Cubadebate

I

Hay un poema infeliz de Borges sobre el fin de año que ya ni siquiera recordaba. Un poema que apareció en su libro Fervor de Buenos Aires. Los dos primeros versos son anecdóticos, condicionales. Luego embiste contra lo insustancial: “ni esa metáfora baldía/ que convoca un lapso que muere y otro que surge”. Borges sabe que en fin de año todo se condensa en el síndrome de lo común mediante un tránsito falso, mediante la recopilación. Retoma más tarde lo ordinario: “La causa verdadera/ es la sospecha general y borrosa/ del enigma del Tiempo”. Se contradice, y del Borges incisivo pasa al vulgar, que es el más irónico de todos los Borges posibles...

II

Por estos días también me viene a la mente el fragmento de un párrafo de Gomorra, el libro que le endosó escolta permanente al periodista Roberto Saviano luego de que este desentrañara estructuras, procesos y personajes de la camorra napolitana. “Me hice un limpio corte en la yema. Seguí deslizándola por el cristal, dejando un halo acuoso de color rojo púrpura. Luego abrí los ojos. Un dolor sutil, inmediato (…) Dejé de hacer el idiota y empecé a chupar la herida”. El fin de año es, para muchos, un intento vano de persistir en una cicatrización que los salve; una cicatrización que es metamorfosis: esperanza y reflejo condicionado.

III

Y luego me encuentro en alguna vieja carpeta, la foto que encabeza este texto.

El poema de Borges termina, en la versión de las Obras Completas editadas por Emecé, con lo siguiente: "a despecho de que somos/ las gotas del río de Heráclito,/ perdure algo en nosotros:/ inmóvil.". A ese poema le falta un verso que se halla en el original, y que al parecer, el autor no quiso incluir en el compendio. "Algo que no encontró lo que buscaba", cierra el Borges de 1923.

La imagen en cuestión es de hace tres años. Hay gente que no estará esta vez en mi casa. Decidí eliminar la última oración de este texto como mecanismo de autodefensa. Es hora de que también deje de hacer el idiota.