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El largo regreso del abismo

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Miami.-  Sin lugar dudas el resultado de las elecciones parciales de ayer en Estados Unidos fue un extraordinario y rotundo rechazo a la política seguida desde el 2001 por el presidente George W. Bush y el resto de su administración.  Aunque el diseño electoral del sistema político de este país hace a los funcionarios públicos electos virtualmente inamovibles de sus escaños, especialmente al nivel federal, (por ejemplo, sólo el 10% de los 435 escaños de la Cámara de Representantes federal eran considerados competitivos en estas elecciones) el hondo malestar popular en contra de la guerra en Iraq, la corrupción política, la manera arbitraria de gobierno y la ineptitud de la Administración Bush -la cual ha puesto en grave peligro derechos ciudadanos fundamentales- y otros grandes males hizo posible que el Partido Demócrata recuperara el control de la Cámara de Representantes federal, por una mayoría de más de 25 escaños, quizás también el del Senado (éste depende del resultado de dos contiendas senatoriales en las cuales, por un estrecho margen, los candidatos demócratas mantienen mayoría después de escrutados el total de los votos) y 28 de las 50 gobernaturías de la Unión.

Pero no nos dejemos engañar por la falaz ilusión que ofrece el sistema bipartidista estadounidense.  El descontento popular en relación a los asuntos del gobierno y de la sociedad es mucho más intenso y profundo de lo que refleja el resultado de estas elecciones.  Recuérdese que el porcentaje de ciudadanos que votan en una elección parcial como la de ayer es por debajo del 50% de los electores inscritos para votar.  A pesar de haber estado buscando con ahínco las cifras del ese porcentaje en las elecciones de ayer no he podido encontrarlo en ninguna publicación.  Debe ser bajo. 

El sistema político contemporáneo estadounidense está diseñado para favorecer los intereses de los dos grandes partidos políticos y los intereses económicos que éstos representan y no está diseñado para representar la voluntad mayoritaria de la población.

Es por eso que es endémica la situación de los bajísimos porcentajes de electores que votan en cualquier elección ya que nada se hace para remediarla. Así la quieren los que gobiernan: los dos partidos, tanto el Demócrata como el Republicano; es de esta manera como pueden controlar mejor el sistema político diseñado por ellos a la medida de sus necesidades. Para citar sólo un obvio ejemplo, ¿por qué sino fuera así el día que se celebran las elecciones, todas, es un martes, un día de trabajo corriente, y no es un día feriado, precisamente para que la gente pueda ir a votar con tiempo y comodidad, para que muchos más ciudadanos puedan ir a votar?  ¿Por qué se le hace tan difícil a la ciudadanía ir a ejercer el derecho al voto que según se repite aquí hasta la saciedad es el fundamento de toda sociedad democrática?

Esto que señalo es importante dada la situación política que se avecina. Indiscutiblemente existe una sostenida y sólida mayoría de la población que se opone a la continuación de la guerra en Iraq, la cual además de la matanza que ha producido, el caos en ese país resultado de una ocupación derrotada, el continuo número de soldados norteamericanos que mueren, ha costado al pueblo norteamericano, en tres años de campaña, 320 mil millones de dólares. Dinero que desesperadamente se requiere para esenciales programas de asistencia social, educacionales y de salud.  Esto, además de otros graves problemas sociales que necesitan que se les dé solución real y no una impuesta por la fuerza de minorías.

El Partido Demócrata no tiene un plan para la retirada norteamericana de Iraq como exige la voluntad popular.  Y según recientes declaraciones del vicepresidente Cheney la administración inexorablemente continuará su política de guerra en Iraq y en el resto del mundo, no importando el resultado de las elecciones. 

De las cosas mantenerse como hasta ahora, sin solución real a la guerra en Iraq y a otros serios problemas sociales y económicos, se podrían avecinar tiempos como los que se vivieron en este país durante los años de la guerra en Viet Nam.  Podrían avecinarse tiempos de graves y difíciles tensiones y confrontaciones políticas y sociales.

En cuanto a la política en contra del pueblo cubano mantenida por esta Administración y sus aliados de la extrema derecha cubano americana el resultado del cambio de mando en la Cámara de Representantes federal es de excelente augurio. De haber mantenido el control de la Cámara el Partido Republicano, los dinásticos hermanos Díaz Balart --el Feo y el Bobo-- e Ileana Ros estaban en línea para ocupar importantísimos puestos en la dirección de la Cámara haciendo prácticamente imposible cualquier posibilidad de cambio en esa política. Ya no va a ser así.

Ahora la situación es diferente, vuelve a ser favorable la posibilidad de lograr aprobación en el Congreso de leyes sensatas que permitan, por ejemplo, el fin de las restricciones de viajes a la Isla y de los intercambios académicos y culturales entre las instituciones de ambos pueblos, como también, el establecimiento de comercio normal y regular entre Estados Unidos y Cuba entre otras muchas posibles.

Con renovado vigor, determinación y constancia tenemos que organizarnos y dar lucha los que nos oponemos a la actual política de agresión permanente de la Administración Bush en contra del pueblo cubano, en contra de nuestras familias en Cuba. Desde diferentes entendimientos políticos e ideológicos tenemos que unirnos en este objetivo común. Tenemos que aprovechar este momento al máximo. Lo justo y los nuestros nos lo requieren.

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Andrés Gómez

Andrés Gómez

Periodista cubano residente en Miami. Fundador de la Brigada Antonio Maceo, integrada por cubanos que viven en los Estados Unidos. Es el director de la Revista Areito.