Imprimir
Inicio »Opinión  »

Posada en Honduras: Una larga trayectoria criminal

| +

Luis Posada Carriles, saliendo de la audiencia en Panamá que lo encontró culpable del delito de terrorismo.

LUIS Posada Carriles dirigió en dos oportunidades intentos de asesinato de un Presidente de Honduras con la complicidad de militares de este país. Entre 1994 y 1996, este terrorista internacional encabezó un grupo de sicarios de origen cubano que junto a militares hondureños ejecutaron más de 40 atentados en este país, además de aquellas dos acciones fallidas contra el Presidente de la República hondureña, con el objetivo de acabar con su Gobierno.

Tras fugarse de la cárcel venezolana donde estuvo preso después del atentado contra un aparato de Cubana de Aviación que ocasionó 73 muertos, Posada, bajo orientaciones de la CIA, se trasladó a El Salvador, donde dirigió las operaciones de narcotráfico en la base militar de llopango, para financiar el abastecimiento de armas de la Contra nicaragüense.

En febrero de 1990, mientras se encuentra como "asesor de seguridad" de Teléfonos de Guatemala, otra cobertura ofrecida por la inteligencia norteamericana, Posada es objeto de un misterioso atentado. Una bala le atraviesa la mandíbula y la lengua. El costo de su hospitalización será atendido por el director de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), el terrorista Alberto Hernández, hoy uno de los capos del Cuban Liberty Council en Miami.

Al salir del hospital, Posada se traslada a la ciudad de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, donde se piensa que se ha refugiado hace unos días al ser indultado por Mireya Moscoso.

HUESPED DEL TRAFICANTE NODARSE

¿Quién lo atiende entonces y lo aloja en un hotel del lugar?

El mismo negociante delincuente de quien se hace hoy referencia en la prensa hondureña como su anfitrión.

Se trata del traficante de armas y propietario de una cadena de televisión (canal 6) de origen cubano Rafael Hernández Nodarse, alias Ralph Nodarse, quien asume entonces todos los gastos.

Posada mantiene en este momento y seguirá haciéndolo en los años siguientes, frecuentes contactos con Gaspar "Gasparito" Jiménez Escobedo y otros elementos criminales con quienes organizó varios atentados contra el presidente cubano Fidel Castro, siempre con el apoyo de varias organizaciones de Miami.

Gran conocedor de la región después de tantos años de conspiraciones terroristas, de actividades con el narcotráfico y de participación en actividades represivas, se desplazó por Guatemala, Costa Rica y El Salvador, donde desarrolló relaciones con militares extremistas mientras realizaba varias estancias en Estados Unidos, España, República Dominicana y Venezuela, siempre con falsos documentos y con total impunidad.

Posada es conocido tanto en Honduras como en los países vecinos con los nombres y apodos de Ramón Medina, El Bambi, El Calambuco de Cienfuegos, El Condotiero, Franco Rodríguez Mena.

UN ENCUENTRO AMISTOSO CON EL FBI

El 7 de febrero de 1992, desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde, en el local número 426 de la Embajada norteamericana en Tegucigalpa, dos agentes del Buró Federal de Investigación norteamericano interrogaron y escucharon a Posada, acerca de su participación en las actividades de narcotráfico del escándalo Coca-Contra. Y lo dejan en libertad.

Una investigación del norteamericano Robert Parry publicada en 1996, cuatro años antes del arresto de Luis Posada Carriles y de sus cómplices en el intento de magnicidio en Panamá, revelaba cómo Posada ofreció entonces al FBI varios elementos nuevos sobre su participación en esa enorme operación de tráfico de drogas y de armas que había realizado bajo las órdenes del coronel Oliver North, del asesino Félix Rodríguez Mendigutía y de sus varios jefes de la Casa Blanca.

En enero de 1994 planificó en Honduras un plan fracasado de atentado contra Fidel Castro, financiado por la FNCA, que preveía ejecutar en la toma de posesión del presidente Reina.

En 1995 Posada, en conspiración con unos militares hondureños, coloca 41 bombas en Honduras. Sus actividades criminales fueron denunciadas en 1997 por el doctor Ramón Custodio, dirigente del Comité Hondureño de Derechos Humanos.

En 1997 organiza, con el apoyo de la cúpula de la FNCA, la estructura terrorista creada en Centroamérica con el objetivo de ejecutar acciones violentas contra Cuba, reclutando mercenarios de la región, lo cual reconoció públicamente a mediados de 1998.

Ese mismo año, Posada participa, junto al directivo de la FNCA, Arnaldo Monzón Plasencia, en los preparativos de un atentado contra el Presidente cubano que fracasó cuando el yate La Esperanza fue accidentalmente interceptado cerca de Puerto Rico con potentes armas a bordo. Los mismos conjurados que preveían ejecutar su plan criminal durante la celebración de la VII Cumbre Iberoamericana en Isla Margarita, Venezuela. Varios terroristas radicados en Venezuela, entre ellos Nelly Rojas, Pedro Morales y Francisco Pimentel, participaron en el fracasado intento.

En 1997 organiza una campaña de terror en Cuba usando mercenarios que introducen en la Isla 14 bombas, de las cuales 8 estallan, una de ellas matando al turista italiano Fabio di Celmo.

Posada, siempre con el financiamiento de sus cómplices de Miami y la tolerancia de las autoridades norteamericanas, participa en la organización de un atentado contra el Presidente de Cuba, durante su visita a República Dominicana en agosto de 1998.

El 12 de septiembre de 1998, el FBI de la Florida del Sur, dirigido por el Special Agent in Charge (SAC) Héctor Pesquera, involucrado en la "resolución" del caso de los terroristas de La Esperanza, arresta a los patriotas cubanos infiltrados en esos mismos grupos terroristas de Miami que apoyan a Posada y a sus planes de terror.

Después de un juicio trucado y 17 meses de aislamiento ilegal en celdas de castigo, Los Cinco son condenados a largas penas que cumplen en cinco cárceles distintas del territorio norteamericano, dos de ellos sin acceso a sus esposas, en violación de sus derechos humanos más elementales.

Ese mismo año, Posada planeó hacer estallar otro avión de Cubana de Aviación en un vuelo hacia Centroamérica.

UNA REUNION EN HONDURAS PARA EL COMPLOT DE PANAMA

Dos directivos de la Fundación Nacional Cubano-Americana, José Francisco "Pepe" Hernández Calvo y Alberto Hernández Sarduy, viajaron a El Salvador en la primera semana de agosto del 2000 para reunirse con Posada.

Proponen entonces a Posada la ejecución de un plan de asesinato al presidente Fidel Castro, el cual debe tener lugar durante la celebración de la Cumbre Iberoamericana, en Panamá. Ofrecen sufragar todos los gastos, como la compra de explosivos y armas, viajes, comunicaciones, alquiler de viviendas y pago de los ejecutores.

Entre agosto y octubre, Posada, con identidad falsa, realizó varios viajes por Honduras, Costa Rica y Panamá en función de los preparativos.

En Honduras, Posada viaja entonces a San Pedro Sula, donde se reúne con Rafael Hernández Nodarse, quien vive en 5ta Avenida, entre 25 y 26, con su hijo Joaquín, residente en Circunvalación 26, son connotados traficantes de armas, aparte de sus actividades más oficiales en la esfera de la televisión.

En Costa Rica, es atendido por los agentes de la Fundación Nacional Cubano-Americana, Gustavo y Armando Lora Hernández, quienes se mantienen en contacto con José Francisco "Pepe" Hernández, presidente de la FNCA e iniciador del proyecto de asesinato del presidente Fidel Castro, que fracasara en Panamá en noviembre. En Honduras, Posada compró armas y explosivos. En Costa Rica encontró apoyo para introducir clandestinamente este material en territorio panameño con la ayuda del hondureño Carlos Vicente "Chente" López Sánchez.

Fichado en un informe del FBI como uno de los terroristas más peligrosos de la mafia miamense, Gaspar Jiménez (ahora indultado por la Moscoso y libre para conspirar en Miami, donde fue acogido abiertamente por varios connotados terroristas) viajó entonces a El Salvador para ultimar detalles del complot. En esa reunión, Posada indica que escogió a unos cómplices potenciales y nombra a Antonio "Tony" Iglesias Pons, Santiago Alvarez Fernández Magriña, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Crispín Remón Rodríguez, por supuesto, también de regreso en Miami.

En aquella visita, Jiménez comprueba que Posada ya dispone de más de cien libras de explosivo plástico C-4, de fabricación norteamericana.

En el curso de esa visita a El Salvador, Gaspar Jiménez entrega 8 000 dólares a Posada. Días más tarde, Antonio "Tony" Iglesias Pons también aparece en este mismo país, donde Posada reside permanentemente, y le entrega otros 5 000 dólares. Sin embargo, el cabecilla terrorista sigue exigiendo más y más dinero para ejecutar el criminal proyecto. "Tony" Iglesias acompaña entonces a Posada a Honduras para realizar compras de armamentos.

Posada, Jiménez Escobedo, Remón y Novo Sampol fueron detenidos en la ciudad de Panamá, el 17 de noviembre del 2000, poco después de que Cuba revelara a las autoridades panameñas la conspiración para asesinar al presidente Fidel Castro durante una asamblea de estudiantes, de trabajadores y de indígenas. Este crimen, de haber tenido lugar, hubiera provocado muchas más víctimas que el atentado de las Torres Gemelas.

EN MIAMI, UNA ALEGRE ACOGIDA TERRORISTA

En el aeropuerto miamense de Opa-Locka, el jueves 27 de agosto, el indultado Gaspar Jiménez Escobedo apareció con sus dos compañeros de viaje en un Learjet alquilado.

En el 2000, salió de los Estados Unidos con un pasaporte falso. Lo busca la policía mexicana por evasión. Al bajar del avión, Jiménez se quejó de un malestar. Padece de alta presión, dice. El terrorista es entonces enviado con toda urgencia al hospital. De ahí saldrá directo hacia su casa.

Pedro Remón y Guillermo Novo tienen un pasado terrorista que rellena varias gavetas del FBI. Minutos después de su llegada, ambos hombres están en los brazos de sus admiradores, entre los cuales varios terroristas fichados: Reynold Rodríguez, quien fue jefe del CORU en Puerto Rico y a quien se atribuye el asesinato del joven activista Carlos Muñiz Varela; Santiago Alvarez, buscado por Interpol, a quien el Miami Herald describe como un desarrollador; y Alberto Hernández, proveedor de armas en el bien documentado caso de La Esperanza.

Hernández es hoy uno de los capos del Cuban Liberty Council que asesoran a George W. Bush acerca de Cuba.

Haga un comentario



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Jean-Guy Allard

Jean-Guy Allard

Periodista canadiense radicado en Cuba. Es autor del libro "Auge y caída de Reporteros Sin Fronteras".

Vea también