Serio golpe a la publicidad de comercio sexual en Argentina
La decisión de la presidenta Cristina Fernández, de Argentina, de eliminar la publicidad, explicita o encubierta, favorecedora de la explotación sexual en los medios de comunicación, incluso en sus páginas web, es un paso que desenmascara lo que vienen haciendo desde hace largo tiempo poderosos grupos mediáticos que por un lado exigen al gobierno que luche contra la trata de personas y, por otro, llenan sus periódicos, pantallas de la televisión y sitios web con anuncios clasificados de ofertas de servicios sexuales. Esto último, por supuesto, les da mucha plata.
Desde el 2008, cuando se aprobó una Ley contra la trata de personas para fines de explotación sexual o laboral, el tema ha figurado en la agenda de preocupaciones del gobierno y de la población argentina. También emergió con fuerza cuando se aprobó una Ley de Medios Audivisuales, al año siguiente.
Lo cierto es que los grandes medios de comunicación de Argentina, todos ellos afiliados a la Sociedad Interamericana de Prensa, tienen elevados ingresos anuales abriendo sus páginas y espacios a la prostitución, de modo preferencial a mujeres, niñas y adolescentes en su gran mayoría, que ofertan sus servicios de "saunas", "esparcimiento" , "citas" "quinceañeras", "búsqueda de amigos" y otros eufemismos utilizados por quienes han intervenido en el diseño de ese tipo de publicidad.
Baste señalar que el periódico Clarín -el mismo que hizo fuerte oposición al gobierno de Néstor Kirchner y ahora al que encabeza su viuda-tiene entradas por un millón de dólares por la publicación de esos avisos de comercio sexual. Un periodista hizo una investigación sobre los anuncios de tal tipo publicados este fin de semana en varios periódicos de la provincia de Mendoza. Los periódicos Uno y Los Andes publicaron 800 anuncios clasificados ofreciendo sexo y un teléfono para que quien deseen obtenerlos, llamen y paguen por él. Los Andes, por ejemplo, cobra 40 pesos por cada aviso. Se considera que obtiene ganancias por un cuarto de millón de pesos al año por tal concepto.
Esto no es solo un problema de Argentina. Se da en muchos países de América Latina y del mundo. En España, por ejemplo, los periódicos El País y El Mundo -presentados muchas veces como modelos de prensa seria, responsable, democrática y libre-publican a un costo de 120 dólares cada anuncio clasificado de ofertas de servicios sexuales. Cada uno de esos periódicos inserta en sus ediciones diarias alrededor de 600 a 700 de esos avisos. Los que quieran tener una cifra aproximada de la plata que ingresan por tal concepto, los invitamos a que hagan una simple operación de multiplicación.
Una doble moral e hipocresía es lo que caracteriza a esos medios, cuyos dueños son incapaces de sentir el menor respeto hacia los más elementales principios éticos del periodismo, de los que dicen a diario ser defensores y garantes.
Como lo acaba de expresar la Unión de Trabajadores de la Prensa de Buenos Aires (UPTBA), que ha respaldado en una declaración en paso de la Presidenta de Argentina, favorecer la explotación sexual, directa o indirectamente, constituye un delito de lesa humanidad.
Los periódicos, las revistas, la radio, la televisión, las páginas de Internet son instrumentos para informar, orientar y educar a los pueblos, hacerlos más cultos y útiles a las sociedades en que viven, no para hacer negocios que llenen los bolsillos de los pocos -que una vez Gregorio Selser identificó como "los amos de la prensa"--, y menos hacerlo con algo tan vergonzante como lo es atentar contra la dignidad humana como lo es la explotación de la condición de la mujer que, en los países capitalistas, es víctima de decisiones y acciones de permanente humillación.
Se considera que tal actividad, típicamente delictiva, genera en todo el mundo miles de millones de dólares cada año, solo superada por el tráfico de drogas y de armas.
Por eso, hay que saludar el paso dado por Cristina Fernández. Es una ruta que corta, al menos, las prácticas lesivas a la dignidad humana de los grandes consorcios mediáticos. Y les advierte que obtener pingües ganancias con tal negocio no es saludable para ellos ni para la sociedad argentina. Como no lo serían tampoco que se pusiesen a insertar anuncios de los narcotraficantes proponiendo cocaína, marihuana, crack... o de los traficantes de armas proponiendo bazookas, ametralladoras, pistolas...
¡Ya era hora! Es increíble cómo en nombre de la mal llamada libertad de prensa los periódicos en los países capitalistas se aprovechan para anunciar todo tipo de cosa, incluyendo el tráfico sexual, por lo que generan jugosas ganancias, en detrimento de toda la sociedad.
!!esa bella mujer si que es dura de verdad!!
mira que batirse contra los monopolios no es tarea facil,
fuerza Cristina !!!, que no te tiemble la mano contra los explotadores de lo que sea !!!,
Es cierto: hay que saludar la medida.
Pero quiero hacer algunas observaciones. Estos avisos no son ni remotamente la principal fuente de financiamiento de los grandes diarios argentinos, sino que es la publicidad oficial uno de sus principales ingresos. El Estado a través de sus distintos organismos (bancos, ministerios, secretarías, agencias impositivas, programas de gobierno, etc.) asegura un caudal abundante y constante de dinero, aún a los medios que se oponen al gobierno actual. La medida es buena, pero no por ser un golpe a los grandes medios de comunicación, sino porque pone un freno a la propagación de la noción utilitarista del sexo, que pone a la mujer en lugar de un objeto, de una cosa que sirve para el placer del hombre. Pero a la vez por ello mismo es insuficiente, porque esa noción es la que se debe eliminar, eliminando el machismo y la permanente violencia que trae hacia las mujeres. Y eso sólo se logra con políticas educativas a largo plazo, que incluyan la educación sexual, algo que el gobierno ha postergado para evitar choques con la iglesia católica.
Saludamos la realzación de una medida reclamada desde hace años por organizaciones sociales de nuestro pueblo, pero seguiremos criticando las medias tintas del gobierno.
Faltó agregar que en España el ABC, muy conservador, modestamente y en letras muy pequeñas hace lo mismo, parece que no quieren quedarse fuera.
Hay muchos peligros en este asunto, como los "cientificos" que plantean que el trabajo sexual es equivalente al de limpiar casas o cuidar enfermo, es una forma de prestar servicios, y que cada uno hace con su cuerpo lo que quiere, y le pone el precio que le parece, incluso se mantiene la el criterio de la importancia que para la correcta educación sexual tiene la prostitución; y con respecto a las relaciones sexuales con menores, en EEUU existen asociaciones que a la sombra de la primera enmienda; hacen propaganda y dan consejos sobre los lugares del mundo donde se puede realizar este tipo de sexo, incluso comprar una niña o niño con ese fin o cualquiera:
"HOMBRES ESTAD ALERTAS".
Vomo ya he dicho antes: Si fuera argentina votaría por ella.
Mil felicidades pueblo argentino, ese es una muy buena decisión ,no eliminará el problema de la explotación sexual, pero si atenuará de alguna forma el mensaje vil para el desarrollo de ese mercado y por supuesto disminuirá el mensaje erróneo y el incremento de capital en un mercado tan pernicioso para la sociedad. Creo firmemente que la Sra. Cristina tomo esta decisión, porque reconoce la real devastación de la publicidad sexual y la prostitución en las mentes y conductas de los jóvenes, no le quiten gravedad con aquellos resultados colaterales, que también de alguna forma puedan beneficiar al buen enraizamiento de los principios morales en la sociedad (como es disminuir los ingresos de los sátrapas del mercado comunicacional).
¡AL FIN SE TERMINÓ CON ESTE NEGOCIO!
Muy buena la decisión de Cristina. Es incalificable que el diario "Clarín" se la pase criticando al gobierno por corrupción, cuando gana fortunas con esas publicaciones escandalosas.
Hay que leer los avisos para darse cuenta de qué clase de basura estamos hablando.
Según se supo hoy, por otros medios, "Clarín" habría facturado unos 200 millones de pesos (casi 50 millones de dólares) con esa clase de publicidad. Repugnante.
Lo de Cristina, francamente, un gol de media cancha.
Adhiero totalmente a lo manifestado por Rafael JG; esta medida, si bien es plausible, no va a terminar con los verdaderos responsables de la trata de personas (especialmente mujeres y niños).El problema es complejo y también debe poner énfasis en ls ofertas laborales que se hacen en las provincias más pobres y que generalmente son engañosas; así como también en la cantidad de secuestros que ocurren y no son investigados debidamente, llendo las víctimas a parar a prostíbulos,etc.