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Extrañando a Liborio

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Fidel Castro y Diego M. Vidal. Foto: Liborio Noval

Fidel Castro y Diego M. Vidal. Foto: Liborio Noval

Con Liborio Noval nos conocimos recién en noviembre de 1999. Exactamente en la noche del 15 de ese mes en el Palacio de la Revolución, cuando los mandatarios presentes en Cuba se reunían en la IXº Cumbre Iberoamericana de Presidentes y Jefes de Estado. Fidel Castro los estaba esperando para cenar, se acercó a un grupo de periodistas y fotógrafos que estábamos allí, entre ellos Liborio, y luego de bromear con nosotros volvió al protocolo de la recepción. En un momento, ante la tardanza de uno de los invitados, Fidel nos miró e hizo el gesto con un índice en alto para alertarnos que le faltaba uno de los convidados, levanté la mano para ofrecerme en sustitución y ante mi sorpresa el Comandante en Jefe me llamó a su lado para recibirme como Presidente de Argentina. Entre mi orgullo, nerviosismo y sonrisas cómplices con el resto de mis colegas, pude ver los destellos de los flashes de las cámaras luego que Castro les indicara que registraran la escena como si fuese el encuentro de dos gobernantes. Tiempo después, Liborio se acercaría para invitarme a su casa porque tenía algo para darme. La alegría que me recorrió ese día por todo el cuerpo fue desatada por la fotografía en blanco y negro de aquel momento en que mantuve el primer contacto directo con Fidel. Estaba autografiada por su autor y mientras servía unos rones y encendía su sempiterno tabaco, que ni la reciente afección cardíaca logro quitarle de la boca, Liborio me convidaba para brindar por esa ocasión histórica y por el nacimiento de nuestra amistad.

Volveríamos a vernos seguido, trabajando, o en su departamentico de El Vedado, al cual acudí en varias oportunidades, para compartir charlas o una entrevista televisiva.

Ambos coincidíamos en el mismo celo por nuestras respectivas profesiones, la fidelidad por la Revolución y el inconmensurable amor por Cuba. Fui depositario de sus anécdotas inacabables junto al Che o de los viajes con Fidel, además de las enseñanzas que siempre prodigaba. Conservo un precioso material de fotografías del Comandante Guevara que me cediera para exponer en Buenos Aires, algunas inéditas como la del Che fotografiando a Fidel en la Plaza de la Revolución con una cámara de Liborio y la consiguiente imagen que resultara de esa pasión que también compartían el héroe revolucionario y el artista.

Liborio juega a fotografiar a Calica Ferrer. Foto: Diego M. Vidal

Liborio juega a fotografiar a Calica Ferrer. Foto: Diego M. Vidal

Tengo el orgullo de que su trabajo también ilustre mi libro “Ernesto Che Guevara: el viaje definitivo” y aunque lo conocí aquel día de finales de siglo, cultivamos una relación de cariño que compartíamos como muchos amigos en común que me antecedían en el tiempo con ventaja. De ahí resulta una foto que pude tomarle mientras él jugaba a que retrataba a Carlos “Calica” Ferrer (compañero de viajes del Che) con una cámara de juguete.

Anoche, antes de irme a dormir recibí varios de sus habituales correos cargados de bromas, chistes y comentarios jocosos, con los que uno lo sabía presente. Así era Liborio, bromista, sesudo analista de lo que debía ser revisado y un gran fotógrafo.

Desperté con un día gris de lluvia y temperaturas inestables, a pesar de estar ya en primavera, pero la noticia de que no lo tenemos entre nosotros oscureció más la jornada en mi corazón. Sé que seguirá presente con su obra, la riqueza de sus palabras que nos legó en cada charla entre rones o vinos. Pero aún así, nos faltarán su voz sonora y la risa enmarcando un enorme tabaco, mientras desgrana historias y sucesos imposibles de abarcar en una sola vida.

30 de septiembre 2012

Se han publicado 3 comentarios



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  • Yolanda Caridad Ramos González dijo:

    UNA SENSIBLE PERDIDA LA DE LIBORIO, PERO AL CASO ME VIENEN MUCHAS COSAS AL PENSAMIENTO Y PREGUNTO, QUE PASA CON NUESTRO FIDEL, YA NI SE ESCUCHAN SUS REFLEXIONES, PORQUE NO NOS CUENTAN NADA, QUEREMOS SABER

  • Lázara RODRIGUEZ dijo:

    Dolorosa pérdida para el periodismo revolucionario cubano
    fue el foto-reportero de los grandes momenos de la Revolción en la década de lo sesenta y setenta

  • Marianela Curbelo Ramírez dijo:

    Vidal, dolorosa siempre es la pérdida cuando es tan sentida... si en sus fotografías se le podía adivinar un alma sensible y noble, qué afortuna para ti haber podido palpar esa grandeza tan de cerca. Noval siempre estará en el imaginario social de los cubanos marcando esa huella profunda que nos hace más cubanos, más revolucionarios...

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Diego M. Vidal

Diego M. Vidal

Buenos Aires, Argentina, 1961. Periodista gráfico, radial y productor televisivo y de documentales. Columnista de “Miradas al Sur”.

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