Cubadebate

Enrique Ubieta, durante la presentación de sus libros Diario de Turín y Cubanos en Turín, en el marco de la XXX Feria Internacional del Libro de La Habana. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

¿Cuál es la mejor forma de contar una historia? Muchos son los escritores, periodistas, intelectuales o académicos que se hacen esta pregunta antes de emprender un proyecto. Para algunos, es indispensable tener todos los elementos. Otros acuden a su imaginación.

Autores como Enrique Ubieta Gómez prefieren estar en el lugar donde se desarrollan los acontecimientos, compartir con sus protagonistas y, desde la sensibilidad que brinda compartir las experiencias, narrar la historia.

No importa si es enfrentándose al ébola en África Occidental o, más recientemente, a la covid-19 en Turín. Para Ubieta estar, ser y participar es la inspiración precisa para que broten de un tirón sus libros. Este es el caso de Diario de Turín, un libro que recoge la historia de los enfermeros y médicos que combatieron la pandemia en Italia.

En el contexto de la Feria de Libro fue presentado este texto que recoge las vivencias de los colaboradores que atendieron durante 100 días a más de 170 pacientes de covid-19.

Este no ha sido el primer acercamiento de Enrique Ubieta a la labor de las brigadas médicas cubanas.

En 1998, dos intensos huracanes golpearon a Centroamérica y Haití. En ese contexto, “la reactivación del internacionalismo médico” era una evidencia de la vitalidad y las posibilidades de una revolución que no había claudicado, a pesar del Periodo especial. En situaciones difíciles, la solidaridad seguía siendo una premisa del país.

En 1999, presentó un proyecto de libro que lo llevó a Centroamérica, un mes antes de que los primeros periodistas iniciaran recorridos por países de América o de África donde estaban de misión internacionalista las brigadas médicas cubanas.

“Mi recorrido, que duró un año, en condiciones precarias, casi sin dinero, moviéndome en transporte público o en 'botellas', abarcó Nicaragua, Honduras, Guatemala y Haití. Ese fue el mejor y más intenso posgrado 'académico' que he recibido en mi vida”, rememoró Ubieta.

Así nació su primer libro sobre el internacionalismo médico, La utopía rearmada, Premio de la Crítica Científico-Técnica. “No me proponía solo describir, sino conceptualizar, empleando todos los recursos disponibles”.

Después vinieron otros retos, Venezuela, con Barrio Adentro y sus misiones sociales. En Centroamérica y Haití pudo observar y reflexionar sobre el efecto de la solidaridad en países pobres, de capitalismo neocolonial.

Venezuela le permitió observar y reflexionar sobre la solidaridad en el proceso de construcción de una nueva sociedad. “Esa experiencia la volqué en mi libro Venezuela rebelde, de 2006”.

¿Cuál fue su primer acercamiento a las brigadas del contingente Henry Reeve?

–Precisamente en Venezuela presencié el proceso de selección de colaboradores que regresarían a Cuba para integrarse al Contingente Henry Reeve en formación. Pero todavía no era “mi momento”.

“De muchas de sus proezas, como la de Pakistán, supe por la prensa. Años después, solicitaría cubrir la presencia de nuestros médicos y enfermeros de la Henry Reeve durante la epidemia del ébola en África Occidental y pude compartir brevemente con ellos en Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry.

“Así nació Zona roja (2016), traducido también al inglés y al francés, este último con prólogo de Ignacio Ramonet”.

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Para Enrique Ubieta, era muy tentador viajar con una brigada cubana al llamado Primer Mundo, no a un “oscuro rincón sometido o insubordinado”, sino a uno de los siete estados capitalistas más ricos. Sería, definitivamente, una experiencia peculiar y diferente.

El contexto –contó– también era único. “Una pandemia de alcance mundial había paralizado el planeta y revelaba y agudizaba la crisis sistémica que le precedía. Por suerte, encontré oídos receptivos y apoyo”. Fue el miembro número 38 de la brigada de Turín.

“Mi intención inicial no era reportar a la prensa, sino acumular información para el libro, pero empecé a publicar pequeñas crónicas y notas sobre mis compañeros en Facebook. Y me sorprendieron los lectores: cada vez eran más y me exigían la crónica del día siguiente. Así que no pude parar: fueron 100 crónicas, una por cada uno de los 100 días vividos en Turín”.

Para los lectores –recordó– el libro ya estaba escrito. Y algunos hasta le pusieron nombre: “Crónicas desde Turín”, pero el proyecto inicial era más abarcador.

Ubieta dijo que mientras estuvo en Italia entrevistó a sindicalistas, activistas sociales y médicos de ese país que le revelaron el paulatino proceso de desmontaje que había sufrido la medicina social, y sobre la resistencia de la gran industria a detenerse y a proteger a sus trabajadores.

Al no ser conocedor profundo de la realidad italiana, decidió exponerla a través del testimonio de sus entrevistados. “Esa sería a la postre otra de las líneas discursivas del libro”.

La tercera línea son unos breves ensayos que se intercalan y abordan las más disímiles temáticas: el cerco del Gobierno de Trump a Venezuela y a Cuba, el asesinato del afroamericano George Floyd, la situación en Brasil y en Ecuador, la insolidaridad europea y estadounidense, la política social para la contención de la pandemia en Cuba y el papel de la biotecnología; la crisis ecológica y algunos de los más importantes dilemas: libertad individual versus salud colectiva, salud versus economía, tecnología versus relaciones interpersonales.

“Las anécdotas que recogen las crónicas apelan a los sentimientos, tratando de no traspasar la puerta del sentimentalismo barato. Los ensayos y las entrevistas apelan a la razón”, afirmó.

En sendas secciones, se recoge una selección de pensamientos del papa Francisco y de Fidel Castro. En este libro, ninguna línea carece de intencionalidad.

Ha publicado otros libros de corte más ensayístico, como Ensayos de identidad (1993) o Cuba, ¿revolución o reforma? (2012 / segunda edición, 2019), entre otros. “Me gusta el ensayo como género literario. Pero trato de convertir mis libros en ajiacos literarios, donde quepan el ensayo, la crónica, la entrevista, el testimonio, incluso la fotografía”.

También ha fundado o dirigido revistas como Contracorriente (1995-2002), La Calle del Medio (2008-2018) y Cuba Socialista (cuarta época, desde 2016), que se nutren de todos esos géneros; de la más pura academia y de la poesía.

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Al hacer una búsqueda del nombre de Enrique Ubieta en el navegador de Google se dejan ver varias profesiones. Entre ellas, intelectual, escritor, ensayista, periodista. Al preguntarle cuál le complace más, no vaciló en responder: “Te diría una que hoy no parece estar de moda: la de revolucionario”.

“Mi literatura es ancilar: disfruto y sufro el acto de creación en sí mismo, pero quisiera que mis textos contribuyan a hacer viable la Revolución, el socialismo”, afirmó.