereses de la mayoría". La era del colectivismo mundial esta llegando para quedarse.

  • Victor dijo:

    Estimado Dtr.C Luis , cuan necesario fuera la verdadera innovación para salir adelante pero sabe que NO ME LO CREO, han complejizado tanto a todos los sectores de la economía y de la vida social que ya me imagino cómo sería el asunto. Cuánto quisiera que fuera cierto pero no me lo creo

    • Tocororo dijo:

      Pues si no se lo cree valla a la ANIR de cualquier empresa para que vea cuanto se inventa, y todo lo que representa en cuanto a la reducción de importaciones. Claro depende de los activistas se dicha organización

  • Ramon Lamar dijo:

    De innovacion yo no veo nada. Seguimos estancados!!

  • cam dijo:

    gracias profe por el artículo, le puedo atribuir el escaso registro de patentes, a la total inexistencia de asesoramiento legal en las universidades de como proceder en estos casos, en cierta ocasión escuché una conferencia de un profesor no recuerdo bien si era de méxico o brasil, en cualquier caso mencionó que las oficinas legales de su universidad eran casi tan grandes como el resto de los departamentos, y todos recibían(sin distinción de rama) asesoramiento legal de como hacer patentes y registrar el conocimiento generado. la universidad se beneficiaba en el registro de know-how y cobraba por las aplicaciones del conocimiento que producían parte del cual iba al descubridor original (por-ciento pequeño pero algo), mencionó que su departamento tenía patentado una serie de números primos que cumplían unas propiedades particulares y no fueron nada triviales de generar. lo que no olvido fue la descripción de lo engrasado del mecanismo (a pesar de ser un entramado burocrático) desde el descubrimiento hasta el registro, todo funcionaba a la perfección.

    la estructura legal para patentes existe, pero si aparte de generar conocimiento tienes que descubrir el entramado legal para poder registrarlo, sin ayuda de nadie y en ocasiones con la mala voluntad de uno que otro inamovible burócrata, se hace muy complicado, ninguna asignatura de ciencias básicas o ingeniería incluye esto en su programa, se dan muchas de humanidades, varias filosofías e historias, pero ningún tema legal en propiedad intelectual, ya sea de software o patentes, tema crucial que pocos entienden y muchos conversan.
    gracias de nuevo

  • Ghost dijo:

    Es sorprendente pero aún hay personas que no conocen las características de nuestro socialismo. El socialismo cubano no posibilita la innovación, es más, mata la creatividad. Esto a pesar que exista en la mayoría de las empresas la ANIR y hasta un presupuesto para i+d.
    La causa principal (de este y del resto de los problemas del socialismo) está en que no entendemos que todo descansa en las presonas y las personas son (lamentablemente) individuos (individualistas).
    Cuando no se entiende eso entonces sucede que no se entiende lo que pasa en nuestra sociedad y no queda más remedio que echarle la culpa al malo (muy real por cierto) de afuera.
    Pongan en la ecuación el factor humano (individualismo ) y entenderemos lo que pasa en la sociedad cubana de hoy.
    El sistema que va en una dirección y la gente que va en otra.
    Pueden aceptarlo o no pero es así!
    Continuará...

    • Ghost dijo:

      Continuando
      Entonces para resumir porque digo que en el socialismo cubano no hay innovación, basta con sacar la cuenta en la cantidad y calidad de las innovaciones en todo el sector empresarial y las iniciativas creadoras de los cuenta propistas o emprendedores, la mayoría de estas personas han arriesgado con su capital en ideas que en el sector estatal no tenían cabida. Y no hablo de las cafeterías que venden pan con croquetas o las paladares, sino del resto de los sectores informática, telecomunicaciones, mecánica, carpintería, elaboración de alimentos, ingeniería, etc, etc.
      En el sector estatal existe la economía planificada y ahora la lucha por la disminución de los gastos.
      Si no está en el plan o si los gastos degradan los indicadores olvídate de innovación, muchas veces hasta olvídate de producción si eso implica que el indicador se degrade aunque haya utilidades.
      ¿Por último cuanto recibe alguien que si innova algo en el sector estatal? Por ejemplo alguien que sin ser su obligación, pone a trabajar una línea de producción, o crea un producto nuevo.
      ¿ Que motivación tiene este trabajador, que porciento del resultado de su trabajo obtiene?

  • Ricardo dijo:

    Quien o quienes son responsables que desde el 2012 se haya hecho ese informe al Citma sin que se moviera un dedo o una neurona que le diera movimiento? Se perdieron 7 años y ahora se vuelve a hablar en discursos oficiales????

  • Giraldo dijo:

    Muy buen articulo, pienso que el desarrollo de nuestro país está en todo lo que podamos producir aquí, y la prueba está en los años que llevamos resistiendo el mayor bloqueo que ningún país en el mundo hubiera podido aguantar por tan prolongado tiempo. Innovar es crear, y desde el mismo triunfo de la Revolución Fidel materializó la idea de crear con nuestros propios recursos muy limitados. Actualmente nuestro Presidente Diaz-Canel va por un buen camino, porque las bases estan creadas para que nuestro país se desarrolle sobre los mismos pilares que ha formado y construido desde los primeros momentos de nuestra revolución, en Cuba hay muchos talentos, ¿Por qué importar lo que podemos producir aquí? Ese es el camino, Felicidades Diaz-Canel, así es como se trabaja, conversando con la gente y tocando con las manos las cosas, ese es el gobierno de calle que todos necesitamos, juntos a los demás ministros.

  • Alexei R. dijo:

    Es que no se puede, existen muchas trabas.

    En mi caso, y salvando las distancias con los científicos, intenté comercializar una aplicación informática para la gestión de granjas porcinas.
    En el mundo no es nada nuevo, pero en Cuba sería algo novedoso, pues actualmente llevan los procesos de forma manual (anotaciones en libretas en el caso de productores privados, y en archivos excel en el caso de la empresa porcina).

    Aunque fue del agrado de todos a los que pude presentarlo, especialistas del ramo a todos los niveles, no se concretó nada.
    Imagino así pase con la mayoría de las innovaciones, iniciativas. No llegan a nada.

    Muchos olvidan que grandes empresas internacionales, empezaron en un garage. Una buena idea, necesita que exista un mecanismo apropiado para convertirse en realidad.

    Salu2

  • Orlando L. Rodriguez dijo:

    Ya hablé bastante sobre el tema, no tengo mucho que agregar (http://www.granma.cu/opinion/2017-08-01/la-innovacion-tecnologica-pasado-futuro-ypresente-01-08-2017-20-08-26). Veo un enorme interés en la dirección del país; pero no veo resultados en este tema. Si nos guiamos por indicadores vamos en retroceso. Sin embargo, veo una actitud innovadora en los jovenes en el sector cuentapropistas. Para hablar de temas conocidos por mi, veo a muchos jovenes acometiendo proyectos de automatización privados empleando ARDUINO, que se mandan a comprar por cuenta propia los componentes, por demás muy baratos, de lo que se ha dado en llamar Open Electronics. Me da la impresión que no logramos atraer ese potencial a proyectos estatales muy atractivos técnicamente. La causa me parece verla en el engarrotamiento del sector estatal para responder a esa inquietud innovadora que busca inmediatez en los resultados.

  • Pablo Francisco Peñate Montero dijo:

    Interesante artículo. Me gustaría conocer la opinión del profesor Montero sobre el papel que puede desempeñar la Enseñanza General en la formación de un espíritu innovador en los educandas para que en su futuro desempeño laboral tributen a la innovación tecnológica.
    Será un placer contar con su criterio. Pablo Francisco Peñate Montero. Profesor de la UCP Enrique José Varona.

  • yuri aguilera dijo:

    Para la innovación hace falta tener el potencial humano preparado para ello, y toda la infraestructura, incluyendo la organizativa. Pero ante todo, en la ciencia hace faltan resultados reales, concretos, factibles. El presidente, una de las primeras cosas que hizo fue hurgar en los supuestos resultados científicos engavetados, para potenciarlos, pero parece que no produjeron el impacto esperado. Por eso él sigue enfatizando en la necesidad de la creación científica, y la vinculación de la ciencia con los diferentes sectores económicos del país. Por otra parte es necesario direccionar la mayoría de los reconocimientos estatales a la actividad científica hacia los científicos que producen resultados tangibles. Los artículos científicos hacen faltan, pero para las condiciones de nuestro país no es lo fundamental. Es necesario revolucionar también la organización de la ciencia en Cuba.

  • HECTOR Y EL HERMANO dijo:

    Magnifico profesor Montero, sus artículos son necesarios, lo sistemático contribuirá a formar un pensamiento más integral del papel de la ciencia en nuestro país en las actuales circunstancias, su ejemplo es digno, estamos con usted en ese camino.
    Sobre estos temas en este sitio se ha debatido bastante, pero me arriesgaré en esta ocasión y contra corriente profundizare sobre los defectos y puntos débiles que veo desde el ángulo de los científicos y sus instituciones como máximos responsables de que estos programas de la ciencia no tengan éxito, desperdiciando el capital humano que poseemos y que aún no impacta de forma notable en el desarrollo del país. Mi intención, es aportar conceptos diferentes para una nueva mirada al plan de abordaje de la ciencia, el país lo necesita que con urgencia.
    He insistido en la necesidad de que cualquier proyecto o programa de desarrollo serio, bien de un territorio, una empresa, una institución científica, un país, debe tener como punto de partida y también como punto final, el estudio y evaluación de las ciencias sociales, no importa que tenga que ver con la semilla de una planta, la actual modernidad no los exige si queremos triunfar, sin ese elemento, la formula no funciona, está incompleta. Que alguien no lo vea o no lo entienda es correcto, pero es su defecto, su limitante. Si quiero vender hamburguesas en la Habana como cuenta propia o como un establecimiento del estado, y quiero tener éxito, prolongándolo en el tiempo, estoy obligado a hacer un estudio del comportamiento del ser humano, presente como cliente y como empleado, averiguar las actuales tendencias y expectativas de ese ser humano, estudiando las tendencias de las compañías globales como son las de telefonía, fabricantes de autos, la aviación, las tendencias del desarrollo urbanístico, y mucho más todo eso, para vender una hamburguesa en la habana y triunfar, nada se hace hoy y mucho menos en tecnología, si en ese estudio no están sumados las ciencias sociales. Mucho más si se trata de un programa de desarrollo científico o el desarrollo general de un país. Eso le viene sucediendo a la ciencia en nuestro país en la actualidad, ha perdido la visón integral. Un programa de desarrollo de un país, o del sistema de la ciencia, es elemental, obvio, que ese programa se compone de partes interconectadas, valido para el cuerpo humano o una empresa, o un país, su comportamiento general no se puede determinar analizando esas partes por separado, ahí está el primer y más grave error de los programas de la ciencia, no están conectados al conjunto. Al enfrentarte a un sistema, el análisis tiene que partir del sistema, para después llegar a lo particular, de lo contrario si te concentras y defiendes un estudio en específico, ese análisis seguro no te llevará muy lejos; su puesta en práctica no significara resultados, se necesita la síntesis de la integralidad en igual medida.
    Pero esto no es lo que sucede en la práctica en la ciencia. Los especialistas, los directivos no basan sus decisiones en una idea general bien del país o de la empresa, en la que la causa y el efecto sean visibles y pueda observarse el comportamiento del conjunto. Y esto es un problema gravísimo. Por ejemplo, cuando los responsables de tomar las decisiones analizan cada parte de una empresa aisladamente, por lo general no son conscientes de hasta qué punto las decisiones individuales pueden llevar a unos resultados imprevistos e indeseables, lo mismo sucede con los logros científicos, se enfocan en algo particular pero no tienen en cuenta el conjunto, son los decidores en ocasiones de forma operativa y con menos rigor científico, los que les toca hacer ese papel, que le correspondería a las ciencias sociales antes de iniciar un estudio, mirar el logro científico dentro del conjunto, interconectado con el todo.
    Si en su lugar pudiéramos analizar una empresa en su conjunto, tomaríamos mejores decisiones y aumentaríamos considerablemente nuestras probabilidades de éxito. Pero cuando el departamento de recursos humanos o el caso del país, ministerio del trabajos y seguridad social toman una decisión ellos se concentran en su especialidad, no tienen la visión general y no tienen en cuenta la interconexión entre los otros departamentos, lo mismo pasa con el que produce la semilla, la defiende a ultranza y no tiene en cuenta el aspectos organizativos, del trabajador, o el sistema de riego. En el mundo de los negocios insisten acerca del tratamiento holístico de una empresa. Pero la realidad es que la división del trabajo de la era industrial en múltiples especialidades, aún persiste en nuestras mentes, somos prisioneros de esa era. Po ahí debe empezar el sistema de la ciencia cubana, enseñando e interpretando holísticamente el desarrollo del país, o de una empresa, seguro tendría más atención por parte de los decidores. Es poco profesional ver como se crean programas de desarrollo, con títulos científicos, que están muy atrasados, y no responden a verdaderas soluciones. El sistema de la ciencia en cuba debe dar ejemplo de modernidad, abordando desde otro ángulo con mayor integralidad, con la participación de las ciencias sociales, el programa de desarrollo del país hasta el 2030, con una visión diferente del sistema educacional como parte de esa integralidad. Pero la realidad es otra, el divorcio es gigantesco, dentro de un país socialista que tiene un solo dueño, el pueblo, la especialización, las divisiones, la vanidad, el ego, dificultan esa integralidad, que la expresamos en planes y programas. Esa es la causa porque muchas de las propuestas de la ciencia en nuestro socialismo, no encajan con la realidad, la realidad es integral, es dialéctica, existe al margen de nuestra percepción. El punto es ese divorcio, no están interconectadas con el conjunto , vivimos una epidemia de especialización que venimos arrastrando de la etapa del campo socialista, que ha ayudado a crear mayores muros imaginarios en la comunicación horizontal, clave para triunfar, muchos más importante que la comunicación vertical. El elemento que nos está faltando integrar a ese conjunto son las ciencias sociales, ellas deben liderar el trabajo de equipo, para cualquier programa.
    Los documentos de los ministerios, incluido el de la ciencia, así como los manuales de empresa tienden a la especialización, dado que los propios estudiosos suelen ser especialistas y no prestan demasiada atención al pensamiento global. Otro tanto pasa con los libros que abordan un tema específico, tratan su campo con detalle, pero no se toman la menor molestia en explicarlo dentro del contexto del conjunto. Un pensamiento reduccionista y la falta de unos principios rectores sencillos que nos guíen, que deben ser aportados por las ciencias sociales.
    El momento del país en la actual coyuntura, no es técnico, es conceptual, necesitamos una pausa para poder reflexionar sobre los conceptos, eso es lo primero que debemos hacer, conceptualizar la ciencia y a partir de ahí guiar estos análisis, mirando el conjunto, porque la realidad es integral, y las soluciones debe responder a esa realidad, de lo contrario no son soluciones.

  • Prof. Dr. C. Alfredo Pita Hernández dijo:

    Buenos días:
    Un buen trabajo del Doctor Montero, como es costumbre en él. Nos recordó el número 69 (enero– marzo de 2012) de la revista Temas2, donde publicó:
    “El éxito de una dependencia [estatal en la Cuba de ese momento] se mide mucho más por su disciplina en el cumplimiento del plan y las indicaciones del nivel superior que por su agresividad y progreso. El que prácticamente no existan espacios significativos para las nuevas iniciativas en instancia alguna y mucho menos para la competencia es una consecuencia nefasta. Una actividad de evidente riesgo —como la introducción de las investigaciones, el conocimiento y la innovación en la producción de valor— queda sin lugar en este esquema.”
    En los paises del antiguo campo socialista, hubo distanciamiento entre los resultados de la investigación científica y su aplicación a los procesos, lo que fue provocando que se fueran quedando atrás en el desarrollo y creación de nuevos bienes materiales, siendo ésta, entre otras, una de las causas que posteriormente provocara su destrucción. He conocido alemanes de la antigua RDA, que hoy no aceptan que les hable de socialismo.
    También en Cuba hemos tenido durante años, distanciamiento entre los resultados de la investigación y sus resultados en los procesos, como se plantea en el artículo, pero los efectos del real bloqueo a veces posibilitan una mejor justificación de este lamentable error.
    En un recorrido de lo simple a lo complejo, opino que una de las causales de esta problemática en Cuba, que debe ser objeto de revisión profunda en los tiempos que corren, radica en el proceso de selección a todos los niveles, de los sujetos encargados del desarrollo económico y productivo del País. Lamentablemente se da el caso de que no siempre los que dirigen los procesos en la sociedad cubana, son los más competentes para hacerlo y las llamadas comisiones de cuadros para evaluar sustitutos y reservas, en porcentajes a considerar, funcionan sin un análisis profundo y en muchas ocasiones se nombran a directivos y ejecutivos por su formación política o porque sea reconocido por unos y otros, y no porque estén preparados técnica y profesionalmente y con la experiencia para enfrentar la tarea. Son incontables los ejemplos de reservas y sustitutos que se preparan y califican durante años y cuando llega el momento de ocupar plazas de decisores, se traen de "afuera" a otros en detrimento de la promoción de aquellos que les corresponde.
    Veo interés en la actual dirección del País para enfrentar estas deficiencias, y confio en que poco a poco se vayan resolviendo, para bien del pueblo cubano y de la construcción de nuestro socialismo.
    Gracias

  • Por el ojo del Colimador dijo:

    Estimado Dr. C. Luis A. Montero Cabrera. Su articulo toca un elemento esencial para el desarrollo de nuestro pais. Esperamos con ansias los restantes articulos que aquí nos promete. Esos otros si deben tener bastante "sustancia" y cosas que "masticar". Aquí solo nos "hizo la boca agua".
    Esperamos sus articulos con ansiedad.
    Saludos

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Luis A. Montero Cabrera

Luis A. Montero Cabrera

Doctor en Ciencias. Presidió el Consejo Científico de la Universidad de La Habana más de tres lustros. Miembro de mérito y coordinador de ciencias naturales y exactas de la Academia de Ciencias de Cuba.

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