Cubadebate

Un adolescente viene corriendo, huye del reformatorio a donde lo han enviado, también huye del pasado, corre, la cámara en un audaz traveling lo sigue. De repente el joven vuelve su cara hacia el lente, la cámara hace un zoom in al rostro y cuando busca la expresión hace un stop motions o congelado de la imagen.
Esta imagen final e inolvidable del filme Los 400 golpes, es uno de los grandes cierres en la historia del cine. A su vez lleva el sello de las nuevas forma de filmar que configuraron lo que se dio en llamar la Nouvelle vague.

Como dijo Jean Luc Godard: “Con Los 400 golpes Truffaut entra en el cine moderno”.

Hice toda esta introducción al filme porque Los 400 golpes es un filme autobiográfico dirigido por François Truffaut., quien supo expresar en la pantalla su difícil vida de adolescente. Truffaut tuvo una infancia compleja, sus padres no lo querían y ya desde el Liceo no fue un buen alumno. Pasaba más tiempo en el cine que en la sala de clases.

En 1946 dejó los estudios y sobrevivió con pequeños trabajos, fundó un cine club en 1947, pero el alquiler de películas lo condujo al impago y fue enviado por su padre adoptivo a un correccional. De ahí lo sacó André Bazin.

Gracias a Bazin, una figura importante en el cine francés, comenzó Truffaut a escribir críticas de cine. A partir de 1957 escribe en Cahiers du Cinema (Cuadernos de Cine), una famosa revista sobre cine que con el tiempo se convertiría en el lugar donde muchos cineastas jóvenes escribían y elaboraban sus teorías sobre un nuevo cine. Entre ellos estaban Claude Chabrol, Jacques Rivette y por supuesto el infaltable Jean Luc Godard. Todos estos jóvenes aprovechaban el ejercicio de la crítica como camino a la dirección cinematográfica. Así Truffaut, en 1954 hace su primer corto. En 1956 es asistente de Rosselini y en 1958 y 1959 la gran sorpresa: Los 400 golpes, su primer filme de largometraje.

Esta obra es un filme que denuncia la sociedad burguesa e hipócrita de la pequeña burguesía francesa, y está filmada según los códigos estéticos de la “nueva ola”.

Actores no conocidos como Jean Pierre Leaud interpretando a Antoine Doinel, el alter ego de Truffaut. Otras características de estos filmes que no utilizan el maquillaje, ni el estuario, ni locaciones preparadas, una fotografía de poca iluminación y a veces ninguna, en lo que se reveló un gran maestro Henri Decae.
El filme logró una gran aceptación de crítica y público.En 1959 tuvo 500 mil espectadores. En Cuba la pudimos ver en 1960. Su relación con el público abre también una nueva época, porque este es un filme atípico con una historia dura y sin sentimentalismos, ni concesiones comerciales, y por supuesto, sin publicidad.

Los 400 Golpes abrió el camino a toda una pléyade de jóvenes que conformaron la Nouvelle Vague. Claude Chabrol, uno de los más destacados escribió en su libro autobiográfico: Et Pour tant je torne (Y sin embargo yo filmo), que los productores franceses al descubrir que era posible hacer un cine económico, sin publicidad y de gran éxito, le abrieron las puertas a la Nouvelle Vague.

En una breve sinopsis de la película se aprecian los rasgos autobiográficos en el filem Antoine Doinel es el hijo de un matrimonio que no lo aprecia. Su madre lo tuvo de soltera y no lo quiere. El padre es un pequeño burgués que debe soportar las infidelidades evidentes de su esposa (la madre de Doinel). Incluso el joven descubre accidentalmente una de estas infidelidades flagrantes. Es enviado a un reformatorio donde lo educan con todo el rigor y los prejuicios de una burguesía decadente y oscura.

Uno de sus profesores es particularmente severo, lo castiga y Doinel decide liberarse de aquel infierno: se escapa del reformatorio, de su pasado, y de todo un mundo que lo desprecia, es por eso que emprende esa loca carrera, buscando un destino, y aquí está el final de la película.

El título: Los 400 golpes, es un simbolismo por todos los golpes que le da la vida a este personaje. El filme de alguna manera toca las fibras del público de una Francia en decadencia que busca nuevos horizontes.

Vista desde el arte cinematográfico, fue una verdadera revolución, solo comparable al neorrealismo italiano. El cine francés y en buena medida el europeo, adoptaría nuevos criterios y códigos. Se puede decir que el cine francés, y en buena medida el cine a escala planetaria conocen un antes y un después de Los 400 golpes y la Nouvelle Vague.