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Especial para Cubadebate

Madrid.-El régimen norteamericano de George W. Bush ha emprendido una nueva ofensiva anticubana en Europa con el respaldo de algunos de sus conocidos títeres,  lo que sin duda alguna constituye un clásico y burdo pataleo ante el eventual fracaso de Washington de arrastrar al Viejo Continente a asumir su frustrada política hostil contra la isla caribeña.
La embestida de la Casa Blanca incluye un recorrido casi secreto por ocho países europeos de nada menos y nada más que Caleb McCarry, el conocido procónsul designado por la actual administración estadounidense para materializar el "Plan Bush"  contra Cuba, otro intento obstinado de destruir la Revolución en la mayor de las Antillas.
McCarry,  el equivalente al administrador de la ocupación norteamericana en Irak, Paul Bremen, ya visitó Dinamarca y Suecia, y debe viajar a otros seis estados miembros de la Unión Europea (UE), no anunciados públicamente, con el objetivo de impedir a toda costa que el denominado Grupo de los 27 adopte de una vez y por todas una postura hacia Cuba independiente de Washington.
En su periplo, el procónsul estadounidense tiene planeado participar además en una cita anticubana a celebrarse esta semana en Berlín, Alemania, en la que por cierto se augura escasa asistencia, y que ha organizado el mismo grupúsculo de afamados asalariados y payasos de Bush, entre ellos el ex presidente del gobierno español José Maria Aznar, y el ex primer ministro checo Vaclav Havel.
Según reportes de prensa, el guerrerista de Aznar, acusado en su país por crímenes de guerra en Irak, y Havel, acreditado títere de Washington, ya se encuentran en la capital alemana,  para "organizar" el circo que presidirá McCarry, y al que asistirán hasta terroristas como Carlos Alberto Montaner, buscado por la justicia cubana por perpetrar en su país de origen acciones con bombas.
Acorde con las mismas informaciones, Aznar y Havel tienen previsto  preparar un video dirigido a los mercenarios y herederos del anexionismo que en la isla caribeña pretenden subvertir el orden con el apoyo financiero de Estados Unidos, y de algunos de sus aliados europeos, entre ellos la República Checa.
La más reciente ofensiva anticubana de la Casa Blanca también se hizo sentir este martes en España, donde el embajador de Washington, en otro acto de prepotencia imperial e injerencia en los asuntos internos de esa nación ibérica, hizo un llamado público a las autoridades de Madrid a plegarse a la conducta hostil de su administración hacia Cuba.
En un hecho inédito e irrespetuoso, el representante norteamericano en Madrid utilizó las páginas del diario español El Mundo para, en un "artículo de opinión" bajo su firma, justificar las continuas agresiones y la guerra económica y financiera que Estados Unidos impone a Cuba desde hace casi 50 años.
La arenga escrita del referido "diplomático", quien acostumbra a inmiscuirse en los asuntos internos de España,  superó incluso esos límites al exhortar también a Europa a plegarse a la postura de Washington con respecto a la isla caribeña.
Claro está, en su "trabajo periodístico" de El Mundo, Aguirre no hace referencia alguna a la reciente liberación por su gobierno del terrorista internacional Luis Posada Carrilles,  autor confeso de perpetrar innumerables atentados contra Cuba, entre ellos la voladura con bombas en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación, en 1976, que costo a la vida a 73 personas inocentes.
Llama la atención que el "articulo" del embajador norteamericano haya sido publicado pocos días después de la positiva visita oficial a Cuba del Ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, que abrió el camino hacia la normalización de las relaciones históricas entre ambos estados.
No cabe la menor duda que el viaje de Moratinos a La Habana constituyó también un paso favorable  hacia un eventual cambio de la actual política de la UE con respecto a Cuba, hasta ahora dependiente de Washington, lo cual explica claramente la nueva ofensiva norteamericana en el Viejo Continente, un  burdo pataleo de la administración Bush.