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Valientes: Ganarle a la Covid-19, esa va a ser la mayor satisfacción como médico

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El Dr. Jorge Jiménez Armada. Foto: Naturaleza Secreta.

El Dr. Jorge Jiménez Armada es uno de los héroes del enfrentamiento a la #Covid-19 en Cuba. Él es especialista en Medicina Intensiva y de Emergencia, y en Medicina Interna. Es profesor de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana. Tiene 59 años y lleva toda una vida de ejercicio profesional en el Hospital Clínico Quirúrgico Docente Salvador Allende (La Covadonga):

“Siempre he estado trabajando acá en el Hospital Salvador Allende, es la Institución más grande de mi vida, he estado en muchos lugares con la responsabilidad de médico, cuando he estado cumpliendo misión internacionalista; pero siempre me he identificado con estar aquí en el Hospital, inicialmente cuando desarrollamos la Especialidad de Medicina Interna, trabajaba en los servicios de Medicina del Hospital y posteriormente hice la especialidad de Medicina Intensiva y Emergencia. He enfrentado la docencia aquí en esta Institución porque en el departamento de las Ciencias Clínicas durante varios años y luego vicedecano Docente de Facultad de Ciencias Médicas y posteriormente estuve a cargo de esta misma Facultad de Ciencias Médicas durante varios años, siempre aquí en esta Institución.

Fui seleccionado por el MINSAP para recibir la capacitación en el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” para poder enfrentar la pandemia con el objetivo fundamental de capacitar al personal médico sobre todo de las terapias intensivas a nivel de las provincias … y estuvimos capacitando en los distintos servicios, fue una capacitación no solamente dirigida al personal médico, sino a los enfermeros, al personal de servicios, en fin, estuvimos capacitando a todo el Hospital para atender la pandemia.

Una vez que terminó la capacitación, nos incorporamos al trabajo de aquí en la segunda rotación con el objetivo de poder enfrentar la pandemia. Aquí hemos tenido una experiencia que es inolvidable, porque han sido momentos muy difíciles, de muchos pacientes, de muchos ingresos… y ha sido una experiencia muy grande, por el contacto directo con los seres humanos que sufren de esta enfermedad, las características que tiene, el alto peligro del contagio. Es una experiencia extraordinaria por los sentimientos de compañerismo, de solidaridad humana que se crean en cada uno de los que estamos trabajando. Aquí ha pasado de todo, cumpleaños de uno mismo, de tus hijos, esposa y tú no puedes estar con ellos.

El ejemplo personal se hace cumpliendo en donde uno se considere más útil, aun cuando eso represente un riesgo para la vida y, entonces, me siento mucho más cómodo y más útil, aun cuando ese temor a poder uno enfermarse existe, y tratar de salvar la mayor cantidad de vidas posibles, para mí eso es una satisfacción personal, poder estar cumpliendo esta tarea.

Aquí hemos contado con personal de apoyo haciendo funciones de limpieza, de servicios, entre ellos estudiantes universitarios de otras universidades que no tienen nada que ver con la Universidad Médica. Creo que también esto ha sido una experiencia para el país en sentido general, trabajar con gente más joven es una labor extraordinaria y sobre todo cuando usted puede trasmitir las experiencias, la manera de poder enfrentar la enfermedad, de poder disminuir ese temor, que se vea como una condición necesaria que tenemos que enfrentar.

La historia de nuestro país ha demostrado que la juventud es fundamental, que ha impulsado las tareas que ha enfrentado la Revolución. Para mí realmente ha sido una experiencia significativa, muy significativa, poder contribuir con este granito de arena, para tratar de que nuestra población, nuestro país, salga de una manera victoriosa de esta pandemia que es lo fundamental.

Los recursos que se han asignado para la atención a los enfermos son importantes, si nosotros llevamos a cuenta matemática cuanto el país ha dispuesto para enfrentar la pandemia, no son números que caben en una hoja de papel… por otro lado, es muy meritorio lo que han hecho los científicos, nuestros investigadores, con todo el arsenal terapéutico que se ha empleado para el tratamiento de esta pandemia y con resultados.

En la primera rotación hubo cinco fallecidos por COVID, ya después en las otras rotaciones no hemos tenido fallecidos, hemos ganado experiencia para el manejo de las condiciones críticas del enfermo, hemos podido ver que esta enfermedad tiene a veces cuestiones impredecibles.

Hemos vistos enfermos con una evolución aparentemente muy buena y que rápidamente hacen un empeoramiento de su condición clínica a tal extremo que necesitan un máquina de ventilación artificial y hemos visto que en ocasiones su evolución ha sido fatal y en otras no.

También hemos tenido pacientes que tienen un estado fatal, a partir de los parámetros radiológicos de los exámenes complementarios que hacemos, desde el punto de vista de laboratorio clínico, desde el punto de vista inmunológico; sin embargo, con un estado general hasta bueno y uno dice: ¿si tiene esas condiciones en esos exámenes cómo es posible que soporte de una manera adecuada la enfermedad? O sea que en ese sentido hemos tenido de todo, enfrentar la muerte es muy doloroso para cualquier médico, no en estas condiciones, sino en cualquiera, o sea, es nuestro principal enemigo, es con el que tenemos que enfrentar la lucha siempre, el morir y el nacer son dos condiciones inherentes a la vida humana.

La formación del médico es para evitar la muerte y cuando ocurre siempre conlleva sentimientos de frustración, aun cuando sabemos que puede ser inevitable, aun cuando se prepare a la familia y se les explique que las condiciones son muy malas y que realmente la evolución del enfermo está siendo totalmente desfavorable, no nos acostumbramos cuando eso ocurre, siempre queda el temor o la insatisfacción personal de que no pudimos lograrlo y para eso no hay edad, porque a veces las personas piensan que porque era un ancianito...

Nosotros hemos tenido pacientes aquí de muchos años y se han salvado y eso nos reconforta, también los hemos tenido de muchos años y desgraciadamente han fallecido. Siempre que tenemos estos espacios públicos, le trasmitimos las más sinceras condolencias a sus familiares, a sus seres queridos, a sus amigos; pero realmente son cuestiones a las que uno no se acostumbra, uno no se acostumbra porque siempre detrás de cada fallecido hay horas de dedicación, horas de un esfuerzo y vamos hacer tal cosa, y a veces uno dice: mejoró, está mejorando y, de buenas a primera, vienen las complicaciones, muchas veces características de esta enfermedad, que ocurren de manera inadvertida como hemos dicho otras veces.

Un enfermo va evolucionando bien y de buenas a primera hace una parada cardíaca, estamos hasta una hora reanimándolo y al cabo de la hora, lo hemos logrado, salió; pero otros desgraciadamente nos hacen una parada cardíaca, los reanimamos, posteriormente vuelven a realizar una segunda parada, después hacen una tercera parada y entonces tú dices, bueno, finalmente lleva este sentimiento de frustración por la dedicación que uno ha hecho previamente para que esto no ocurra y esa relación médico paciente, porque estos pacientes nosotros muchas veces los recibimos despiertos, conversamos con ellos, sabemos sus interioridades, que si yo tengo a mi hijo solo en la casa, o médico yo tengo que salir porque tengo tal situación en mi casa, vivo con mi esposo solo y también es un ancianito o a mi esposo le dio un accidente vascular encefálico y yo tengo que apoyarlo, o sea, todo este tipo de interacción en la relación médico-pacientes, que influye de manera considerable a la hora del desenlace fatal, y no es solamente la gente joven, la gente joven nos da mucho dolor porque son años potencialmente de vida perdidos y por eso siempre hacemos hincapié en que la gente tienen que auto cuidarse.

Es una enfermedad que tiene una forma clínica de presentación caracterizada por la presencia del asintomático, que yo pienso que es uno de los factores fundamentales a la hora de la contaminación, porque como el asintomático no tiene ningún síntoma, puede estar deambulando, se cree muchas veces que está sano, que no le pasa nada, algunos desgraciadamente tienen la creencia de que si toman limón, si toman miel, que si hace esto, lo otro, hay personas que creen que no se van a enfermar y lo hemos visto en la práctica que realmente se enferman y son los principales responsables de la contaminación que existe y en la práctica médica muchas veces los vemos cuando los ingresan prácticamente sin ningún síntoma y desarrollan después un cuadro desfavorable con una evolución clínica desfavorable, es una cosa también importante.

La otra experiencia que nos trae esta enfermedad son las secuelas. Esta es una enfermedad que puede dañar seriamente los pulmones, puede dejar una fibrosis pulmonar significativa, que en Cuba está existiendo una experiencia muy importante con el trasplante de células madres para este tipo de enfermos que quedan con estas secuelas; pero también hay enfermos que tienen una evolución fatal, desde el punto de vista cardiovascular, que hacen arritmias cardíacas, que se pueden quedar con trastornos, hemos visto el desarrollo de infartos agudos en el miocardio, fenómenos trombóticos, o sea, fenómenos oclusivos, como son las trombosis venosas, como son los accidentes vasculares encefálicos, cuestiones que se ven y que evidentemente van a repercutir de manera seria en la persona que es afectada, por eso tratamos siempre de alertar a la población de que cada vez tengan una mayor dedicación al auto cuidado y a la responsabilidad para tratar de evitar el contagio.

Tengo dos hijos, una que está muy preocupada, es ingeniera en Telecomunicaciones en estos momentos está haciendo una maestría en Ingeniería Biotecnológica y tengo un hijito varón que es el más pequeño, que está ahora en estos momentos en franco proceso de ingresar a la Universidad, para presentarse a los exámenes de ingreso, quiere estudiar Medicina y estoy muy orgulloso de mis hijos, de los dos, de mi esposa que es médico anestesióloga, que constantemente está llamando, por supuesto de mi madre, mi hermana de toda mi familia, mi primo que constantemente está: oye, cuídate que tú si estás en la batalla, cuídate que si estás en la zona roja, la gente lo dice de mil maneras, los amigos, los amigos médicos, amigos que no son médicos; pero, oye, otra vez tienes que volver a ir, otra vez; pero la familia también es un apoyo.

Mi hijo que quiere estudiar Medicina me dice: papá ahora otra vez, bueno mi hijo es lo que hay que hacer, no nos queda de otra y es un poco lo que uno le trasmite, el ejemplo personal a ellos, tienen que ver que uno se enfrenta a la enfermedad, que es para lo que fuimos educados, formados, porque yo soy médico gracias a este país y a mi familia, yo le aseguro que aquí soy feliz.

En otro momento de mi vida he desempeñado responsabilidades administrativas, tanto en Cuba como en el exterior; pero esto nunca lo he dejado, aun con esas responsabilidades trataba de mantenerme aquí en la terapia intensiva y realmente soy feliz y me gusta mi profesión, me gusta lo que hago y trato de hacerlo con la mayor dedicación y el mayor amor posible y entonces eso repercute en la familia.

La familia también es un apoyo, porque yo le voy a decir una cosa, el confinamiento trae problemas sicológicos en todos los órdenes, en las personas mayores, en las personas jóvenes, en todos y si hay un miembro de la familia que está trabajando, pues con más razón, porque cuando llegas a la casa, aun cuando el personal es médico; pero en mi casa, por ejemplo: tienes que lavarte, dale para acá y lávate y no toques nada y vamos a lavarte ahora, entonces, te acompañan en el baño, son cosas normales. Mi esposa es médico, sí te muestra el amor que siente por ti; pero de todas maneras a tu llegada a la casa, mira tienes que hacer esto, tienes que lavarte..., son las cosas reales que uno tiene y esas cuestiones han ido modificando un poco la conducta de los seres humanos en medio del confinamiento, y no todas las casas tienen las mismas condiciones.

En Cuba hemos trabajado ahora desde la casa; pero hay que recordar que las casas no son oficinas, habrán domicilios que tienen condiciones requeridas para que uno labore; pero hay otros que no y si es un matrimonio y los dos están trabajando desde la casa y el espacio es reducido y los muchachos también tienen que hacer las tareas y un poco que hay que respetar los espacios individuales de las personas en cada hogar, y darle su tiempo y tratar de que las personas puedan desarrollar sus actividades en la casa.

Hay personas para las que estar confinadas puede ser una panacea, sobre todo aquellas que son muy organizadas, tienen tiempo para organizar la casa, para limpiar, para leer, para estudiar; pero para otros es un infierno porque no tienen contactos con los amigos, no pueden salir a expresarse, o a compartir socialmente y entonces eso como quiera que sea repercute en las personas. El personal de la salud no está ajeno a eso, porque somos seres humanos, podemos tener reacciones desde el punto de vista psicológico en el centro de trabajo, primero por el peligro a contagiarnos, segundo, porque son horas largas, o sea estamos hablando de que estamos trabajando quince días, mañana, tarde y noche, puede existir cansancio físico, agotamiento, si hay varios enfermos graves, puede haber desesperación, lo que no se puede perder es el sentido común y sobre todo la capacidad de decisión del médico ante una situación compleja, aun cuando sean varios los enfermos en están en esas condiciones.

Yo creo que la mayor satisfacción para mí como profesional de la salud es que podamos contener esto, va a ser la mayor satisfacción que puedo tener como persona, como médico y es qué digamos: la COVID fue un episodio en nuestras vidas, nos enseñó muchas cosas que tendremos que modificar en nuestros estilos de vida y formas de comportamiento en lo adelante; pero simple y llanamente fue, dejó una historia, es importante en la vida de cada una de las personas que han participado; pero le ganamos a la COVID, esa va a ser la mayor satisfacción como médico, como persona, como ser humano no y creo que también nos ha servido para ser más fuertes, ha sido una etapa decisiva y una demostración más de nuestro país, que no abandona a su pueblo”.

(Tomado de Naturaleza Secreta)

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  • Abnia dijo:

    Con mucho orgullo leo la historia personal de este médico y otros tantos que arriesgan sus vidas por salvar otras. Sabias sus palabras al decir que el ejemplo personal es muy importante para el relevo, en este caso sus hijos. Para ellos y todo el personal médico que dentro y fuera de Cuba salva !!!Gracias muchas gracias!!!

  • selma gonzalez espinosa dijo:

    Felicitamos al Doctor Jorge J. Armada porque él es un ejemplo a seguir por los jóvenes médicos y por los que están en formación. Es parte tantos profesionales cubanos que hacen que la medicina cubana sea un orgullo para la patria y una esperanza para todos los pacientes que en el mundo esperan salud y amor. Viva la Medicina cubana!!! Viva Cuba!!!

  • Ali dijo:

    Gracias por tanto amor.

  • oscar fraga dijo:

    el "yoyi" un tremendo médico y profesor de nuestra facultad,un orgullo leer su articulo,un gran compañero y amigo,felicidades por su gran labor y entrega al trabajo y la docencia médica,lo admiro es mi profesor y amigo.

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