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“Lo correcto habría sido llevar a Posada… directamente a la CIA”, afirma el capitán del Santrina

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Santiago Alvarez Fernández Magriñá.JOSÉ Hilario "Pepín" Pujol, el capitán del barco camaronero La Santrina que, según las autoridades cubanas, realizó la entrada ilegal de Posada Carriles en territorio norteamericano, afirma que Santiago Álvarez Fernández Magriñá cometió un error al dar una conferencia de prensa clandestina para Posada en mayo último. "Lo correcto habría sido llevar a Posada directamente a la CIA, no llevarlo a la televisión", opinó en una entrevista otorgada al Miami Herald.

En un articulo titulado "Misterioso viaje vincula a cinco", publicado en la edición del 31 de diciembre del diario miamense, bajo la firma de los reporteros Oscar Corral y Alfonso Chardy, Pujol estima que el show mediático de Posada "provocó a las autoridades".

"Pepín" Pujol, que reconoció ante los periodistas del Herald haber sido entrenado por la CIA, confesó además "haber realizado muchas incursiones" en territorio cubano, diciéndose "experto" en infiltrar a Cuba por mar.

Contó abiertamente cómo, en 1995, realizó  un viaje a Cuba en otra embarcación para dejar a los terroristas Santos Armando Martínez Rueda y un cómplice "cerca de Puerto Padre", en la provincia de Las Tunas.

"Los llevé para que se infiltraran y los saqué", destacó Pujol para luego precisar que Martínez Rueda y el otro hombre querían "matar a  Fidel".

En marzo de 1995, agentes de la seguridad cubana desactivaron una bomba en una instalación turística de Varadero, y capturaron a Martínez Rueda y a Jorge Enrique Ramírez, indican los autores del reportaje.

La prensa cubana reportó entonces que Martínez Rueda y Ramírez se habían infiltrado en Puerto Padre, llevando 51 libras de explosivo C-4.

Los dos terroristas fueron convictos en 1996 y permanecen en cárceles cubanas.

La Santrina

Rubén López Castro, ASESINO

"Las líneas del Santrina no son del tipo que puedan usarse para acelerar, realmente es una simple embarcación camaronera, nada más. Pero este camaronero está lleno de intriga: sospechoso de conspiraciones, traición, un alijo secreto de armas vinculado a uno de sus dueños, y una serie de vínculos con Luis Posada Carriles, el militante anticastrista entrenado por la CIA que ha sido acusado de actos de terrorismo", escriben Corral y Chardy al señalar cómo El Santrina, "flota despreocupadamente en las aguas del Río Miami" mientras su dueño espera su suerte en la cárcel.

Santiago Alvarez, 64 años, cómplice del terrorista Luis Posada Carriles desde décadas y uno de los dueños del barco  se encuentra tras las rejas desde el 19 de noviembre,  bajo acusaciones de posesión ilegal de ametralladoras, municiones, un silenciador y un lanzagranadas. Su socio Osvaldo Mitat, 63 años, se encuentra encarcelado con él.

"Alvarez, Pujol, Posada y el gobierno estadounidense mantienen que un coyote entró a Posada de contrabando a través de la frontera con Texas días después del viaje del Santrina", afirma El Herald.

Sin embargo, según las meticulosas investigaciones del periódico ¡Por Esto! de México, La Santrina recogió a Posada Carriles el 14 de marzo del 2005 en Isla Mujeres para clandestinamente llevarlo a Miami. En esa misma embarcación viajaban además del "promotor" y terrorista miamense Santiago Álvarez y del "capitán" y operativo de la CIA José Hilario "Pepín" Pujol, Rubén López Castro, Gilberto Abascal y Oswaldo Mitat, todos vinculados con los círculos terroristas de Miami.

El Herald revela que, de acuerdo con sus amistades, Rubén López Castro, 67 años, es el dueño de la casa donde estuvo Posada durante al menos seis semanas mientras se encontraba escondido en Miami, y donde fue detenido el 17 de mayo. López Castro se negó a hacer comentarios cuando se contactó con él.

Sin embargo, se sabe perfectamente en Cuba  que este mismo extremista cubanoamericano, participó el 4 de octubre de 1973 en un ataque terrorista que provocó la muerte del pescador cubano Luis Torna Mirabal.

El individuo, fichado hasta en los archivos del FBI como terrorista internacional, es un "especialista en operaciones navales",  vinculado a las organizaciones terroristas Alpha 66 y PUND (Partido Unidad Nacional Democrática), que se han atribuido en el pasado un largo número de acciones criminales contra la Isla.
Ese día de octubre de 1973, dos naves pesqueras cubanas, el Cayo Largo 34 y Cayo Largo 17, fueron atacadas por terroristas que se aproximaron sorpresivamente a las embarcaciones utilizando lanchas rápidas artilladas. Armados con ametralladoras, los atacantes abrieron el fuego sobre los siete pescadores del Cayo Largo 34, hiriendo mortalmente a Torna Mirabal.

López Castro, junto a Santiago Álvarez Fernández Magriñá y Nelsy  Ignacio Castro Matos, todos de Miami, también participó en el complot de noviembre 2000, para asesinar al Presidente de Cuba en Panamá. A pesar de eso, descaradamente, López Castro se encontraba en Panamá en la sala misma del proceso legal contra Posada Carriles y sus secuaces.
Junto a el se reconocía a Ernesto Abreu, socio de la seudo fundación dueña de La Santrina, quién luego participará a la salida precipitada de Posada y demás asesinos del país istmeño y visitará en Isla Mujeres con Álvarez y Lopez Castro a bordo de la Santrina.
Entretanto, tres terroristas, detenidos en Cuba en abril del 2001, han reconocido mediante presentación de fotografías y vídeos, a Nelsy Ignacio Castro Matos y sus cómplices de Miami Santiago Alvarez y Rubén Darío López Castro, como participantes en la dirección, organización y financiamiento de la operación en medio de la cual fueron arrestados, cuando se ocuparon, entre otras armas, cuatro fusiles AK 47 calibre 7,62 milímetros de fabricación rumana.

EL FBI IMPOTENTE
Informado de la entrada sumamente ilegal de Luis Posada Carriles en territorio estadounidense, de lo que prevé la ley en tal caso, y de la trayectoria terrorista del septuagenario y de los que lo protegen, el Special Agent in Charge (SAC) Michael S. Clemens, jefe del FBI de Miami, no dispone, aparentemente, de la autoridad necesaria para ubicar, arrestar y inculpar a los terroristas que lo rodean.

En septiembre del 2001, 14 de los 19 terroristas que participaron en el ataque a las Torres Gemelas, se entrenaron hasta el último momento, a unos kilómetros de las oficinas de la policía federal que se consagraba entonces a perseguir a "agentes" cubanos que se habían infiltrado en los grupos dirigidos por Santiago Álvarez y sus semejantes.

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Jean-Guy Allard

Jean-Guy Allard

Periodista canadiense radicado en Cuba. Es autor del libro "Auge y caída de Reporteros Sin Fronteras".

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