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Rugidos y rebeldía

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En 1998, Eduardo Galeano hablando del derecho a soñar, escribió el siguiente delirio: "una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América".

 

En días recientes los medios comerciales han divulgado -con bombos y platillos como si se tratara de una proeza- el nombramiento de la señorita Condoleezza Rice como secretaria del Departamento de Estado del imperio en substitución de Collin Powell. Una lectura vaga de esa designación -a tan ‘alto' cargo-, llevaría a pensar que estamos -casi- a la mitad del sueño de Galeano. Ni siquiera el cargo de vicepresidente del imperio goza de los poderes que pronto tendrá Rice en ese puesto. (El de Consejera de Seguridad Nacional que ostentó por cuatro años le quedó pequeño).

 

Esta lectura vaga y falseada, haría creer que por tratarse de una mujer negra -subrayamos lo de negra- en esa posición, ahora los movimientos sociales de mujeres y negras/os (que luchan por su liberación en distintos niveles) se encuentran bien representados en esa cúspide. Falso. Digámoslo con sencillez y claridad: Rice no condensa el dolor de las mujeres ni de las negras ni de los negros de Estados Unidos -menos todavía del resto del mundo-. Rice concentra la prepotencia, el abuso, la injusticia y la violación de los derechos humanos del imperialismo estadounidense. Mujeres negras -y hombres negros- conscientes de su historia y del presente estadounidense, sólo pueden ver en Rice una verdadera amenaza para sus propios pueblos, sus raíces y sus identidades.

 

Y ahora resulta que los mismos medios presentan, al otrora brazo derecho del imperio, Collin Powell, como una mansa palomita a la par de esta joven pantera que llega al Departamento de Estado. O sea, aquél que representó a Estados Unidos en las falsas negociaciones para impedir las guerras, comprometido con la muerte de miles de personas en Afganistán e Irak, hoy, es mostrado como un peregrino de la paz. Cómico; se dice que su ciclo terminó, porque dilataba las órdenes del todopoderoso Bush.  Powell, ayer fue vocero de los halcones, hoy, es un corderito inofensivo que ya no le sirve a la carnicería imperial (no sería extraño que en los próximos años sea un ‘fuerte' candidato al Premio Nobel de la Paz).

 

No nos interesa discutir aquí, cuán simpática o atractiva pueda ser Rice ante cámaras o fuera de ellas,  pero el mundo ha visto y leído que -aún sin haber asumido el cargo-, cual verdadera pantera ha empezado a rugir, tratando de infundir temor a los pueblos y a los líderes que no se someten a las órdenes de Washington. Refiriéndose a la Revolución Bolivariana en Venezuela y especialmente a su líder el presidente Hugo Chávez, dijo que, no hay que olvidar que éste "es un ex rebelde" por lo que se constituye en "un problema real" y que "la clave allí es movilizar a la región para observarlo y estar vigilantes y presionarlo cuando avance en una dirección u otra". "No podemos hacerlo solos".

 

Cualquier ciudadano informado que ponga atención a estas expresiones, lo menos que puede pensar es que, se tratan de unas cuantas extravagancias de esa joven politóloga. De ella, un inválido mental como Montaner (terrorista y agente de la CIA) dice que es "una mujer con la cabeza admirablemente organizada que desde hace treinta años se dedica a reflexionar y escribir sobre cuestiones geoestratégicas" (La Nación 20-11-04).

 

Para el diario 'The Washington Post' en un editorial titulado "Ojo con Venezuela", la futura secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, debería terminar con la pasividad de Washington hacia Latinoamérica y movilizar a la región para que vigile al Gobierno de Hugo Chávez.

 

Dado que el presidente Hugo Chávez está muy ocupado y no puede perder el tiempo en provocaciones pueriles, solamente se ha limitado a aclarar -para ver si comprende esa "cabeza admirablemente organizada"- que él no es un "ex rebelde", como ella lo califica, equivocadamente, sino un rebelde que no se deja intimidar por amenazas imperiales. Así silenció los rugidos de la pantera.

 

Mientras Rice concentra la amenaza contra los pueblos y los sectores sociales empobrecidos y excluidos dentro y fuera de Estados Unidos, Hugo Chávez condensa la dignidad, la esperanza y la rebeldía de los que no están dispuesto a vivir de rodillas ante el amo del norte. Así el presidente Hugo Chávez, es también una amenaza para el aparato económico, político y militar que encarna la pantera. 

 

Por un lado tenemos que al líder de la Revolución Bolivariana le guía el pensamiento de Simón Bolivar (quien en 1829 dijo: "Los Estados Unidos parecen predestinados para plagar la América de miseria en nombre de la libertad"), y por otro lado, la "cabeza admirablemente organizada" de Rice, ignora quien fue Bolivar. Para superar esa ignorancia, pronto el genio de la Casa Blanca, le advertirá -a esta mujer negra- que, ese tal Simón Bolivar fue un cubano comunista.

 

¡Qué raro! Mientras el ex rebelde, que ella propone vigilar, fue efusivamente recibido y aclamado por cientos de españoles en la Universidad Complutense de Madrid (cosa que le quitó los sueños a Aznar), otras multitudes se agolparon en las calles de Santiago (Chile) y de Cartagena (Colombia) para repudiar la presencia del emperador. (En Madrid, medio centenar de intelectuales españoles charlaron durante dos horas con Hugo Chávez. ¿Se imagina el lector que, una decena de intelectuales -para no pedir mucho-  quieran hacerlo -por diez minutos- con la bestia o la pantera?)

 

Los rugidos de la bestia en cuatro años no han podido doblegar a ningún pueblo, y los de la pantera, son ridiculeces lúgubres. Deberían entender que, no hay rugido que asuste a los rebeldes del mundo.

 

 

Abner Barrera Rivera

Profesor de Estudios Latinoamericanos

Universidad Nacional, Costa Rica.

 

 

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Abner Barrera Rivera

Abner Barrera Rivera

Periodista y profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica.