Cubadebate

"Vamo a vencer, vamo a vencer..." canta Nsila Cheche, iniciando nuestro podcast. El toque de cajón suena con el optimismo invencible del cubano, que en los peores momentos ríe y baila, espantando el mal agüero.

Bien elegido el saludo musical al Día de la Cultura Cubana. Y también el festejo de la fecha por parte de artistas e intelectuales, que no se fueron a un teatro a celebrarse a sí mismos. Andan por los pueblos pinareños donde los vientos de Ian se llevaron los techos y el alma de mucha gente.

Reinier Duardo acompañó su saludo a los artistas e intelectuales cubanos, con un elogio a esa obra de amor al pueblo que corporiza con hechos, las ideas del reciente mensaje a los colegas del mundo, que ya acumula más de mil cien adhesiones y que tanto ha incomodado a los odiadores.

Recordó el analista cuánto han hecho por separar a los artistas del proyecto revolucionario. Y, a varios han logrado comprar, pero, en medio de la dura situación que vive Cuba, aquí están los grandes, lo que vale y brilla con luz propia. Y están defendiendo a la Revolución con su arte y con su firma.

En su momento, Bárbara Betancourt significó que no sólo hay escritores y artistas. De hecho, el mensaje lo hicieron público, intelectuales en el más amplio concepto del término: relevantes educadores y científicos de todas las especialidades. Un mensaje muy breve, pero muy contundente, que reconoce los enormes sacrificios que nos imponen las carencias y los apagones, que habla incluso de errores, pero ratifica la defensa de la nación. También va contra los odios y los odiadores y citó:

"Condenamos los discursos de odio, la difamación, las distorsiones de nuestra realidad, y aspiramos a que la información veraz llegue a quienes de buena voluntad siguen los acontecimientos y se preocupan honestamente por este país. Con nuestro aporte comienza la actividad escolar, continúa la brega incansable de la ciencia, se reanima la vida en las comunidades, se reinicia la programación cultural al alcance de todos y se defiende la verdad de Cuba".

De cierto modo, la declaración incluye la valiente posición de cubanos emigrados como los de Puentes de amor o el movimiento NEMO, que contra viento y marea, contra ataques de todo tipo, están peleando dentro de Estados Unidos para que se levante el bloqueo totalmente. En una directa de media hora la noche anterior, Carlos Lazo reaccionaba emocionado al anuncio del canciller Bruno Rodríguez informando que EE.UU. había donado 2 millones de USD y 100 trajes de bomberos, de los cuales llegaron 43. Su reacción provocó un fuerte debate en las redes, de mucha gente indignada por la escuálida ayuda del país que nos ha impuesto un bloqueo que ya nos cuesta más de un millón de millones y es capaz de dar de un plumazo más de 3 mil millones de millones sólo para armas, destinadas a sostener la guerra en Ucrania.

Contrasta ese episodio con la reacción rápida y generosa de México, Venezuela y otros países amigos, que tanto en el accidente de Matanzas como ahora por los destrozos del huracán Ian, tendieron sus manos y su ayuda a Cuba. Ante esa generosidad, el bloqueo resalta más con su carga de abuso contra todo un pueblo. Lo resumía magistralmente el canciller cubano: "El bloqueo es la pandemia permanente, el huracán constante".

Enfoque muy novedoso que, justamente a partir de esa donación pequeñísima pero inesperada, hace más visible, muestra con hechos, el criminal alcance de los daños del bloqueo.

Una explicación sintética y exacta de lo que significa que mantengan en la lista de auspiciadores del terrorismo a quienes somos, varias veces, víctimas del terrorismo. Una exposición transparente que desmontó manipulaciones, como esa que tanto emplean sobre los productos norteamericanos que venden nuestras tiendas. El tema no es sólo a quién se le compran, es con qué se compran, si no disponemos de créditos frescos, si la persecución financiera es quirúrgica, golpeando donde más afecta a la economía cubana.

La presentación del informe del bloqueo se inserta así en la mejor tradición de la diplomacia cubana. La verdad dicha sin ofensas, sin altisonancias. Un bloqueo de más de 60 años fue expuesto en pocos minutos con los argumentos imprescindibles. Frente a los dos millones de la donación, los gruesos números de todo lo que nos ha quitado y nos daña el gobierno norteamericano, adquiere su genocida dimensión de forma más exacta.

Había que decirlo y se dijo en un día de tanto significado, desde que Perucho Figueredo escribió sobre el lomo de su caballo el Himno de Bayamo, nuestra Marsellesa, nuestra Bayamesa, el canto de la cultura cubana que es escuela de creatividad y belleza en la resistencia, con el verso incuestionable que aún hoy signa nuestra suerte colectiva: Morir por la Patria, es vivir.

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