Cubadebate

Familiares y amigos despiden a Elda Cento Gómez, premio nacional de historia 2015 y presidenta de la Unión de Historiadores de Cuba. Foto: Yahily Hernández Porto /Juventud Rebelde.

El sol declinaba y el cielo totalmente despejado. Ambos símbolos de la naturaleza se pusieron de acuerdo esta tarde para sepultar hoy, como lo merecía, en el cementerio local, a Elda Cento Gómez, premio nacional de historia 2015 y presidenta de la Unión de Historiadores de Cuba.

La acuciosa investigadora falleció en la noche del lunes a causa de una repentina enfermedad en la capital del país y fue trasladada hasta su ciudad natal, donde en la mañana de este martes, centenares de personas, entre ellos académicos y prestigiosos intelectuales de esta provincia, acudieron a uno de los salones de la Oficina del Historiador de la Ciudad, donde fue expuesto su cadáver.

Cumpliendo su voluntad su cuerpo fue incinerado y en horas de la tarde sus cenizas colocadas en una bóveda, ubicada en la calle central de la necrópolis, donde se dieron cita dirigentes del Partido, del Gobierno, de la dirección de Cultura, historiadores, compañeros de trabajo y estudiantes a los que contribuyó a formar.

Cento atesoraba una rica trayectoria creativa en el campo de las investigaciones históricas que permanecerán como una fuente de consulta para las actuales y futuras generaciones.

Muchos camagüeyanos la recuerdan durante su ardiente discurso, pronunciado el 10 de abril de 2019, en Guáimaro, en ocasión de los 150 años de la proclamación de la Primera Constitución de la República en Armas.

Iván Mora Domínguez, director de investigaciones de la Oficina del Historiador de la Ciudad, pronunció las palabras de despedida de duelo, en una ceremonia, donde, además, de las notas del Himno Nacional se escuchó la emblemática pieza El Mambi, con música de Luis Casas Romero y letra del poeta Sergio La Villa

Mora, visiblemente emocionado, dijo que en esta hora amarga, cuando la emoción y la frustración agolpan recuerdos y lamentaciones, palabras dichas y abrazos que nunca dimos, si me permitem los trabajos y los días de tu vida es mejor despedirlos con un canto.

“Ahora que no estás y de repente partes en soledad o a viva voz, tu figura de mujer valiente, de intelectual orgánica, de cubana jocosa, de martiana por naturaleza y agramontina combatiente, ya corres entre nosotros recordándonos cuanto nos diste y cuanto perdimos.

“Mujer, madre y abuela, patriota y revolucionaria, maestra e historiadora, amiga, tantas facetas solo prueban la vida rica y luminosa que regalaste a raudales, una vida atravesada por el ansia lograda de crear y perdurar, una vida fecunda, de grado palpable, de modestia, un legado querida Elda que perdurará mientras exista memoria en esta ciudad.

"Ahora que no estás y de repente partes en tu casa falta el pilar, pero tu casa no se vendrá abajo como a través del ejemplo y la virtud, el sacrificio y la pasión dejaste en tus hijos y los hijos de tus hijos, la herencia fecunda para cumplir bien con la obra de la vida, como siempre practicaste siguiendo a tu querido Martí.

“Ahora que no estás, la cultura cubana y camagüeyana se resienten hondo y contigo parte la aguda inteligencia, una hermosa manera de decir, esa lengua afilada y veraz, la pasión por descubrir. Pero esa cultura que engrandeciste será gracias a ti un espacio mejor por tu obra escrita, pero me atrevo a afirmar, sobre todo, por la semilla que germinará en quienes beban de ella y en quienes tuvieron el placer de asistir a la escuela bella de tu encendida palabra”.

Concluyó el orador: “Camagüeyana por nacimiento y convicción buscaste la verdad al revelar el misterio de esta tomada región, defendiste su historia y su gente, animadora y maestra, contigo va un vida de entrega, pero dejas gracias el amor a la entrega de la vida. Hoy que te acompañamos entre los muros de aquel viejo edificio, en esa institución que amaste hasta el final de tus días, en esa oficina que necesitabas para pensar como cuando con admiración te escuché decirme, te digo yo, creo hablar por todos, que te extrañaremos tanto, no lo dudes te honraremos siempre".

Para despedirla se dieron cita familiares, dirigentes del Partido, del Gobierno, de la dirección de Cultura, historiadores, compañeros de trabajo y estudiantes. Foto: Yahily Hernández Porto /Juventud Rebelde.

Cumpliendo su voluntad sus cenizas fueron colocadas en una bóveda, ubicada en la calle central de la necrópolis. Foto: Yahily Hernández Porto /Juventud Rebelde.