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Periodismo servil

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 ¿Por qué los medios que suelen llenar sus espacios -escritos, radiales, televisivos, virtuales- hablando de derechos humanos, de libertad y denunciando al terrorismo, no dicen absolutamente nada acerca de los Cinco Héroes cubanos encarcelados por prevenir a su pueblo de los ataques criminales de los grupos de Miami? Callan, porque son sumisos a la política imperialista del gobierno de los Estados Unidos.

 

Si en Cuba el Gobierno Revolucionario detiene -como lo hizo en abril de 2003-  a personas comprometidas en planes subversivos contra la soberanía nacional y por favorecer a la política asesina de los Estados Unidos contra la Isla, entonces ahí sí, todos los medios -al son de la orquesta dirigida por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la CNN y Reporteros Sin Fronteras (RSF)- se regocijan acusando falsamente a Cuba de violar los derechos humanos. Y esto, a pesar que ninguno de esos medios ignoran que en cualquier país de derecho esos actos son severamente sancionados y más aún, cuando se trata -como ha sido en Cuba-, de mercenarios que colaboran con los servicios estadounidenses y los grupos terroristas radicados, en Miami. Pero cuando el Gobierno cubano aplica la ley, entonces los medios serviles del Imperio, se rasgan las vestiduras contra la Revolución.

 

El comportamiento de ese periodismo en relación con Cuba puede ser resumido así: primero, todo acto terrorista que se haga dentro o fuera de la Isla contra Cuba, es celebrado "secretamente" por ellos; segundo, cuando el Gobierno estadounidense viola los derechos humanos, como actualmente lo hace con los Cinco Héroes cubanos, ellos callan; tercero, cuando el Gobierno de Cuba se defiende -basado en sus leyes y el derecho internacional- contra esos actos terroristas, inmediatamente ellos cierran filas y atacan a la Revolución, culpándola de represiva.

 

Un ejemplo centroamericano de este tipo de prensa maniatada es el periódico La Nación de Costa Rica (principal medio comercial) que hace propaganda a los supuestos defensores de los derechos humanos en Cuba, como es el caso de Marta Beatriz Roque, de quien ha sido demostrado que vive holgadamente gracias a los sueldos y premios que le entrega la Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA) en La Habana; el derecho que defiende esta señora, es su derecho a los dólares por difamar a su patria. Difunde también cualquier extravagancia de Oswaldo Payá, presentándolo como otro defensor de los derechos humanos. Es de público conocimiento que este señor -supuestamente líder de un movimiento cristiano- aboga por el endurecimiento criminal del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba. Lo que La Nación no dice es que, ambos individuos (Roque y Payá) viven un encarnizado enfrentamiento por el protagonismo, disputándose los premios que la SINA da al más servil de los gusanos. También es habitual encontrar artículos del conocido agente de la CIA Carlos Alberto Montaner, (vinculado a los grupos de cubanoamericanos terroristas de Miami), éste desde su lujosa oficina en Madrid le envía los sueldos a Payá.

 

Ese tipo de periodismo que La Nación ejerce contra la Revolución Cubana, es el que pulula en las esquinas de las calles de las capitales latinoamericanas, lo cual complace al Imperio.

 

Desde el 12 de septiembre de 1998 Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González están detenidos en cárceles de Estados Unidos. Se les ha acusado por el delito de no haberse registrado como agentes extranjeros.

 

Si la acusación contra estos cinco patriotas cubanos, hubiera tenido una sola evidencia, entonces, desde la lógica de ese periodismo, ya hubieran desplegado a sus anchas, por todo el mundo, que en efecto se trataba de cinco cubanos espías. Pero al no haber ninguna prueba -y conscientes de que se trata de una injusticia-, entonces ese periodismo enmudece. No se han atrevido a decir absolutamente nada a favor de la acusación que el Imperio hace contra Los Cinco, no solamente porque saben que no es verdad, sino porque la sola noticia, daría pie para que el lector se interesara e informara mejor y corroborara que se trata de una injusticia.

 

Cualquier persona entendida y educada sabe que desde que triunfó la Revolución Cubana (1959), su foja humanista, revolucionaria, socialista e internacionalista por la vida y contra la muerte ha sido impecable. Por eso, la opción que toma este tipo de periodismo, desde su lógica y su moral, es callar. Al actuar con indiferencia, asume que la desinformación perdurará.

 

Reconocer que estos cinco hombres habían viajado a Miami (sacrificando madres, esposas, hijos, trabajo, patria y sacrificándose por todos ellos) para observar, vigilar e informar sobre los planes de la red terrorista, significaría para el Imperio y su prensa, una derrota, porque estarían aceptando que en su propio patio (Miami) se incuba y despliega con el apoyo de las mismas autoridades estadounidenses el terrorismo hacia Cuba.

 

La ética humanista de estos luchadores -y de su pueblo- contra el terrorismo, jamás será entendida por ese poder mediático. Estos cinco patriotas, apresados injustamente, desde esos castigos inhumanos de la "caja" y el "hueco", se han constituido en la conciencia del mundo contra la muerte. La moral de la prensa servil jamás entenderá esa conciencia.

 

Todo defensor de los derechos humanos, todo el que se dice ser demócrata, todo pacifista y cualquiera que trabaja por un mundo más justo, no pueden ser indiferente hacia ellos. ¡Claro! Quienes lo hagan, se declararían enemigos de Washington. Ser indiferentes hacia ellos es ser cómplices del Imperio. Ellos: Gerardo, René, Antonio, Ramón y Fernando son el remordimiento del mundo.

 

 

 

Lic. Abner Barrera Rivera

Profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos

Universidad Nacional de Costa Rica, Heredia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Abner Barrera Rivera

Abner Barrera Rivera

Periodista y profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica.