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Fox, el peor de todos

En este artículo: México
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Llegó el poder prometiendo refrescar la política mexicana al compás de su paso  por la Coca Cola. Entró a Los Pinos con sus botas rancheras de charol intentando pisar firme en terreno escabroso. Pero una cosa son los manejos de empresas y las promesas electorales y otra es el arte de saber hacer política.

Tras varios decenios de sombra, Fox trajo al gobierno a la derecha mexicana. A su lado, una cohorte  de colaboradores formada por tecnócratas, tránsfugas, escaladores y conversos al estilo Castañeda.

Ha pasado un sexenio y México no ha podido levantar cabeza. Los cambios tantas veces  anunciados  han sido en sentido contrario al de los intereses populares

Los anuncios de crecimientos económicos de un 7 por ciento durante el sexenio no son más que objeto de burla en los corrillos políticos. La pobreza que prometió  acabar, hoy lacera  el porvenir de millones de ciudadanos. La situación de las indígenas que proclamó como prioridad sigue siendo bochornosamente pésima. La precariedad del empleo se mantiene en altos índices y la emigración del campo de multiplica hasta alcanzar a más de cinco millones de mexicanos, como consecuencia de la aplicación del TLCAN.

Si en el periodo del actual gobierno el salario mínimo aumentó apenas unos 80 centavos de dólar, el sueldo del Presidente pasó de 10 mil a 16 mil dólares mensuales. Mientras la jubilación es un dilema para los mexicanos, pues la gran mayoría carece de seguro social, el Presidente Fox se propone aumentar la pensión que le corresponde al abandonar el cargo.

Y de la corrupción que prometió combatir, ni hablar, pues el entorno familiar del mandatario está en ascuas. Los escándalos de las carísimas toallas compradas para Los Pinos, la vestimenta supercara de la primera dama y los turbios negocios de sus hijos, las cenas fastuosas en la residencia presidencial, y los viajes familiares financiados con el erario público fueron noticias todos estos años, como cara visible de un terrible fenómeno social. Una encuesta reciente de Transparencia Internacional mostraba como más de la mitad de los mexicanos interrogados reconocieron haber ofrecido sobornos "para evitar problemas con las autoridades".

Los medios de comunicación reflejan todos los días  cómo poco a poco los zares de la droga se apoderan del país y atemorizan a la sociedad mexicana, ya de por sí golpeada por la creciente violencia. Se calcula que hasta 15 millones de armas pueden estar en manos de los mexicanos.

La política exterior, de la mano primero de Castañeda y ahora de Derbez, ha sido el área de peor ejecutoria  del gobierno de Vicente Fox. Ajeno a todo el precedente marcado por Don Benito Juárez, la doctrina Estrada y las cancillerías anteriores, el actual gobierno mexicano se ha convertido en peón de los intereses del imperio y elemento de confrontación dentro del contexto latinoamericano.

Una sucesión de dislates, actitudes soberbias y traiciones han marcado su relación con  el resto de la región. Desde el insolente "come y te vas", que le explotó como boomerang político, pasando por su fracaso en Mar de Plata como vocero del ALCA y sus ataques a los gobiernos de Argentina y Venezuela que le valieron la respuesta de Kirchner y el contundente golpe de Chávez, quien le catalogó como "cachorro del imperio", hasta llegar a su reciente  intromisión en Bolivia antes de la toma de posesión de Evo , quien le replicó áspera y directamente.

Lejos de todo propósito latinoamericanista, que animara antes a la política mexicana, el gobierno de Fox fue renuente a la propuesta venezolana de ampliar el Pacto de San José para suministrar petróleo a naciones de la región y tampoco ha querido impulsar el ingreso pleno de México al MERCOSUR.

Sin embargo, sus socios yankis le hacen pocos favores al ranchero mexicano. La renuncia a aceptar cualquier pacto migratorio,  el trato degradante e inhumano a los mexicanos emigrados, el muro inmenso y  ofensivo que se levanta en la frontera, son pisadas en las callos de un gobierno que blasonó de resolver en su mandato el problema migratorio.

En los últimos meses, para colmo, le sobrevino el hotelazo  del Sheraton, la visita intimidatoria del Jefe de la CIA para pedir  más  control   de la frontera, y las declaraciones agresivas contra su vecino del zar de la inteligencia norteamericana John Dimitri Negroponte.

Los titubeos y complacencias de Fox y su gabinete, muestran que para este gobierno, por encima de la soberanía y la Constitución, están los negocios como los acordados con Halliburton y su susidiaria Kellog Brown and Root (Cheney de por medio) valorados en 1220 millones de dólares. Si el servilismo es fuente de negocios, bienvenido sea dicen Fox y su amigos.

Apenas unos días quedan para saber el futuro inquilino de la Casa Presidencial de Los Pinos. Muchos son los que esperan un cambio en el camino del hermano país. Seis años peores para México que los primeros de este siglo, ni mandados a hacer.

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Randy Alonso Falcón

Randy Alonso Falcón

Periodista cubano, Director General de IDEAS Multimedios y del portal web Cubadebate, el sitio Fidel Soldado de las Ideas y del programa de la Televisión Cubana "Mesa Redonda". Dirigió otras publicaciones cubanas como Somos Jóvenes, Alma Mater y Juventud Técnica. Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez en TV en 2018. Ha ganado diversos premios en el Concurso Nacional de Periodismo 26 de Julio. En Twitter: @RandyAlonsoFalc

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