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Concejos para una superpotencia: Como hacer amistades y ganar influencia

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Concejos para una superpotencia: Como hacer amistades y ganar influencia

Luis Rumbaut

La Alborada

15 de abril de 2005

Haz llover el terror desde los cielos sobre un país que no ha atacado al tuyo. Envenena la tierra con explosivos de uranio. Ocupa el país (quieres su petróleo), mata a quizás 100,000 civiles, aparte de las decenas de miles de otros que sí resisten la ocupación. Captura a miles más, y, a discreción, tortúralos para romperlos, obtener información, dar un ejemplo, lo que sea. No te preocupes por un proceso debido. Mientras le pongas a ellos un nombre apropiado, todo es legítimo. (Sí eres la única superpotencia, puedes hacerlo.)

Reparte algo de la faena de tortura a otros paises, pero llévate un contingente a una base naval apartada sobre una isla del Caribe, misma que has poseído por más de cien años contra la voluntad de su pueblo, a quien has sometido por los últimos 46 años a sanciones cada vez más draconiananas en un esfuerzo por crear la mayor miseria posible entre ese pueblo--incluidos los ancianos, las mujeres, y los niños.

No sucede nada sobre la isla ni remotamente parecido al trato que reciben tus cautivos en esa base naval, pero sucede ésto: el gobierno de la isla ha arrestado a docenas de gente que has coordinado, dirigido, y financiado como extensión de tu plan de derrocar al gobierno.

?Qué hacer? Te vas a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas y acusas al gobierno isleño de violaciones de los derechos humanos. Aprietas, picas, y amenazas a otros paises según sea necesario para sobreponerte a cualquier titubeo que muestren en seguir el plan. (Sí eres la única superpotencia, puedes hacerlo.)

Tírate de hombros en cuanto a la oposición de más de 4,000 conocidos pensadores y humanistas, incluyendo ganadores de premios Nóbel de la paz y de literatura, personalidades políticas, artistas, aún algunos que no se portaron muy amistosos con el gobierno de la isla cuando arrestó a tus agentes. Ignora los movimientos populares alrededor del mundo de apoyo al pueblo de la isla. Después de todo, si no fuera por tus acciones, quizás no se estarían tomando el tiempo y la molestia de organizarse.

Eso sí, ejerce una flexibilidad táctica. Si ningún otro país quiere actuar por tí, radica la moción por tí mismo. Si ves que la Comisión no está por emitir una condena, deja aguado el texto hasta que queden sólo detalles de procedimiento. Lo principal es mantener vivo el asunto como punto de presión.

Sea cual sea el desenlace, declara una victoria--para tí, para la libertad, para los derechos humanos. Nadia se habrá dado cuenta de la rancia hipocresía de tus acciones. Por lo menos, no es probable que digan nada en público, en aras de la sobrevivencia propia.

Acomódate entonces, listo a cosechar la buena voluntad y la admiración de los pueblos del mundo. Puedes estar seguro de una cosa: no se olvidarán de lo que has logra.

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Luis Rumbaut

Luis Rumbaut

Periodista cubano radicado en Washington. Es el director del diario digital La Alborada.