Cubadebate

Los especialistas en el tema ya habían previsto desde mucho antes su vuelta para esta fecha. De acuerdo con algunos, el terrible terrorista organizaría un nuevo ataque contra Estados Unidos días antes de los comicios de noviembre; mientras para otros, el hombre más perseguido del mundo,  capturado con anterioridad, sería exhibido, previo a los comicios, por los dirigentes de la actual administración como una prueba de la eficacia de su lucha contra el terrorismo.

Pero como suele ocurrir muy pocas veces en las malas películas, aquellas donde el espectador puede predecir siempre el final, el peor de los forajidos salió a escena a través de un vídeo hecho público, a solo cuatro días de las elecciones, por la televisora árabe Al Jazzira para confesar -por primera vez  luego de más de tres años-, su responsabilidad en el atentado contra las torres gemelas de Nueva York, así como las razones que lo condujeron a realizarlo.

"Voy a hablarles de las razones de estos sucesos y de los momentos en los que fue tomada la decisión (de cometer los ataques del 11 de septiembre) para que reflexionen. Juro que no habíamos tenido nunca la idea de golpear las torres, pero después de que la gota hiciera desbordar el vaso, después de ver la injusticia y la arbitrariedad de la alianza estadunidense-israelí contra nuestros hermanos en Palestina y Líbano, la idea me vino a la cabeza".

El villano no desaprovechó la oportunidad para ofrecerles a los norteamericanos sus opiniones sobre el que es uno de los  temas esenciales de la actual campaña: la seguridad de la nación americana.

"Les digo que la seguridad es pilar importante de la vida humana. Los hombres libres no renuncian a su seguridad, contrariamente a las alegaciones de (George W. Bush) en el sentido de que nosotros aborrecemos la libertad. Que nos diga (Bush) por qué no hemos atacado Suecia, por ejemplo. (…) "Su seguridad no está en manos ni de (John) Kerry, ni de (George W.) Bush, ni de Al Qaeda. Su seguridad está en sus manos. La nación que no nos ataque no será atacada".

Nadie hasta ahora, como ha sucedido con otros vídeos anteriores, ha puesto en duda la veracidad de la cinta y mientras la CIA y otras agencias evalúan la grabación para detectar si contiene un mensaje secreto con la orden de iniciar nuevos atentados contra Estados Unidos, los politólogos se han puesto a sacar cuenta a cuál de los dos candidatos beneficiaría en las próximas elecciones esta oportuna reaparición de Osama Ben Laden.

Falsa o no, lo cierto es que quien más se beneficia con la cinta es el actual presidente Bush. Con esta tardía confesión del terrorista se quita, hasta cierto punto de encima, las acusaciones que se han hecho sobre la antigua relación entre su familia y la del terrorista, así como aquellas que lo implican, a él y los halcones de su administración, como cómplice de los atentados.

De igual forma, ya se prevé que aunque las palabras de la grabación incluyen una dura crítica del presidente Bush y su padre, los expertos en manipulación podrían convertir esta crítica en un elogio al comandante en jefe.

De hecho, la sola aparición del líder de Al Qaeda al que algunos consideraban muerto, demuestra que la guerra entre el bien y el mal continúa. El peligro, dice su sola imagen, nos acecha, el cual ha sido un tema recurrente de la Casa Blanca durante los últimos cuatro años.

Por otro lado, esta intempestiva entrada en escena de la encarnación del terror debilita la acusación de los demócratas de que el presidente se había olvidado de Ben Laden para ocuparse de Irak. El saudita, por lo visto, no se olvidó de él y casualmente, ha dejado bien claro quién es su principal rival en este duelo: el bueno de Bush.

Sin dudas, en las pocas horas que faltan para las elecciones del próximo martes esta reaparición anunciada del también ex recluta de la CIA que fue Ben Laden, podría pesar e inclinar, hacia el lado republicano, la hasta ahora equilibrada balanza de la preferencia de los electores