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Estados Unidos y su historia de crímenes de guerra (Parte I)

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Foto: Archivo.

A la luz de los 77 años del bombardeo nuclear en Hiroshima y Nagasaki.

Autorizado por el “honorable presidente” Harry Truman, a las 8:15 a.m. del 6 de agosto de 1945 un avión estadounidense lanzó sobre la población civil de la ciudad japonesa de Hiroshima una bomba de uranio con potencia explosiva de 16 kilotones, equivalente a 1 600 toneladas de dinamita. Acabó instantáneamente con la vida de unas 66 000 personas y causó luego la muerte de otros 140 000 seres humanos.

En sus cálculos criminales y geopolíticos no les bastó ese hecho de inmensa brutalidad, y tres días después, otra bomba nuclear, esta vez cargada de plutonio, fue lanzada sobre la ciudad de Nagasaki, destruyéndola y causando otras 70 000 muertes instantáneas.

A ellos hay que sumar otros centenares de miles de decesos por problemas de salud, lesiones y secuelas relacionados con las bombas y la radioactividad, de acuerdo con datos de la ONU. Murieron en las semanas y meses subsiguientes como resultado de las quemaduras, las radiaciones. Muchos más quedaron afectados como portadores de un gen propenso al cáncer, lo cual ha afectado a sus descendientes. Además, agua, aire y tierra se contaminaron con las secuelas radioactivas, enfermando por décadas a quienes bebieran o se alimentaran con productos de la zona. Los efectos secundarios permanecieron por años, y aún están presentes.

Aquellas acciones criminales, la decisión de lanzar ambas bombas, tuvo lugar cuando ya se había producido la rendición incondicional de la Alemania nazi, y se sabía que la URSS estaba por iniciar una poderosa ofensiva en el lejano oriente que ponía en jaque a los japoneses, quienes buscaban desesperadamente un camino hacia la rendición inevitable.

En marzo de 1945, los japoneses ya habían perdido cerca de medio millón de vidas. Los estadounidenses habían destruido parte de Tokio con sus bombas de napalm M69, con un saldo de alrededor de 80 000 muertos y un número similar de heridos.

“Las usamos –dijo justificativamente entonces Truman refiriéndose a ambas bombas nucleares– para acortar la agonía de la guerra, para salvar la vida de miles y miles de jóvenes estadounidenses…”. Por otra parte, el general Dwight Eisenhower años después hizo un dictamen distinto: “Los japoneses estaban listos para rendirse y no hacía falta golpearlos con esa cosa horrible”.

Según respetados expertos, el frío cálculo geopolítico y la principal razón de usar la bomba fueron para forzar a los líderes japoneses a que se rindieran antes de que los soviéticos entraran a la guerra en el oriente.

Ahora bien, ¿fue una anomalía aquella acción del Gobierno de Estados Unidos? ¿O ha sido más bien una regla la comisión de crímenes de guerra en el devenir histórico de esa potencia?

Muchos de esos crímenes son inducidos desde la distancia, generando la destrucción y el caos a miles de kilómetros de sus costas, a veces con zarpazos directos, pero crecientemente junto con sus supeditados “aliados” europeos o asiáticos o por mediación de estos. En buena medida, Estados Unidos logra y se beneficia de cierta impunidad, y del tratamiento hasta cierto punto indulgente y a veces cómplice de muchos de los medios de prensa.

Con la llamada y manipulada “guerra contra el terrorismo”, desde 2001 Estados Unidos generó un nuevo ciclo de muerte y de ganancias de la industria militar, y ha sobrepasado el número de víctimas de aquellos terribles bombardeos contra dos ciudades japonesas en 1945.

Los crímenes contra la población originaria

Todo empezó mucho antes. La violencia y la guerra son consustanciales al ser estadounidense. Las acciones violentas de los colonos, las guerras libradas por las tropas federales contra los indios nativos de Norteamérica, así como las repetidas fechorías y masacres contra los mismos durante la expulsión de sus tierras ancestrales hacia lejanos territorios del oeste, incluye, pero en cierto sentido sobrepasa, el concepto de crímenes de guerra.

Las matanzas e intentos de aniquilar a los nativos norteamericanos concuerdan plenamente con la definición de genocidio de las leyes internacionales vigentes.

Según los registros históricos y los informes de los medios, desde su fundación Estados Unidos ha privado sistemáticamente a los indígenas de sus derechos a la vida y los derechos políticos, económicos y culturales básicos a través de asesinatos, desplazamientos y asimilación forzada, en un intento de erradicar física y culturalmente ese pueblo, a esas etnias. Incluso hoy en día, los indios nativos aún enfrentan una grave crisis existencial.

Los sobrevivientes de las naciones indígenas derrotadas fueron internados en reservas, en terrenos áridos; les fueron arrebatados muchos de sus hijos y enviados a internados y casas de pensión, donde sus cabellos fueron cortados y sus lenguas y ceremonias fueron desterradas, en una especie de genocidio cultural. Durante décadas perduró la práctica de fragmentar muchas familias indias y entregar a sus hijos en adopción.

Ellos debieron vivir y presenciar una profunda transformación de su entorno: muchas de sus tierras fueron apropiadas por especuladores blancos; colonos y ganaderos que se asentaban a sangre y fuego despejaban sus cotos de caza, seguido por la ruda huella del progreso: terrenos cercados, carreteras, embalses, perforaciones mineras, ferrocarriles, tendidos eléctricos, nuevos poblados, campos petroleros, etc.

En las praderas del Medio Oeste, cientos de especies de pastos y bosques fueron reemplazadas por monocultivos de soya y maíz o dedicadas a construir embalses sin permiso de las tribus.

Las estadísticas revelan que, desde su independencia en 1776, el Gobierno de los EE. UU. lanzó más de 1 500 ataques contra las tribus autóctonas, masacrando a los indígenas, tomando sus tierras y cometiendo innumerables crímenes brutales. El 27 de marzo de 1814, unos 3 000 soldados atacaron a los indios creek en Horseshoe Bend, Territorio de Mississippi. Más de 800 guerreros y pobladores creek fueron masacrados.

Entre los crímenes más notorias también está la Masacre de Bear River en 1863, en Idaho, donde mataron a 350 integrantes de la “nación” Shoshone, o la del 29 de diciembre de 1890, cerca de WoundedKnee Creek, en Dakota del Sur.

Al inicio de la colonización en 1619, cerca de dos millones de nativos habitaban lo que hoy es el territorio estadounidense. En los tres siglos subsiguientes muchos perecieron no solo por patógenos y enfermedades, sino principalmente por la violencia de los colonos y las tropas federales para arrebatarles sus tierras y en la expansión hacia el oeste. Se calcula que hacia 1900 solo uno de cada diez nativos sobrevivían, menos de 240 000, luego de los brutales exterminios del siglo XIX. Por entonces primaba el lema de que solo los indios muertos son los indios buenos (Only dead Indians are good Indians).

Es bastante conocido que en la inmensa mayoría de las reservaciones la esperanza de vida está por debajo de muchos países del tercer mundo; los índices de pobreza y desempleo en las mismas suelen ser del 40% o más; prima el alcoholismo y la dependencia de la asistencia social; sufren altas tasas de mortalidad infantil y bajo peso al nacer, así como más bajos niveles de educación y menores lapsos de vida que los blancos.

La proyección imperial mediante la guerra

Desde su fundación en 1776 solo durante 17 años ese país no ha estado inmerso en conflictos armados. En buena parte de ellos ha sido evidente la recurrencia a la comisión de crímenes de guerra en el contexto de la pretensión de dominio global y del uso de la fuerza, particularmente en los dos últimos siglos.

La política exterior arrogante y agresiva, y la generación de tensiones bélicas no es coyuntural ni depende en lo fundamental de quién habite la Casa Blanca. En la misma se relega la diplomacia y lo multilateral para enfocarse en la intimidación y la fuerza.

Esta es acompañada por campañas de generación de terror, basadas en una muy alta tecnología militar, operaciones encubiertas, aviones no tripulados, la externalización de las labores de combate con el empleo masivo de mercenarios y ejércitos subalternos, y el uso de alrededor de 800 bases e instalaciones militares en el exterior en más de 130 países, desde muchas de las cuales, unidades de Fuerzas Especiales de EE.UU. efectúan acciones ‘quirúrgicas’ letales y cacerías humanas.

Es imposible recoger aquí la totalidad, ni siquiera el grueso de las situaciones, en las cuales Estados Unidos se ha visto involucrado y ha cometido despiadados crímenes de guerra, pero se puede afirmar sin dudas que ese país es el mayor perpetrador de tales horrendos abusos y aberraciones.

(Tomado de La Pupila Insomne)

Se han publicado 13 comentarios



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  • Leonel Fernández dijo:

    Jamás terminaran de contar todos esos atroses crímenes porque son innumerables y yo me pregunto asta cuando será eso .o ellos se creen inmune de algo .lo q tienen es q dejarse de tanta maldad y ocuparse de su poblasion q se están muriendo de las enfermedades y de los consumidores de drogas q ya sobrepasan los límites

  • Felipe dijo:

    Que está esperando el gobierno cubano para presentar expediente de agresiones norteamericanas a Cuba en el tribunal internacional.

  • Josep dijo:

    Disculpen la corrección de antemanos, fué equivalente a 16000 tolneladas de dinamita, no a 1600. Gracias y reitero las disculpas.

  • Ateo dijo:

    Cada vez que me hablan de los muertos en los períodos de Mao y Stalin no puedo dejar de decir que los de USA, desde su fundación, son insuperables...

    • DorianGrey dijo:

      Y comparar los de Mao y JS con los de USA soluciona algo??? No sé, pregunto

    • mAteo dijo:

      Algunos, cuando se ven atrapados, sacan a la luz las muertes de los 'ateos' Mao y Stalin pero convenientemente olvidan los genocidios de Hitler, quien ademas era cristiano. y asistia regularmente a su iglesia en Bavaria. Hoy se le conoce como La Iglesia de Hitler

  • indocumentado300 dijo:

    Y todavía hay "seres inteligentes" que pretenden venderlo como el país de la libertad. Es realmente el país que quiere privar de libertad al resto del mundo.

  • Mario R. Galaz R. dijo:

    Son los Campeones Mundiales, como tanto les gusta ufanarse en distintas disciplinas deportivas, pero también lo han sido en crímenes, asesinatos y agresiones y ni su propia población se ha salvado d'sus agresiomes y abusos y así presumen y se atreven a calificar a todas las naciones sobre todo a las que no siguen sus dictados y condiciones sociopolíticas, en el colmo d'la más rampante hipocresía, c/el más superlativo cinismo humano habido y por haber.

  • Boris Alarcon dijo:

    PUES ESTE ARTICULO TENDRA MUCHAS PARTES, MUCHISIMAS

  • Alberto83 dijo:

    Criminales, terroristas, ladrones, saqueadores, oportunistas, hipócritas, así son los gobiernos de EEUU. Asesinan y mandar a matar .

  • Ernesto dijo:

    Le sugiero que siga publicando sobre este tema. Hay cierta seguera sobre la monstruosidad y preversidad de los sucesivos gobiernos estadounidenses y del poder real en este país, que dice llamarse America.

  • Roberto dijo:

    Ya hemos leido escritos como este, en este periodico y otros, yo solo quiero decir que los publiquen en otros periodicos incluso la prensa escrita ,en los espacios de television, hay que lograr que algunos que dicen no ver el noticiero o leer la prensa se caigan de la cama y vean que han hecho diferentes gobiernos de EEUU por el mundocon su estela de crimenes.

  • carlos Robles dijo:

    Listado de países bombardeados por Estados Unidos en los últimos cien años:
    Corea y China 1950-1953 (Guerra de Corea) Guatemala 1954 Indonesia 1958 Cuba 1959-1961
    Guatemala 1960 Congo 1964 Laos 1964-1973 Vietnam 1961-1973 Camboya 1969-1970
    Guatemala 1967-1969 Granada 1983 Líbano 1983, 1984 (ambos objetivos libaneses y sirios)
    Libia 1986 El Salvador, 1980 Nicaragua, 1980 Irán 1987 Panamá 1989 Sudán 1998
    Irak 1991 (Guerra del Golfo Pérsico) Kuwait 1991 Somalia, 1993 Bosnia 1994, 1995
    Afganistán 1998 Yugoslavia 1999 Yemen 2002 Irak 1991-2003 (EE.UU/RU de manera regular)
    Irak 2003-2015 Afganistán 2001-2015 Pakistán 2007-2015 Somalia 2007-8 2011
    Yemen, 2009, 2011 Libia de 2011, 2015 Siria 2014-2016 Irán, abril de 2003. Pakistán, 2002-03.
    China, 1999. Su embajada en Belgrado fue fuertemente bombardeada.
    Francia, 1986. Libia bombardeó la embajada de Francia.
    Filadelfia, Pensilvania, 13 de mayo, 1985. Una bomba lanzada por un helicóptero de la policía.

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Fernando M. García Bielsa

Fernando M. García Bielsa

Especialista en temas de América del Norte. Ha publicado en Cubadebate y otros sitios digitales cubanos y extranjeros.

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