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A propósito de la detención del Dr. Dhari

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  Las imágenes que se quieren esconder de la vida hoy en Irak  

Se ocuparon muy bien, desde sus medios de comunicación, de "aclarar" la situación. La guerra se hizo para restaurar las libertades en Iraq, y una de ellas corresponde a la prensa.

Cuando en abril de 2003 las tropas norteamericanas y británicas invasoras derrocaron a Saddam Hussein, todo el sistema de comunicación estatal se vino abajo y comenzó de inmediato a ser regenteado por un contratista del Departamento de Defensa de Estados Unidos, la Science Applications International Corporation. Por supuesto, muy pocos iraquíes se sintieron satisfechos con el contenido de la programación estadounidense y las críticas llovieron. Don North, un productor de televisión y periodista, fue uno de los que ayudó a crear esa red informativa, pero a finales del pasado año escribió un artículo para la publicación TelevisionWeek que tituló: La Frustración del Proyecto Iraq: Un hombre de la noticia ve cómo las cosas se hicieron mal. Por supuesto, North ya había abandonado el plan del Pentágono y lo llamó propaganda.

Luego, se le otorgó un contrato por 96 millones de dólares a la productora de equipos de comunicación estadounidense Harris Corp., con sede en la Florida, con el objetivo de que fundara una red de medios "nacionales" en Iraq que operarían 30 estaciones de televisión y de radio transmisores, tres estudios de transmisión y 12 oficinas en todo el territorio de ese país.

Como es de suponer, para el gusto de los ocupantes, esos canales de televisión, periódicos y emisoras radiales son las únicas capaces de decir la "verdad", por tanto, otros intentos no son bienvenidos.

No es casual que esta guerra tiene en su haber una cantidad nada despreciable de cadáveres en las filas de los periodistas y camarógrafos, una parte de ellos de origen árabe, y casi todos dando cobertura para medios que no estuvieron en el grupo de los incrustados en las fuerzas estadounidenses y británicas durante la invasión.

Al Jazeera, el canal de televisión qatarí, acaba de ver cómo cierran sus oficinas en Bagdad, y a lo largo de la invasión y la ocupación presenció la obstaculización de sus coberturas, algunos de sus periodistas y camarógrafos han sido detenidos y no puede dejarse al olvido que Tareb Ayub, su corresponsal en Bagdad, murió durante un ataque de un avión estadounidense a las oficinas centrales de la televisora, el 8 de abril de 2003, a pesar de que las coordenadas del lugar habían sido entregadas a las fuerzas de Estados Unidos para que no fueran tomadas como blanco. Ese mismo día, también fueron abatidos Taras Protzyuk y José Couso, en el piso 15 del Hotel Palestine, por los disparos de un tanque.

Y ¿qué ha sucedido con alguna de la prensa creada por los propios iraquíes?

El periódico Nir-al-Hawza fue clausurado en marzo pasado. No era conveniente que esa prensa vinculada a Muqtada Sadr divulgara las opiniones iraquíes sobre lo que acontece en su país.

Ahora, las fuerzas de ocupación acaban de arrestar al doctor Muthana Harith al-Dhari, editor jefe del diario al-Basaer (Desde adentro), un medio de la influyente Asociación de Eruditos Musulmanes.

La operación se llevó a cabo en la mañana del lunes 2 de agosto cuando partía hacia la mezquita de Um al Quraa, sede del comité, y la acción represiva militar fue definida por Ahmad Abd Al-Ghafur al-Sammarai, toda una autoridad sunnita en Iraq, con esta sentencia: "Este es el trabajo de las fuerzas de ocupación. Ellas están aquí para intimidar y aterrorizar al pueblo no para reconstruir nuestro país".

No he visto esta información en los medios occidentales. Tampoco conozco, hasta el momento, que Reporteros sin Frontera haya denunciado hecho tan arbitrario, en el que una patrulla de Estados Unidos apareció súbitamente y ordenó parar al grupo de carros en que viajaban al-Dhari y sus acompañantes para llevarse al distinguido intelectual en custodia y a dos de sus compañeros.

Precisamente Al Jazeera entrevistó a Amar Abd Al-Karim, uno de quienes integraban la caravana cuando el editor de al-Basaer fue arrestado. Al-Karim dijo que acababan de salir de la LBC (Lebanese Broadcasting Corporation), otro medio árabe, al que el doctor había concedido una entrevista.

"Un número de Humvees arribó con dispositivos detectores. Escanearon nuestros cuerpos, y nos dijeron que el Dr. Muthana y dos de sus compañeros iban a ser arrestados porque habían descubierto restos de explosivos en las manos del Dr. al-Dhari"… "Los soldados estadounidenses nos dijeron que nos calláramos, o seríamos detenidos junto con el Dr. al-Dhari".

Los periodistas iraquíes han condenado el ilegal acto, repudiado por todo el personal de al-Basaer, y están solicitando a las asociaciones, uniones y gremios de periodistas, dentro y fuera de Iraq, que reclamen a Estados Unidos la liberación del editor, evidentemente arrestado porque en la entrevista trasmitida por la emisora libanesa dijo algo que no gustó a los ocupantes.

¿O acaso serán los antecedentes familiares de este notable pensador sunnita los que preocupan a las fuerzas estadounidenses?

El Dr. Arit Al-Dhari es descendiente de Shaikh Dhari, quien se convirtió en un héroe nacional cuando gestionó un atentado contra un oficial colonial británico, el coronel Gerard Leachman, en 1920, desencadenando una revolución masiva contra la ocupación británica de Iraq.

Estados Unidos habrá sacado sus propias conclusiones

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Juana Carrasco Martín

Juana Carrasco Martín

Periodista cubana y jefa de la página internacional del diario Juventud Rebelde.