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Llegan las crónicas de una pérdida anunciada

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garcía marquez

Gabo en La Habana.

No exagero si digo que mi encuentro con “Cien Años de Soledad”, marcó un viraje en mi latinoamericanidad.

Se hizo más auténtica, más experiencial. No solo intelectualizada, sino y sobre todo sentida.

“El otoño del patriarca” fue otro golpe de estatura. Crecí. Me levantó la vista.

En los laberintos del General, dilucidé mis propios laberintos amordazados por las malas experiencias (el desengaño, la soledad, la derrota).

Luego con la historia de Florentino Ariza y Fermina Daza evolucioné mis emociones.

Entendí que el amor es solo uno que se expande, que se multiplica (no se divide, se multiplica), que ni se crea ni se destruye, solamente se transforma.

No fueron estos los únicos. No hubo ni hay únicos. Fueron todos…. Hasta las desafortunadas putas tristes.

Sin darme mucha cuenta, en muchos de mis escritos, las lapidarias afirmaciones del Gabo se convirtieron en cómplices de mis aventuras reflexivas.

Mi subjetividad está poblada del continente garciamarquiano – Aureliano Buendía, Amaranta Úrsula, La Cándida Eréndira, Sierva María de todos los Ángeles, también Juvenal Urbino, el Marqués de Casalduero, y muchos y muchas otras más.

Llegan las crónicas de una pérdida anunciada.

Igual, duele. Siempre duele.

Gabo si tiene quien le escriba. Muchos le escribimos, e intentaremos que lleguen a él todas las palabras.

Pero Gabo ya no nos escribirá más.

Ahora, ante la irremediable, parece como si me dejaran huérfano.

O quizás no. Seguramente no.

Porque en muchos rincones de la discursividad mágica de esta América nuestra, hay otro Gabo, artillado con lo creado por el que se nos va, disfrutando del olor de la guayaba, y transpirando las narrativas que son y serán los espejos que nos convocan a querernos, a valorarnos, a descubrir nuestras luces y nuestra oscuridades, a decir con orgullo, con mucho orgullo: Somos latinoamericanos.

Gracias Gabo.

Seguimos viviendo para esta tierra nuestra.

Para contarla.

Para que cuente.

Se han publicado 6 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Maidelin Ferrer Laurencio dijo:

    La literatura Latinoamericana esta de luto, murió nuestro Gabriel García Márquez. El escritor colombiano y premio Nobel de Literatura (1982) que siempre recordaremos como, irreverente, nostálgico, lúdico, único, pero sobre todo amigo y hermano de Fidel y de Cuba. Gabriel para los que amamos tu obra, tu muerte no es verdad porque has cumplido bien la obra de la vida.

  • xiomara dijo:

    Muy atinado el escrito del DR Calviño, pues bien Vale la Pena, haber leído, soñado con la magia literaria de Gabriel García Márquez. Tuve el privilegio en mis inicios como periodista de haberlo entrevistado, fue en casa de un amigo común, en Boyeros, y nunca he olvidado aquel encuentro, libre de protocolos y permisos, fue, sencillo, sagaz, había que tener la pluma siempre llena de tinta para atrapar sus palabras y sus enseñanzas, luego de saborear juntos un café me dijo:...¨periodista, la vida sólo tiene dos oportunidades, nacer y aprovechar ese tiempo de nacido...¨nunca he olvidado eso, la segunda ocasión fue en la UCI, cuando se inauguró la Plaza Mella de ese recinto universitario, estaba al lado de Fidel, me acerqué como lo requería la ocasión y de nuevo lo saludé, sin esperar a que me recordara, ya él había quedado desde muy joven en mis intereses periodísticos, su mistica siempre me atrapa. Profesor Gabo, es cierto lo que me dijo, la vida sólo tiene dos oportunidades: para mí,una inigualable, aquella tarde en Boyeros cuando saboreando un café conversamos como amigos. Cien años en que la soledad nos muestra el valor de un hombre excepcional. Réquiem para Usted.

  • el pino dijo:

    Calvino, muy bien tu articulo sobre el Gabo, que ne paz descanse.
    Eso que escribistes sobre el amor es, segun los fisicos, la ley de conservaci'on de la enenrgia.
    saludos

  • Alejandro L. Perdomo Aguilera dijo:

    Para Gabriel García Márquez, nuestro Gabo
    Ha muerto Gabo, se ha ido del mundo de los mortales uno que probó la inmortalidad desde mucho antes. Se ha ido pero está aquí, porque ha dejado en cada uno de aquellos que tuvieron la oportunidad de saborear alguno de sus escritos, ya sean sus novelas, sus cuentos, o un simple párrafo que hallaron tras una tecla mal dada, la inolvidable sensación de confrontar las letras de un genio.
    Todos los que tuvimos el privilegio de conversar con el mago de las letras, el maestro de la comunicación, el hombre que hacía con escritos sueños y andares; que nos sumergía en amoríos y aventuras añoradas, y nos hacía latir el alma desde su proverbial prosa; entendimos con él, la pasión y el misterio que encierran el amor y otros demonios.
    Todos los que tuvimos ese privilegio, sentimos como una perdida nuestra la muerte física de tan extraño ser humano, de esos que crean una idea en cada letra que redactan, que inspiran ilusiones y hacen historia, porque entre letras e ideas supieron construir un mundo mejor para nosotros.
    Por eso hoy vive en cada uno de nosotros, y se expande hacia nuevas generaciones y a otros que por determinadas circunstancias, no llegan a su obra sino después de su muerte. No importa cuando se llegue a la obra de un genio, ni la diferencia de época, las circunstancias específicas o las diferencias culturales, lo que es seguro es que para todos, su palabra escrita quedará impregnada en algún espacio de nuestra memoria.
    Por esas extrañas sacudidas que causa su original sentido de las palabras, la muerte de Gabo se siente como una pérdida de alguien cercano, pues desde la perspectiva de cada lector lo fue. Y es que el dejó en toda su obra, su peculiar impresión sobre una realidad común.
    Descubrió Nuestra América para el mundo y mostró cuanta valía existen en el amor y otras pasiones, tras cien años de soledad; el amor en los tiempos de cólera y, casi sin proponérselo, redactó desde mucho antes, su crónica de una muerte anunciada.
    Por ese peculiar legado, cada uno de sus lectores se acuerda de él, desde una frase endemoniada, una oración paradigmática, o una simple palabra que ubicada en el lugar adecuado, marcó una parte importante de nuestro sentir.
    Por esa extraña y maravillosa sensación, hoy lo homenajeamos desde nuestra más íntima memoria, porque fue, es y será, nuestro Gabo.
    Desde La Habana, 18 de abril de 2014
    Alejandro L. Perdomo Aguilera

  • Michel Torres Figueredo dijo:

    No se encuentran jamás las palabras apropiadas para referirse a la Muerte, y si se trata como es el caso, de la partida de un ser que imaginábamos inmortal, no tenemos otra opción que eludir por impropio, el obligado pretérito de la circunstancia. Al Gabo lo conozco desde que llegó a mis manos un libro de encuadernación azul cielo, con el enigmático título de "Cien años de soledad", estudiaba entonces en Secundaria, obviamente me faltaban muchas lecturas para entender del todo, el singular universo que asomaba ese libro escrito de un modo tan extraño para mí. A estas alturas, todavía no sé que pensar, mas me resisto a creer que en algún lugar de esta tierra "realmente maravillosa" que es Latinoamericana, no exista un pueblito llamado Macondo, donde la magia y la realidad en total comunión habitan todas sus cotidianidades y confines. Gracias Gabo, por la aventura que es leerte y releerte a cada momento, y por el encuentro con las esencias, cual "viaje a la semilla" al decir de otro grande, que ello entraña; gracias por regalarnos el privilegio de contar contando nuestra verdadera e increíble existencia...Muchas Gracias!!!

  • yaritza dijo:

    se fue el mejor de los escritores del mundo

Se han publicado 6 comentarios



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Manuel Calviño

Manuel Calviño

Doctor en Ciencias Psicológicas y profesor universitario.

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