Imprimir
Inicio »Noticias  »

"Las otras víctimas del 11 de Septiembre": Más de 100 mil iraquíes y 4 343 marines

| 1

La Jornada

Víctimas en IraqNueva York, 11 de septiembre. La lluvia y el viento no lograron disfrazar las lágrimas al conmemorarse lo ocurrido hace ocho años en un día soleado y transparente. Sólo se honró en las actividades oficiales a algunas víctimas de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Aquí, en un pequeño parque junto a la zona cero, donde una construcción en la punta sur de Manhattan sigue marcando las huellas del fantasma de las Torres Gemelas, se efectuó el ritual fúnebre. Los 2 mil 572 nombres de los muertos, resultado del ataque más sangriento contra territorio estadunidense, fueron leídos uno por uno, algunos por familiares y otros por bomberos, policías, políticos y maestros. El viento interrumpía las voces y la lluvia empapaba a los cada vez menos asistentes a la plaza, quienes llevaban flores y algunas banderas estadunidenses.
Se guardó un momento de silencio a las 8:47, hora en que el vuelo 11 de American Airlines se estrelló contra la primera torre, la norte. A las 9:05 también. Fue el momento en que el vuelo 175 chocó contra la segunda torre, la sur. A las 9:59 otra pausa más, pero por la caída de la primera que fue impactada. Las 10:29 marcó el momento en que se desplomó la otra.
Como es Nueva York, los nombres y apellidos son comunes para todo mundo –latinoamericanos, europeos, asiáticos, africanos, árabes. Algunos eran banqueros y prósperos abogados. Otros, migrantes que trabajaban en las cafeterías o limpiando las oficinas. Unas más, secretarias y ejecutivas. Había cristianos, musulmanes y judíos, entre otros.
Un coro juvenil cantó, y el alcalde Michael Bloomberg y otros políticos –incluyendo el entonces funcionario Rudolph Giuliani– ofrecieron discursos. Bomberos, policías, paramédicos y rescatistas recordaban a sus compañeros. Algunos fallecieron ahí. Otros después, por enfermedades generadas luego de auxiliar a extraños. Muchos siguen con padecimientos. La mayoría llevaba fotos de sus seres queridos y otros platicaban, recordaban.
Todos recuerdan dónde estaban ese día.
En Washington, el presidente Barack Obama salió con unas 200 personas de las oficinas ejecutivas a los jardines de la Casa Blanca, también bajo una pertinaz lluvia y viento. Ahí guardaron unos minutos de silencio, a las 8:47, para recordar el primer impacto contra los edificios.
Poco después asistió al acto conmemorativo en el Pentágono, en el cual ofreció un discurso. En éste convocó a los estadunidenses a “renovar nuestro propósito común. Recordemos cómo nos unimos como nación, como un solo pueblo. Estadunidenses unidos”. Ahí se marcó el momento, a las 9:37, en que el vuelo 77 de American Airlines fue estrellado contra el Pentágono, matando a 184 personas: 59 en el avión y 125 en tierra.
En su primera conmemoración del 11-S como presidente, Obama llamó a que este día se dedique al trabajo comunitario voluntario. Junto con su secretario de Defensa, Robert Gates; altos oficiales militares y familiares de las víctimas, afirmó: “haremos todo en nuestro poder para mantener seguro a Estados Unidos”.

Pero en los actos oficiales no se conmemoró a las otras víctimas de esos atentados como resultado de las políticas y las acciones justificadas por el gobierno estadunidense con el 11-S durante los últimos ocho años. Según Iraq Body Count, han muerto unos 100 mil civiles iraquíes en la invasión de ese país. Junto con ellos han perecido 4 mil 343 militares estadunidenses, de acuerdo con datos oficiales del Departamento de Defensa, a la fecha. En el “teatro de guerra” de Afganistán (incluye a Pakistán) han fallecido otros 746 soldados de Estados Unidos e incontables civiles. Además, hay más de 30 mil estadunidenses heridos en esas dos guerras.
Pero también se tiene que contar, en este día de conmemoración, a las decenas, tal vez cientos, de torturados, los miles de encarcelados, algunos en campos de concentración, como Guantánamo y la base aérea Bagram, en prisiones clandestinas en varios puntos del mundo y en centros de arresto en Estados Unidos –a muchos de ellos se le ha negado casi cualquier derecho legal básico, incluido el de acceso a un abogado. Muchos defensores de las garantías básicas, como el Centro de Derechos Constitucionales, los califican de “desaparecidos”, ya que en diversos casos sus familiares no saben dónde están.
Dos generales retirados, Charles Krulack, quien fue comandante de los marines entre 1995 y 1999, y Joseph Hoar, comandante en jefe del Comando Central de Estados Unidos de 1991 a 1994, escribieron hoy un artículo en el Miami Herald y el servicio McClatchy, denunciando al ex vicepresidente Dick Cheney por defender y justificar algunas de esas políticas, sobre todo la tortura. “El gobierno de Bush ya había degradado las reglas de guerra al autorizar técnicas que violaban las convenciones de Ginebra y pasmaron la consciencia del mundo. Ahora el señor Cheney ha condonado el abuso, que fue más allá de esas debilitadas normas, llevándonos en ese declive resbaladizo hacia la ausencia de ley.”
Lo anterior se suma a varios generales y almirantes retirados que han expresado su desaprobación a las políticas bélicas de los últimos años, junto con cientos de miles de estadunidenses que buscaron evitar la invasión a Iraq declarando “no en nuestro nombre”. Incluso familiares de las víctimas del 11-S que manifestaron su oposición a que sus seres queridos fueran utilizados para matar a otros.
Y el amplio mosaico de agrupaciones de todo tipo, inclusive veteranos de la guerra en Iraq, junto con artistas, intelectuales, músicos y más, que durante estos ocho años han buscado poner fin a una guerra lanzada con un engaño y el pretexto del 11-S. La elección de Barack Obama, en parte, se debe a su oposición a la ocupación en Iraq y las políticas bélicas y de tortura de la administración anterior.
Pero siguen detenidos cientos, tal vez más. Continúan muriendo estadunidenses y civiles en Iraq y Afganistán, y para ellos –como para demasiados por todo el planeta– el 11-S no es una memoria. Es lo que está sucediendo todos los días.

Se han publicado 1 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Javier Couso dijo:

    ¿Más de 100.000 iraquíes muertos? No, muchos más. UN MILLÓN de muertos según los estudios de sobre mortalidad. El intento de minimizar las víctimas iraquís de algunos estadounidenses ofenden y enfadan.

    Utilizar las cifras de Iraq Body Count, que solo recogen los muertos que salen en los medios de información (que tanto gustaba citar a George Bush) y obviar los únicos estudios científicos realizados por las Universidades Johns Hopkins en USA y al-Mustansiriya en Bagdad, suponen un obsceno intento de minimizar el genocidio en Iraq.

    Señor David Brooks: de cien mil a un millón largo, hay novecientas mil vidas que sus soldados han segado. No los mate dos veces mandándolos al olvido.

Se han publicado 1 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

David Brooks

David Brooks

Periodista mexicano, corresponsal del diario La Jornada en los Estados Unidos.

Vea también